Aclaraciones: Contiene un poco de Ooc (Tener en cuenta que los personajes ya no son niños)

Las edades son 19 (Kagura) y 23 (Okita)

Narra Okita Sougo

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1


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La conocí en concreto cuando la encontré peleando con un cliente de un café. Se suponía que estaba trabajando y este la agredió. Hacía las caras más graciosas que había visto alguna vez.

No dure viéndola mucho. La trataban de correr de ahí, pero vaya que era terca. Recuerdo que me puse los audífonos, enfocándome en otras cosas. Olvidando a ella y a su terrible escándalo. El gusto no me duró mucho cuando ella se sentó enfrente de mí, haciendo un puchero. El jefe del café le había pedido que se calmara. Mi mesa al parecer era la única que tenía a una persona ocupándola.

Ella fingió ser mi amiga, y yo quise tratar de correrla de mi mesa, no quise irme ese día. Llovía a chorros. Compartimos mesa mientras yo hacía alusión a sus malos modales y de su enorme parecido con los primates, y ella me sacaba la lengua, poniéndome apodos de todo tipo, y yo tampoco me quede atrás. Usaba ropa china y se equivocaba con las palabras. Era la chica china. Y para ella yo era el sádico que se burlaba de su persona.

A ninguno le agradaba la idea de compartir la mesa, pero era lo mejor que podíamos hacer.

Ese día ella se marchó cuando la lluvia paró, cargando su molida sombrilla.


2


La segunda vez que la vi fue en el supermercado. Compraba una sombrilla nueva y golosinas. Lo supe porque ella estaba adelante de mí en la caja.

Tuve mala suerte ese día porque ella buscaba y buscaba en su bolsa, jurando que tenía dinero y yo tenía prisa. La cajera siquiera se inmutó.

No dude mucho y pagué por ella, entonces pudieron atenderme.

Conforme ella se alejaba podía escuchar decir a los trabajadores de la tienda que "esa chica" se había salido con la suya de nuevo.


3


La tercera vez que la vi fue en el cine. Iba con un chico. La chica china no parecía tan interesada en él, como él a ella.

Extrañamente mi asiento estaba justo delante de ella. Sentía las patadas que daba cada que el asesino hacía su aparición, junto a los palomitas que caían a mí.

Mi paciencia explotó y nos vimos a ambos fuera de la sala. Su mirada era como la del asesino de la película, o me atrevería a decir peor.

"Es tu culpa."

Estaba resentida, enojada, y etcétera. Pero yo también lo estaba, ese era mi día libre.

"Las golosinas lograron afectarte el cerebro, ¿No?"

Me miró confundida hasta que pudo recordarme, y aun así me hacía un puchero.

Nos quedamos en silencio un rato, y luego de un rato todos salieron de la sala. Su acompañante corrió hacia ella con la intención de abrazarla, pero ella lo detuvo antes.

"Prometiste que si venía contigo al cine dejarías de molestarme."

Podía parecer una actitud muy arrogante, y sin embargo pude sentir algo muy diferente al escucharla y verla.


4


La cuarta vez que la vi fue trabajando de cajera en ese mismo café. Esta vez parecía más alegre, y la forma en que vestía hacía desviar la mirada de la mayoría de hombres de ahí.

Al notar mi presencia ella fue directo a dejarme una orden ni siquiera había pedido, era de las más caras. Al parecer ese día la tenían en una prueba para ver si recuperaba su trabajo, y yo era su señuelo. La llamé varias veces para hacerle preguntas absurdas, y pedidos de los que luego fingía arrepentirme.

La china se molestó, y cuando perdió por completo su paciencia me aventó los pedidos que cargaba.

Nos sacaron a ambos. Su trabajo estaba más que arruinado, al igual que la ropa que yo acaba de estrenar. En ese momento creí que había sido lo más justo, hasta que ella suspiró y me dio una fuerte patada en el estómago para luego salir corriendo.


5


La quinta vez que la vi fue en una boda.

Era la boda de Kondo-san, yo era uno de los padrinos y esa china, si, esa china, era la madrina, pero de parte de la novia. Fingimos no conocernos, o eso fue lo que hice yo. Ella lucía alegre y distanciada de todo lo que se relacionaba a mí, así que no sabía si de nuevo me había logrado olvidar.

Cuando anocheció y los invitados estaban más "alegres", fui al jardín. Yo era parte de los invitados felices, por esa misma razón quise estar solo un rato. Y ahí estaba ella de nuevo.

No se veía tan enérgica y contenta como lo hizo al principio. Su mirada se concentraba en su móvil.

Un débil susurro se escapó de sus finos labios.

"Yo... No lo estoy."

Su mirada pronto se desvió a mí. Pareció desconocerme unos segundos, hasta que por fin decidió acercarse a mí.

Me pidió mi celular. En ese momento no dudé de dárselo, no estaba lo suficiente consciente para negarme a nada.

"Este es mi número."

Me dio de nuevo mi móvil.

"Me iré un rato, así que llámame si la jefa necesita algo y trataré de volver lo más rápido que pueda."

Al concluir de decir eso se marchó, desapareciendo entre la noche y las sombras borrosas.

Dirigí la mirada a mi celular, y vi el número con un nombre contacto.

Kagura

Esa noche no volvió. No escuche nadie llamándola, yo mismo había me había escapado de esa animada celebración para estar solo en el jardín.


6


La sexta vez que la vi fue en la tienda de ramen.

Yo estaba unos asientos lejos de ella, quizá por esa razón no se percató de mi presencia.

Ella conversaba con el cocinero, se quejaba y pedía más. No logré escuchar que decían, pero los gestos me hacían entender que ella no estaba nada contenta.

Luego se marchó, rogándole algo al cocinero y este cediendo cansado luego de unos cuantos intentos de ella.

Cuando yo terminé me dirigí hasta aquel hombre, para pagar, entonces me percaté de que en el asiento de ella estaba su bolsa.


7


La primera vez que la llamé fue un día nublado.

Su móvil no sonaba en su bolsa, lo que significaba que ella lo tenía.

Llamé unas cuantas veces hasta que ella contestó con una voz cansada.

Le dije que había encontrado su bolsa. Esa chica china me contestó que nos viéramos en un parque.

Fui caminando, no quedaba tan lejos de donde vivía.

La china me esperaba en una banca. Me senté a lado de ella y le entregué su bolsa sin decir ni una palabra.

Estaba por irme, cuando le pregunté si no quería que la acompañara a su casa. Se negó. Me dijo animada que su turno en la tienda donde trabajaba aun no acababa.

Había conseguido un nuevo empleo, y eso de alguna forma me hacía feliz a mí.

Esa había sido la séptima vez que la vi.


8


Me pregunté un día mientras veía la ventana, despidiendo el sol, la razón por la que contaba las semanas desde que no la veía y le di otro sorbo al café.

Ese mismo día vino de visita un amigo. Le conté de ella, y el número de semanas que no la veía. El rió fuertemente.

"Ella te gusta, y claramente la extrañas."

Esa noche miré el techo en lugar de dormir.

Quería verla de nuevo.


9


Veía su número de contacto, pero no era capaz de marcarle.

Llegué hasta ese punto luego de tres meses y tres semanas de no verla.

Quería preguntarle como estaba, si le iba bien en el trabajo o se había conseguido otro.

Pronto el sonido de espera de la llamada inundó mi oído. Ella contestó. No espere que me reconociera, pero pude sentir mis labios curvarse un poco cuando escuché lo siguiente:

"¿Eres tú?"

No respondí hasta luego de unos segundos.

"Soy yo."

Ella rió.

"Te tengo registrado como bastardo sádico, ¿Quieres que lo cambie o lo deje así?"

"¿Bastardo sádico? Muy amable de tu parte, china idiota"

"Entonces lo dejo así. Bueno, no sé qué tenías que decirme, pero tengo que colgar, mi jefe me está mirando feo."

Tenía ganas de decirle muchas cosas, pero en especial una. Un segundo antes de que colgara.

"Quiero verte."


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Nota de autor: Hola xD ¿Cómo están? Traje un nuevo fic, espera sea de su agrado y gracias por leer :3

Quiero decir que el formato en que esta dividido el fic se aclara hasta el final.

Este fic ya esta terminado y trataré de actualizar cada tres días por lo que es corto.

Si hay alguna incoherencia o algo agradecería mucho que me avisaran.

Gracias por su atención y buen día :D