Todo el universo de Harry Potter pertenece a JKR, la historia que se desarrolla a continuación es una obra coescrita con SamanthaBlack30, agradeceremos toda crítica constructiva y cada opinión que nos quieran dar.

La trama se sitúa en el sexto curso.

Bienvenidas…

CAPÍTULO 1

Esa maldita mirada otra vez sobre mí, estoy harto de esta mierda, desearía nunca haberme equivocado con mis estúpidas decisiones…

Todos hablaban de lo grandioso que sería pertenecer al selecto círculo del mago más poderoso de todos los tiempos, y en mi intento por olvidarla me deje llevar por todos los estúpidos comentarios de niños idiotas, hablaban de grandeza, de respeto y muchas cosas más que en ese momento yo deseaba y que solo con él lo lograría, al final yo no tenía nada que perder, mis abuelos no me querían cerca de ellos y yo tampoco quería estarlo, así que en cuanto terminé el colegio fui al encuentro de lo que sería mi más grande error y marcaría mi vida para siempre…

… Severus estaba tan metido en sus pensamientos que no se percató que la reunión había comenzado, hasta que sintió una mano helada y fuerte sobre su hombro, levantó la cabeza de inmediato, no se podía apreciar su desconcierto, puesto que traía aún la máscara puesta. De inmediato vio ese par de ojos rojos llenos de crueldad mirándole de forma imperturbable. El pocionista reaccionó de forma mecánica inclinándose ante él, tomando el tiempo para descubrirse el rostro

Mi Señor – le dijo con su voz segura, sin embargo su agarre se endureció un poco, diciéndole con esa voz siseante

Levántate Snape – lo hizo de inmediato, con firmeza y decisión – me pregunto… ¿en qué estarás pensando para no percatarte de mi presencia en cuanto entre? sabes que has hecho mal y que debes ser castigado, ¿verdad? – el cuerpo del hombre se tensó por completo, sabiendo lo que ocurriría, ¿cómo demonios pudo ser tan imprudente? No debía volver a cometer el mismo error, o podría echar a perder todo ese tiempo de trabajo al lado del Señor Tenebroso

Lo sé mi Lord, ruego me disculpe, no volverá a ocurrir – escuchó que muchos se reían, sabía perfectamente que desde que era la mano derecha del Lord nadie lo toleraba, puesto que lo creían un traidor, en especial Bellatrix Lestrange. Pudo observar como la mirada del Señor Tenebroso se tornó más roja, viendo a través de ella el sadismo y la brutalidad, sabía lo que venía después de ésta, intentando prepararse mentalmente para ello

¡CRUCIO!

Sintió de inmediato un dolor indescriptible a través de todo su cuerpo, pero en ningún momento escucharon gritar al pocionista, nunca lo habían hecho, y eso es algo que les molestaba, sabían que era más fuerte que cualquiera y que no tenían la oportunidad de enfrentarse a él y salir ilesos. Aguantó la maldición y escuchó dentro de su mente ¿Por qué no gritas Snape? ¿Acaso soy muy blando contigo? Aumentó la intensidad del hechizo pero resistió estoicamente, nadie lo escucharía gritar. Tan sólo tomaba con impulso sus rodillas, agachándose y teniendo la fuerza suficiente para no verse en el suelo, agachó la cabeza, apretando su mandíbula conteniendo el dolor. El mago volvió a mover la varita incrementando el hechizo, haciendo que el hombre arqueara su cuerpo hacía arriba, provocando que las miradas de ambos se encontraran. Muy bien Severus, creo que ha sido suficiente, como siempre estas a la altura, no espero menos de ti, mi fiel mortífago

Gracias Mi Señor – respiró agitado el hombre, mientras vio como el Señor Tenebroso se sentó en la silla habitual, colocándose él a su derecha como últimamente lo hacía

La reunión transcurrió como siempre, reportes de los movimientos de los aurores, del ministerio, de los aliados y enemigos, mucho se decía, pero Voldemort no tenía la paciencia para sus patéticas muestras de adulación, y a uno que otro lo castigó por las estupideces que hacían, satisfaciéndose al escuchar sus gritos y ver los rastros de sangre, que sus seguidores dejaban por la mesa y el piso consecuencia de sus castigos.

Después de varios que quedaron casi inconscientes, la mirada del mago se posó en uno de sus mortífagos, Dolohov, el cual se removió con cierto temor, buscando la forma de rendir su informe

Mi… mi Señor, hemos tratado de reclutar a más magos como me lo ha pedido, no te tenido tanta suerte, la familia Flemming ha huido de Londres y… fue… imposible su cooperación para… la misión que nos encomendó, pero hemos seguido sus órdenes y… eliminamos a las otras dos familias.

¿Perdiste a los Flemming? – siseó jugando con su varita sin verlo

Yo… si mi señor, pero… hemos logrado reclutar a otras criaturas mágicas – Espero ser felicitado por sus logros, pero dada la mirada de su Señor sabía que eso iba a ser poco probable

Muy bien Dolohov, muy bien, pero sabes hay algo que no me gusta nada y es que se pierda tanta sangre mágica, tendrán que mejorar sus métodos de convencimiento, mientras tanto reúne a tu equipo y vengan hacia mí – sus ojos resplandecían con una insana locura

Si mi Señor – todos los implicados se levantaron y fueron hacia Voldemort, quedando todos hincados en una rodilla, el Lord saco su varita y apunto hacia ellos, un látigo negro en sus espaldas los hizo caer de cara al piso, rasgando sus túnicas dejando unas marcas rojizas en su piel, el acto se repitió unas veces más con más saña, dejando entrever una sonrisa demente en el Señor Tenebroso. La maldición paró en seco, dejando que sus sirvientes se repusieran del acto, para volver a levantar la varita y sin piedad alguna, lanzar la tortura que los volvió a dejar en el piso retorciéndose de dolor

¡CRUCIO! – maldijo, extasiándose con sus gritos y deleitándose cuando sus ojos casi salían de sus órbitas – Espero que esto sirva de escarmiento, y dejen de ser tan inútiles y se concentren mejor en su trabajo, quiero mortífagos no animales imbéciles – no rompió la maldición hasta que casi no se movían, Severus solo observaba sin intervenir ni demostrar cualquier tipo de emoción de su parte – ¡Ahora largo! espero que avancen y hagan las cosas bien o de lo contrario no tendré piedad ¿Qué esperan? ¡He dicho que fuera todos! – con increíble rapidez se levantaron, haciendo una reverencia y se retiraron – Severus espera un momento

El Lord espero a que se fueran todos para quedarse a solas con el pocionista, cuando eso sucedió se acercó invadiendo el espacio personal de Severus y puso las manos alrededor sus brazos comenzando a acariciarlos de manera sugestiva; Snape trago saliva y se tenso un poco, sin embargo nunca lo demostró, sorprendiendo sin duda a Voldemort, quien sonrió burlón y retiró sus manos despacio. Se giró con elegancia dándole la espalda.

Tengo grandes planes para ti Severus, hasta ahora eres el más fiel de mis mortífagos, cumple con tu trabajo y te recompensare abundantemente; comete un error o un descuido como el de hoy y serás castigado severamente ¿lo entiendes?

Mi señor, eso es algo que no volverá ocurrir

Puedes irte – hizo una reverencia y se marcho

SS&HG

Mientras tanto, en Hogsmeade, en una de las habitaciones de Cabeza de Puerco, se encontraban los Granger más furiosos que un colacuerno reprochándole a Hermione el haber escapado del colegio con la ayuda de Harry, y reunirse con su hermano, él se encontraba muy lejos de ahí, en América para ser exactos, pero por ella haría cualquier cosa, la joven lloraba y les reclamaba el que no le permitieran estar con él.

¡Es la última vez que te lo digo Hermione! – le decía su padre Steven Granger con voz firme y enfadada, mirándola con reproche

Pero papá, por favor, escúchenme, no entiendo porque…

¡Porque nada niña! De cuando acá debo darte explicaciones ¿eh? Sólo obedece y punto ¿acaso no puedes hacer eso?

Sólo quería verlo un momento… tengo derecho a…

¡Basta Hermione! – la calló su madre con una mirada furiosa, la castaña guardó silencio de inmediato, viendo con reproche a su interlocutora con los ojos llenos de lagrimas, no podía entender a sus padres – ya te lo hemos dicho y espero que entiendas de una vez que no puedes ir porque… – miró de reojo a su esposo – porque Andric está estudiando y lo vas a distraer ya lo veras en navidad y más vale que te comportes o no podrás ir a casa en esas fechas, ¿entendiste? – terminó por sostenerla y sacudiéndola un poco fuerte por los hombros y mirándola con cierta aprensión y desesperación, a lo que su esposo sólo colocó la mano en su espalda tratando de calmarla antes de que cometiera alguna imprudencia

Entendí mamá – la chica la miró con cierto temor, no había visto así a su madre nunca, aunque eso no quitaba el enojo que sentía con ellos, así que se soltó bruscamente del agarre de su madre y salió corriendo de aquel lugar llorando

Bajó las escalinatas con rapidez, secándose las lágrimas con rabia. Siguió corriendo con el temor de que sus padres la siguieran, ansiaba llegar a Hogwarts cuanto antes. A unos metros de ahí, cayó de rodillas sosteniéndose con las manos y llorando fuerte logrando ver como temblaba su pequeño cuerpo a causa del llanto, intentó levantarse pero la humillación de sus padres y el dolor que le causaron fue mayor y se rindió en un llanto abierto

A una distancia prudente un hombre de negro que acababa de aparecerse por el lugar. Miró a la joven ya conocida para él, tendida en el piso cubriendo su rostro, al mismo tiempo que una pareja se acercaba a ella con cierta rabia en sus facciones

Sus padres llegaron tras ella, viéndola de rodillas, su madre que era la más enfadada se acerca y la jalonea para levantarla, de alguna manera tendría que hacerla entender y sabía bien cómo hacerlo

Vuelves a cometer un error como éstos y me veré en la necesidad de que Andric no venga a Londres para Navidad, ni podrás verlo en las vacaciones de verano, encargándome de que no tengas comunicación alguna con él – su mirada solo reflejaba ira en ese momento

¿Qué? Pero si nunca lo veo. Por Dios mamá ¿Qué demonios te pasa? Andric es mi hermano, tú hijo – se armó de valor enfrentando a su madre, no entendía porque siempre reaccionaba de esa manera, sin embargo una sonora cachetada calló a la joven ante cualquier otra cosa que quisiera decir, Hermione se llevó la mano a su mejilla completamente roja, estaba tan asombrada y dolida que no podía articular palabra alguna

No te atrevas hablarme así de nuevo Hermione

Es sólo que no te entiendo mamá, ¿por qué eres así? – la mano de su madre rodeó el brazo de su hija con fuerza – A él no le va a gustar la forma en que me sacaste de su departamento – susurró con temor

¡Yo no necesito la aprobación de ESE! – lo dijo con una frialdad y repudio que era extraño ver y escuchar a su madre de aquella manera, Steven al percatarse que podría decir cosas de más sujeta a su esposa abrazándola y separándola de su hija lo mas sutilmente que pudo

...Calma querida

Mamá, ¿qué pasa contigo? – Hermione la miraba desconcertada

Tienes que obedecerme Hermione o ¿quieres que haga todo lo que te dije? – el abrazo de su marido la calmó un poco, pero no del todo

No, voy a portarme bien, lo prometo – salió corriendo rumbo a Hogwarts aún llorando, esperando que cuando llegara al castillo su dolor hubiera mermado un poco

Aquel hombre de negro la siguió a una distancia prudente, pero no puedo evitar mirar con cierto resentimiento al par de muggles que se quedaron ahí viéndola partir. Al pasar junto a ellos se percató, que la Sra. Granger lloraba desconsolada en el pecho de su marido, mientras que éste le abrazaba protectoramente, no entendió cómo demonios podía estar llorando de aquella manera si la afectada en todo el asunto fue la sabelotodo, a fin de cuentas los idiotas de sus amigos la corrompen y la alientan a hacer cosas estúpidas.

A escasos metros de la entrada a Hogwarts, la chica se sentó en una de las rocas más cercanas y lloraba sin intentar ocultar su estado, pensando que nadie podía verla ahí, un par de minutos después una figura imponente y oscura se situó frente a ella, levantó la mirada y se llevó una sorpresa, con cierto nerviosismo y vergüenza.

Profesor – dijo limpiándose rápidamente las lágrimas para que no la viera, lo que menos deseaba en ese momento era uno de sus encantadores sarcasmos o frases hirientes

Granger – su ceño fruncido lo hace ver más imponente – mire nada mas niña tonta – traía las rodillas muy raspadas y llenas de sangre – vaya a la enfermería de inmediato – el dolor que traía en el alma era más fuerte que unos cuantos raspones, así que no se había percatado de eso

No, debo ir a la lechuceria – aún secando sus lágrimas se levantó dispuesta a irse, y él la sostuvo del brazo deteniéndola con firmeza

Pasará de inmediato a que la curen, ya tendrá tiempo después de mandar su carta – su voz no admitía replicas, pero ella tomo valor para contestarle

¡Usted no entiende, debo mandar esa carta, debe llegar lo más rápido posible! – contestó desesperada, tratando de zafarse de su agarre, él entrecerró los ojos, signo de su enfado

No me hable en ese tono – siseó casi sin despegar los labios, ella bajó la cabeza avergonzada y con voz quebrada se disculpó

Lo siento, es sólo que nadie puede entenderlo, debo… debo decirle a mi hermano que estoy bien, él estará preocupado y vendrá a Londres y mamá lo… – comenzaba otro ataque de desesperación

Cálmese – la interrumpió firme pero sin gritarle – Venga conmigo, le prestaré mi lechuza, es rápida e inteligente.

¿De verdad haría eso por mí? – sus ojos mostraban sorpresa – yo… yo no sé como podré agradecérselo profesor Snape, tenga por seguro que le deberé un favor enorme y créame que sé ser muy agradecida con los que me ayudan, inclusive mi hermano creerá estar en deuda con usted porque…

Por Salazar, cierre la boca Granger, y tenga que no quiero que todo el mundo piense que yo la hice llorar, no soportaría tener al director encima de mí por maltratar a la alumna modelo – le ordenó con frialdad extendiéndole un pañuelo verde botella, ella lo tomó sorprendida y bastante nerviosa, asintió y se limpió la cara de inmediato, quedándosele un ligero aroma a sándalo y especies, la cual se dedicó a disfrutar – ¿Granger?

¿Si? – respondió saliendo de su distracción, aún con la tela de seda entre sus manos pegado a su nariz

Si ya termino de confesarse con mi pañuelo, ¿podría caminar? ¡Vamos! que soy un mago ocupado y no tengo todo el día como usted – la joven baja la cabeza avergonzada y asintió sin decir más

Ambos se dirigieron a su despacho sumidos en un silencio profundo, al llegar le indicó que se sentara y le proporcionó pergamino y tinta para que escribiera su carta, ella se concentró en ésta y él le dio privacidad, a pesar de que la escuchó sollozar por un tiempo considerable.

Después de algunos minutos regresó con la lechuza, un magnifico ejemplar negro con hermosos ojos grises con porte y elegancia tal como su dueño. Le colocó la carta en la pata, indicándole a quién debía entregarla, sin más, el ave emprendió el vuelo para cumplir con su misión; ella se quedó sentada mirando la ventana hasta que perdió de vista a la lechuza.

El pocionista que había traído lo indispensable para curar la herida, sacó un paño que mojó en una poción purpura. Se agachó viendo la herida en sus rodillas, alzó la vista hasta que su mirada se posó en los ojos melados de la joven, la cual estaba estática esperando por lo que iba a suceder. Antes de tocarla o hacer cualquier movimiento, se dirigió ante ella con una seriedad única en el profesor.

¿Me permite? – pidió su consentimiento, señalando sus rodillas y la falda manchada de sangre, ella asintió con nerviosismo, el hombre subió dicha prenda un poco, rozando sin querer con sus dedos la piel blanca de la joven, empezó a limpiar la herida con sumo cuidado, aplicándole esencia de díctamo y algún ungüento, después colocó una pequeña venda terminando con su trabajo – Estará bien mañana por la tarde – alzó la vista mirándola a los ojos, ella estaba callada y sonrojada sin saber que decir o cómo actuar, él ignoró por supuesto el estado de mudez de su alumna

Gracias profesor – sonrió tímidamente, después de todo… no es un murciélago de las mazmorras

Repose un momento, ha caminado mucho, podrá irse en media hora – ella iba a decir algo pero la cortó en el momento – sí, Señorita Granger, la he visto desde Hogsmeade, presencie el incidente con sus padres, por lo mismo le repito, quédese un momento, después podrá regresar a su sala común – ella solo bajó la cabeza y su cabello le cubrió el rostro, sus ojos se nublaron en lágrimas nuevamente y lloró en silencio

El mago fue a guardar lo que usó sin darse cuenta de las pequeñas gotas saladas que caían de los ojos melados de la chica, al volver la encontró semi acostada en el sofá, con su rostro inundado en lágrimas, las cuales empezaban a secarse por el estado de su alumna, quién había conciliado el sueño en ese sofá, mientras su mano derecha sostenía el pañuelo que él le había facilitado.

Sin saber lo que hacía o porque lo hacía, se acercó y le quitó el cabello de la cara dándose cuenta de la mano marcada que llevaba en ese momento, la ira se extendió por su cuerpo como pólvora y cerró los ojos con fuerza tratando de que aquellas imágenes no volvieran a su mente, un pasado por el cual él luchaba por dejar atrás. Terribles gritos se oían en su cabeza, un golpe continúo de un cinturón, las suplicas de una mujer y el llanto de un niño, hicieron que sus manos se cerraron en puños.

Hermione se movió un poco y él se incorporó de inmediato, la joven suspiró y se acomodó para seguir durmiendo.

Granger… Granger le estoy hablando, ¡No puede dormir aquí! ¡Pero qué confianzas son estas, sabelotodo insufribles! ¡Esto no es un hostal! Debe… - se dio cuenta que no empleaba la voz lo suficientemente fuerte para despertarla, la castaña hipó entre los sueños, él resopló en molestia hasta que escuchó como ella parecía tener una pesadilla porque sollozaba y daba muestras de dolor, eso le detuvo el impulso que tenía de levantar por la fuerza a la castaña, eliminando todo rastro de molestia – Mañana será otro día señorita Granger – le susurró antes de partir con el director, le debía un reporte más, algo debía valer la pena en el largo camino de oscuridad en el que él se estaba hundiendo

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