Red20: Bueno, voy a empezar a reeditar algunas de mis historias porque había muchas faltas de ortografía y luego me había desvelado mucho en hacerlas. También es parte del nuevo proceso que voy a estar tomando con el fin de darle nueva vida a mis historias y a la vez, el de obtener algún beneficio económico. Para más detalles y explicaciones de ésto, favor de revisar mi perfil, y si alguien está interesado en ayudarme económicamente, igualmente en mi perfil se encuentran los diversos medios en los que pueden ayudarme.


Primer día, primer paso.

En una tarde calurosa del verano, mis padres y el padre de Sapphire, el profesor Birch se encontraban planeando a solas hacer un viaje para vacacionar en las playas de Ciudad Vermillon. Según ellos querían disfrutar de un buen tiempo a solas sin niños como lo hacían cuando eran más jóvenes. Aunque el único problema con esos planes eran que… Bueno, no tenían la confianza necesaria de que pudiéramos evitar hacer algún tipo de desastre en nuestras casas Sapphire y yo si nos dejaban solos, a lo que nos citaron a ambos en mi casa y darnos el aviso de sus vacaciones de una forma algo peculiar y misteriosa.

- Chicos, tenemos algo que decirles – habló el profesor Birch primero, mientras iba subiendo un par de maletas a su camioneta –. Como verán, sus padres irán de vacaciones.

- ¿En serio? No se nota – respondió Sapphire algo sarcástica.

- Lo que tu padre quiere decir es que como ustedes ya son grandes, y sabemos que se pueden cuidar solos, decidimos tomar este viaje, para recordar viejos tiempos y descansar de las labores de siempre – intervino con entusiasmo mi mamá con el fin de tranquilizarla.

Claro estaba que la confianza la tenían en mi para cuidarla. Si la dejaban sola en casa seguro iba a dejar todo desordenado con lo salvaje que es. Mi mamá en realidad sabía que palabras usar para que Sapphire se sintiera adulta con sus palabras.

- Éste viaje durara una semana, así que como nos tardaremos mucho, tendremos que dejar de encargado a alguien aquí – sugirió mi padre con un rostro serio mientras cargaba tres maletas sobre su hombro como si no fuese nada.

- En ese caso seré yo quien se quede a cargo – gritó Sapphire orgullosamente con mucho entusiasmo y puño al pecho, pero al parecer, ellos ya habían tomado la decisión.

- Sapphire. Tranquilízate, querida – le detuvo su padre con tono conciliador y una sonrisa forzada –. Nosotros estuvimos hablando sobre éste tema, por lo que creemos que Ruby sería una mejor decisión para que se quedara a cargo de cuidar de ti y de mi casa.

- ¿Qué, estaremos en su casa? – ésto me sorprendió mucho. ¿Entonces para que estábamos parados en mi casa?... A si. Mis padres llevaban más cosas.

- No es justo. ¿Por qué el se quedara a cargo? Y… Y… ¿Por qué estaremos los dos en mi casa? – Sapphire parecía querer mucho estar a cargo, aunque no la culpo, siempre la ven con desconfianza cuando se trata de tareas hogareñas y no los culpo, yo dudaría igual.

- Si señor. Vamos, deje que ella se haga cargo. Estoy seguro que sabrá qué hacer en su laboratorio – insistí para hacer sentir mejor a Sapphire, en realidad no me molestaría aunque en secreto haría todo para subirle la moral, pero parecía que no me tomaban en cuenta a lo que decía.

- No lo tomes a mal Sapphire, es solo que Ruby tiene mucho más experiencia en los cuidados caseros que tu – el profesor trató de consolarla pero no parecía que eso ayudara -. Además, él es más responsable para esto, así que hazle caso en todo lo que te diga, ¿entendido? – en cierto modo pareció haber sido algo estricto con ella y eso es raro por lo despreocupado que siempre ha sido con ella, así que fui a hacerla sentir mejor dándole un abrazo por la espalda... Pudiera que ella le atacara como una bestia si no hacía algo.

- No te preocupes Sapphire, yo cuidare muy bien de ambos – le dije al oído con una gran sonrisa, pero de repente, mi padre se me quedo mirando algo molesto.

- Será mejor que la trates muy bien y no le hagas ningún daño. ¿Entendiste jovencito? – me regañó mi padre con fuerza.

- ¿Acaso es tu hija? – murmure hacia mi mismo.

- No te dejes intimidar. Puedes hacer "todo" lo que tú quieras con ella a solas en la casa – me murmuró al oído el profesor Birch con un una sonrisa pícara pintada en su rostro.

- ¿Acaso eso es algo que un padre diría? – volví a preguntarme en murmullos con sorpresa en mi tono. No esperaba que un padre me diera un permiso así con su hija.

- Vamos, dense prisa. No tenemos todo el tiempo – intervino con un grito mi madre a mi papá y al profesor Birch, pues estaba esperándolos en la camioneta.

Después de haber dicho eso, ambos subieron de inmediato con el resto de las maletas a su camioneta y se marcharon, dejándonos a los dos a solas. Sapphire tenía un rostro serio, cosa que normalmente no pasa, parece que no le gustó del todo la idea de que ellos no la dejaran a cargo. Puedo comprender eso por su ansia de demostrar que es alguien de confianza y su actitud se podía sentir en el ambiente. Solo que de un momento a otro, su rostro cambio a algo un poco más alegre y con una sonrisa algo traviesa, que de verla me hacía sentir escalofríos.

- B-Bien Sapphire, creo que lo primero que deberíamos de hacer ahora sería la limpieza de la casa – le dije nervioso, mientras le iba empujándola hacía los materiales de limpieza dentro de mi casa.

- ¿Por qué lo dices? La casa no se ve sucia – me dijo ella con curiosidad en su voz mientras yo veía que nuestros padres dejaron una gran cantidad de escombros luego de empacar todo muy rápido.

El comentario de Sapphire me irritó algo y era que no veía cómo dejaron mi casa mis padres antes de irse. En verdad que querían deshacerse de nosotros para tomar sus vacaciones que ni les preocupó dejar un desastre en la casa. Podrían esperar a que Sapphire se le ocurriese ir de aventuras a algún otro lado llevándome con ella y contratar a alguien más responsable que nosotros para que cuidaran las casas. Aunque nos íbamos a quedar en casa de Sapphire, no podía dejar mi casa toda sucia y hacer que me regañen por eso. Luego pasaríamos a su casa y continuar limpiando ahí... Eso si no hacemos más desorden del que vayamos a empezar.

- ¿Cómo de que no se ve sucia? – le grité con furia mientras sentía el latido de mis venas en mi frente al hacerlo y la empujaba aún más fuerte a la casa para que limpiemos el desastre. – Esos irresponsables nos dejaron mi casa hecho un basurero.

- Esta bien, esta bien. Pero no tienes que ser tan agresivo - respondió ella entre risas mientras corría a buscar trapos y baldes de agua jabonosa.

- No te estés quejando. De por si que me dejaron a cargo.

Tras terminar de limpiar el basurero me sentía demasiado cansado por lo que se había hecho, pues Sapphire me dejo casi todo el trabajo de limpieza, y aunque ella hizo lo más pesado, su resistencia y energía era mucho mayor que la mía. Ella nunca había limpiado su casa antes y me preocupaba que tirara algo frágil de mi casa por la velocidad a la que iba. Ella le despreocupaba que tan limpia estuviera su casa o mi casa, por lo que tuve que limpiar lo que ella decía que ya había quedado limpio. Dejándome tirado y suspirando en el suelo. Pero después de que el cansancio pasara, el hambre me empezaba a invadir y mi cuerpo recuperaba algo de energías por la urgencia de llenarlo de comida.

- Oye Ruby, ¿ya tienes hambre? – la pregunta curiosa de Sapphire alertó a mí oído que detectó un tono travieso en su voz.

- No mucha. ¿Por qué lo dices? – mentí con vergüenza. No quería que verme tan débil y cansado ante ella.

El único problema fue que mí estómago me traiciono al alertar al oído agudo de ella con un estruendoso gruñido de hambre.

- No mientas. Te estas muriendo de hambre - dijo con una una gran sonrisa dibujada en su rostro.

- Esta bien, si tengo hambre - admití vencido mientras me ayudaba a levantarme del suelo.

Realmente no quería decir nada porque seguramente me iba a tocar a hacer la comida, la verdad no me agradaba mucho sus recetas raras que hacía con hierbas, por lo que la comida sería mi labor y ya me encontraba muy cansado como para tener que hacerlo sin descansar bien.

- Entonces déjame preparar la cena.

En aquel momento en que ella dijo esas palabras sentí un pequeño escalofríos invadir mi cuerpo y tragué saliva con fuerza, el saborear sus platillos raros nuevamente no era algo que me gustaría más que morirme de hambre, por lo que la detuve de inmediato sujetándola del brazo con un tirón.

- No espera, espera. No tienes que precipitarte ahora. Mejor descansemos un rato y luego nos preparamos para hacer la comida...

Intenté tratar de negociar con ella para que no hiciera de las suyas en mi cocina que recién limpié... O el de hacer una fogata en el patio, pero al tomarla tan repentinamente y con fuerza, cayo encima de mí, quedando nuestros rostros uno frente al otro generando un pequeño momento de silencio incómodo entre nosotros. No esperaba que tuviera fuerza como para hacer que ambos cayéramos al suelo, seguramente la tomé en una posición desequilibrada para ella porque no podíamos movernos por la pose en la que nos encontrábamos, o bueno, yo al menos no podía por la vergüenza que sentía.

Podía sentir nuestros corazones palpitaban con fuerza y nuestro respirar nos era cada vez más pesado. Esto no lo podía soportar más, sentí que mi corazón se me iba a salir, así que la tuve que apartar de mi cuerpo con mucha timidez usando toda la fuerza que me quedaba.

Ambos terminamos sentados uno al lado del otro sin vernos a nuestros rostros sonrojados por lo que nos pasó. Por lo que para evitar estar en éste ambiente tan gélido otro rato más decidí hablar primero.

- Ham… É-Éste… Sapphire... – hablé en voz moderada para llamar su atención, mientras me tragaba saliva. En mí garganta sentía un nudo y con vergüenza me rascaba la nuca –. N-No hace falta que cocines... Recuerda que yo estoy a cargo y será un placer que te cocine.

Mentía sobre eso. Realmente quería seguir descansando, pero ha estas alturas quería también deshacerme de aquella incómoda situación.

- No hace falta eso Ruby. Debes de descansar, no te ves como si pudieras mantenerte más tiempo de pie – me respondió algo preocupada y con un brillo vivaz en sus ojos como si con sus palabras le diera el permiso para cocinar.

- Sapphire – le hablé en voz fuerte y seria –. No seas una chica malcriada y déjame cocinar para ambos.

- ¡Ay! El Ruby feroz me da miedo – gritó de forma sarcástica y burlona mientras cubría en broma su rostro como si le hubiera dado un susto.

- Solo obedece. ¿Bien?

- Esta bien – me respondió algo decepcionada –. ¿Y que haré yo?

- Vete a dar un baño. De tanto limpiar la casa nos hemos ensuciado mucho. Ya había puesto el agua para que me bañara yo, así que úsala y apresúrate para que te sientes a comer.

- Pero yo no lo necesito. Me bañe hace apenas dos días.

Esa respuesta sólo me hizo enojar más. Principalmente conmigo. Cómo no pude darme cuenta de que apestaba... ¿Será porque se untó algunas bayas que el olor dulce con las que se había impregnado mitigaba el fuerte olor a sudor que debería tener?

- ¿Hace dos días? Más aún necesitas darte un baño. Y nada de peros, sólo corre a darte un baño o te llevo arriba y te baño yo misma como si fueras una Poochyena salvaje. ¿Entendido jovencita?

Al dar aquella indicación a su cuerpo parecía llegarle algún tipo de escalofrío por su forma tan graciosa de temblar en su mismo lugar. Sabía bien ella que lo haría, si le tomaba medidas dormida sin sentir nada de vergüenza, el darle un baño como si fuera alguno de mis Pokémon que alisto para algún concurso, con ella le daría el mismo trato si no me hacía caso. Aunque apenas decir eso y dar un parpadeo había ya desaparecido de mi vista.

- Y será mejor que no tardes - grité con autoridad por las escaleras antes de prepararme a hacer la cena.

Más tarde en su cocina, cuando estaba pensando en que prepararle para comer me dí cuenta de que fui demasiado rudo con ella, no es que normalmente no lo sea, generalmente la regaño pero todo a modo de juego, me agrada verla sonrojada y molesta por lo salvaje que se pone, pero ésta vez fue un poco diferente, por lo que me decidí a hacerle un festín para enmendar mis errores. Ella solo quería ayudarme y dar lo mejor de si misma a pesar de sus errores y no saber nada de lo que se tuviera que hacer de limpieza. Creo que también fue parte mi culpa por ser demasiado exigente con ella. Quizás ella quería ser más atenta con este tipo de cosas del hogar y por eso es que quería estar a cargo de ambos.

Después de unos pocos minutos, yo ya me había preparado la cena, conformado por tres tiempos, una sopa dulce, un platillo fuerte vegetariano que le gusta mucho y un postre dulce, que me quedó fabuloso. No pude evitar tomar fotos a todos los platillos antes de que ella hincara sus colmillos en ellos sin admirarlos antes.

- Sapphire. La cena ya esta lista. Baja rápido antes de que se enfríe – le grité mientras me quitaba el delantal de mamá y me acomodaba para tomar asiento.

- Ya voy. Bajo de inmediato.

Contestó con un grito, mientras se escuchaban sus pasos estruendosos que daba al bajar por las escaleras. Sólo que cuando apareció, llevaba puesto un vestido azul claro, muy antiguo. Parece que lo tomó de entre la ropa de mi madre... Pudiera ser que no pasara primero a su casa desde la ventana de mi cuarto para buscar su ropa y pasó a buscar algo al cuarto de mis padres. Aunque parecía que ese vestido estaba bastante empolvado. Parecía que no lo había usado nunca en su vida y que las polillas ya lo hubieran atacado.

- ¿Y bien Ruby? ¿Qué te parece mi vestido nuevo? – me dijo con tanta seguridad y girando para modelarme ese raro conjunto de a principios de los 50´s.

Seguro que en serio no era de mi madre, a lo mejor será de mi abuela. En todo caso esa cosa no es nada fabuloso.

- ¿Nuevo? Acaso me estas tomando el pelo. – la regañé con un golpe a su cabeza con mi frente.

Aunque fue mala idea porque ella tenía la cabeza más dura.

- ¿Qué tiene Ruby? ¿Acaso tiene algo malo? – me preguntó de forma despistada mientras me veía preocupada por el golpe que di con la cabeza.

- Para empezar esta roto por todos lados – señalé mientras le mostraba en que partes estaba hecho trizas y casi desmoronándose. Que casi se podía ver debajo de ella si quisiera –; segundo, esa cosa no esta limpia, seguro le han de haber crecido hongos o un Paras; tercero, debes de ponerte también ropa debajo de esta - con eso dicho, se tapó con sus manos y me miró con el ceño fruncido y sonrojada como si yo fuese el pervertido aquí -. Y cuarto. ¿De dónde sacaste esto? – De tanto gritar quede jadeando por un momento.

- Lo encontré en mi armario. Era un obsequio que tus padres me habían dejado para mi cumpleaños en el momento en que partimos nuestro viaje alrededor de Hoenn – respondió algo apenada.

Entonces si se había ido a su casa... ¡Espera! ¿De mis padres? Seguro esa cosa tiene más años de lo que dice porque ni parece de éste tiempo y parece que estuvo en una cápsula de tiempo sin conservar.

- Bueno, ya no importa. De por sí, pensé que no tendrías más ropas contigo, así que te hice otro conjunto – en ese momento busque en mi cuarto mi mochila y le dí un nuevo vestuario azul como el anterior que le había regalado, para que combinara con el color de sus brillantes ojos –. Ten y vete a cambiar rápido antes de que se enfríe la comida. Yo luego me pondré a reparar ese vestido tuyo... Si es que sobra algo qué se pueda reparar.

- Muchas gracias Ruby – me respondió con una tierna sonrisa, subiendo con aquel conjunto aferrado a su pecho.

- Y si tardas más de cinco minutos me comeré tu postre – le grité por las escaleras escuchando un puchero de parte de ella –. Vaya que si se ve interesante ese vestido- me dije con asombro por el supuesto vestido que le regalaron sus padres a Sapphire -. No recuerdo haberlo visto ese día de su cumpleaños. Es más no se porque tiene un diseño como si fuera un vestido de… – no, no creo que sea, tiene un diseño similar pero si parece como si fuera de –. D-De novia.

A pocos segundos de decir eso, mi rostro se sonrojó y empecé a darme de golpes a la cabeza para que se me quitara esa imagen en la cabeza.

- Ruby. ¿Te pasa algo? ¿Estas listo para que cenemos?

Sapphire estaba ya parada detrás mió. Con ese murmullo al oído hizo que me sobresaltara mientras veía como sus ojos azules me miraban con preocupación.

- S-Si. Todo bien. Es que... Recordé algo que no quería recordar - mentí nuevamente mientras desviaba la mirada -. Mejor toma asiento rápido que se enfría y no te daré postre.

Al ver como inflaba sus mejillas vi cómo corría sobre mi a tomar su asiento y empezaba a atacar el plato que tenía frente a ella.

Terminando la cena, ambos estábamos muy satisfechos por lo que había preparado, que casi podíamos movernos. Así que decidí enviar a Sapphire a su cuarto para que descansara y me dejara su vestido "nuevo" en el sofa, mientras yo lavaba los platos sucios que dejamos con tremenda cena. Pero antes de que fuera a dormirse, me sorprendió con un fuerte abrazo en mi espalda.

- Ruby – habló Sapphire, con un tono cansado y tímido –. Gracias por ser mi mamá – eso me molesto un poco, pero antes de que le regañara de nuevo con gritos, me abstuve y decidí ser más cortes.

- De nada – le respondí con una sonrisa ladeada, mientras le tomaba las mejillas. Solo que después quise seguir con su juego –. Ahora ve a dormir a tu habitación jovencita.

- Pero es muy temprano. Que mala madre eres – respondió entre risas, mientras subía por las escaleras.

Al terminar de lavar los trastes. Fui de inmediato por mi mochila, para sacar mis materiales de costura y remendar su vestido. Quería tener todo preparado antes de irme a su casa para pasar a hacer la limpieza mañana temprano en el laboratorio del profesor. Aunque el vestido de Sapphire parecía estar todo deshecho, en realidad, se veía un bonito vestido por lo que di mucho mi empeño para remendarlo, aunque agregué más tela que parecía ser otro vestido, pero más bonito, como si lo hubiera diseñado un Dios, es decir yo. Aunque al acabarlo noté más el diseño de un vestido de novia en él.

Sostuve el vestido frente a mi, imaginando como se vería Sapphire con el, tratando de evitar pensar de nuevo en lo otro. Solo que no note que Sapphire había bajado y estaba a mi lado admirándolo con un gran brillo en su rostro.

- ¿S-Sapphire? ¿Q-Qué haces aquí? ¿No te mandé a dormir?

- Es que no podía dormir porque hace mucho frío en mi habitación y quería ver como te quedaba mi vestido – me dijo algo apenada y viendo hacía el suelo.

- Ay, está bien. No hay problema Sapphire. Si quieres ya puedes ponértelo.

- Gracias Ruby, pero date la vuelta, no seas pervertido – me respondió mientras me lanzaba al suelo y se ponía con tal rapidez el vestido que le arregle, parecía una amazonas mágica porque no tardó más de un minuto en ponérselo –. ¿Ahora si me veo bonita, Ruby? – preguntó con una enorme sonrisa y con un giro para modelarlo.

- Ahora si se te ve bien. Y vamos ya a dormir. ¿Está bien jovencita? – volví a hacerle la propuesta, como si fuera su padre o algo por el estilo.

- Si mamá.

Me respondió mientras me tomaba de la mano y me llevaba a al segundo piso de su casa. Pero cuando recordé que no nos habían dicho mis padres el lugar en donde me quedaría a dormir, solo imaginaba que tendría que irme a dormir en el sillón de su casa. No tenía más opción en todo caso, había dejado en mi casa mi equipo de acampar y aunque estuviera cerca, dejaron cerrada mi casa con llave. Así que tuve que abstenerme y solo llevar a Sapphire a su cuarto para que pudiera dormir.

- Muchas gracias por mí vestido nuevo Ruby.

- No hay de que. Ahora duérmete. – Respondí, mientras salía de su habitación, hasta que me detuvo con otro capricho suyo.

- Ruby. ¿Puedo dormir con mi vestido puesto?

- ¿Qué tampoco no traes pijamas?

- No es eso. Es solo que no quiero separarme de el.

Su mirada parecía como la de una niña pequeña recibiendo un juguete nuevo. De sólo mirarla así hizo que tuviera un flechazo al corazón.

- E-Esta bien, pero solo por hoy.

Respondí evitando la mirada de la de ella y me iba a mi cuarto a buscar algunas cosas para dormir, le iba a dejar la cama de mis padres, era la más grande. Yo por mi parte me preparaba para dormir en mi cuarto, aunque algo solitario a pesar de que ambos durmiéramos bajo el mismo techo. Pero casi no podía dormir, me sentía algo incómodo- Era como si algo me estuviera vigilando entre las sombras, y no había ninguno de mis pokémon fuera de sus pokeball. Sentía un respirar arriba de mí, que parecía ser algo pesado. Cuando giré para saber de qué o quien se trataba, casi me caigo de mi cama por la sorpresa de ver a Sapphire algo triste sobre mi cama como si fuera un depredador teniendo compasión por su presa. También pude notar que estaba acompañada con una de las almohadas del cuarto de mis padres. Aunque igual no pude evitar caer de lleno al suelo frío.

- ¿S-Sapphire? ¿Qué te sucede? ¿Entró algún Salamance a la casa?

- Es que no me podía dormir – me respondió mientras se limpiaba las lágrimas que le caían.

- ¿Por qué no puedes dormir? – Volví a preguntar, mientras me levantaba del suelo.

- No podía dormir pensando en que no había nadie más conmigo, Ruby.

- P-P-Pero pudiste liberar a alguno de tus compañeros para que te hiciera compañía.

- L-Lo sé. Pero no es igual... Q-Quiero estar contigo... Se puede.

De nuevo sentí otro flechazo en mi pecho. Otro más y seguro moriría de tanta dulzura.

- ¿Entonces me podrías acompañar a dormir en mi cuarto, Ruby?

Listo, con eso ya tuve para ceder a sus encantos como un zombie, un no-muerto que no podía pensar nada más que en ver siempre ese rostro dulce en ella.

- Esta bien Sapphire, pero solo por hoy - en eso Sapphire se puso muy contenta, que volvió a jalarme de los brazos, tirando de mí por el pasillo. En verdad era muy fuerte que sólo sentí el brazo a punto de romperse.

- Duerme conmigo Ruby.

- ¿Eh? Te dije que si. ¿No estás viendo?

Aunque ya sabía lo que ella quería, quería seguir jugando algo más con ella al poner mi almohada en el suelo helado.

- Pero tengo mucho frío y tú dijiste que podría pescar un resfriado, duerme conmigo – me respondió con más lágrimas en su rostro, que casi se veía que iba a llorar.

- Muy bien. Muy bien. Lo haré. Pero no llores.

Respondí fingiendo hacerlo de mala gana y me recosté del otro lado de la cama. En cierta forma daba tranquilidad a mi corazón y a la vez evitaba que mi cerebro me dejara dormir por los nervios que tenía aún tratando de mantener una distancia adecuada a la de ella.

La noche iba avanzando y aún no podía conciliar bien el sueño, debido a que Sapphire se pegaba cada vez más a mí. No podía ver si era a propósito o no. Yo estaba viendo al otro lado, y en un momento a otro, ese silencio se rompió con una pequeña pregunta.

- ¿Ruby?, ¿aún estas despierto? – preguntó somnolienta mientras se levantaba de su lado y trataba de ver si estaba dormido aún.

- Si, aún estoy despierto.

- Ruby. Quería darte las gracias por cuidarnos.

- Ya te dije que no tienes de que agradecérmelo.

- Si debo. Tú te hiciste cargo de todo en la casa. Cocinaste, limpiaste, remendaste mi ropa. Eres más como una mujer de lo que yo soy.

- ¿Se supone que eso debería de tomarlo como un cumplido? – murmure algo enojado. Eso dolió. Aunque no puedo evitar que soy perfecto en todo ello.

- Ruby. Lo que en verdad quiero decirte es que... - detuvo sus palabras al sostener una mirada seria en su rostro a pocos centímetros del mío, aspiró profundo y con un grito continuó -. ¡R-RUBY, YO TE AMO! – con pequeñas lágrimas en sus ojos terminó su confesión asía mi con una tacleada sobre mi –. Ruby, yo quería demostrarte que podría ser tan buena como lo eres tu, pero no me dejaste hacer algo para que te lo pudiera demostrar.

- Sapphire, no tenías que hacer eso – le murmure al oído, mientras sujetaba su cabeza entre mis brazos –. Yo también te amo, y es por eso que hice todos esos deberes, porque no importa cómo eres, yo seguiré dándote apoyo en lo que no seas buena.

- ¿En verdad? – preguntó mientras fijo su mirada a la mía con unos ojos tan tiernos que no pude soportar más y la abrace aún más fuerte.

- Si. Lo digo en serio.

En el momento en que ambos nos confesamos el amor el uno al otro, nos íbamos acercando cada vez más y más. No lo podía creer y creo que ella tampoco, pero cuando nuestros labios iban a juntarse para besarnos, solo que algo nos interrumpió. La ventana de mi habitación se abrió de la nada y varias personas aparecieron de la nada. Yo estaba preparado para protegerla, solo que varios flashes me cegaron por unos momentos. Lo único que podía escuchar eran varias risas, que me sonaron muy familiares y cuando logre aclarar mi vista, no pude creer lo que pasaba.

- Felicitaciones. Nunca creímos que en el primer día se declararan – gritó de entre las carcajadas una voz femenina que me parecía familiar.

- Si felicidades. Pensé que iban a tardar más tiempo. Felicidades muchacho – otra voz continuó con júbilo, pero era más ronca.

- ¿Papá? ¿Mamá? – eran mis padres los que estaban festejando, mientras sostenían un par de cámaras – ¿Ustedes planearon todo?

- ¿No sin mi ayuda? – una tercera voz apareció de la nada detrás de ellos.

- ¿Papá? ¿También tienes que ver en esto? – vociferó Sapphire molesta por lo que todo lo que hicieron.

- No se enojen, nos preocupamos por ustedes así que planeamos todo esto. Y cómo ya todo esta claro. Ahora si nos iremos de vacaciones – dijo el padre de Sapphire, mientras bajaban por unas escaleras fuera de la habitación de Sapphire –, Nos vemos en una semana. Cuídense.

- Y espero que seas un buen hombre y no dejes las cosas así. Hasta luego muchacho - dijo mi padre saltando con mi madre en brazos desde el segundo piso de mi casa.

- Será mejor que no vuelvan otra vez. La semana de vacaciones empieza desde que se van, nada que regresan antes – les grité a mis padres y al de Sapphire con otra vena brotando de mi frente.

Pero por otro lado creo que debo de agradecerles. Pudieron darme una noche maravillosa con Sapphire y seguramente una semana bastante animada de aquí en adelante.

- ¿Ruby? – me habló Sapphire en tono nervioso.

- ¿Si Sapphire? ¿Qué sucede, dime?

- ¿Podemos volver en lo que nos quedamos?


Red20: Bueno, espero les haya gustado los cambios que le haya hecho a éste fic. Si quieren que continúe dando un nuevo vistazo a mis historias que pueda mejorar, no olviden dejar comentario y si gustan apoyarme por los medios puestos en mi perfil.