Diez años llevaba el gorila dibujándolos igual, sin reflejar su crecimiento físico. Sakata Gintoki, estancado en sus veintitantos; Kagura, con sus eternos 14; Shinpachi, el virgen de 16... Pero ¡cómo no! Tenía que llegar el temido arco de time-skip. Era inevitable; siempre hay algún anime que recurre a ese truco, provocando que el gorila (como un niño intentando integrarse) lo haga también.
[Spoilers película Be Forever Yorozuya./ Genkan: Zona de quitarse los zapatos al entrar en una casa. / Menciones a Shingeki no Kyojin / Insinuación Baragaki arc / Referencias al anime de Pokémon]
[Importante: Los pensamientos de Gintoki van en cursiva.]
"Los niños de hoy en día aprenden demasiado rápido gracias a Internet".
El día comenzó como cualquier otro. Gintoki detuvo el despertador con un manotazo y remoloneó en la cama durante un rato. Al otro lado de la puerta, Shinpachi encendía el aspirador.
Venga ya... ¿Por qué Patsuan no puede ser un adolescente normal, que pase de su casa y vaya a buscar chicas? Mattaku...
Desganado, se levantó por fin. Ouch. Notó un dolor punzante en la rodilla. La dobló un par de veces y el dolor poco a poco fue desapareciendo. Habrá sido un tirón. Se dirigió adormilado al cuarto de baño y liberó su vejiga mientras daba un largo bostezo.
- Ohayoo -la voz de Kagura sonó algo más grave de lo que estaba acostumbrado. No le dio importancia.
Salió del baño después de lavarse las manos, rascándose la nuca. Se cruzó con la joven Yato y... la siguió con la mirada.
¿Are?
¿AREEEEE?
La "joven" Yato no era tan "joven" como la había dejado la noche anterior. Daba la impresión de tener, por lo menos, tres o cuatro años más. El pijama rosa con el que siempre había dormido dibujaba su por fin desarrollado cuerpo de mujer: pecho generoso, cintura exquisita, muslos en forma... El permanentado se quedó en shock durante unos cuantos segundos, boquiabierto. A toda prisa, la siguió hasta el baño y permaneció en la puerta, mirándola.
Oeeeeeee, ¿¡Desde cuando tenemos el cajón de Nobita en el armario!?
El pelo de Kagura estaba despeinado y levantado, pero Gintoki pudo ver que algunos mechones le llegaban a la mitad de la cintura, brillando con la luz del fluorescente. Si no fuera porque la joven apenas abría los ojos mientras se cepillaba los dientes, habría distinguido los suaves cambios en las facciones de la pelirroja.
Gintoki siguió el sonido de la aspiradora, acelerado.
-S-Shinpachi, ¿has visto a K...?
Se quedó mudo.
- ¿Hm?-se quitó el auricular de la oreja- ¿Has dicho algo, Gin- san?
...
- Nop. Nada de nada. Perdone por molestarlo, señor.
Pisando el suelo con fuerza, fue corriendo a su cuarto y cerró la puerta tras de sí.
Cálmate, cálmate, cálmate. Tiene que ser un sueño. Sí, eso es, aún estoy durmiendo y no me he despertado. -Se llevó las manos a la cabeza- ¿Qué le pasa al mundo hoy? -gimió para sus adentros.
Cuando se acostó anoche, Shinpachi era el de siempre: Servicial, educado e inocente; un virginal en toda regla. Hoy, era un joven igual de alto que él (¿cómo osaba?), con el cabello un poco más largo de lo que recordaba, y, lo más desconcertante de todo, con unas gafas de montura negra y moderna.
¿Qué pasa, tan buena aceptación tuvo que hemos regresado a la peli? -Se palpó el pecho, dudaba de su propia existencia-¿Esta vez estoy vivo, no?
Apoyó la espalda en la puerta y escuchó un crujido. Al llevarse la mano atrás, notó una hoja de papel, pegada con celo o algo similar. Tiró de él. Era una nota que decía lo siguiente:
DEBIDO A LA REDUCCIÓN DE VENTAS, DURANTE TIEMPO INDEFINIDO SE ESTABLECERÁ UN TIMESKIP DE CINCO AÑOS PARA REFRESCAR A LOS PERSONAJES.
ESFORZAOS AL MÁXIMO.
PRODUCTOR *******.
Ah, genial. Maravilloso. Estupendástico. Levantarse una mañana y haber perdido, sin anestesia ni una cestita con mucho vino como consuelo, cinco años de vida.
¿PERO DE QUÉ VA ESTO AHORA? CLARO QUE TENEMOS PÉRDIDAS, KUSO, -gritó para sus adentros- TENEMOS QUE COMPETIR CON PIRATAS, SHINIGAMIS Y NINJAS, BASTANTE QUE NOS QUEDAN LOS RESTOS -pateó el suelo- AAHHHH, MO. CLARO QUE NO SOMOS POPULARES, PELEO CON UNA MALDITA ESPADA DE MADERA, NI SIQUIERA TENGO UNA SAKABATÔ. OE. ¿ENTONCESSOY VIEJO? ¿TENGO CANAS? ¿Y CÓMO SABRÉ QUE TENGO CANAS CON MI PELO?
Bastante nervioso y muy enfadado, decidió que lo mejor era que le diera el aire. Se puso a vestirse, de mala gana.
Pum, pum. Unos golpes en la entrada a punto estuvieron de hacerle perder el equilibrio y caerse, con sólo una pernera puesta, sobre su calzoncillo de fresas. Se lo puso deprisa, deslizó su puerta y se asomó.
- Ah, Okita-san, buenos días -saludó un sonriente Shinpachi al recibirle.
El joven castaño tenía el pelo un poco más largo, por lo demás iba como siempre: Uniforme de Shinsengumi, katana en la cadera, una correa en la mano...
Espera.
- Oe, -le gruñó Kagura saliendo del baño, vestía su habitual vestido rojo- no habíamos quedado aquí, bakaro.
Okita sonrió perverso y sostuvo la correa en alto. Era un fino cinturón de cuero con pinchos, sujeto por una cadena reluciente.
- He pensado en sacarte de paseo.
Kagura enseñó los dientes, comisuras en alto.
- Mucho me temo que soy demasiado para ti.
- ¿Demasiado perra? Eso ya lo sé.
Continuaron discutiendo. Mientras, Gintoki hizo señas a Shinpachi.
- ¿Oe, qué les pasa a estos dos? ¿Por qué está ese aquí?
- Hm -El megane les miró de reojo y ladeó la cabeza pensativo- Imagino que Okita-san habrá venido a buscar a Kagura-chan para su cita. Es muy amable por su part... Bueno, a su manera.
- ¿¡Cita!?- casi chilló el permanentado, abriendo la boca hasta el suelo, alucinando. Volvió a mirarlos, a tiempo para ver a Okita (medio grogui con un enorme chichón en la cabeza) arrastrado por la correa a manos de Kagura, que cerró la puerta tras de sí. No puede ser. Kagura. Esa niña glotona, bestia y cazurra, pero inocente, ¿con ese? - Matte, matte, matte, ¿cómo que cita?
Patsuan abrió los ojos con sorpresa y luego adoptó una pose propia de una jovencita avergonzada.
- Y- Ya sabes, Gin-san... una... cita... -Se rascó la nuca y se rio tontamente- Son las típicas cosas que se hacen cuando alguien tiene pareja.
- ¡Pero esos dos no pueden ser pareja! -estalló el samurái, señalando la puerta- ¿Cómo han podido acabar así? ¡Si no hacen más que pelear!
Shinpachi se pasó el dedo índice por la barbilla y alzó la vista.
- Bueno, dicen que quienes se pelean se desean.
- Aquí -bramó Gintoki, cuyo instinto de progenitor ya había saltado a la luz, retorciéndose con tanta fuerza que era incapaz de controlarlo- NADIE DESEA A NADIE.
- Mo, Gin-san, qué cosas dices -respondió el otro sacudiendo una mano- Kagura-chan ya tiene 19 años, es una señorita. Está en la edad. -Su voz de enturbió de pronto, creando una aura negra a su alrededor como un muerto en vida- Peor soy yo, que tengo 21 y estoy sólo...
Maldito gorila diarreico -imprecó comiéndose la cabeza, ignorando por completo a Shinpachi- ¿En qué diablos está pensando? ¿Y yo qué? ¡Se supone que soy el protagonista! ¿Por qué yo no tengo pareja? Mattaku, ¿diecinueve? Venga ya, es una criaja igualmente...
Quedó congelado. Una idea vino a su cabeza como los mocos en un catarro. Se dirigió al genkan a toda prisa y se puso las botas, después salió corriendo.
Oe. Oe oe oe oe oe oe.
Oe oe oe oe oe oe oe oe oe oe oe oe oe oe oe.
¿No habrán hecho ya...?
Gintoki cortaba el viento a grandes zancadas, buscándolos con la mirada desesperadamente. Por fin, distinguió el paraguas de Kagura en la lejanía. Se aproximó hasta una distancia prudente y se escondió tras el mobiliario público para vigilarles.
No, no, no, no, no. No pueden haber ****** y ******* Y mucho menos hacer ******* también...
No, no, no, no, no, no. Me niego. ¡Y el muy desgraciado se deja el pelo largo! -Sus labios dibujaron una sonrisa siniestra- Ya te daré a ti melenita, después de que acabe contigo la depilación integral te parecerá abrigada. ¿Qué te parece arrancarte la piel, eh? Serás la birria de los titanes colosales, chaval.
Avanzaba de tramo en tramo, cuidando que no le descubrieran y vigilando sus movimientos. Paseaban con normalidad, sin tocarse siquiera. Mejor.
- Ohh, ¡Gintoki! -Se le cruzó de pronto Zura, tapándole el objetivo. Iba disfrazado como un jugador de béisbol, con coleta y un llamativo bigote mejicano. Se pasaba una pelota de una mano desnuda al guante que llevaba en la otra- ¡Esto es el destino! Voy de incógnito a un partido entre la...
¡PUM!
Gintoki, demasiado tenso, empujó a Zura para quitarle de en medio, usando tanta fuerza que el otro salió volando cual Team Rocket.
- ¡HOME RUNNNNN! -gritó Katsura antes de desaparecer como una estrella en el firmamento.
El permanentado aceleró el paso para alcanzarles, maldiciendo entre dientes. Derrapó. La pareja se había detenido. Gintoki supuso que estaban discutiendo algo. Kagura se acercó al escaparate del edificio contiguo, tal parecía que estaba viendo algo que le gustaba. Okita la esperaba unos pasos más atrás, girado hacia ella.
Entonces, volvió la cabeza... Y miró a Gintoki a los ojos.
Una monumental sonrisa demente cruzó la cara del sádico baragaki. Caminó hacia ella, situándose poco detrás de su espalda. La miró. Miró a Gintoki. Realizó un movimiento bastante obsceno con sus caderas, adelante y atrás.
Varias venas marcaron el cuello de Gintoki, furioso. Sin pensárselo dos veces se lanzó a por él con la fuerza de un huracán y el espíritu de Shiroyasha. Okita continuó sonriendo, aquella estúpida sonrisa que le iba a borrar en un par de segundos. Sacó su espada y saltó...
Con la mala fortuna de que Kagura se percatase del movimiento en su espalda, se enfureciera y dirigiera el reverso de su puño hacia su pareja. Pareja que retrocedió en el instante preciso en que Gintoki caía, recibiendo el golpe el mayor. Salió volando.
A lo lejos, brilló otra estrella en el cielo.
Bueeeeno, se acabó xD Espero que os haya gustado el capítulo. ¡Muchas gracias por leer! :3. Como es costumbre, si queréis continuación, seguidla o dejadme un review. También agradecería que me dijerais si los personajes están bien reflejados, me preocupa mucho. En fin, quejas, críticas, tomates... Lo que queráis decir xDDD Matta nee~
