Me gustaría pedir disculpas por las otras dos historias: UN SINO CAPRICHOSO y UN SINO CAPRICHOSO 2. Debido a un error y después de varios días intentando subirlas de nuevo, no pude conseguir mis propósitos debido a eso. Lo siento muchísimo

CAPÍTULO 1- SOLA

-¡Has vuelto!

-Sí...

-¿En serio eres tú?

-Pues claro que sí, Sonoko

Shinichi miraba con cara de desesperación a Sonoko

-¿Quién voy a ser si no?- Prosiguió él

-...Tampoco hacía falta ponerse así

-Veo que no has cambiado en estos dos años. Típico

-Ni tú tampoco, Shinichi

La Organización había sido destruida gracias a Shinichi y al FBI y en cierta parte a la CIA. Todos los miembros habían sido encarcelados: Gin, Vodka, Chianti, Korn...y el resto de interminables miembros. Todos excepto Vermouth, quien, haciendo uso de todos sus contactos y de su perspicacia, huyó a Estados Unidos días antes de la batalla final

Todavía, como es lógico, se acordaba del día que llamó a Ran para decirle toda la verdad, absolutamente toda. Sería cobarde, sí, pero no se atrevía a decírselo en persona. De paso aprovechó para comunicarle que se iría a Estados Unidos para intentar atrapar a Vermouth, pero que lo esperara. Que de una vez por todas Haibara encontraría el antídoto, estaba completamente seguro, tarde o temprano. Y de hecho así fue.

Sin embargo, Ran estalló. No podía asimilar las palabras de él contándole toda la verdad y lo que menos soportó fue que no se lo dijera cara a cara '¿¡Pero cómo eres capaz!? ¿¡Quién te crees que soy!? ¡No quiero volver a verte nunca, por mi como si te quedas allí! ¡Insensible!' Le dijo, bueno, más bien le gritó Ran tras colgarle súbitamente.

Vermouth, por admiración y respeto a Shinichi, optó por rendirse, una vez que se dio cuenta de que estaba ella sola.

-...- Sonoko no había dicho nada en unos segundos- ...Sonoko, ¿quieres algo? Estoy de mudanza y volver a instalarme en una casa llena de polvo que hay que limpiar a fondo me está esperando

-¿Es esa forma de tratarme? No nos vemos en dos años...

-Ah, no...Me alegro de verte pero quiero decir que...

-...han pasado muchas cosas- Silencio- Sí, me voy- Ella miró el reloj- ¡Que llego muy tarde!- Sonoko se despidió con la mano apresuradamente, pues debía de correr o no llegaría a tiempo a clase, a la universidad

-¿Cómo está Ran?- La pregunta clave. La formuló muy bajito pero lo suficientemente alto como para que Sonoko, unos metros más allá ya y en la vacía calle, lo escuchase, parándose en seco

-...B...Bien- Volvió la cara- ¿por qué no vas a verla?- Dicho esto sí que salió corriendo definitivamente

-"¿Que vaya a verla? Como si fuera tan fácil. La última vez que hablé con ella me gritó enfadadísima diciéndome que no me quería ver más. Pero es que tiene razón, no puedo culparla. Lo he hecho todo mal con ella"

Una gota le cayó en la nariz a Shinichi. Miró hacia arriba. Todo indicaba que iba a llover. Entró en su casa, aún con bastante polvo pero con algunos de los muebles ya colocados en algunas de las habitaciones. Se sentó en el sofá, más bien se dejó caer, y suspiró. Un suspiro que dejó salir toda la desesperación y la angustia de no saber cómo estaría ella, Ran

Sí. Shinichi había estado dos años viviendo con sus padres tras acabar por fin con Vermouth. Los primeros meses se había estado quedando encerrado en casa, aislado. Cada vez que sus padres le proponían algo que hacer se negaba. Aunque no podía seguir así. Poco a poco empezó a salir, además de que tenía que ir a la universidad entre semana. Pero cuando terminó el primer curso decidió volver a Japón. Estados Unidos era un sitio maravilloso pero no era su país, no terminaba de encajar del todo, por lo que pidió que lo transfiriesen a una universidad de Tokio para el segundo curso

Se quedó dormido contemplando la lluvia soñando con todos los momentos vividos en el continente americano. En sus amigos y en las chicas que se enamoraron de él. No aceptó seguirle el juego a ninguna. Pues claro, no eran Ran

El sonido estruendoso del teléfono le despertó. Abrió un ojo, luego el otro; lentamente y se levantó del sofá para cogerlo intentando tardar lo menos posible

-¿Sí?

-¿Shin-chan?

-"Cierto. Había acordado en llamarlos en cuanto llegase" Hola, mamá

-¡Nos tenías preocupadísimos! Si ya habías llegado, ¿por qué no nos has llamado?

-Lo siento. Aún estoy un poco liado con la mudanza, limpiar la casa y demás- Mentira. Aún no había hecho nada de nada

-...Mmmm...¿todo bien?

-Sí, sí. Solamente estoy un poco agotado. Solo es eso. No es nada...Luego hablamos

-¿Qué? ¡No! ¡Espera! ¡Shin-chan! ¡No cuelg...- Tarde

Ya había parado de llover. Quizá lo mejor era salir a dar un paseo, para que el viento fresco le aireara la cara. Salió de casa y empezó a andar con las manos en los bolsillos, adquiriendo su típica postura confiada a pesar de todo

En un parque, no muy lejos de allí se encontraba una joven chica de unos 19 años tras un toda la mañana en la universidad. Había salido también para despejarse pero no estaba sola

-No...Te he dicho que no- Ran sonrió tímidamente, intentando zafarse y apartarse de las manos de un compañero de clase enamorado de ella

-¿No qué?- Él pensaba que ella le estaba siguiendo la corriente mientras insistía en coger a Ran por la cintura para robarle un beso. Cosa que había estado buscando desde hacía mucho tiempo pero nunca había sucedido

-...¿Qué intentas hacer?

Shinichi pensaba que estaba completamente solo por las solitarias calles de Tokio, cuando escuchó unas voces. Eran dos personas. Al parecer eran una pareja. Pero una de las personas no era una cualquiera. Shinichi volvió la cabeza en la dirreción de donde provenían las voces. No. No podía ser. ¿Era ella quién creía que era? Él abrió aún más los ojos, sorprendido. Sí, sí. Era Ran. Tan guapa como recordaba, con su pelo oscuro liso que le cubría casi la totalidad de la espalda, sus ojos azules en los que uno se podía perder y su cintura tan perfecta. Claro que también se percató de que no solamente no estaba sola, sino que la persona con la que estaba se encontraba abrazándola con las dos manos en la perfecta cintura de ella

-"Vaya, ya veo que Ran al final ha conseguido olvidarme"- Shinichi puso una mirada triste y miró disimuladamente hacia abajo- "Al menos ahora es feliz y está con una persona que no la hace sufrir"- Ran seguía esbozando una sonrisa totalmente incómoda pero una sonrisa al fin y al cabo, mandándole a Shinichi mensajes confusos. Distraido por lo que acababa de ver, no se dio cuenta, pero pisó una rama del camino. La pareja volvió la cabeza, extrañada por el sonido que acababa de retumbar. Pero no vieron nada. Shinichi fue muy rápido y pudo ocultarse tras unos árboles- "Bueno, creo que ya he tenido suficiente por hoy. Me voy a casa"- Desapareció por el camino de vuelta intentando no hacer ningún ruido ni pisar otra rama

-Ran, quiero besarte- Él parecía no querer parar de insistir por si al final conseguía sus propósitos y ella accedía

-¿No te he dicho que no? Venga, deja de hacer tonterías- Miraba hacia los lados, a todos, con tal de no mirar al frente, donde se encontraba a escasos diez centímetros la cara de él

-...Pero Ran, él se fue, ¿no? Ya lo sabes. No va a volver. Tú misma fue la que le gritó que se quedase en Estados Unidos

-...- Ran ahora sí lo miró cara a cara, enfadada. Le sujetó por los hombros y lo apartó de su espacio vital empujándolo, harta

-¡Eh! ¿A dónde vas?

-A casa- Ella se dio la vuelta y empezó a salir del parque, con el ceño fruncido y empleando un tono de voz arisco y agrio- Tengo mucho que estudiar

-¿Nos vemos mañana?- Preguntó él, curioso. Con ganas de algo más con Ran

-Ya veremos- Y desapareció de su vista

Ya hacía unos minutos que Shinichi había llegado a su casa. Ahora estaba tomando un calentito baño relajante tras quitarse la ropa lentamente

Tal vez Ran no iba a su casa. O sea, sí. Pero no directamente. En su camino se desvió. Tras unas cuantas casas de gran tamaño allí se encontraba: una casa bajo la copa de un gran árbol, que llevaba vacía unos dos años, o eso pensaba ella.

Todos los días hacía lo mismo; en su camino a casa iba a la casa de Shinichi antes de llegar a la suya propia, a contemplarla únicamente, para recordar toda su infancia, todos los momentos pasados en ese lugar y en otros, con Shinichi, y toda su adolescencia, hasta que supuestamente se vio envuelto en un caso de gran dificultad. Tras asomarse a algunas ventanas y quedarse un rato frente a la puerta, se marchaba

Después de haberse tomado el baño, Shinichi se vistió poniéndose sobre su perfecto cuerpo unos simples pantalones y una camiseta verde claro para visitar al profesor Agasa. Llamó a su puerta. A los cinco segundos apareció el profesor sin cambios físicos aparentes

-¡Shinichi! ¡Cuánto tiempo!- Abrazó al joven detective- Pasa, pasa- Shinichi le hizo caso y cerró la puerta tras él- Solamente han pasado dos años pero estás diferente

-...- Shinichi sonrió- Eso es porque no he estado aquí en mucho tiempo ¿Qué tal todo, profesor?

-¡Bien, bien!- Exclamó mientras se echaba café recién hecho humeante en una taza- Desde que se fue Haibara a emprender una nueva vida en Inglaterra, de donde era su madre, estoy bastante solo pero no me puedo quejar

-Entiendo

-¿Quieres algo?

-No, solamente he venido un momento saludarle después de tantos meses. Así que Haibara ya no va a volver

-No...De momento. Pero llama de vez en cuando

-Ya veo. Me gustaría mucho tener noticias de ella

-¡Siéntate por favor!- Shinichi también le obedeció en esta ocasión- Y cuéntame tú ¿Cómo te has encontrado Japón?

-Igual que cuando me fui. Más o menos

-¿Más o menos?- El profesor Agasa bebió pegando un largo sorbo de la taza. Pero era demasiado pronto, se achicharró la lengua

-Sí. Bueno, las cosas siempre tienden a cambiar

-¿Has visto a Ran?

-Sí

-¿Sí? ¿Y cómo está?

-He dicho que la he visto, no que haya hablado con ella. Estaba con un chico así que no me he atrevido a decirle nada, sobre todo porque he vuelto a recordar la severidad de la llamada para decirme que no me quería volver a ver por aquí

-Ran estuvo aquí semanas después de que te fueses preguntando por ti

-¿En serio?

-Sí

-...Bueno, ahora ya da igual.

-¿Y por qué´no vas a hablar con ella?

-"Otro..." No sé, profesor...

-¿Pero qué te pasa? Estás más mustio que como recordaba

-Puede ser

-¿Es por Ran?- Shinichi no contestó, solamente miró a los ojos al profesor- Shinichi, ve a hablar con ella

-Eso va a ser imposible, profesor. No quiere saber nada de mi

-Inténtalo

Tras un rato más hablando con el profesor, Shinichi volvió a su casa

Ya era bastante tarde cuando Ran llegó a la agencia de detectives Mouri. Se le notaba que estaba bastante cansada. Quién sabe dónde había estado y qué había estado haciendo

-Ya he llegado- Dijo un poco desanimada cuando terminó de subir las escaleras. Kogoro miró el reloj

-¿No es muy tarde ya? ¿Qué horas son estas de llegar?

-Lo siento, papá, me he entretenido

-¿No habrás estado por ahí con algún chico, no?

-...- Ran miró al suelo- "Ya me gustaría..." No. He estado estudiando hasta tarde con Sonoko, nada más

-...¿Has cenado?

-No tengo hambre

-Ah. Hace una hora te han llamado aquí, a casa

-¿Quién me ha llamado?- Ran abrió los ojos. Esperanzada de que fuera una persona en especial.

-No sé...Un compañero tuyo de la universidad.

-Ah...- Se desilusionó por completo

-Ha llamado para diculparse por lo que ha hecho. Eso es lo que ha dicho. ¿Qué ha pasado? ¿¡Te ha hecho algo!?

-No, no me ha hecho nada

-Eso espero

-Me voy a dormir- Dijo ella automáticamente. Se fue a su habitación y se encerró allí hasta la mañana siguiente, hasta que la luz del sol acariciase su cara a través de la ventana. Abrió un ojo lentamente. Luego otro. Menos mal que ya era sábado, si no, habría llegado tarde a clase. Se destapó y miró el móvil. Dos llamadas perdidas. Bueno, quedaría con él. De todos modos tenía que distraerse, ¿no? Le mandó un mensaje a su compañero de clase y se cambió de ropa. Sustituyó el pijama por unos vaqueros y una camisa y salió a la calle. Había quedado con él en el parque, en el mismo del día anterior. La verdad es que no le traía muy buenos recuerdos pero accedió igualmente

-¡Ran!- Un grito que pronunciaba su nombre la sacó de su ensimismamiento

-¿Eh?

-¡Ran, espera!- Sonoko se le unió en su camino- Espera...

-Sonoko, ¿qué pasa?

-Nada. Solamente pasaba por aquí por casualidad

-Ah...

-¿Y a dónde vas?

-¿Que a dónde voy? A un sitio

-Oh, vamos. Cuéntamelo

-...- Optó por no contestar. Y quería hacerlo, porque era Sonoko, su mejor amiga

-¿¡No me digas que has quedado con Sh...!?

-¿Eh? ¿Con quién?- ¿Había escuchado lo que había escuchado? Bueno, no había escuchado el nombre entero técnicamente pero estaba claro

-Con...con ese compañero de tu clase

-Ah...Sí

-Ya veo...Pensaba que habías quedado con...con otra persona "¡Ah, no! ¡Calla! No lo sabe..."

-...No sé de quién me hablas- Mentía- Lo siento, Sonoko. Debo irme- Y Ran aligeró el paso. No quería hablar del tema y no le gustaba el camino que estaba tomando la conversación

-"Así que Shinichi aún no ha ido a hablar con ella. Bueno, espero que solamente sea cuestión de tiempo"- Sonoko vio cómo su amiga corría, cada vez más y más rápido

Un chico esperaba en el parque, con la espalda apoyada en un muro y esperando a Ran. La vio. Entró por el otro acceso y se encontraba un poco desorientada. Al parecer no veía a la persona con la que había quedado. Él sonrió por dentro mientras sigilosamente se aproximaba a la chica que miraba a todos los lados, confusa. Se acercó a ella por detrás y le tapó los ojos con las manos. Acercó al mismo tiempo su cara a su oído derecho y le susurró

-¿Quién soy?- Ran pegó un respingo

-Shi...- Él le destapó los ojos y ella, por impulso, se puso frente a la persona que le había tapado los ojos-...

-¿Qué pasa?- Él vio la desilusión de la chica en su cara

-N...Nada...Pensaba que era otra persona...y por eso...- Se rodeó a sí misma con sus brazos intentando calentarse con las manos mediante fricción

-Pero vamos...- Él se desesperó- ¿Otra vez? ¿¡Otra vez pensando en él!?

-Eh...¿Él quién?- ¿La había descubierto?

-Sabes perfectamente de quién te hablo

-No. Te digo que no lo sé- Intentaba enmendarlo todo

-¿Acaso me tomas por tonto? Sé que estás pensando en el estúpido del detective ese que solía ser tu amigo de la infancia

-...- Ran volvió a empezar a enfadarse

-Se fue. Olvídalo ya, ¿me entiendes?

-¡No pienso hacerte caso! ¡Y menos en esto! - Cruzó los brazos

-Él no te merece en absoluto

-¡No digas eso! ¡Jamás vuelvas a repetirlo! ¡Fui yo la mala persona! Fue mi culpa que no lo haya vuelto a ver. ¡No te atrevas a hablar mal de él!

-...Mira, tenía dudas sobre lo nuestro pero ahora...

-¿Dudas? ¿¡Qué dudas!? ¡Entre tú y yo nunca ha habido nada! ¡Nada!

-Toda la culpa ha sido de ese detective, digas lo que digas

-¿¡Pero qué dices!?

-Venga, no te alteres...- Él la cogió por los brazos para acercásela- Besémonos- Acercó su cara a la de ella, pero a Ran le invadió el temor de que lo hiciera

-Eh...- Se soltó bruscamente y le estampó la palma de la mano derecha en la mejilla dando como resultado una bofetada sonora y roja

-Ah...- Se llevó la mano a la zona inflamada

-¡Ni se te ocurra hablarme más! Olvídame- Con el enfado al cien por cien en su persona, Ran se dio la vuelta y corrió para alejarse del parque. A partir de ahí, pensamientos negativos empezaron a invadirla-" ¿Por qué? ¿Por qué tuve que chillarle a Shinichi por teléfono? Yo sí que fui una estúpida. En vez de hablarle directamente, estallé por el teléfono. Ahora llevo dos años sin saber nada de él. Nada...Fue todo por mi culpa. Por mi culpa. Por haberme preocupado solamente de mis intereses y no pensar en lo mal que lo tuvo que pasar él. Solamente quería protegerme y mantenerme a salvo de aquellos hombres de negro. Imbécil...Ahora Shinichi está en Estados Unidos. Posiblemente habrá hecho muchos amigos, habra empezado una relación con alguna otra chica y me habrá olvidado por completo. ¿Por qué hice eso?"- No se había dado cuenta pero casi estuvo a punto de ser atropellada por un camión por haber estado inmersa en sus pensamientos. Un camión de mudanzas hubiera sido la causa de su muerte, atormentada por la culpa

Seguía corriendo y acabó en la casa de Shinichi, como todos los días, solamente que siempre iba por la tarde y no por la mañana temprano. Miró por la ventana al interior. Pero había una diferencia con respecto a lo que había estado viendo desde que Shinichi se fue del país: había muebles. Ran abrió los ojos, como platos

-"Y si..."- Pensó, totalmente esperanzada- "No, no puede ser. Debe de ser porque siempre he venido casi antes de que anocheciera y no había casi luz"- Apartó la cara del cristal- "Lo que yo decía"- Resignada, se sentó en las pocas escaleras que se encontraban delante de la puerta de la casa, apoyando la barbilla en las manos y los codos en las rodillas. Suspiró- "Si es que soy de lo que no hay. Además de ser la culpable de todo, vengo aquí todos los días esperando algo que no va a suceder"- Una lágrima salió de uno de sus ojos deslizándose por su mejilla, iniciando un vaivén de emociones confusas que habían estado guardadas durante bastante tiempo en el corazón de Ran- "Boba, deja de llorar. Para. No tiene sentido. No merece la pena llorar"- Pensaba mientras lloriqueaba

La puerta de la casa se abrió lentamente, sin hacer ruido, para dejar pasar a una persona que, con dar solamente unos dos pasos, se puso detrás de Ran, muy triste, sollozando. Y eso se notaba a kilómetros