Un pequeño drable para demostrar el apoyo a nuestros hermanos nipones por la gran tragedia sucedida hace no mucho. Que no piensen que se encuentren solos ante el infortunio.
Un Mensaje de Esperanza
Quizás no lo pareciese pero el pequeño Kiku era una nación fuerte, detrás de esa mirada que a muchos le pareciese vacía estaba llena de historias de victorias, además era un sobreviviente, es decir no cualquiera soporta dos bombas atómicas y renace más esplendorosamente que antes.
Estos eran unos de los argumentos que se repetía de forma continua la nación mexicana, sin embargo la preocupación que le oprimía el pecho no era para menos, el temblor fue unos de los más grandes a nivel mundial, y para el colmo les llego el Tsunami a los pocos minutos. El joven de tez morena podría imaginarse la magnitud de aquel infortunio pues incluso uno de sus hombros daba pequeñas señales de dolor infligidos por el mismo fenómeno.
Su gente comenzaba a escuchar la llamada del auxilio proveniente del otro lado del mar y estaban poniéndose a punto para ver que sucedía e ir lo más pronto posible, los lazos formados por más de 400 años ahora demostrarían que son tan fuertes como para atravesar la distancia de ambos países con tal de ayudar. El mismo sentía las ganas de acortar las distancias a nado.
Sin embargo todavía la pesadilla no acababa, si bien el tanto el temblor como el tsunami había acabo sus secuelas no daban más que inicio, incendios, construcciones destruidas, personas varadas y por si fuera poco un posible riesgo de explosión en las plantas nucleares, el cielo parece ensañarse a veces, pero debía de confiar y tener fe de que aquel joven asi de su gente sabrían como afrontarlo.
El celular comenzó a sonar, él sin apartar la mirada de la ventana que daba justo hacia el hogar de su amigo contestó reconociendo la voz al instante.
-Hey brother, do you heard?- la voz usualmente risueña del gringo ahora denotaba un matiz de angustia
-Si Fredo ya me estoy preparando para ir cuanto antes- dijo dando un suspiro profundo
-Kiku… he will be okay… rigth- dijo bajando mas la voz con un ligero temblor en ella
-No seas tonto, por supuesto que él se encuentra bien, ni se te ocurra pensar lo contrario me oyes gringo- dijo sabiendo que no era el único que estaba preocupado, a estas alturas todo el mundo estará en la misma situación que ellos, ni que decir que ninguno se sentiría tranquilo hasta poder ver al pelinegro con sus propios ojos con aquella presencia tranquila.
-Él estará bien…- volvió a repetir para sí mismo, Alfred aun estaba en la línea oyendo aquellas palabras que era un consuelo para su alma, después de eso ambos jóvenes guardaron silencio mirando azul de cielo en espera de una señal que confirmara sus esperanzas.
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
El joven japonés estaba todo cubierto de heridas y con un dolor intenso en todo su cuerpo, aun asi no dejaba de ir de un lado para el otro prestando ayuda a cada uno de sus ciudadanos. Era un persona ejemplar pero sus fuerzas iban poco a poco menguándose hasta que finalmente sintió como se desvanecía, pero no se encontró con la dureza del suelo en vez de ella su cuerpo fue sostenido por varios pares de brazos, todas de distintas coloraciones, reconociendo en ellos a todos sus amigos, a los cuales les dio una leve sonrisa antes caer inconsciente sabiendo que ahora todo estaría bien.
