CAP.1: UN DIA CASUAL

Aberración, es la definición precisa, eh incluso única con la que debemos referirnos a esta casta malvada y diabólica de seres que caminan a nuestras anchas, ganándose la vida de la miseria y desgracia ajena.

Hablo, claro está de esa de los así llamados ¨brujos¨, seres mutados y despojados de toda emoción y rastro de humanidad. Se ganan la matando a los monstruos, monstruos que tienen más similitudes a ellos que con nosotros.

En la humilde opinión de este escriba la única reacción lógica hacia estos seres es simple: orcas y antorchas.

Monstruo o el retrato del brujo.

Escriba anónimo

Era la tercera vez que leía ese capítulo del libro, ¨la otra cara de la moneda¨, se podía leer en su portada, contenía información sobre los monstruos y amenazas más comunes del mundo, criaturas terribles y aterradoras que solo en las peores y más oscuras pesadillas harían acto de presencia.

A pesar de haber leído cada capítulo, siempre regresaba a leer esa descripción, debajo de ella se observaba un dibujo de la apariencia de un brujo. Ojos rojos, cicatrices en el rostro, causadas por zarna aparentemente y un semblante que solo expresaba ira.

Eran pocos los especímenes de ese libro que gozaban de semejante descripción, tanto grafico como explicita. A pesar de ello no podía dejar de leer esa descripción, se podía decir que es su favorito, a pesar de que no debería simpatizar por ninguna criatura de ese libro.

Había algo que no dejaba de llamarle la atención sobre ese espécimen, tal vez su procedencia, pues no era mencionada, o la manera tan detallada en que el autor describía al sujeto, se podía notar el odio y desprecio profundo con el que eran descritos, fuese lo que fuese sabia una cosa, saber más.

Golpes provenientes de su puerta la hicieron entrar en la realidad – un momento – grito a la puerta, se levantó de su cómoda cama y coloco el libro debajo de su cama, no quería que se enteraran que lo tenía-todo bien princesa- escucho del otro lado de su puerta, reconoció la voz en el acto- sí, solo espera un momento, me estoy arreglando- respondía mientras se peinaba su cabellera larga, y limpiaba los restos de saliva seca marcadas en su boca.

-su padre solicita su presencia en el gran comedor, me ha pedido que la escolte hasta el salón- escucho al otro lado, conocía bien esa voz y a quien pertenecía, era el responsable de levantarla puntualmente cada día y comunicarle lo mismo cada mañana.

Se arregló el cabello y coloco una diara roja sobre él, apresurada se dirigió a abrir la puerta y emprender su día- buen día knuckles- dijo a su escolta que ya estaba listo para golpear su puerta una vez más.

-Alteza buen día princesa Amelia, se encuentra lista- dijo el equidna que rápidamente bajo de puño y realizo una reverencia

-Sí, dirijamos al salón, me gustaría evitar un sermón el día de hoy- respondió a su caballero, este retomo su postura y levanto su yelmo- es un poco tarde para eso alteza- su comentario causo una pequeña sonrisa a la eriza- oh bien supongo que será una mañana casual, vámonos- indico la eriza a su caballero que inmediatamente tomo su lugar a su lado para acompañarla al gran salón y encontrarse con su padre, el rey de temería.

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El ambiente era alegre, considerando los tiempos que corren claro, y más aun tratándose de una taberna de mala muerte. Sentado en un banquillo en una mesa al fondo tenía una vista perfecta del teatrillo montado.

Los ebrios contando chistes sin gracia, tratando de "cortejar" a las camaristas incluso alguno le pagaba a los bardos para que les dedicara alguna canción a las jóvenes y al centro del lugar, los soldados que brindaban por cuanta cosa saliera de su boca, siempre y cuando esta terminara en "por temería", un buen espectáculo.

No obstante no podían ocultar el miedo, ese miedo que savia a que se debía, se avecinan tiempos difíciles para el reino, debía irse pronto y probar suerte en otro pueblo, pero no tenía mucho dinero y los caminos eran duros, necesitaba un buen contrato para a menos llegar emprender la senda-un contrato solo eso necesito, un ahogado o una aparición, algo rápido- pensaba el erizo mientras miraba el vaso a medio tomar de vodka barato frente a él, había pasado cuatro días desde su último trabajo y el poco dinero que gano se le fue de las manos en poco tiempo, tenía que pensar algo y rápido.

Tomo el vaso que observaba y le dio un trago, miro a los demás y lamento no compartir su ingenuidad ante la situación.

Fuera del establecimiento cinco soldados, acompañados de su capitán se preparaban para entrar al establecimiento, tenían una orden y debían cumplirla. Dentro la gente bailaba y cantaba, nadie se percató de la llegada de los soldados, nadie salvo el erizo. Uno de ellos, el líder al parecer tomo un banquillo, se trepo en el y con un cuerno lanzo un fuerte sonido que capto la atención de todos los presentes, los cuales guardaron silencio al observar quienes eran, el hombre montado en el banquillo saco un pergamino y comenzó a leerlo.

-Atención, a todos los habitantes de flotsan, se solicita a un valiente hombre o mujer, que acuda a eliminar a una criatura que mora por los alrededores, aquel que consiga eliminar a la criatura será recompensado con creces- concluyo el hombre, que comenzó a mirar alrededor en señal de algún valiente, nadie se movio o emitio ruido alguno, los celebres hombres y mujeres que hace unos momentos no paraban de gritar y cantar, estaban totalmente en silencio.

-y bien, alguien que dese el trabajo?- pregunto el hombre mientras bajaba del banquillo, el silencio seguía en el ambiente, miradas cruzadas y medo era todo lo que se podía ver-nadie ?-volvió a preguntar el hombre.

Era su oportunidad, por una vez la vida le tiro una migaja de generosidad- de que clase de criatura hablamos?- pregunto el erizo mientras se ponía de pie, todos los presentes dirigieron sus miradas al encapuchado que hasta ese momento pasaba inadvertido

El capitán sonrió, no pensó encontrar a nadie en esa taberna, pues ya había recorrido otras dos y nadie se atrevió a emitir ruido, mucho menos preguntar algo-se sospecha de una estirge, pero no esta confirmado- fue lo que respondió al sujeto, se cubría con una capa y capucha, había algo raro en él, podía sentirlo solo con verlo.

-y la paga? No escuche esa parte- pregunto de nuevo el hombre, este comenzó a acercarse a los soldados, algunos de ellos pusieron su mano en el mango de su espada, algo en el los incomodaba, esperaban problemas

-no la dije, el precio depende de la criatura y cuantos participen en su eliminación- le respondió al encapuchado, sospechaba de quien era aquel con quien hablaba, no era un ser cualquiera, de eso estaba seguro.

-una estirge no sale barata, y trabajo solo, tiene que ser una buena paga, no menos de doscientas coronas- las miradas de todos eran de asombro ante la tarifa exigida por el individuo, era demasiado. Esas palabras eran todo lo que necesitaba escucharle decir para descubrir de quien se trata.

-eres un brujo, cierto? – pregunto abiertamente el capitán, ahora las miradas de todos los presentes eran de asombro, un brujo había estado bebiendo junto a ellos y no lo notaron.

-así es- dijo retirando su capucha mostrando sus púas color plata, el capitán lo observo bien, una cicatriz en su ojo izquierdo adornaba su cara, también noto un extraño collar con la forma de la cabeza de un lobo-entonces, tenemos un trato o no- pregunto el brujo plateado al capitán, el cual no podía creer que un brujo apareciera delante de le, justo cuando estaba por darse por vencido.

-es un trato-afirmo el capitán, captando la mirada de sus hombres, fuera quien fuera doscientas coronas es demasiado solo por un trabajo-solo una pregunta más, quien eres tú?-pregunto por último el capitán.

-llámenme silver, silver the hedgehog-respondio el brujo, mientras una leve sonrisa se postraba en su rostro.