―El libro que me recomendaste es horrible, Takeru― fue lo primero que me dijiste al verme aquella mañana, en tu mano portabas un libro que no dudaste en entregarme golpeándome con él en el pecho al terminar tu afirmación.

―¿Qué? ¿Por qué? A mi me ha parecido muy bueno.― respondí yo.

―Pero si termina horrible...

―No todos los libros van a terminar bien, la vida real no tiene siempre su final feliz.

―Pues por eso mismo, Takeru... la realidad ya es bastante triste cómo para trasladarlo a los libros, leo para sonreír, para olvidar la realidad... no para deprimirme.

―Está bien, de ahora en adelante sólo te mostrare finales felices.

―Genial― respondiste con una de tus dulces sonrisa para, acto seguido besarme en los labios, lo que produjo un importante sonrojo en mis mejillas, ya que a pesar de llevar dos meses saliendo contigo, aún me ponía nervioso con ese tipo de cosas.

Ahora supongo que es retórico lo que conversamos ya que el nuestro fue el final más triste de todos. Me parece tan irreal que lleves ya 10 años muerta... si tan sólo hubiese sido capaz de protegerte... lo siento, lo intenté, lo intenté y lo sabes, lo intenté y eso me costó mi carrera cómo jugador de baloncesto... mi rodilla jamás se recuperó del impacto del ataque de aquel digimon; de aquel digimon que pese a mi intento de que no te tocase, te mató; de aquel digimon al que jamás perdonaré; de aquel digimon que maté... pensaba que eso me haría sentirme mejor, pero la venganza no te devolvería la vida.

Y ahora... ahora postrado ante tu tumba te pregunto, ¿qué debo escribir?

¿Sabes? Hace años que comencé a relatar nuestras aventuras y hoy al fin he llegado, he llegado a ese capítulo que siempre tanto temí poner por escrito, el capítulo que relata tu muerte, en la que fue nuestra última aventura en el Mundo Digital, lo que implica que le tengo que poner el punto final a la historia... pero a ti, Hikari Yagami, nunca te gustaron los finales tristes... y yo esta vez tampoco quiero uno. ¿Y si hacemos una cosa? ¿Y si escribo un nuevo final? Tú misma lo dijiste, la vida ya es demasiado triste cómo para pasarlo a los libros. Pongamos que aquel día derrotamos al enemigo juntos y que tuvimos nuestro final feliz. También puedo poner un epílogo, un epílogo en el que te has convertido en adulta, tal y cómo lo soy yo ahora a mis 26 años. ¿Qué te parece si escribo que estudiaste para profesora tal y cómo siempre soñaste? ¿Y qué te parecería tener un hijo? Un hijo tan bello cómo tú, podría tener la edad de Akio, mi pequeño, y así jugarían juntos. Aunque a ti quizás te habría gustado que fuese un hijo de los dos, ¿no? Al fin y al cabo eramos novios... pero si escribo eso Nozomi me mataría, ella ya sabe que jamás he dejado de quererte, y lo acepta porque sabe que los sentimientos no se pueden controlar y que a ella la amo con locura, pero escribir que tú y yo acabamos juntos le dolería, ¿no crees, Hikari?

...

Sí, lo he decidido, esta vez será un final feliz, por ti.