Hola a todos, bueno aqui les traigo un fic de Kuroko no Basket que espero que les guste, actualizare cada dos días, es decir este tocaría el sabado su actualización.

Antes de nada, este fic tambien esta colgado en Amor Yaoi con el pseudonimo de "darkwhisper" asi que no se extrañen si lo ven ahi.

Espero que les guste

Kuroko no basket no me pretenece, pobres personajes como así fuera

Prólogo

( Tu voz es lo último que me llega antes de sumirme en la oscuridad)

Frio, hace mucho frío en el lugar donde está, nota su respiración pesada, se nota débil y cansado y eso no es algo que le guste, se sabe de rodillas, apoya una mano en su propia rodilla para tratar de levantarse, en la otra mano lleva una espada, una katana de brilloso filo cubierto de escarlata y azulada empuñadora, su intento es fallido.

La vista se fija a la izquierda donde hay un cuerpo tendido en el suelo en un charco de sangre, los cabellos son violetas, largos y están enmarañados, a un lado del cuerpo hay una gran espada, casi tan grande como su difunto portador, grande porque el hombre ha de medir más de dos metros y difunto porque hay un gran agujero que le atraviesa el estómago y es imposible sobrevivir a eso.

Unos pasos se acercan a su posición, el de la espada fina enfoca su mirada azulada en la persona que hay ante él, no la identifica, su rostro permanece en las sombras, unos golpes resuenan a sus espaldas, parece alguien golpeando con fuerza una puerta.

-Parece que el resto viene a por vosotros-dice una voz masculina y el chico nota el filo de una espada en su cuello a la par que oye el chasquido de la lengua del que sabe lo va a matar- es una lástima que no vallan a entrar a tiempo, ¿no crees?

-Eres un bastardo-escupe con rabia alzando la espada para tratar de herirle, no puede, ese filo le corta el cuello, lo suficientemente profundo como para dejarle sin habla pero no lo suficiente como para matarlo

En ese momento las puertas que supone detrás suya se abre, un disparo resuena en la sala y hiere al que le acaba de cortar el cuello en el brazo haciéndole soltar el arma, el chico del que mana sangre por su cuello lanza una sonrisa antes de precipitarse hacia atrás, no toca el suelo, unos brazos firmes le sostienen y no le dejan tocar el suelo, el olor a verano le llega a sus fosas nasales, y sus ojos logran enfocar unos ojos dorados como el propio sol, el rostro del chico que le mira es hermoso aunque tiene arañazos y está lleno de sangre, igual que las hebras doradas que conforman su pelo.

-Aguanta, aguanta por favor –nota las manos de esa persona en su cuello, taponando la herida, tratando de curarla, aunque ambos saben que es inútil, que la vida se escapa entre sus manos.-Midorimacchi –oye que llama a alguien entre los ruidos de metales chocando, alguien tiene que estar luchando contra el que le ha cortado el cuello- Midorimacchi rápido, por favor

La mano morena ensangrentada se levanta y acaricia el rosto del de ojos dorados con dulzura, una dulzura que descoloca al rubio que solo atina a tomar la mano con una de las suyas mientras le da palabras de aliento.

-No te atrevas a morir, si lo haces jamás te perdonaré- le dice con la voz rota, el otro sonríe levemente mientras sus ojos se cierran- Aominechi…¡Aominechi!

Y ese grito es lo último que oye antes de sumirse en la oscuridad