-PRELUDIO DE LOS CORAZONES DE CRISTAL-
La ropa estorba, es mejor quitarla… ¿cómo dices…? ¿Despacio? No.
Vamos… ya nada podemos perder. Ya casi es hora...
Te amo… por favor, nunca lo olvides. Te amo… Te amo… Déjame sentir tus caricias una vez más. No, por favor, no llores… todo estará bien. Yo te protegeré.
Me gustas… en verdad me gustas mucho. Quisiera que esto durara para siempre; quiero tenerte siempre así, aquí entre mis brazos. Sentir tu calidez, darte todo mi amor… Demonios… te amo demasiado.
El manto oscuro que cubre los cielos es testigo de cada una de las palabras y acciones entre nosotras dos. Las estrellas saben que no pueden competir con tu belleza, se conforman solo con ser contempladas… Déjame amarte… Shizuru…
Y así, con la pasión a flor de piel, Natsuki, aquella chica tan fría y distante a los ojos de los demás; aquella que solo es capaz de amar y exponer su corazón ante la dama de mirada rubí, demostraba con suaves caricias a lo que se refería.
-Natsuki… mi Natsuki… /algunas lagrimas comenzaron a emerger de sus bellos ojos/no me dejes...
-Shizuru… /la tomó por la cintura, acercándola, recostando su rostro en el pecho de la castaña/
-Por favor…
Al decir esto, la peli azul no soportó más y las lágrimas brotaron de sus ojos. En un arrebato de desesperación unió sus labios con los de aquella mujer que tanto amaba. Entre besos, caricias y muestras de amor que solo aquellas dos mujeres se podían dar mutuamente, transcurrió el tiempo, una y otra vez, pero nunca sería suficiente; al menos para lo que estaba por venir.
Gemidos e infinitos "te amo" acompañados de caricias placenteras que disfrazaban el dolor que bien sabían, era inevitable, pero necesario… Culminación.
-Shizuru… /la culminación de su amor/
-Mi Natsuki…
-Perdoname…
-Ah?...
Natsuki le dio un beso apasionado que duró varios segundos. Al separarse, se puso en pié lentamente. Shizuru estaba recostada, su cuerpo desnudo, reflejado por la luz de la luna. Su corazón tenía un presentimiento…
-Natsuki… te amo
-Dhuran… /detrás de Natsuki –quien no pudo contener su llanto-, un círculo de hielo se formó, y de él, inmensos picos gélidos emergieron, chocando entre ellos, dando paso a una bestia plateada con forma de lobo/
-…
-Dhuran... hazlo.
Soltando un fuerte aullido, la bestia alineó un par de cañones que se situaban en su lomo, como parte de la armadura con la que estaba equipado; apuntó al suelo y disparó. Shizuru tenía la mirada perdida. Más no sentía temor alguno. Se abrazó a sí misma, al mismo tiempo sujetaba un pequeño colgante de cristal. Un corazón de cristal.
-¿Tanto me amas?
La ráfaga comenzó a cubrir el lugar donde se encontraba Shizuru, congelando su cuerpo, y el lugar donde tuvieron su última demostración de amor. Esta ráfaga, una vez que logró envolver a la ojirubí, comenzó a hundirse en la tierra, confinándola así a un letargo eterno…
Esta ráfaga comenzó a extenderse cada vez más y más… ahí, en aquel bosque… los árboles, la tierra, plantas y animales que ahí habitaban fueron confinados también. Todo terminó con un resplandor. Absolutamente todo quedó en silencio. Del cielo comenzaron a caer pequeños copos de nieve que se hicieron más y más frecuentes. Natsuki seguía de pié. Desnuda. Levantó la mirada; ya no había marcha atrás. Con su mano izquierda tomó un colgante idéntico al de Shizuru: un corazón de cristal.
-Te prometo que nos volveremos a ver… Shizuru…
Dicen que las almas gemelas tienden a reconocerse, a través del tiempo, espacio, formas, etc…
Y que nada es tan frágil como el cristal, puro y transparente. Por favor no me olvides, que yo no lo haré.
-FIN-
