Saludos lectores de fanfiction.
"Corazón de guerrera" es un fic de aventura inspirado en la película "Mulan" de Walt Disney, con Levy como protagonista y algunos otros personajes de Fairy Tail como personajes de apoyo. Agregaré además algo de acción, romance y fiel a mi estilo un toque de humor. Clasificacion T por si las dudas.
Antes que nada quisiera agradecer a mi hermana por su apoyo en la creación de este fic. Bueno espero les agrade el capitulo.
Disclaimer:
Fairy Tail y sus personajes son propiedad exclusiva de Hiro Mashima.
Mulan y sus personajes son propiedad de Walt Disney y sus asociados.
Corazón de guerrera
Capítulo I: El imperio Fiore
El viento soplaba con fuerza en las cumbres de las montañas rasgándose al hacer contacto con las copas de los arboles, la temperatura gélida de las veinticuatro horas del día, la luna en su punto más alto deslizándose por el firmamento, y el ulular de los búhos haciendo acto de presencia en la oscuridad de la noche del monte Tenrou.
El monte Tenrou, marcaba todo el perímetro de las comisuras del país de Fiore, un conjunto de montañas boscosas repletas de arboles que vinculados hacían una línea arbolada creando una especie de barrera frondosa que casi imposibilitan el paso para sus adentros, todas las raíces nacidas y entrelazadas de un mismo árbol; el enorme y majestuoso árbol Tenrou, que supera en tamaño y edad a cualquier otro, y por el cual el monte fue bautizado con el mismo nombre.
El árbol Tenrou surgió hace mas de mil años, y es también es conocido como "el árbol sagrado de la esperanza" pues antes de su surgimiento que trajo la fortaleza arboleada, Fiore era constantemente atacado por las dinastías imperiales que se aprovechaban de la baja defensa del país, por lo que existen leyendas que afirman que la hija del emperador, Mavis siempre pidió ayuda a los ancestros a favor de su pueblo y dio su jovial y pulcra vida a cambio de ello, siendo sepultada en el monte, donde tiempo después surgió Tenrou, y a su vez la arboleada representaba todas las vidas muertas en batalla por proteger al pueblo. Debido a ello se esculpió una copia de su tumba en las montañas justo al lado del árbol dejándolo como un santuario.
Actualmente, la fortaleza frondosa resulta casi impenetrable para sus enemigos, por lo que el país ha estado en paz y prosperidad por largas generaciones.
No obstante, el sistema defensivo siempre ha estado alerta, por lo cual los guardias vigilan noche y día el árbol sagrado, protegiendo al emperador y sus familias de los terribles sucesos que pudieran acaecer si se llegara a debilitar la arboleada. Justo esa labor realizaba un joven guardia de nombre Warren, quien se encontraba en una de las tantas torres de vigilancia. Titiritando con los dientes crujiéndole y la mano en que sujetaba la antorcha temblándole, intentaba mantener posición, pues para su mala suerte, le había tocado la vigilia a media noche.
-No entiendo porque aun tenemos que hacer guardia, la fortaleza boscosa es impenetrable- meditó para sí mismo acurrucándose en si mismo en busca de calor, si tan solo estuviera en su casa, frente a un calentón de leña y una taza de te caliente…
Un fuerte golpe en la nuca lo sacó de sus cavilaciones, instintivamente se llevo la mano a su parte adolorida y vio hacia atrás, no había nada, pero lo que fuera que lo hubiera golpeado se había sentido como un azote. Se disponía a volver a su vigilancia, mas al volver su vista hacia el frente se quedo helado y sintió su corazón detenerse; una imponente anaconda de más de cuatro metros, de escamas violetas con enorme vientre y un cascabel en la cola vibrándole, lo observaba amenazante con sus ojos verdes fijos en él y siseando con la lengua de fuera.
-Al parecer no es tan impenetrable como tú crees- una voz a sus espaldas hizo que por su espalda lo recorriera un escalofrió se dio la vuelta de inmediato; un sujeto moreno de cabellos rojizos con rasgos faciales serpentinos lo observaba con sus ojos rasgados de manera macabra.
-¡E-Enemigos!- habló atropelladamente alzando su antorcha para prender una señal y alertar a los guardias, mas la boa hizo que la soltara de un latigazo en la mano. Sintió que se le iba el alma del cuerpo al ver como parecía querer hacerlo su presa, más no se distrajo y de un rápido salto atravesó la torre para dirigirse hacia el árbol.
La enorme serpiente estuvo a punto de ir tras él, pero una señal del pelirrojo hizo que se detuviera.
-Déjalo ir Cubelios, que avise a sus compañeros-dijo con voz serena cerrando sus parpados con calma, para luego abrirlos y observar en dirección por la que el chico se había marchado –Si es que aun los encuentra vivos- concluyo con una sonrisa maliciosa formándosele en los labios dejando ver unos muy afiliados colmillos asomándose por ella.
Corría a todo lo que sus piernas daban entre la oscuridad y la maleza, el corazón latiéndole de forma acelerada, las respiraciones entrecortadas y la adrenalina en las venas, debería llegar y avisar a los guardianes del árbol Tenrou a costa de lo que fuera, si algo malo llegara a sucederle al árbol…todo el país estaría en peligro.
La pequeña población rural de Magnolia hoy disfrutaba de un clima totalmente contrario a las montañas, era recién entrada la primavera y los campesinos se preparaban para la siembra, ahora era cuando debían de ponerse activos de nuevo y aprovechar los enormes y fértiles campos que rodeaban el pueblito.
Eran las seis de la mañana y los industriosos habitantes comenzaban el día; por las calles los comerciantes abrían sus puestos donde venderían arroz, productos lácteos e incluso no faltaba quien ofrecía herramientas de campo a un costo accesible o algún hombre que vendiera propiedades. Las amas de casa comenzaban sus actividades hogareñas con empeño y los señores se preparaban para calcular sus impuestos y cumplir sus obligaciones para el imperio.
Si, la vida cotidiana de las personas siempre giraba en torno al imperio, había que rendirle tributo y servirle, el imperio era todo para ellos; su protector, su beneficiario y su economía. Gracias a la línea de emperadores sabios y justos, Fiore se había mantenido con una potencia, fuerte pero pacifica, equilibrada y honorable.
Pero esta semana era una muy especial, ya que desde el día de ayer se estaba celebrando un festival en todo el imperio; el festival de la primavera. Para algunos era solo una celebración para pasar un buen momento, para otros era la oportunidad de sus vidas y eso lo sabia cierta jovencita de la respetable familia McClive.
La residencia de los McClive estaba localizada en las orillas de Magnolia, pero eso no significaba que fuera la más humilde de las casas. Sucedía que el señor de la casa, Gildartz McClive, había sido un héroe de guerra hace muchos años, esto le había valido una grandiosa reputación por lo que se había podido establecer cómodamente en un terreno grande, mismo que arregló y utilizó para construir su casa de dos pisos, plantar una multitud de arboles, construir un estanque e incluso un santuario para sus antepasados. Sin lugar a duda el hogar de los McClive era digno de reverencia.
Lord McClive como se le conocía en el pueblo, además de poseer una destacada fortuna, tenía en su familia su más valiosa posesión y aunque había perdido a su esposa por causa de enfermedad, aun guardaba el recuerdo en su corazón, además de que su ilusión estaba depositada sus tres hijas. Los nombres de las tres descendientes de McClive eran; Cana, Levy y Lisanna.
Cana era la mayor, actualmente con veinte años de edad, tenía una personalidad fuerte y arrojada, además de que siempre había destacado en distintas disciplinas propias de una mujer. Hace un par de años se había casado con Hibiki el primogénito de la prestigiosa familia Laytis, honrando así a la familia McClive y dejando un modelo a seguir a sus hermanas menores, quienes sin duda eran motivadas a seguir el proceder de ella.
Hablando de esto último, la que se llevaba el titulo de hermana menor era Lisanna, quizás la más hermosa de las tres, había nacido con unos exóticos ojos azules y una tonalidad de cabello rara entre todos, era una de las chicas más esperadas por los jóvenes, quienes sabían que le faltaban dos años para tener edad casadera. Pero no solo era bella, era excelente efectuando las labores hogareñas, además de tener un vínculo especial con los animales.
¿Qué hay de la hija de en medio? Una breve visita a su cuarto da la respuesta a esa pregunta.
Era un cuarto pequeño, algo desordenado, con esta última palabra nos referimos a que había libros tirados por todos lados, una taza de té volteada, ropa en el suelo y una pequeña jovencita leyendo ávidamente un libro. Ella era Levy McClive.
Levy era fácil de identificar, de hecho todo el pueblo era capaz de reconocerla ¿Acaso era la más hermosa? No ¿La más destacada? Mucho menos. El motivo por el que era conocida estaba en su estatura; era muy chaparrita para su edad, incluso Lisanna siendo dos años menor le superaba un tanto en estatura.
Traía puestos unos lentes para leer por motivo de que no veía bien de cercas, los médicos decían que tenía ese problema por leer tanto, pero ella no dejaría su mayor hobbie por más que se le cansaran sus ojos.
Justo ahora estaba leyendo una novela romántica, sus ojeras denotaban que no había dormido por estar leyendo, pero su sonrisa soñadora era prueba de cuanto estaba disfrutando su lectura -"Como quisiera vivir un romance como el de esta historia"- decía para sí misma en su corazón.
¿Qué hay de la apariencia de la chaparrita Levy? Podría resumirse en una palabra; adorable. Su corto cabello azul, sus grandes ojos color chocolate y sus facciones de muñeca le hacían ver muy tierna, aunque lamentablemente su falta de masa pectoral y su delgada figura contribuían a esto y eso era algo que de vez en cuando le incomodaba. Era linda, pero no tenía el cuerpo que habían heredado sus dos hermanas.
¿Y qué tal de sus aptitudes? Bueno, ella no era fuerte como Cana, tampoco era la más rápida y efectiva en sus labores. Pero lo que tenía Levy era su cerebro, era muy inteligente, tanto leer combinado con una curiosidad innata habían hecho que se volviera muy perceptiva. En su opinión era una lástima que a las mujeres no se les permitiera ir a la academia y aun más triste que la inteligencia no fuera una cualidad muy apreciada en una mujer por parte de las personas del país.
Levy cerró el libro y bostezó -Ah pero que sueño, ahora si me echaré una siesta- dijo para sí misma y entonces cerró su libro, lo puso en el buró de al lado y se echó a dormir satisfecha.
No habían pasado ni treinta minutos, cuando la puerta de su cuarto fue abierta abruptamente despertándola de golpe –¡Levy-neechan, Levy-neechan!- era su hermana Lisanna y por su forma de hablar tan apresurada se notaba que tenía algo importante que decir.
-Q-quiero dormir- dijo Levy acurrucándose y cubriéndose por completo con su cobertizo.
Lisanna le jaló la cobija -No Levy-neechan, tienes que levantarte ya-.
Levy se sentó en su cama y empezó a tallarse sus cansados ojos -Tengo mucho sueño, no dormí nada-.
-Ay hermana ¿Te quedaste leyendo toda la noche? ¿Qué acaso olvidaste que día es hoy?- le preguntó Lisanna y entonces empezó a sacudirla de los hombros – ¡Despierta Levy-nee! ¡Hoy es el segundo día del festival de la primavera! ¡Hoy es tu día, finalmente participarás!-.
Levy abrió los ojos por completo y se sujetó la cabeza – ¡Lo había olvidado por completo!-.
-Ven, tenemos que apresurarnos- le instó Lisanna y de inmediato tomó a Levy de la mano –Recuerda que debes llegar a tiempo, la señorita Minerva no tolera la impuntualidad- le recordó mientras la guiaba por los la casa.
-Ay no, que nervios- decía Levy toda pálida, sabía que debía haberse preparado física y emocionalmente para el gran evento -¿Crees que me vaya bien?-.
-Animo, ensayaste los pasos y repasaste el libreto durante semanas ¿no es así?- preguntó la menor, Levy no contestó, por andar enviciada con sus libros había dedicado muy pocas horas al día a memorizar y ensayar –En fin, empecemos por lo más importante; la bendición de papá-.
Levy tragó saliva, no se sentía totalmente preparada y estaba empezando a pensar que ni siquiera la bendición de su padre le daría lo necesario para que le fuera bien en el festival ¡Seguro que ni siquiera el apoyo de sus ancestros la sacaría adelante!
Gildartz estaba sentado en el suelo, cerraba los ojos y cruzaba las piernas mientras meditaba en el santuario de sus antepasados –Ancestros, por favor ayuden a Levy- suplicaba a unas estatuas de ancestros de la familia.
En eso entraron sus dos hijas muy apresuradas, incluso volcando su taza de té y derribando la vela de incienso que él tenía prendida –Hijas ¿Pero que hacen?-.
-Papá, dale tu bendición a Levy para que le vaya bien en el festival- dijo Lisanna tirándose en el suelo, casi reverenciando a su padre.
-Ah ya veo- Gildartz cogió su bastón que tenia a un lado y se puso de pie con dificultad. Levy no pudo evitar el quedarse viéndole su brazo y pierna derechas, eran prótesis de madera. En la última gran guerra el había perdido ambas extremidades, quedando muy limitado en cuanto a su movilidad, el que antes fue un temible guerrero ahora era un hombre que apenas y podía caminar. Eso entristecía mucho a Levy.
-¿Qué tienes Levy? Te ves asustada- comentó el padre, viendo lo pálida y temblorosa que andaba su hija de corto cabello azul.
-Es que no se si pueda, yo no soy como Cana- se expresó Levy bajando la mirada al suelo, sintiéndose muy insegura de sí misma.
-No eres Cana- dijo primero Gildartz, para luego poner una mano sobre la barbilla de su hija, haciendo que alzara la vista y lo viera a la cara –Tu eres Levy McClive, una joven de corazón noble y un potencial enorme- le aseguró con una confortadora sonrisa.
Levy le respondió con un abrazo y un par de lagrimas -Gracias papá, te quiero mucho-
-Yo te quiero más mi chaparra- Gildartz la retiró hacia atrás para tocarle la frente con su bastón de madera –Te doy mi bendición y mi apoyo total, que los ancestros te acompañen-.
Levy observó sus alrededores, viendo rápidamente las estatuas de sus antepasados, aunque nunca había entendido por que algunas eran de gatos con ojos saltones –"Por fas, guíenme ancestros"- pensaba inquieta.
-Ve Levy- le dijo a continuación el padre, sabiendo que no había mucho tiempo que perder –Lisanna, lleva a Levy cuanto antes con las ancianas del pueblo para que la arreglen-.
-Si padre- respondió Lisanna haciendo una reverencia -¡Levy, sígueme!- le indicó a su hermana mayor, la cual asintió no sin antes sonreírle una última vez a su padre.
-"Traeré honor a la familia, por ti papá"-
Las dos hermanas iban por el patio, cuando de repente Levy se detuvo y se sujetó el area estomacal –T-tengo hambre-.
-Levy-nee, debiste de haberte levantado temprano- le dijo Lisanna con mucha pena –Se que no está bien ir en ayunas, pero de aquí a que te prepare algo se nos hará tarde-.
-Entiendo eso- dijo Levy mientras su estomago sonaba por el hambre.
Las dos continuaron su camino hasta llegar a las enormes puertas que daban salida a la propiedad. Lisanna accionó la palanca y las puertas empezaron a abrirse. Enorme sorpresa se llevaron al ver que justo afuera estaba el abuelo, apoyándose en un árbol, con una máscara, un morral atado a la espalda y unas bragas entre sus manos.
-¡Abuelo, no de nuevo!- gritaron ambas al mismo tiempo con los ojos blancos.
El abuelo Makarov McClive, extremadamente pequeño y aun mas extremadamente pervertido. Tenía la maña de ir de "cacería" a casas ajenas, siempre en búsqueda de ropa interior femenina. Pero aun con esa extraña obsesión suya, el abuelo era respetado por sus consejos sabios y su experiencia en la vida.
-Muchachas, que gusto verlas- saludó al abuelo como si nada –Y veo que nuestra Levy se ha convertido en toda una mujer, pero que orgullo, ver a una nieta más en la ceremonia primaveral- dijo al borde de las lagrimas (aunque no se veía por causa de su máscara).
-Abuelo, ya debería de dejar de robar ropa ¿Qué nunca ha leído sobre "la leyenda del maestro Happosai"?- le cuestionó Levy.
-Nop y la verdad no me importa- dijo el enano anciano, entonces se quitó su máscara y sonrió alegre –Pero si crees que lo único que hice en la noche fue ir de recolección estás equivocada. Estuve pensando en ti mi querida Levy-chan, déjame te lo explico en una canción-.
-¡Ay no, por favor eso no!- exclamó Lisanna tapándose los oídos, quizás el abuelo se creía un buen cantante, pero era todo menos eso. Levy tuvo que resignarse a soportar la voz del anciano.
El viejo sacó un hermoso collar de entre sus ropas y cantó horriblemente –Un collar de jade, te hace ver genial-
-Gracias abuelo- agradeció Levy colocándose el collar, el cual le quedó de maravilla.
-Una manzana fresca, para que engordes un poco más- cantó desafinado sacando una manzana roja y brillante.
Levy se emocionó al ver la fruta -¡Súper! Con el hambre que tengo- entonces empezó a comérsela apresuradamente.
-"Y un plue de la montaña, suerte da"- continuó sacando una jaula donde había una especie de animalito blanco muy tembloroso y de unos tres centímetros de alto.
Lisanna al ver semejante cosita se enterneció -¿Qué es eso? Es súper lindo-.
-Es un mamífero de las montañas, dicen que trae buena suerte. Créanme que me costó mucho capturarlo- dijo Makarov, entonces le pidió a Levy que abriera la mano, cuando esta hizo así, liberó el animalito en la palma de su mano, este se fue arrastrando por el brazo de Levy y se metió bajo sus ropas.
-Hehehe hace cosquillas- rió la peliazul al sentir el animalito caminando sobre su piel.
-Pues eso sería todo, adelante chicas y ponle todas las ganas Levy, puedes hacerlo-
Las dos hermanas se despidieron y tomaron camino en una vereda, tomando el camino rumbo a la casa de las ancianas que dejarían a Levy impecable para el festival.
-¡Ah lo olvidaba, ya que van con las ancianas, díganle a Porlyusica que si quiere andar conmigo!- alcanzó a gritar el extravagante Makarov, causando que las dos hermanas se tropezaran y cayeran al suelo.
Ya habían pasado diez minutos desde que las dos hijas de la familia McClive habían dejado su hogar y se habían encaminado al pueblo. Ahora ya estaban frente a frente con la casa de las ancianas, una humilde construcción de tan solo tres cuartitos.
-¡Que emoción, ya se acerca tu momento hermana!-
Levy no se sentía emocionada en lo mas mínimo, los nervios se la estaban comiendo y aunque se le reiteraba el apoyo familiar, no lograba quitarse el temor de encima. Con sus acciones de hoy podría honrar a la familia o dejar en vergüenza a su padre y en la cultura de Fiore, la honra era de lo más valioso –"Por primera vez en mi vida, tengo la oportunidad de hacer algo realmente bueno por la familia"-.
Lisanna empezó a empujar a Levy rumbo a la puerta de la casita -¿Qué esperamos? Vamos a que te dejen reluciente, ah y déjame decirte que papá mandó pedir un precioso vestido amarillo para ti, seguro que te sentará de maravilla-.
En ese momento, una voz femenina les habló a sus espaldas – ¡Levy, Lisanna, esperen un momento!-
Ambas hermanas frenaron y se dieron la vuelta, encontrándose con una chica muy allegada a ambas – ¡Lucy!-
Lucy de la rica familia Heartphilia, una voluptuosa rubia de ojos cafés que desde muy pequeña se había convertido en la mejor amiga de Levy, el lazo que las unía a las dos era tan singular que se contaban todos sus secretos, frustraciones y aspiraciones. Si había una persona en la que Levy confiaba de todo corazón era esta alegre rubia.
-¡Lu-chan!- Levy corrió a darle un gran abrazo a su amiga.
-Levy amiga, veo que ahora te toca participar en el festival, pues déjame decirte algo ¡Es lo máximo!- se expresó muy gozosa la Heartphilia.
Levy observadora como de costumbre, notó un brillo en los ojos de su amiga y una felicidad en su voz que ni había oído desde hace años –Oye Lu-chan, tu participaste en el festival el día de ayer, se nota que te fue bien, pero aun así se me hace que pasó algo más-.
-Ho ho, así que ya lo notaste- dijo Lucy poniendo las manos en las cintura -¿Y qué crees que pasó que me tiene tan contenta?- cuestionó con una sonrisa picara pintada en su fino rostro.
Levy se puso ambas palmas de las manos sobre las mejillas y se expresó emocionada -Oh ¡Oh dios mío! Acaso… ¿Acaso un hombre se fijó en ti?-.
-¡Estoy comprometida!- gritó Lucy de manera que parecía que ni siquiera ella se lo podía creer –Hice todo bien en el festival, la dama me dio su aprobación y pronto me cayeron tres pretendientes ¿Pero qué crees? Papá le dio preferencia al que me agradaba más y no el que le caía mejor a él-.
Levy se quedó sorprendida –Así que no terminaste con Dan Straight como tu padre siempre había querido ¿Entonces quien fue el elegido?-.
Lucy se puso soñadora y con las mejillas sonrosadas mientras empezaba a describirlo –Desde que lo vi caí por él, alegre y gracioso, siempre con una gran sonrisa contagiosa ¡kya! Es tan galán, su nombre es…-
-Levy McGarden, pase adelante- interrumpió la anciana Hilda presentándose frente a la puerta de la casa de ancianas.
-Adelante Levy, después platicamos. Seguro que al igual que yo, tú también nunca olvidaras este día- le animó Lucy dándole unas palmaditas en la espalda.
-¡Tú puedes hermana!- echaba las porras Lisanna.
-Ven pequeña, te dejaré tan hermosa que los hombres pelearan por ti- le invitó la anciana Hilda.
Levy ahora si sonreía con optimismo –"Es cierto, quizás no solo logre honrar a mi familia, puede que empiece a escribir mi historia de amor como Lucy ¡Qué emoción!"-.
El festival de primavera era una celebración efectuada una vez al año en el que las jóvenes que cumplían la edad de dieciocho años se mostraban como mujeres maduras y capaces. En parte este festival tenía como objetivo traer honor al padre de familia, quien recibía felicitaciones si su hija mostraba un buen desempeño, haciéndosele saber que había hecho un excelente trabajo en la educación de su descendencia. Pero el objetivo principal del festival era para que los varones en edad casadera evaluaran sus opciones y encontraran en las participantes a una futura esposa. Las chicas participantes sabían que de su desempeño, gracia y porte dependía en gran manera el encontrarse con un buen futuro marido. Era un día en el que podían asegurar su futuro o tirarlo por la borda.
Levy sabía muy bien que este día marcaría su vida, más ni siquiera imaginaba en qué sentido sería esto.
El palacio real, el hogar del emperador, una imponente estructura de cimientos de piedra, elevándose en sus muros hasta las más grandes alturas tanto que se decía que podía verse de cada capital del país, caracterizado por su habitual silencio puesto que solo se solía acudir al emperador en situaciones críticas o problemas que comenzaran a azotar el país.
Sobre su trono, yacía sentado el emperador Zeref, uno de los gobernantes más jóvenes que dirigieran al país, tras suceder a su padre, muchos dudaron de su habilidad de dirigir al país debido a su inexperiencia, pero para sorpresa de todos, resultó ser un gobernador justo y equilibrado que hasta el momento había logrado mantener en estabilidad a Fiore.
Y en estos momentos, escuchaba los problemas generales a voz de su consejero real.
-La producción de arroz y trigo ha disminuido mucho en la última temporada y a escaseado por estos días, por lo que aconsejo subir el impuesto- comentaba leyendo de su larga lista su consejero rubio Sugarboy.
El emperador pareció meditarlo unos segundos cuando finalmente dio su opinión –no lo creo necesario, si subiéramos el impuesto muchos no lograrían comprar lo suficiente para sus familias, recuerda la diferencia económica de cada capital-.
-Pero de lo contrario podría sobrevenderse en exceso ¡una gran hambre podría azotar el país! ¡Muchos morirían de hambre!-reacciono dramáticamente el consejero haciendo ademanes y expresiones exageradas.
-Pero no sucederá Sugarboy-dijo con calma Zeref cerrando los ojos –gracias a la protección de Mavis el país ha prosperado durante generaciones, el hambre no es un problema grave, hemos sufrido sequias y sin embargo salimos adelante, no debemos preocuparnos demasiado por ello- dio su veredicto final a la par que abría los ojos.
-Eh…entendido emperador-cedió bajando la cabeza en señal de respeto a la decisión a pesar de no estar muy conforme con ella.
Se sumieron en un silencio durante el próximo par de minutos, al dar por terminada la sesión. Pero el silencio se quebró cuando las puertas del salón principal se abrieron abruptamente retumbando en toda la habitación seguida por el apresurado y firme paso de una imponente figura con armaduras doradas y el símbolo del país forjado en ellas.
-Emperador-se postro el sujeto quitándose el casco y reverenciándose ante su superior como era costumbre. Su apariencia era la de una fornida pantera humanoide.
-General Panther Li, hacía tiempo que no recibía su visita-comentó el mencionado haciendo una seña de que se incorporara.
-Hmp, lo comprendo majestad, el general Li es el capitán de todas las divisiones de tropas, afamado por ser diestro en batalla y firme en la disciplina, entrenando al mejor ejercito de Fiore, es comprensible que esté ocupado- comento con soberbia Sugarboy.
-Y por eso mismo me sorprende bastante su acto de presencia, general-dijo el pelinegro-¿ha sucedido algún disturbio con las tropas?-.
-deniego su pregunta emperador, es algo mucho más grave-hizo una pausa suspensiva poniéndose de pie, observándolo fijamente, tomo aire para revelar la noticia –emperador, el gran árbol Tenrou ha sido derribado e incendiado -.
El semblante de Zeref se torno a uno de sorpresa, abriendo los ojos de sobremanera, totalmente desconcertado -¿Cómo?- cuestiono poniéndose de pie impactado por la noticia.
-La extensa llama que lo consumió fue vista por todos los estados frontales al Monte durante la noche, los ciudadanos intentaron apagarla, no obstante para cuando llegaron la flama era tan grande que fue imposible detenerla- lamentó el general inclinando la cabeza.
-¡Eso es imposible! ¡Nadie puede atravesar la arbolada! Además, la vigilia cuenta con los guardias de más estatus en el país-se expresó Sugarboy totalmente incrédulo.
-Todos los guardias fueron encontrados muertos sin excepción- guardó unos segundos en silencio en recuerdo de los soldados, pero se recuperó al recordar que aun tenía algo que decir- Y eso no es todo, destruyeron el santuario de Mavis y en su lugar mis hombres encontraron esto-de sus ropas saco un pedazo de tela doblado que entrego al emperador.
Zeref frunció el entrecejo sin comprender teniendo entre sus manos el retazo de tela, lo desdoblo y al ver el símbolo en su interior se quedo sin palabras –Imposible-.
-Mi lord, no hay duda, son ellos de nuevo- comentó el general exceed.
-Hace apenas un año que su líder Blaine murió en batalla en la guerra que tuvieron con la alianza de los países del norte. Se han recuperado demasiado pronto- dijo Zeref dándose le vuelta y cerrando los ojos, claramente consternado.
-Blaine era un estrategista completo, tanto que le llamaban "Brain". Pero aun así nunca pudo superar nuestras defensas- explicó Phanter Li –Se desconoce quién es su sucesor, pero si algo es seguro es que es aun más peligroso que Blaine-.
-Esto es un asunto de máxima prioridad, tenemos que tomar medidas de inmediato- Zeref se volvió a dar la vuelta para ver a los hombres y al abrir sus ojos estos ya tenían una coloración rojiza en el iris –General Li, reúne a las fuerzas reales. No tenemos mucho tiempo que perder-.
-De inmediato su majestad- asintió Li y entonces salió apresurado de la sala.
-Sugarboy-
-Si señor-
-El número de las fuerzas reales puede resultar insuficiente para combatir a los Nirvits. No pienso tomar ningún riesgo, el futuro del país descansa en nuestra ofensiva- Zeref pausó un par de segundos y entonces dio su orden –Por decreto real cada familia del país sin falta deberá de aportar un varón para servicio militar. Ve Sugarboy, recorre cada ciudad a reclutar hombres-.
-Como usted ordene- dijo Sugarboy y entonces se dio la media vuelta, se tropezó con su capa dándose en la mera cara, pero se volvió a levantar apresurado.
Los ojos de Zeref volvieron a su color negro natural y entonces fue a asomarse por una ventana, contemplando la ciudad real-"Los vientos de guerra han comenzado a soplar, solo una construcción fuerte resistirá su embate… y la fortaleza de Fiore radica en su corazón"-
Continuará…
Bien, hasta aquí el primer capítulo. Fueron 12 hojas Word, muy posiblemente los capítulos siguientes serán de un tamaño similar. Aunque podría suceder que alguno que otro abarcara más.
Otra cosa, aunque me estoy basando en "Mulan", va a haber variaciones respecto a la película, así resultará más original y sorpresiva para no caer en lo predecible.
Por cierto, no me decido entre cuales deberian tomar los papeles de Ling, Yao y Chien Po (los tres compañeros que tuvo Mulan en la pelicula). Esos personajes tenian las siguientes caracteristicas, el primero era comico e infantil, el segundo era rudo y agresivo y el ultimo pacifico y amable.
Así que me gustaría dejar las opciones a votación de los lectores, los nominados van de la siguiente manera, aunque si tienen una mejor sugerencia con mucho gusto escucharé.
1. Personaje comico: Natsu Dragneel, Bickslow, Max
2. Personaje rudo: Elfman Strauss, Gray Fullbuster, Laxus Dreyar
3. Personaje amable: Jellal Fernandes, Freed Justine, Rogue Cheney
Por favor, agradeceria si me pudieran dar su opinión.
Entonces los Nirvits han invadido Fiore con un nuevo líder dirigiéndolos, Zeref ya ha puesto a mover sus piezas. Levy por otra parte entrará al festival de la primavera con vistas a honrar a su padre y con esperanza de que por ahí le salga algún pretendiente ¿Cómo le irá en la ceremonia? Eso se verá en el siguiente capítulo "Festival de primavera".
Antes de despedirme, déjenme decirles que valoraría saber que piensan de la historia por medio de sus reviews, comentarios, consejos, peticiones, expectativas, preguntas, criticas… acepto de todo. Gracias por haber leído el capitulo y nos vemos en la siguiente.
