Suspiré profundamente cuando llegué frente a la blanca puerta de madera al final del largo pasillo. No se escuchaba gran cosa por ningún lado y por los grandes ventanales solo se podía divisar la cortina de blanca nieve que caía en ese momento sobre Tokyo. Miré el letrero frente a mí, pegado con una chincheta de la puerta. Era el nombre de nuestra agencia.

–Con permiso –dije, mientras entraba despacio a la habitación y miraba su interior. Era la habitación que el personal de la estación de radio ya nos tenía reservada desde hacía mucho tiempo. En ella nos cambiamos o descansábamos antes de cada programa. Tenía una enorme mesa en el centro, rodeada de varias sillas. En las paredes había varias mesas con espejos para el maquillaje, y algunos sillones en las esquinas de la habitación, así como algunas plantas.

Una chica de largo cabello purpura, atado en una coleta alta y de ojos marrones, en un elegante traje negro me devolvió la mirada. Lucía cansada, con unas pequeñas ojeras en sus parpados inferiores y una media sonrisa en su rostro.

– ¡Ah! Yukiho-chan, pasa.

–Buenos días Fumiko-san –dije ya haciendo una reverencia, colocando mis manos en mi falda de color azul. Ella bajó su cabeza. Me acerqué a la mesa a la que estaba sentada.

– ¿Qué haces por aquí? –me preguntó mientras pasaba la página de lo que sea que estaba leyendo. Yo me senté en la silla frente a ella.

–Tengo una entrevista en el programa de la tarde, pero me pidieron que viniera un poco más temprano.

–Cierto, la entrevista. ¿Y vienes sola?

–Mika-san vino conmigo. Se quedó abajo hablando con el productor del show de radio.

Fumiko lanzó un leve suspiro y susurró "con ella también está hablando", más para ella que para mí. Pasaron unos segundos en los que ninguna dijo nada. Por los altavoces que había en la parte alta de la habitación pude escuchar la voz de Nico-chan.

–"Y ahora vamos con el segmento… Drama Time" –y comenzó a sonar una corta melodía–. "En este segmento, Rin, Pana y yo tendremos que interpretar una historia enviada por ustedes a nuestra página. Esta semana… ¿Cuál es el tema de esta semana Rin?"

–"¡Nos vamos de vacaciones nya!"

Comencé a reír al escucharlas. Nico-chan, Rin-chan y Hanayo-chan tenían un programa de radio que se trasmitía semanalmente, llamado « ¡Nicorinpana al ataque!»

Fumiko me miró y sonrió levemente.

–Pensé que ya no volverían a usar ese segmento –dije mientras me acomodaba mejor en la silla. Fumiko bajó la mirada hacia lo que leía.

–Hanayo-chan insistió en volverlo a poner.

– ¿Hanayo? Pero ella era la que más feliz estaba que lo hubieran quitado.

–Sí, pero ya sabes. La audiencia del programa lo pedía por las redes sociales así que… viendo que el programa es popular, pues ella lo habló con Rin, Nico y conmigo. Al final, decidimos volver a ponerlo desde el programa de la semana anterior.

Pude notar que eso último lo dijo con algo de pesadez y tristeza. Me mordí el labio y miré lo que ella tanto leía. Parecían ser gráficos y números. Había algunos apuntes en color rojo y pude ver pequeñas fotografías.

–"¡Que alguien me ayude!" –dijo la voz de Hanayo con fuerza y pude escuchar las risas de Nico y de Rin. Miré a Fumiko que seguía concentrada en su lectura.

–Eh… Fumiko-san… ¿sucede algo?

– ¿A qué te refieres Yukiho-chan?

–Bueno… te ves cansada y algo… preocupada. Diría que hasta triste.

–Son cosas del trabajo solamente Yukiho-chan –me dijo algo cortante. Suspiré profundamente.

–Tiene que ver con las chicas, ¿verdad? Con μ's.

Fumiko me miró fijamente y colocó sus manos sobre lo que sea que leía, entrelazándolas. Sus cansados ojos me escrutaban como un escáner de alta densidad de esos que se ven en las películas de Hollywood. No pude sostenerle mucho la mirada y coloqué mis manos en señal de súplica y bajé la cabeza.

–Lo siento Fumiko-san… pero Alisa y yo sin querer escuchamos una conversación que tuviste por teléfono la semana pasada. Sabemos que a μ's no le está yendo bien.

Fumiko se quedó sorprendida por unos segundos, luego su expresión se volvió un poco más apacible y lanzó un suspiro. Cerró la carpeta que contenía los documentos que leía y sacó su teléfono móvil el cuál solo miró de pasada para colocarlo en la mesa.

–Yukiho-chan, no debes disculparte. Sé que no quisieron escuchar. La culpa es mía por hablar de esas cosas en mitad de un pasillo –entrelazó las manos–. La verdad Yukiho-chan… las cosas… –pero no continuó porque fue interrumpida por la melodía de mi móvil.

Lo saqué rápidamente de la bolsa de mi abrigo y miré el nombre en la pantalla. De un salto me levante, y haciendo una pequeña reverencia salí de la habitación.

–Hola Alisa… –dudé en preguntar–. ¿Cómo está todo?

–Ya… –suspiró– ya terminó. El funeral fue rápido.

Alisa, la hermana menor de Eli-chan. Mi mejor amiga. Mi compañera de trabajo. Ahora se encontraba en Rusia, su país natal, participando del funeral de su abuela paterna, la mujer que la ayudó a crecer hasta los casi doce años. Me mordí el labio porque pude escuchar el tono triste y quebrado en la voz de mi amiga.

– ¿Y cómo estás tú?

–Te parecerá increíble Yukiho, pero la verdad estoy bien. La que está destrozada es mi hermana… gracias a los dioses que la agencia le dio permiso a Nozomi-senpai de venir. Ahora la está consolando sobre la tumba de la abuela. Eli no ha dejado de llorar desde que comenzó el funeral.

–Debe ser muy duro para ella.

–La abuela fue su pilar mientras practicaba ballet. Por ella fue que mi hermana llegó tan lejos. Es normal que esté destrozada.

Escuché a Alisa lanzar un suspiro muy triste. Eso me destrozaba a mí, ya que no me gustaba escucharla triste. Me pasé el teléfono de oreja y me recosté en la pared. No sabía que más decirle pero ella fue la que continuó nuestra charla.

– ¿Ya hablaste con Honoka-senpai?

–No, aún no ha llamado. Creo que debe hacerlo hoy, aunque conociendo a mi hermana, regresa de su campamento y no hace ni una llamada a nadie.

–Bueno… tal vez es que no la dejan. Dicen que esos campamentos son muy difíciles y estrictos. Aún me sorprende que la eligieran a ella. Pensé que no le interesaba en nada la actuación.

–Sabes bien Alisa que Honoka no fue porque le interesara actuar. Solo fue porque Tsubasa-san se lo pidió. A la que le interesa actuar es a ella, no a mi hermana.

Comenzamos a reír las dos, pero por poco tiempo. Alisa volvió a lanzar un suspiro triste. Miré por la ventana.

– ¿Cómo está el clima allá Alisa?

–Congelado. Parezco ese reno de la nariz completamente roja. Aunque a mi hermana se le nota más. Incluso Nozomi-senpai está algo enferma. El invierno está muy fuerte aquí.

–Bueno, aquí nieva, pero aún se siente calientito. Por dicha el edificio de la estación de radio tiene calefacción.

– ¿Estás en la estación? –me preguntó con sorpresa. Asentí con un sonido y ella suspiró–. Perdón Yukiho por dejarte toda la carga de trabajo.

–Descuida Alisa, es solo una entrevista más, como la de ayer y la de hace dos días.

–Pero se supone que somos un equipo. Somos un dúo. Deberíamos estar…

Negué con un sonido y me recosté mejor a la ventana. La nieve no había dejado de caer y ya cubría la calle de un blanco muy intenso.

–Alisa, tú y tu familia están pasando un duro momento. No te preocupes por nada más. Descuida que yo puedo arreglármelas sola. –No me respondió. Yo suspiré y regresé junto a la puerta–. Alisa…

–Yukiho debo dejarte ya. Mamá y papá ya van hacia el auto. Te llamo luego.

–Está bien Alisa. Dale nuevamente mis condolencias a tu padre y a Eli-chan.

Le mandé un beso y guardé mi móvil nuevamente en mi abrigo. Suspiré profundamente y entré a la habitación. Fumiko estaba nuevamente leyendo los documentos en su carpeta, ajena a lo que sucedía a su alrededor. Por los altavoces escuché nuevamente la voz de Nico-chan.

–"Y esto es todo por el programa de hoy. Esperamos que se hayan divertido mucho. Nos escuchamos la próxima semana en otro programa de… ¡Nicorinpana al ataque! ¡Nico Nico Nii! –dijeron las tres voces al final. La canción "Listen to my heart!" comenzó a sonar, dando por finalizado el programa.

Sonreí y me volví a sentar a la mesa, llamando la atención de Fumiko.

– ¿Era Alisa-chan? –asentí levemente–. ¿Ya… terminó el funeral? –volví a asentir.

Fumiko suspiró y bajó la mirada. Yo iba a decir algo pero fui interrumpida por la puerta al abrirse. Mika nos miró fijamente. Traía una expresión con algo de molestia. Fumiko al verla sonrió levemente.

–Buenos días Mika. Me dijeron que hoy andas de manager.

–Solo porque tú estás ocupada con el grupo de locas. Pero no importa, me gusta mucho este trabajo de manager y estilista a medio tiempo. Gracias por confiar en mí.

–Sabes que Hideko y tu son mis mejores amigas. Además las tres fuimos idols en la agencia, ya las conocen y saben lo responsables que son.

Las dos comenzaron a reír, contagiándome levemente de esa risa. Mika entonces se puso algo seria y me miró levemente.

–Fumiko, necesito hablar algo contigo.

Fumiko asintió, cerró lo que leía y se puso de pie. Salieron de la habitación dejándome completamente sola. Lancé un suspiro y saqué mi móvil. Era obvio que estaban hablando de las chicas, de μ's. Ya hacía casi un año que habían comenzado con la agencia y casi seis meses desde que Umi-chan se volviera a unir a ellas. Habían tenido un inicio fantástico pero… de unos meses atrás, ni yo sabía que estaba ocurriendo. Sus dos últimos sencillos no habían ni siquiera entrado al top veinte de más vendidos, y aún no habían hecho un live luego del que hicieron en el hospital Nishikino.

Pensaba llamar a mi hermana a ver si en esta ocasión si me respondía, ya que desde hacía casi un mes que no sabía nada de ella. Se había marchado a un campamento intensivo de actuación junto a Tsubasa. Justo cuando lo iba a hacer, la puerta se abrió y entraron por ella tres chicas. Nico-chan caminaba delante y traía una expresión de molestia mientras que Rin-chan y Hanayo-chan entraban tras ella con un rostro triste. Se sentaron a la mesa sin mirarme. Todo quedó en silencio por lo que me pareció una eternidad. Comencé a mirarlas lentamente.

Nico-chan llevaba puesta una camiseta del programa de radio y unos pantalones cortos de mezclilla. Su cabello atado como siempre, con sus dos coletas, una a cada lado de su cabeza. Rin-chan quien estaba a su lado, llevaba puesto una camiseta amarilla, debajo de un overol de color gris. Sobre su cabello, que ya pasaba de sus hombros, llevaba una gorra con el dibujo de un gato. Hanayo-chan por su parte, llevaba su cabello, casi del mismo tamaño que el de Rin, amarrado en una trenza. Tenía puestas sus gafas y llevaba una blusa de botones de color blanca sobre una falda larga de color verde.

–Estoy harta.

Regresé mi mirada a Nico-chan al igual que las otras dos chicas. La pelinegra miraba hacia el techo, recostada en su silla.

–Nico-chan…

–Estoy harta de todo esto. Esto no es lo que yo creí que sería.

–Nico-chan nya…

–Pensé que en este momento estaría en un gran evento lleno de fans, o estaría grabando un disco, o estaría en un programa popular de la televisión, o estaría no se dónde, pero haciendo algo.

–Nuestro programa es popular nya. Es el más popular de los sábados.

–Solo porque hacemos tonterías. No es lo que una Idol hace. Yo quiero estar en un escenario, cantando, bailando, dando alegría a mis fans.

Cerró los ojos y se dejó caer más en la silla quedando casi oculta por la mesa. Hanayo-chan se mordió el labio y se dejó caer sobre la mesa. Rin-chan la miró y miró a Nico-chan nuevamente. Yo no me moví, solo las observaba fijamente en silencio.

–A-RISE es mucho más popular que nosotras… ya tuvo un concierto en el Akiba Dome con todas las localidades vendidas… y nosotras solo hemos hecho un live para doscientas personas.

–Nico-chan, no seas así de dura nya. Todavía no podemos hacer mucho… no estamos todas.

–Rin-chan tiene razón Nico-chan. Sabes que Umi-chan aún está en rehabilitación y Maki-chan está…

–Sí, lo sé… pero es frustrante… Incluso Yukiho y Alisa son más populares que nosotras, y apenas son unas principiantes. Ya hasta dieron un mini live para mil personas.

Rin-chan y Hanayo-chan se miraron y me miraron. La pequeña peli naranja se acercó a Nico y le tocó la mejilla levemente.

–Eh… Nico-chan… Yukiho-chan está aquí –dijo Hanayo en tono bajo.

–Y te escuchó nya.

Nico-chan se sentó de golpe en la silla y me miró fijamente. Yo me oculté un poco detrás de mi móvil y fingí no mirarla. Estaba completamente sonrojada y se notaba nerviosa. Rin-chan se tapó la boca para no reírse y Hanayo-chan me sonrió de manera tierna.

–Descuida Nico-chan… no debes disculparte.

–Yukiho, ¿Cuándo llegaste?

–Ya estaba aquí cuando ustedes entraron.

Nico-chan se puso más roja y desvió la mirada. Rin-chan no aguantó más y comenzó a reír, ganándose un golpe de parte de Nico-chan. Hanayo-chan iba a decir algo pero el sonido de la puerta la interrumpió. Mika y Fumiko regresaron a la habitación. Al ver a las chicas ambas se miraron. Mika se sentó a mi lado y Fumiko se acercó a Hanayo que se había sentado en la silla en donde ella había estado minutos atrás. Le quitó la carpeta sobre la mesa frente a ella y se sentó a la cabecera de la mesa.

–Buen trabajo chicas –dijo en tono serio. Hanayo-chan y Rin-chan asintieron pero Nico-chan no dijo nada.

– ¿Cómo estuvo el programa? –Mika sonreía mirando a las chicas. Hanayo-chan se acomodó las gafas y miró a las demás.

–Estuvo bien... divertido como los anteriores.

No sé porque, pero sentí la respuesta de Hanayo-chan como triste. Rin-chan se mordía el labio mientras entrelazaba sus manos sobre la mesa. Nico-chan lanzó un suspiro y se acomodó mejor en su silla. Miró a Mika fijamente.

– ¿Qué quieres que te digamos Mika? Es un estúpido programa de radio como los de siempre. Hacemos lo mismo sábado a sábado.

–Nico-chan… –Hanayo lucía muy asustada. Fumiko miró a Nico-chan.

–Pues te alegrará saber Nico-chan, que solo les quedan tres programas. La emisora lo va a retirar de programación, por reestructuración de su parrilla de programas.

Eso si era una sorpresa. Mi boca estaba abierta al igual que la de las tres chicas frente a mí. Rin comenzó a balbucear.

–Es… es… mentira, ¿verdad nya?

Fumiko no respondió, solo apartó la mirada. Las cuatro miramos entonces a Mika que suspiró y negó despacio. Su rostro mostraba como impotencia y parecía estar buscando las palabras adecuadas para hablar.

–Eh… nos… nos lo acaban de comunicar chicas. El programa es popular, no lo duden, pero… como dijo Fumiko, van a cambiar la programación.

– ¿Y no nos pudieron pasar para otro día, otra hora? No sé, digo, si es popular, podrían…

–No es tan fácil Nico-chan.

Fumiko había hablado secamente, mientras volvía a revisar los documentos de antes. Nico-chan se acercó a ella.

– ¿Qué quieres decir?

–Que no es tan fácil como crees. No simplemente puedo poner un programa en otro horario porque quiero. Hay patrocinadores, hay una logística, están sus horarios de trabajo, su agenda.

– ¿Cuál agenda, por todos los dioses? No tenemos una agenda porque no tenemos nada que presentar. No hemos hecho nada en seis meses, solo grabar dos canciones.

Nico-chan había dicho eso con mucho resentimiento. Fumiko no la alzó a ver, seguía con su mirada fija en los documentos. Mika se levantó para llamar la atención.

–Nico-chan… entendemos tu molestia, pero no podemos hacer nada. Los… encargados de la radio nos dijeron que volverán a poner el programa más adelante, si la cosa mejora un poco y podemos…

– ¿A qué te refieres con si mejora un poco, Mika-chan?

Esta vez fue Hanayo-chan la que habló en un tono serio. Mika miró a Fumiko que le negó despacio con la cabeza, casi imperceptible, pero yo si lo noté. Mika suspiró y sonrió levemente.

–Quise decir, que cuando ya tengan un nuevo horario y más patrocinadores, eso. Su programa es popular chicas, ustedes lo ven. La página de fans de Line tiene más de un millón de favoritos y en Twitter son tendencia todos los sábados.

Hanayo-chan y Rin-chan se sonrieron, pero Nico-chan solo lanzó un suspiro molesto y se alejó hacia una de las mesas con espejo. Comenzó a mirar su reflejo. Mika se volvió a sentar y miró a Fumiko que sacaba un sobre de la carpeta. Noté como unas hojas caían al suelo, detrás de ella, pero cuando iba a decirle ella comenzó a hablar.

–Por cierto Rin-chan, tengo que darte esto.

– ¿Qué es?

–Tienes que presentarte mañana a las diez de la mañana en ese lugar. Es un estudio de grabación. Es para tu primer papel en un anime. Disculpa que ni yo, ni Mika te podamos acompañar, pero tenemos nuestros compromisos.

– ¿Yo?

Rin-chan miró a Hanayo-chan que le sonrió. Comenzó a abrir el sobre y mirar dentro de él. Nico-chan regresó a la mesa.

– ¿Por qué Rin? ¿No sé supone que haríamos audiciones? Ese fue el acuerdo al que llegamos.

–La producción del anime pidió específicamente que fuera Rin-chan la que participara. Solo escucharon los demos que están en la página. Lo que quieren hacer es grabar un pequeño episodio piloto o cero, para que los actores y actrices se conozcan.

– ¿Y de qué trata el anime? –pregunté con interés. Fumiko me miró y sonrió ampliamente.

–Es un anime del gato Nuno. Rin-chan fue seleccionada para hacer la voz del gato Nuno.

– ¡¿Eh?!

Rin-chan, Hanayo-chan y Nico-chan reaccionaron de la misma manera. La pequeña le quitó los papeles que Rin-chan tenía en sus manos y comenzó a leerlos rápidamente.

– ¿Pero por qué Rin? Yo fui el gato Nuno, yo llevé su disfraz por meses. Yo debería ser la voz en ese anime.

–No voy a discutir eso contigo Nico. Ya te dije que fue la producción del anime la que pidió estrictamente que fuera Rin la voz principal. De hecho, el productor, Suzuki Masaru fue el que llamó a la agencia y lo pidió.

– ¿Suzuki Masaru? ¿Suzuki-senpai?

–Así es Nico. Tu antiguo jefe. Ahora es el productor del anime, para el antiguo canal en el que trabajaste.

Nico-chan chasqueó la lengua y le regresó las hojas a Rin-chan de forma algo ruda. Fumiko suspiró y cerró la carpeta. Miró su reloj y luego a las chicas. Rin-chan aún leía los documentos al lado de Hanayo-chan. Fumiko se puso de pie.

–Bien, debemos regresar a la agencia para…

–Eh, Fumiko, ¿crees que pueda irme ya, sin regresar a la agencia? –dijo Nico-chan sin mirarla. Al no escuchar respuesta añadió–. Necesito ir al hospital.

–Pero tu turno es hasta más tarde.

–Lo sé, pero quiero ver si puedo trabajar antes, para salir más temprano. Me siento muy cansada.

Fumiko sonrió y asintió. Nico-chan sonrió levemente y se acercó a la puerta. Nos miró fijamente.

–Eh… felicidades Rin por tu papel en el anime. Que te vaya bien mañana. Yukiho –me dijo sonriéndome–. Éxitos en el programa.

–Gracias Nico-chan.

Salió y cerró la puerta. En verdad la sentí triste y frustrada. Regresé mi mirada a las demás que ya se levantaban. Hanayo-chan al verme sonrió.

–Que te vaya bien en la entrevista Yukiho-chan.

–Gracias Hanayo-chan. Daré lo mejor de mí.

–Mika, cuando regreses a la agencia –comenzó a decir Fumiko, mientras caminaba hacia la puerta– tendremos una reunión con Hideko y la administración.

–Está bien. Apenas terminé el programa y lleve de regreso a Yukiho a su casa, regresaré a la agencia. Unas dos horas, más o menos.

Fumiko asintió. Me miró y sonrió. Rin-chan y Hanayo-chan se despidieron de mí con su mano y las tres abandonaron la habitación. Apenas la puerta se cerró, Mika lanzó un pesado suspiro y se dejó caer sobre la mesa. Me mordí el labio y la miré fijamente.

– ¿Sucede algo Mika?

–Sabes que no puedo decírtelo Yukiho. Tu manager es Fumiko, yo solo estoy ayudando medio tiempo.

Asentí y lancé un suspiro. Tres leves golpes se escucharon en la puerta.

–Señorita Kousaka-san, el programa ya va a comenzar. Diez minutos.

–Gracias –gritó Mika incorporándose y me miró–. Bien Yukiho, porque no te arreglas un poco, para que luzcas más bonita, como te enseñé. Yo te espero cerca de la cabina de radio.

–Está bien. Ya te alcanzo.

Mika sonrió y salió de la habitación. Suspiré una vez más y me levanté para ir a una de las mesas con espejo y maquillajes. Al hacerlo noté las hojas que se le habían caído a Fumiko en el suelo. Las tomé despacio y comencé a leer la primera.

– ¡Oh!, son los resultados de popularidad de este mes. Salieron muy temprano– Sonreí y comencé a repasar la lista con la mirada–. A-RISE era obvio que estaría en primer lugar, o y Ryuuguu Komachi está de segundo. Vaya…

Me sorprendí cuando vi mi nombre y el de Arisa –abreviado como AriYu que era nuestro nombre artístico– en el sexto lugar, un lugar más alto que el del mes pasado. Sonreí, ya que me sentía orgullosa. Era cierto que apenas teníamos un disco, compuesto por nuestro primer sencillo y dos canciones más, una cantada exclusivamente por mí y la otra por Arisa, pero habían sido un éxito rotundo, tanto que hacía menos de dos semanas, Arisa y yo habíamos dado un mini live para mil personas.

Seguí buscando en la lista, esperando ver el nombre de μ's, pero por más que buscaba no podía encontrarlo. Cuando llegué al número cincuenta y tres lo vi. Sentí una desazón en el pecho. Habían perdido cuarenta lugares en solo un mes. Me mordí el labio y miré la otra hoja. Sentí como me comenzó a faltar el aire y la boca se me secó por completo.

– ¡¿No puede ser?!


Y aquí está, el primer capitulo de la segunda temporada de mi primera historia, "Un nuevo comienzo, una nueva oportunidad". Por la situación que ya conocen, no podré actualizar regularmente como hacía con la primera parte (casi todos los días), pero intentaré de que una vez a la semana, los miércoles, reciban un nuevo capitulo. Se mantendrá la misma forma de contar la historia, siendo mi querida Yukiho la que comienza, y espero que les guste tanto o más que la primera temporada.

Y respecto al capítulo, ¿qué esta pasando con nuestras musas? ¿Qué les pareció el mismo?

Un abrazo a todos los que nuevamente se unirán a mi en esta historia, nuevos y viejos lectores. Para los que quieran leer la primera temporada, solo consulten mi usuario y ahí aparece. Si tienen alguna duda, con mucho gusto la resolveré, solo envíenme un mensaje.

Saludos.