Hola a todas, aquí les traigo la segunda parte de un Desde Cero.

Espero que la disfruten mucho, les cuento que encontraremos muchísima más acción, pasión, mucho drama y momentos muy tristes, así también como alegrías enormes.

Gracias a todas por su apoyo, por su tiempo. En especial a Lupita, por seguir en el camino de está locura, haciendo que mis ideas realmente se luzcan. Muchas muchas gracias, por tu trabajo y tu tiempo.

Tambiénquiero agradecer a mi amiga Diana, que me ayuda en todo, que me escucha, aconseja y realiza las bellas imágenes de cada capitulo.

Besos para todas y espero sus comentarios.


Un nuevo comienzo

Capítulo 1: Propuesta.

''Capítulo Beteado por Beta FFTH Lupita''

Pov Bella.

Era una linda mañana en Forks. Me desperté al lado del hombre que amo y con el que, desde hace poco más de tres años, comparto mucho más que solo una cama.

Muchas cosas pasaron desde aquella navidad donde nos comprometimos. Hemos recorrido hermosos días alrededor de nuestra gran y unida familia.

Alice y Jasper son muy felices con sus dos hijos: Charlotte y Nataniel.

Emmett y Rosalie, después de experimentar la dicha de ser padres del pequeño Peter, se encontraron con la sorpresa de un nuevo embarazo, y hace un par de meses atrás, llegó a nuestras vidas la hermosa Lilian, que era igualita a su madre.

Quienes decidieron agrandar la familia fueron Jake y Nessi, que luego de un largo camino transcurrido como pareja, y familia decidieron darle a Tony un hermanito o hermanita. Aún no se sabe, pero ambos están felices de disfrutar de este nuevo reto que se les presenta en la vida.

Esme y Carlisle, si bien pasan mucho tiempo con nosotros, rodeado de sus hijos y nietos, también han dedicado tiempo para viajar y disfrutar de su relación.

Me remuevo un poco, y me estiro, tratando de no despertarlo. Es temprano, son solo las seis de la mañana; yo no puedo dormir, estoy terriblemente ansiosa. Hoy mi pequeña Vicky empezará a ir a la guardería. Si, después de muchas peleas con su papá, y las opiniones de toda la familia, tuve que ceder. Es solo que me cuesta dejarla crecer, la veo tan pequeña y sé que todavía puede quedarse conmigo, jugando en la cafetería, hasta que regresen sus hermanos del colegio.

Desde hace dos años, cuando mi padre se retiró de la policía y se instalaron en Forks, mamá y yo decidimos montar la "Cafetería Swan", un hermoso sitio en este pequeño pueblo donde vendemos varios tipos de café y, según Emmett los mejores pasteles del mundo. La decisión de emprender este negocio, fue precisamente porque quería seguir compartiendo tiempo con mis niños, sin ser una carga para Edward.

Después del nacimiento de Victoria, y el regreso a casa de Mía, fue agotador. Debíamos seguir con el tratamiento y atender tanto a Tommy, como a la pequeña. Pero con mucho empeño y con la ayuda de Kristie —la señora que colaboraba en las tareas de la casa—, y el amor de mi prometido, salimos adelante.

Las suaves manos de Edward acariciaban mi cabello, y reaccioné levantando mi rostro para mirarlo.

— Buenos días, amor — murmuré suavemente.

— Buenos días, princesa — respondió, mientras me daba un beso.

— ¿Cómo dormiste?

— Mejor que tu, seguro — respondió. — Estuviste toda la noche inquieta. Cielo, tienes que estar tranquila, solo estarás unas horas separada de nuestra pequeña.

— Lo sé amor, pero entiende que no estoy muy segura. Además, no es necesario, ella es mi bebé — dije, haciendo un puchero al estilo Alice.

— Mi amor: ella tiene que crecer. Es una niña hermosa, y tiene que tener contacto con pequeños de su misma edad, y sus primos no cuentan — yo rodeé mis ojos.

— Está bien — me rendí, levantando mis manos en gesto de derrota. —Vicky ira a la guardería y yo me dedicaré a hacer miles de pasteles hasta que ella regrese.

— Mmm... Bueno, quizás podamos hacer algo para que te entretengas — dijo sugestivamente.

— ¿En qué piensas, cielo? — pregunté intrigada.

— Es algo que hace tiempo quiero plantearte, no sé que te parecerá a ti, pero...— la alarma del despertador lo interrumpió.

— Bueno… levantemos a nuestros hijos y en cuanto volvamos a estar solos, hablamos — ofrecí, mientras me dirigía hacia la ducha.

Luego de tener a nuestros tres angelitos bañados, desayunados y listos para empezar un nuevo año escolar, nos dirigimos a nuestro auto. Acomodamos a todos en sus lugares y dejamos a Mía en la primaria, a Thomas en el kínder y nos dirigimos con la pequeña Vicky a la guardería del pueblo.

Ella ni bien entró y ya estaba admirada con el lugar. Comenzó a correr y a jugar con los niños, ni siquiera se despidió. Tras cruzar la puerta de salida, los brazos de mi amado me rodearon mientras que lágrimas rodaban por mis mejillas.

— Mi amor, no debes llorar. Ella estará bien.

— Lo sé, pero está tan grande... a veces extraño tenerla en mi vientre. — Dije añorando esa sensación.

— ¿No has pensado, en que quizás, podrías experimentar eso de nuevo? — Lo miré asombrada.

— ¿Qué quieres decir, Edward?

— Me encantaría que tuviésemos otro bebé, que podamos disfrutar de buscar el embarazo, que lo más importante sea ver cómo crece tu vientre. Bella quiero que tengamos otro hijo — se explicó, muy serio.

— ¡Yo... yo! — No lograba hilar una sola frase, pero si atine a pasar mis brazos al rededor de su cuello y me colgué de él.

— Claro que me gustaría amor, pero...

— ¿Pero qué Bella?

— Todavía me debes una boda… cariño — agregué lo más seductora que pude.

— Perfecto, cielo. Entonces planearemos la boda y luego en la luna de miel empezamos a buscar al bebé.

— Pero nos aseguraremos que los niños están sanos, que nada va mal con ellos.

—Claro cielo, ya sabes que el mes próximo les toca su chequeo, pero si quieres lo adelantamos.

Llegué a la cafetería con un mundo de ideas en la cabeza. Por suerte, mamá tenía el café listo y preparaba unos ricos hot cakes.

— ¡Buenos días, mami!

— ¡Buenos días, Bella!, ¿Cómo empezaron mis nietos la escuela?

— La verdad, muy contentos — respondí, todavía vagando en mi mente.

— Me alegro, Bella. Hija, ¿qué te sucede? — Preguntó.

— Estuve hablando con Edward. Vamos a fijar fecha para la boda, y en la luna de miel empezaremos a buscar un bebé…

— Bells, ¿estás bien? La verdad no te noto muy entusiasmada con la noticia.

— Mamá… no lo puedo creer. Después de tres años de compromiso, finalmente nos casaremos. Y espero que esta vez pueda disfrutar al máximo de ese nuevo bebé que buscaremos...creo que aún estoy en shock — agregué.

— Ven cielo, ya verás que todo estará bien y podrán disfrutar de todos y cada uno de los momentos con tu familia — me animó, mientras me abrazaba.

— Lo sé, mamá. La verdad es que nos merecemos seguir con esta felicidad, tenemos tres niños hermosos y unos padres que nos aman y los chicos que son como unos hermanos para mí... con la boda y el bebé, esto será perfecto.

— ¿Boda? ¿Bebé? Dime que al fin mi hermano se digno a hacerte una Cullen — dijo prácticamente en un alarido Alice, que entraba junto con Esme.

— ¡Sí! Al fin vamos a fijar fecha — dije, ahora sí, demasiado feliz.

— Felicitaciones, hija. Me alegro muchísimo de que vayan a formalizar. Ya era hora — comentó Esme.

— ¡Oh por Dios! Bella… tenemos que comenzar cuanto antes a buscar todo, vestidos, salones, arreglos florales, las invitaciones, la lista de invi...— comenzó a enumerar Alice, pero la corté inmediatamente.

— Alice Cullen, si no te callas, te juro que no te dejo organizar nada de mi boda — pronuncié, completamente segura.

— Pero… Bella, tú debes dejar que yo organice todo — replicó, haciendo uno de sus típicos pucheros.

— Y lo haré. Siempre y cuando no me agobies con los preparativos. Es más, ni siquiera hemos hablado bien sobre cuando y como será nuestro casamiento.

— ¿Te casas, Bella? — cuestionó Nessy, que entraba mostrando una hermosa pancita de cinco meses de embarazo.

— Si — dijimos las cuatro mujeres

— ¡Qué felicidad, Bells! Ya era hora que mi hermano formalizara, pero ¿qué pasó para que se decidiera? — preguntó.

—Bueno, digamos que quiere un bebé... y le dije que antes me debía una boda... quiero que al menos alguno de nuestros hijos nazca dentro del matrimonio — expliqué entre risas. Realmente no era algo que me preocupaba mucho, los dos éramos conscientes del amor que nos teníamos y estábamos convencidos que un papel no iba a cambiar eso, pero si era un momento con el que siempre había soñado.

— Realmente toda una ganga lo tuyo, cuñadita — comentó Ness, divertida.

Nos sentamos y comenzamos a hablar de todo un poco, aprovechando que no ingresaban clientes, luego cerca de la hora del almuerzo con mamá nos dirigimos a la cocina a preparar los menús, mientras tanto esperaba ansiosa que dieran las tres de la tarde para ir a buscar a mi pequeña Vicky a la guardería.

Por la noche, ya en la tranquilidad de mi hogar, mientras preparábamos la cena Edward y yo empezamos a hablar sobre el "evento del año" como lo llamaba Alice.

— Cielo ¿estás, bien?

— Claro, amor. Estaba pensando en cómo frenar a tu hermana para que no haga de nuestra boda algo ostentosa y llamativa.

— Es Alice, eso sí que va a ser difícil, pero creo que podremos extorsionarla con escaparnos y casarnos en Las Vegas.

— Sí creo que con eso ella deberá aprender a contenerse...

— ¿Y cómo quieres la boda, amor?

— La verdad me imagino casándonos al atardecer, en un sitio hermoso como nuestro prado, todo muy simple... con un altar de flores y con todos los invitados esperándonos. Imagino entrar por una alfombra roja con nuestros hijos y sobrinos delante tirando pétalos de rosas, y que al final me encuentre con el hombre que me enamora cada uno de los días que compartimos juntos y simplemente jurar ante Dios, lo que hace años vengo haciendo ante los hombres.

— Me parece perfecto, amor. Será como tú lo digas... y sobre todo, ahí estaré al final del pasillo esperándote para jurar ante Dios y los hombres que te amaré el resto de mi existencia.

— Te amo, Edward.

— Te amo, mi Bella. y ¿En un mes… estas dispuesta a ser la señora Cullen?

— ¡Un mes!... Tu hermana nos matará, pero creo que será perfecto.

—Bien, nena. Creo que tendremos que hacer un anuncio... hoy empezaremos con los niños y mañana podremos hacerlo con nuestras familias.

— ¡Genial! Vamos a avisarles a todos.


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Besos... Nos leemos pronto!