La Redención.

Mónica Reyes se arrepiente de haber hecho parte de la conspiración los últimos 15 años y decide ayudar a Scully en su lucha para salvar a Mulder, aunque pueda poner en peligro su vida o la de la persona que más ama en el mundo: William.

PUENTE, EN EL INSTANTE QUE LA NAVE SE POSA SOBRE ELLOS

Para Scully no era una sensación nueva, más bien ya era algo que había vivido, pero en este momento estar parada ahí viendo como una nave se preparaba para llevarla contra su voluntad, era lo peor que podía imaginar y sentir. "No ahora, no por favor, tengo que salvarlo"… era lo único que su cerebro podía pensar, mientras sentía todos sus músculos totalmente paralizados.

Luego todo se tornó oscuro y perdió el sentido. Cuando despertó estaba en una cama de hospital, pero en una habitación un tanto oscura, pero elegante; estaba conectada a un suero y a maquinaria clínica. Su primera reacción fue tratar ponerse de pie, pero se sentía totalmente débil y mareada, estaba tan confundida y abrumada que los pensamientos no llegaban con claridad a su cabeza. "Cuanto tiempo hace…dónde rayos estoy, Mulder… Dios mío Mulder!…"

La máquina que medía sus signos vitales comenzó a marcar su agitada actividad cardiaca, por lo tanto empezó a emitir y sonido intermitente, así que entró a la habitación una enfermera seguida de CSM en una silla de ruedas. Dejó al hombre a su lado mientras comenzó a revisar su suero y los equipos médicos.

"Usted! Maldito bastardo… no tiene derecho" comenzó a decir Scully completamente colérica. "No es forma de agradecerle al hombre que salvó su vida, que le dio la cura al cáncer y que luego le devolvió la fertilidad para que pudiera darle un hijo al hombre que ama", respondió irónicamente el CSM. Ella lo miró totalmente atónica, como tratando de atar cabos y de entender que trataba de decirle este hombre.

"Debe liberarme, tengo que salvar a Mulder, usted no entiende, él está muriendo, yo necesito salir, por favor, quédese con mi vida si quiere después, pero ahora no" dijo ella pasando de la rabia a la súplica.

"Le ofrecí mi ayuda a Mulder, pero no quiso aceptarla, él está muriendo porque es su voluntad" respondió CSM.

"No, él está muriendo porque no quiere nada suyo. Yo tengo que ayudarlo y sé cómo, debe dejarme ir". Suplicó de nuevo Scully.

"No puedo, usted está interviniendo en mis planes y no le lo puedo permitir, por eso la tuve que traer". Respondió el CSM.

"Porque no me mata de una vez entonces, no soy capaz de verlo morir nuevamente". Dijo ya decidida Scully.

"Tampoco puedo, le prometí a una persona que trabaja para mí no hacerle daño y le debo todo me aprecio y le cumpliré mi promesa" dijo son sinceridad el CSM.

"Entonces déjeme hablar con Mónica, se lo suplico, luego puedo hacer conmigo lo que quiera". Dijo con lágrimas en los ojos Scully.

El CSM salió de la habitación ayudado por una enfermera que llevaba la silla de ruedas.

ESCONDITE DEL CSM (LUGAR DESCONOCIDO)

Scully estaba en su habitación totalmente sumida en una sensación de impotencia. Era tal la rabia que las lágrimas se le escurrían por las mejillas sin que pudiera evitarlo, ni siquiera tenía la fuerza para tratar de limpiarlas con su mano. Sentía que no se podía mover y se lo atribuía a algún medicamente que le habrían suministrado para mantenerla tranquila.

Mónica entró a la habitación, se le notaba totalmente consternada de verla así y la tomó de la mano. "Lamento tanto esto…" alcanzó a decirle. "Sé que no es tu culpa, y que no puedes hacer nada para evitarlo, pero te voy a pedir el último y más grande favor: trata de ayudar a Mulder, él necesita un tratamiento con células madre, tengo que encontrar a William, eso es lo único que puede salvarle la vida, te voy a dar el número de la agente Eninstein, sé que ella sabrá que hacer, necesito que te pongas en contacto con ella y te encargues de que lo salven", dijo Scully totalmente desesperada.

Mónica solo asintió, y en sus ojos Scully pudo notar que ella sabía dónde estaba William. "Me ayudarás?" preguntó Scully, a lo que ella solo respondió "Haré todo lo posible…".

Cuando Mónica Reyes salió de la habitación Scully sintió en su pecho una cálida sensación, un pequeño brote de esperanza. Sin embargo, ahora eran tantos los sentimientos encontrados que se sentía totalmente abrumada. Qué derecho tenía este hombre de decidir sobre su vida, sobre su muerte, sobre su fertilidad. Cayó en cuenta de que todos estos años, él siempre había hecho con su vida un ardid. Siempre había estado detrás de todas las cosas malas que le habían pasado, y ahora se adjudicaba la única realmente buena, el nacimiento de su hijo. No solo estaba haciendo con el mundo lo que le apetecía, la conspiración también se había hecho parte de su vida y de la de hijo. No existía un milagro, sino un plan. Se sentía totalmente usada, sentía que su gran debilidad hacia Mulder era el comienzo y el fin de todo, ahora lo entendía y se sentía muy mal por eso, pero lo que más le angustiaba en este momento era pensar que la más dura decisión que había tomado, tal vez no era la correcta. Si no había logrado alejar a su hijo de todo esto, si este hombre siempre lo ha tenido… "Dios mio dónde está William? qué habrá hecho este desgraciado con él?", pensó antes de caer dormida entre la impotencia y la desesperación.

HOSPITAL NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO

La agente Ensintein se notaba totalmente recuperada, pero se veía demacrada por el agotamiento físico. Estaba corriendo de un lado a otro en el hospital para ayudar al personal médico que se encontraba replicando y administrando el suero creado por Scully. Habían logrado encontrar una forma de contrarrestar el virus.

Ella estaba en el laboratorio mirando unos análisis cuando sonó su teléfono celular. "Agente Einstein, me pondo en contacto con usted por petición de la agente Scully, tengo la misión de salvar al agente Mulder con su ayuda. Como está él? Dijo Mónica al otro lado de la línea. "quién es usted? Qué quiere de mí? Dijo confundida Einstein. "Soy la amiga que le dio algunas respuesta a Scully sobre el virus, no le puedo decir mi nombre, pero sé cómo ayudar al agente Mulder", concluyó Mónica.

La agente Einstein llegó al mismo parque en el que se encontró hace unos días Mónica con Scully, estaba muy nerviosa y miraba de un lado para el otro, a lo lejos, estaba el agente Miller, se notaba que la estaba cuidando a manera de encubierto. Mónica llegó y se sentó en el banco.

"Mucho gusto agente Einstein, la agente Scully dice que usted puede ayudar a Mulder si conseguimos una donación de células madre de su hijo William". "Si es un tratamiento muy nuevo, pero muy eficaz, además supongo que si el ADN de la agente Scully nos ha ayudado con la cura, el de su hijo puede también ayudarnos a encontrar una solución definitiva. Pero no sabemos dónde está, hemos tratado de encontrarlo con mi compañero, pero ella solicitó adopción oculta, y no hemos podido,,," estaba diciendo la agente Einstein cuando fue interrumpida por Mónica. "Yo sé dónde está y sé que él estará dispuesto a ayudar, qué tenemos que hacer? Tiene que ser de una forma muy discreta y segura, o la vida del joven podría correr peligro", afirmó decidida Mónica.

Scully volvió a despertar, se sentía un poco mejor, pero sus muñecas estaban atadas a la cama, había su condición de enferma por la de prisionera. Estaba tratando de encontrar la forma de soltarse cuando se abrió la puerta y entró de nuevo el CSM. "¿Cómo se siente? Quiero esté lo mejor atendida posible" dijo.

"Eso veo" dijo irónicamente Scully señalando con la mirada las ataduras. "No me da más alternativas, sé que huiría en cualquier momento", respondió el CSM. "También sé que le pidió a Mónica ayuda, y quiero que sepa que en un acto de piedad, he decidido no impedirle su misión, yo tampoco quiero que mi hijo muera por su terquedad".

Scullly entendió lo que eso significaba, y a pesar del gran alivio que sentía por Mulder el dolor que sentía por William era tan fuerte en dolor frio recorría todo su cuerpo, y con la garganta ahogada de lágrimas le preguntó "Dónde está mi hijo, que ha hecho con él".

"Su hijo? Dejó de serlo cuando lo dio en adopción. Usted lo entregó, pero el siempre será mi nieto" le respondió el CSM.

"Lo estaba protegiendo de usted, y de todos los que querían hacerle daño" dijo llorando Scully.

"Nunca le haría daño. William está destinado para cosas grandes, él dirigirá el nuevo mundo" dijo orgullos el CSM.

"Lo ha convertido en un asesino?" dijo totalmente desesperada Scully. "El nuevo mundo no necesita asesinos, necesita dirigentes. A Willian no le ha faltado nada, ha tenido amor, los mejores maestros y todo lo que ha necesitado" respondió el CSM.

Scully sentía que el mundo se le venía encima, no solo había entregado a su hijo y se había perdido su niñez, sino que había permitido al peor de los hombres apoderarse de él. Se sentía la persona más fracasada sobre la faz de la tierra.

"¿Qué va hacer conmigo, puedo al menos verlo?" preguntó Scully con el último aliento que le quedaba antes de quebrarse en llanto.

"Aún no lo sé, todo depende de cómo se desenvuelvan las cosas… tampoco sé si sea saludable para William verla, no creo que quiera ver a la mujer de lo abandonó". Dijo el CSM disparando la bala más dolorosa que podría recibir Scully en su pecho con esas palabras.

HOSPITAL NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO

William se encontraba acostado en una cama de hospital, conectado a un suero, estaba dormido y Mónica estaba sentada en una silla a su lado, le sostenía dulcemente la mano, y lo acariciaba con ternura. Entró a la habitación la agente Einstein y dijo: "Es un joven muy fuerte, respondió muy bien al procedimiento de donación, nunca había visto alguien recuperarse tan rápido". "Él es así, es perfecto, saludable y lleno de virtudes" dijo Mónica como si fuera una madre orgullosa hablando de su hijo.

"Hace mucho que lo conoce'" le preguntó la agente Einstein. "Desde antes de nacer, he sido como su custodia todos estos años" dijo Mónica sin entrar en detalles. "¿Cuándo lo podré llevar a casa? Le preguntó a Einstein. "cuando se despierte y se sienta con fuerzas, como no fue ingresado oficialmente al hospital, nos podremos ahorrar el papeleo" afirmó. "el caso del agente Mulder es un poco más demorado, primero hay que ver si hay compatibilidad con las células y su cuerpo las acepta, y luego esperar a ver si obran de la forma que esperamos…" afirmó la agente.

En ese momento el joven abrió los ojos y se dirigió a Mónica: "Antes de irme quiero verlo, por favor…" suplicó. Mónica sonrió y asintió con la mirada, se le notaba que no era capaz de decirle que no y le acarició le mejilla con total devoción.