De nuevo, se encontró con un pelo de Adrien y para ella era así porque era del mismo tono de color de su cabello, tenía el mismo largo y era ondulado.
¿Y dónde se lo encontraba?
En su cama. Algunas veces en su frazadas, otras veces en la almohada.
Debía estar loca por suponer que era el pelo de Adrien, pero los comparo y era el mismo. No por una prueba de ADN, cabe aclarar, ya que sale muy caras. Por eso Marinette lo descarto, decidiendo solo confiar en su instinto.
Por supuesto, a pesar de que se encuentren pelos de él. No significa que él se mete en su habitación en las noches y duerme con ella.
¿Qué importa si ella tiene el sueño pesado y no siente ni un mosquito?
Puede ser que se le pegue en la ropa. Aunque eso también sonaba improbable, ya que ella no se le pegaba a Adrien como Chloé, a decir verdad, no había cercanía entre ellos y menos contacto físico.
¿Entonces cómo?
Eso es lo que se preguntaba. Hasta que algo hizo "Click" en su mente.
¡Chat Noir, también era rubio!
Y él, se le pegaba como un chicle.
¡Era Chat Noir el dueño de los pelos rubios! ¡Era obvio!
Seguramente sus cabellos se le pegaban en su traje de heroína y al destransformarse caían en su cama.
¡Era eso!
Pero esa cuestión le hizo pensar de forma preocupante, respecto al gatito porque el minino estaba perdiendo muchos cabellos. Si él tenía una melena abundante, pero aun así no tenía por qué dejar una bola de pelos.
Por eso antes de irse a su casa, luego de finalizar de un patrullaje nocturno. Ladybug con toda la buena intención del mundo, hablo sobre su problema.
— Chat Noir, te recomiendo que utilices un shampoo control caída.
Este alzó una ceja desconcertado. "¿Por?" Atinó a contestar.
— Te estas quedando calvo.
Y se fue, dejando a Chat Noir con las manos en su cabello, buscando desesperadamente rastros de su -posible- calvicie.
