Prologo

El reloj de la casa comenzó a sonar, estando sentada en el sillón miré el reloj que se encontraba colgado en aquella pared, tic, tac… y nuevamente tic, tac me ponía irritable, nerviosa, deseaba poder mecerme en los brazos de papá, y eran apenas las 4 y 15 de la tarde y ella aun no llegaba, ella me había dicho que llegaba a las 2 de la tarde ¿Dónde podrá estar? Comencé a caminar y casi que estuve a punto de llorar ¿espero no le haya pasado nada malo? ¿Dónde estará papá?

Cuando la puerta se abrió, en mi cara se puso una enorme sonrisa, puesto que sabía perfectamente que era "ella", el sonido de las llaves, el auto, la conocía como la palma de mi mano. Yo solo quería que hiciéramos lo que siempre me había gustado –abrázame por favor – le pedí rogando, supongo que era inevitable, después de todo añoraba esto, papi me abrazo con fuerza y pude sentir ese calor… "Un abrazo así de fuerte" dijo ella con una sonrisa en su rostro… -estoy molesta- le dije… pues era obvio nop… había llegado tarde y eso era algo que yo no toleraba.

Se reía y me dio un beso en la mejilla diciéndome – no volverá a suceder, lo prometo Natsuki – también le di un beso en la mejilla y le sonreí de igual forma, pero aún me sentía enojada, su trabajo le estaba robando valioso tiempo al cual quería que me lo dedicara. Estaba súper molesta – vale lo siento no pretendía hacerte enojar Natsuki, lo siento- volvió a disculparse – me perdonas mi pequeña-

-No soy pequeña papá ya tengo 9 años- le dije

-Miércoles ¿9 años? Esto sí que es interesante- en ese instante papá fue a la cocina por un vaso con agua – entonces yo ya debo estar muy vieja con estos 23 años que tengo- señalándose así misma –y estás pensando irte de la casa como toda niña grande?

-¡Irme! a ¿dónde?- pregunte con mi rostro súper extraño, la miraba y ella solo sonreía – pero yo no quiero irme, papá se sentiría muy sola, soy una niña grande y debo cuidar de Chikane papá, no quiero que te sientas sola, a donde debo irme?- se lo precise

Y en ese preciso momento se escucharon los ladridos de un perro.

-Natsuki – miércoles y yo que quería esconderme y al perro también OwO – es muy lindo papá, lo vi en la calle tan solito y…-

-te he dicho muchas veces que no puedes traer perros a la casa – súper enojadísima, agarro al perro como pudo dando vuelta para ir al patio de la casa.

-papá, es mío devuélvemelo – y ella decía – no Natsuki este es el perro número 8 que traes a la casa –

-O me lo das o gritaré y con todas mis fuerzas- ella no me prestaba atención pero de verdad quería mucho a ese perro y comencé mi cuenta regresiva UNOOOOOOOOOOO… DOSSSSSSSSS Y TRESSSSSSSSSSS…- pues siempre suele funcionar con papá, puesto que al gritar tan fuertemente soltó al perrito que venía hacia mi… moviendo su colita, jale del pantalón de papi y ella se agacho a mi altura, le di un beso y le dije cuanto la quería –hay Natsuki que voy a hacer contigo-

-solo quiéreme mucho papi-