Disclaimer: FullMetal Alchemist es de Hiromu Arakawa; esto fue escrito sin fines de lucro.

Línea temporal: Durante el viaje de los Elric. Ningún anime en especial.


Tema No. 1

AMIGO DE LA INFANCIA

Capítulo Único

Edward estaba recostado en el patio de la casa Rockbell bajo la sombra de un manzano. Su ceño fruncido revelaba que, sea lo que fuera que estuviese pensando, no le agradaba en absoluto. Sin embargo (y aún con todos los escalofríos que eso le provocaba), profundizó en el asunto.

Todo había comenzado con eso. Sí, con aquel suceso que lo descolocó por semanas y ahora lo atormentaba cada vez que veía a la rubia mecánica cerca de él. Porque, mirando los hechos desde afuera, ¿Qué tan patético es enamorarte de tu amiga de la infancia? Es decir, tanto tiempo de conocerse y hasta de vivir juntos como para que, apenas ahora, se diera cuenta cabal de que Winry era un mujer en todo sentido de la palabra y le importaba más de lo que siempre pensó. Para empezar, ¿ese sentimiento estuvo siempre o llegó de improviso? Y si fue lo último ¿Cuándo comenzó? ¿Cómo? Y por sobre todas las preguntas ¿Por qué?

Y todo esto no era porque Winry no le pareciera bonita (que lo era), pero, francamente, había conocido a chicas más agraciadas físicamente que estaban detrás de él y, sin embargo, a ninguna le había hecho caso. Además, no es que ella lo tratara con delicadeza y amor puesto que siempre le gritaba, lo insultaba y lo golpeaba. Pensar en esas cosas le provocó un escalofrío por el sentimiento de creerse un masoquista.

Incómodo por su línea de pensamiento, rodó sobre su estómago hasta que se topó con un par de pies que le impidieron avanzar. Levantó la vista y se encontró con la causante de sus desvaríos mirándolo fijamente.

—¿Necesitas algo, Winry?— preguntó como quien no quiere la cosa.

—¿Qué te hizo creer que necesito algo? ¿El hecho de que estoy llamándote desde hace más de diez minutos? — como el sarcasmo en su voz era evidente, Edward optó por no contestarle.

Winry dio un suspiro, lo que sea que tenía qué decirle podía esperar, así que se sentó calladamente a su lado; la vista desde allí era realmente agradable.

Y fue entonces que allí, tan cerca el uno del otro y con la expresión tranquila en el rostro de Winry, que el (ya no más) Alquimista de Acero se dio cuenta de que no importaba ni cuándo, cómo ni por qué se había enamorado de ella o si había sido desde siempre o desde ahora, él estaba conforme amando a su rubia amiga. Después de todo, ¿Quién te quiere más que un amigo de la infancia?


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Última Edición: 04/01/2013