Kuroko no basket © Tadatoshi Fujimaki

A/N: «Esta historia participa en el reto: ¡Amor por el Crack!, del foro Kuroko no Basuke en Español» Sorpresa casi al final...

Pareja: Alexandra García / Kuroko Tetsuya.


.

El amor llega sin aviso.

.


.

.

La relación de aquellos dos individuo fue tan impresionante e impactante que desmayó a Kagami después de que su boca cayera literal al piso, ¿Cómo no estar muerto del miedo? Pero fue auxiliado por Furihata quien le ayudó a recobrar la conciencia; conocía a su tutora, una mujer de cuerpo enloquecedor con curvas y un trasero grande y firme, senos gigantes y una piel sedosa. Una mujer que a simple vista dejaría a cualquiera con un problemita con su "amiguito".

Claro. A Kagami no le interesaba su tutora le daba mucho pavor estar a su par, con miedo a ser violado por esa mujer.

E inclinado sobre la redonda y dura mesa de mármol observó como aquel pequeño jugador tomaba a la mujer rubia con fuerza y la atraía a él, sin importarle las miradas conmocionadas de todo Seirin ¡Era su apartamento y en sus narices se ligaba a su tutora!

A Kuroko poco le dificultó calmar a Alex que parecía estar en una crisis emocional con todos esos pares de ojo fijos a ella y el pelo celeste, sólo le pasó su musculoso pero flacucho brazo por la cadera, rozando con obvia intensión aquel plano vientre, y verificó que Alex lo estuviera mirando.

Sí. Ahora sólo tendría que besarla. Kuroko lo hizo, con brusquedad nada humana. Kuroko se permitió pensar en los últimos meses mientras se deleitaba con los labios de la americana.


El sonido hueco desesperante de la persona que tocaba rítmicamente la puerta de mármol, la levantó de ese sofá y no se hizo esperar chillidos y maldiciones de la rubia; realmente era un milagro que la extranjera moviera su blanco trasero de aquel mueble, por la fecha Himuro y Kagami jurarían por sus vidas que se quedaría en el apartamento para acosarlo y la mentar su soltería, lamentable que ambos no presenciaron ese milagro. Alex se sacudió la melena dorada y caminó a rastras hacia la puerta, abriéndola de un golpe con su pie.

Taiga open the door with your key dammit!

— ¿Disculpé?

«Shit! »Alex contuvo el aliento sorprendida ¿Por qué demonios era tan impulsiva? El chico que estaba enfrente de ella tenía la misma cara sin emociones que poseía pero habían rastros de confusión, el tono de voz de él era cálido y melodioso, con sólo observarlo sabia de quien se trataba. La mirada dorada chocó con la celeste dejando a Alex paralizada, se rascó la nuca insultándose por comportarse tan idiota, pero las palabras no se articulaban.

— Lo siento, esperaré afuera —avisó el de cabello celeste dándole la espalda y listo para irse de ese vergonzoso recibimiento.

— ¡Detente mocoso! —Gritó frunciendo el ceño —Tiger regresará pronto.

—Prefiero esperarlo afuera.

— ¡Que no! Pescaras un resfriado tonto —lo tomó del cuello de su abrigo jalándolo hacia adentro del apartamento.

—Suélteme —demandó.

Alex ignoró a Kuroko; ella notó que el jugador ya no se resistía así que lo soltó, desviando el rostro para buscar sus lentes rojos, los encontró en una mesa.

Caminó despacio hacia la pequeña mesa, se acomodó en un pequeño mueble, luego le indicó a Kuroko que se sentara, él meditó un poco pero al final obedeció.

—Así que pequeño ¿Qué te trae aquí?

— ¿Puede vestirse García-san?

La voz cortante de la sombra de Seirin hizo que arqueará una ceja rubia, observó que ya no la miraba fijamente eso hizo que bajara su mirada encontrando su torso y pecho desnudo. Alex hubiera reaccionado indiferente pero en cambio se cubrió con lo que encontró.

Perverted brat! —gruñó enojada.

Kuroko parpadeó y, siguió con su mirada como el despampanante cuerpo corría con elegancia hacia un cuarto. Kuroko suspiró, esperaba que no se tardara.

Pensó que como toda mujer se tardaría una eternidad, pero, no, ella llegó de nuevo a donde se encontraba con el ceño fruncido lleno de molesta hacia su presencia. No hubo conversación. Alex se limitó a servirle un té y se fue a la habitación de Kagami a descansar; luego desde aquella gran cama escuchó el maleficio de Kagami gracias a la pequeña sobra de Seirin por gran susto, después, las voces de ellos en una animada plática.

«Que chico más extraño» Pensó, cerrando los ojos esmeraldas.


«Otro día de la mierda» Alex movió su mano hacia sus ojos dañados por la luz solar. Ya había pasado buen tiempo desde aquel día más vergonzoso de su vida.

Alex tuvo la peor impresión de Kuroko; tenía una piel bastante pálida y flacuchos brazos que parecían vidrios, sin hablar de esa personalidad sombría y esa estatura miserable.

La rubia pensó que se trataba de un guapo japonés; alto, musculoso, de carácter y un hermoso rostro ¿Por qué Taiga no le advirtió de aquel fantasma en carne viva? Él apenas hablaba y ese poder extraño y habilidoso para desaparecer la ponía de pelos de punta ¡Cómo le ponía nerviosa ese chico!

Además aquel sentimiento extraño cuando todos corrían desesperados para reclamar la atención del pelo celeste, y literalmente, Alex había observado con sus propios ojos de gringa como aquellos jugadores, la ex Generación de los Milagros miraba a la pequeña sombra con ojos que no demostraban amistad, incluso para ella eso resultaba muy raro.

«Ellos no son reto» Apenas recobrando la conciencia se golpeó mentalmente ¿El calor la afectaba?

Siendo muy sincera, desde la primera vez que lo miró no despegó sus ojos de él, tenía curiosidad de que tan bueno era jugando. Aunque sabía que se llevaría una gran decepción porque, el chico tenía nula habilidad de tiro, apenas y lograba una canasta gracias a su arduo esfuerzo en superarse.

Pero ella se encontraba allí; a un costado de un frondoso árbol, escondiendo su proporcionado cuerpo y sintiéndose de más idiota ¿Qué hacía espiando al pequeño peli celeste?

— Oh ¿Qué hace García-san aquí?

Los murmullos no se hicieron esperar, tanto que irritó a Riko quien les golpeó muy fuerte en la coronilla de su cabeza vacía.

—Seguro a mirar a Bakagami. Debe de querer saber el avance en el basketball, después de todo es su tutora ¿no? —Riko bajó los hombros en un suspiro cansado y resignado —aunque es la primera vez que viene y sinceramente con tus ex compañeros ya tengo mucho Kuroko-kun.

—Entrenadora hace tiempo que Aomine-kun o kise-kun me visitan —comentó algo ofendido.

— ¡EL ESTÚPIDO DE KISE SE ACABA DE IR, IDIOTA!

—Agradecería que no escupideras al hablar, bakagami-kun.

Kagami ya no sabía qué hacer. Calmó su respiración atolondrada, y miró directo hacia el lugar donde Kuroko observaba muy fijamente, encontrando a su queridísima entrenadora bisexual. Kagami era un completo Bakagami ni siquiera había prestado atención que ella estaba allí.

El de bicolorado cabello notó un especial brillo en los orbes celestes del pequeño jugador demostraban interés, luego miró a Alex quien también parecía ser estar encantada en un hechizo, y su rostro cambió, de confuso a serio.


–Oi, idiota ¿Sabes que Alex es una mujer de 30 años? —le había dicho en uno de sus encuentros en Maji Burger.

Kuroko parpadeó sin creer lo que Kagami le comentaba.

—Sólo sabía que era mayor que nosotros... —justificó pacifico —pero no aparenta esa edad.

—Oh, si —se tragó un gran pedazo de hamburguesa desinteresado — podría ser tu madre.

—Pero no lo es —la respuesta salió tan rápida que lo sorprendió, se sintió algo furioso, sobre todo cuando comenzaba a sentir algo por ella ... —además —agregó —si piensas que estoy interesado en tu tutora, Kagami-kun te equívocas. La malteada de vainilla es mi único amor.

Con eso el As se río hasta que su barriga le permitiera ¿Era tonto? Kuroko jamás se enamoraría de una mujer mayor, y siendo Alex, estaba confirmado que sólo fueron pensamientos erróneos.

— ¡Es cierto tú, pequeño bastardo, jamás te enamorarlas de Alex!

.

.

Bakagami nunca debió decir jamás, los jamases llegan.


Momento actual.


Kuroko no dejó de besar los labios de la mujer americana, en un movimiento tan lento y brusco que se comían vivos si nadie los separaba.

Pero todos se mantenían en silencio y todos sonrojados con las caras calientes ¡Está bien! Aceptaban que Kuroko se estuviera devorando a la rubia ¡Pero que no fuese en su presencia, Jesús!

—Que quede claro que no necesito el permiso de alguien para que salga con García-san. Son mis sentimientos y no dejaré que alguien los manipule —firme y sin temor decía palabra por palabra, abrazando a su novia no confirmada —por otro lado, Koganei-kun — se dirigió al chico sobresaltado — aleja tus ojos de ella. Es mía.

Kuroko fue lo más peligroso en ese momento, no tenía su típica cara de póker, no, lo miraba con el ceño fruncido y abrazando posesivo a Alex.

—Idiota.

— ¿Qué Bakagami-kun?

—Eres tan idiota —susurró con las cejas pobladas fruncidas de fastidio.

—No te enojes, Kagami. El amor aun desconsolado es amor del bueno.

— ¡Cierra la boca Izuki, que tus rimas no son buenas! —Un golpe para Hyuga no esperado por Riko. Ella le dejó un lindo dibujo de sus manos al rojo vivo.

— ¡Cómo sea! —Gritó Riko —muevan sus traseros iremos a otro lugar.

Quejas y quejas de cada integrante de Seirin, pero aun así salieron del apartamento. Y, en realidad Kagami fue arrastrado a abandonar su hogar gracias a la entrenadora quien le ahorcó sin compasión y sólo tuvo la opción de ser arrastrado por Teppei y Hyūga.


— Detén tus juegos sucios, mocoso.

— ¿Qué trata de decirme?

— No... —respiró contra los labios rosados del jugador, susurró suavemente contra su oído: —te... hagas el idiota.

— Lamento no serlo — la acorraló con ambos brazos extendidos en la pared, bajó el rostro que escondía una sonrisa pequeña, colocó sus labios en la mejilla de la mayor para que su voz sonara más fuerte y ronca — pero soy un hombre ¿Sabes? Y, nos gustan los juegos sucios.

La rubia apretó los dientes y al instante rechinaron con dureza ¿Cómo aquel enano se atrevía a tocarla? El chico siempre aparentó ser un santo y, ¡Bien! Tenía sus momentos habilidosos para dejar mal visto a cualquier ser existente si deseaba; pero ¿Cuando aquel chico de cara inocente podía poner esas facetas tan masculinas? No..., ¿Cuándo comenzó aquello? Sólo Seirin se fue de ese maldito lugar y el chico la besó inesperadamente.

— García-san, no puedo dejar que grite cuando hay vecinos al lado — tristón el chico cubrió la pequeña boca de la mayor con su mano, quien ahogó un grito de sorpresa.

La rubia maldijo cuando la pierna del chico rozó contra su piel expuesta por el pequeño short, su cabellera rubia nubló su vista impidiéndole detener al chico que desabrochó su sujetador negro. Kuroko tuvo posición de aquellos erguidos senos majestuosos y sin rodeos los masajeó por un momento, después los acarició con sus labios. A este paso Alex gemía contra la palma de Kuroko, ella respiraba ahogada por el placer.

—Seré buen muchacho y te dejaré gemir en voz alta —alejó su mano de la boca de ella, y la bajó hacia la zona prohibida y erótica de la americana.

—¡...!

Sus dedos viajaron sin pudor al interior de su ropa íntima, enredándose con los cortos vellos rubios de Alex. El chico introdujo dos dedos masajeándo el clítoris húmedo por sus actos no inocentes. Mordisqueó su cuello con nada de delicadeza.

—No... Ha-hagas eso... Tet-Tetsuya

— ¿Cómo me llamó García-san? —perplejo dejó de acariciarla.

—Te llamé Tet-Tetsuya mocoso.

Kuroko se molestó un poco y desvistió en su totalidad a Alex ¿Por qué siempre se empeñaba en decirle mocoso? Claro que era molesto y hasta decir ya no cuando la persona que te gustaba usaba insultos muy certeros. Tal vez Alex se cansó ser la presa, y por eso bajó el uniforme de Kuroko al mismo tiempo en que ella se agachaba con un sigilo totalmente femenino. A Alex le hervía el cuerpo no entendía como aquel enano la podía poner en ese estado, es decir, ni siquiera pensó que eso iba a suceder ¿Ella y el tipejo que tenía poderes fantasmaticos? No. Nunca.

«Estúpido. Idiota. Ah-h-Ahh» Alex tocó con sus delicados dedos la ropa interior masculina, donde contenía algo muy pero muy erecto; no sólo estaba rígido además de eso estaba totalmente húmedo y la rubia se sintió satisfecha de causarle ese problema que obviamente le estaba afectando, ponía observar como el chico quería ignorar la pulsación en aquella zona. Alex actuó por instinto y desnudó aquel lugar, viendo ruborizada aquel palpitante miembro.

« ¿Todos los japoneses tienen este tipo de tamaño de pene?» Su curiosidad no dejó de fastidiarla y hasta el punto que se aventuró en masturbarlo, ella era la mayor ¡Demonios! ¿Dónde quedaba su orgullo? No era la primera vez que observaba un hombre desnudo, ya había pasado por eso muchas veces ¹. Kuroko jadeaba ignorante de que excitaba a Alex.

— ¿Te gusta hacerme sentí así Alex?

La americana se paralizó ¿Dónde quedaba la formalidad? El peli celeste la había llamado por su nombre de pila ¿Aquel engendro tan provocador con el sudor por todo su cuerpo, se atrevía a hablarle así sin ninguna vergüenza? Su desconcierto no duró mucho, el chico la agarró de la cabeza haciendo que su boca fuera invadida por su intimidad caliente. Chilló y no hubo objeción en hacerle el oral; ciertamente lo disfrutaba.

Alex movía la boca de arriba hacia abajo.

«Fuck! Fuck! Fuck! »

—No lo soporto…—le dijo Alex cuando pudo respirar después de hacer eso por un largo momento—tienes… que hacer a-a-algo.

Kuroko dirigió su mirada hacia el cuerpo temblante de la mujer, sus manos acariciaron los duros pezones, luego la besó con pasión y por un momento de pensamientos halló la perfecta solución.

—Muerde mi camiseta si te comienza a doler—le murmuró inexpresivo como siempre. Alex abrió la boca para reclamar ¿Qué trataba de hacer la sombra de Seirin?

De pronto su entrada comenzó a arder e inmediatamente comprobó que Kuroko la estaba penetrando y sin ninguna suavidad, fue lo contrario; como él le había dicho mordió parte de la camiseta y parte de su cuello, tanto fue el dolor que sintió cuando aquel gran miembro entró por sus paredes vaginales que gritó.

—T-Te dije que mordieras la camiseta—le masculló molesto.

Ambos respirando agitadamente se besaron, y luego Kuroko hizo su trabajo; la penetró continuamente, Alex movía las caderas gimiendo por placer.

Bastard…

—Yo también te amo—le respondió apretando los dientes. Kuroko no era experto en el inglés pero entendió perfectamente lo que su novia acababa de decir—Tan estrecha…

—Hazlo… hazlo ya T-Tetsuya.

—Pídelo como debe ser, Alex.

— ¡Hazlo mocoso!

—Umm. Mala respuesta—Kuroko dejó de moverse.

—P-Por… f-favor, T-Tetsuya.

Ambos sintieron una ola de placer inmensa y Kuroko dio la última estocada, tan fuerte y rápida que llegaron al clímax al mismo tiempo. Alex dejó salir más de un insulto en menos de un segundo. En cambio Kuroko sujetó muy firme la cadera de Alex empujando y gruñendo cuando ambos líquidos se mesclaron.

—Así que este mocoso te hizo pedir por más ¿No, Alex?

La rubia le mandó una mirada asesina. Si no hubiese sido atacada por los labios del menor le habría golpeado directo en la cara. No obstante, sonrieron divertidos; no tenían ni una estúpida idea de que relación tenían ambos, no se conocían muy bien pero al final ambos sentían lo mismo.

Amor mutuo, un amor extraño, pero mutuo.


— ¡Tatsuya~ amor mío!

— ¿Alex?

Himuro le dio la espalda a Murasakibara para ser abrazado por su tutora con tanto cariño y amor que dejó asombrado al pobre gigante, aunque ese no fue lo que le de verdad lo sorprendió si no una gran bolsa de pockys que traía la rubia.

—Son tuyos si nos dejas solos.

—Okay~

Alex se aprovechó de la debilidad del gigante por los dulces y en menos de lo que canta un gallo el gigante desapareció.

— ¿Y tu novio? —inquirió Himuro.

—Está con Taiga. Tetsuya quería hablar con él. Creo, que se está tomando muy a pecho que ambos estemos saliendo.

— ¿No crees que era obvio, Alex? —Le preguntó con una media sonrisa. Por el silencio de Alex, prosiguió. —Quiero decir, eres su maestra, la persona que le enseñó lo esencial del basket, Taiga estará celoso por un tiempo.

— ¿Por qué tu no, Tatsuya~?

—Porque respeto a Kuroko-san, es un jugador impresionante y también lo acepto como tu novio. Pero, cualquier cosa que te haga daño, entre Taiga y yo lo haremos pedazos…

La rubia no dejó de sonreír burlona, menospreció el cariño que le tenía ambos alumnos suyos. El tiempo pasó un tanto rápido y se tuvo que despedir de Himuro. Su celular vibró y era un mensaje de Kuroko.

« García-san.

Bakagami ya no está resentido, le gané en un juego uno contra uno y terminó aceptándome. Era de esperar con mis habilidades únicas. En este momento me encuentro en el apartamento de Kagami-kun, iremos después por unas hamburguesas, bueno, él irá por las hamburguesas yo por mis batidos ¿Qué pensaría si le digo que Kagami-kun olvidó pedirme sus llaves? Toda la habitación para nosotros…
La estaré esperando. »

—Mocoso idiota.

Bufó. Pocas veces la llamaba por su nombre, más bien, cuando estaban solos y eso le terminaba fastidiando, aun así, aquel noviazgo cada día era más fuerte y tortuoso. Ahora, Alex no podía pensar una vida sin su Peli Celeste, y estaba segura que él pensaba lo mismo.

Suspiró.

Tendría que enfrentarse contra los amigos de su novio. La generación de los Milagros, aquella bola de jugadores superdotados que tenían un cariño muy grande por Kuroko. No sería fácil pasar por encima de los 5, y sobre todo por el enano pelirrojo. No quería acabar cortada por una tijera.

Aquel mocoso le era muy importante y lo amaba.

Lo amaba tanto que podía ser irreal.

—Te amo. Tetsuya.

Y lo seguiría amando, aunque ambos se enamoraron sin siquiera pensarlo.

Porque el amor llega sin aviso.

.

.


A/N: ¹: Me refiero a que Alex es una mujer mayor ¿Piensan que nunca estuvo con un hombre? Eso sería ilógico ¿no?

¿Qué dicen de este crack? ¿Les gustó? Lo hice lo más largo posible pero sin excederme ¡Me gusta trabajar con esta pareja crack! Por favor dejen sus opiniones. No sé qué decir, estoy un poco, cansada y lo terminé como siempre termino mis fanfic, de un momento a otro C: Por cierto, sí, la sorpresa fue el lemon xD.

¡Un saludo!

Inochan-Uchiha.

27/02/15