Prólogo: Lluvia de Fuego

Fuego.

Las calles de todo el Seireitei (1) ardían. El cielo estaba extrañamente cubierto de nubes oscuras. Se oían gritos de agonía y estruendo de lucha por todas partes. Era el fin.

El shinigami (2) caminaba trabajosamente por una avenida iluminada por las llamas. Sus ropas estaban raídas y su piel ensangrentada. De repente algo llamó su atención. Entre las llamas había surgido una figura que apenas podía distinguir. Ésta se acercó a él y entonces la reconoció.

–Así es como acaban las cosas¿verdad?

La figura se paró a unos metros de él.

–Siempre supe que tú y yo acabaríamos así –dijo el shinigami llevando su mano a la empuñadura de su zanpakutou (3)–. Yo no quería esto...

La figura imitó el gesto de su oponente y sacó su espada.

–Eso da igual –interrumpió al fin el recién aparecido–. Es el destino.

El shinigami le obsequió con una sonrisa cansada.

–Es el destino... –repitió aquellas palabras mientras una lágrima recorría su sonrojada mejilla.

A lo lejos se continuaban escuchando gritos de agonía mientras ambos se ponían en guardia con las espadas enfrentadas.

–Ha llegado la hora –dijo la figura.

Las zanpakutous silbaron en el aire y se encontraron a mitad de camino. El ruido metálico se unió al resto de ecos de lucha que resonaban por todas las calles del Seireitei. Una breve serie de mandobles fueron suficientes para comprobar que estaban al mismo nivel a pesar de que el ensangrentado shinigami no parecía estar en su mejor momento. El recién llegado esquivó una nueva estocada y cuando estuvo a suficiente distancia bramó:

BANKAI! (4)

Sí, aquello era el final.


(1) Corte de los Espíritus Puros. Es la parte de la Sociedad de Almas donde cohabitan los espíritus con el poder suficiente como para ser considerados shinigamis o dioses de la Muerte.

(2) Dioses de la Muerte. Son espíritus con una fuerza espiritual considerable encargados del tránsito de almas entre el mundo humano y la Sociedad de Almas.

El atuendo de los shinigamis, por norma general, consiste en un kimono de color negro de corte sencillo.

(3) Cada shinigami posee una katana capaz de herir a un cuerpo espiritual. Cada una de ellas forman parte del alma del shinigami y tienen su propia personalidad. Se usan tanto para el combate como para la transición de las almas.

(4) Liberación prohibida. Se trata de la segunda liberación de la zanpakutou del shinigami. Con ella se obtiene un inmenso poder que por lo general está sellado.