Hola, ahora vengo con un fic que es más porno que fic que me vino a la mente luego de obsesionarme mucho con la canción Shape of you, es demasiado pegajosa xD. Espero les guste, esto tendrá un capítulo más que espero escribir pronto y quizá lo traduzca al inglés, no sé. Ya veré.

Titulo: Fantasía.

Disclaimer: Yuri on Ice no es mío blablá.

Summary: Solté un fuerte jadeo, el ser vulnerable bajo su cuerpo fuerte me excitaba más de lo que podía disimular. "Espero que no te arrepientas de esto Yuratchka. Voy a llenarte tanto que no volverás a sentirte completo de nuevo". Otayuri.

R-18.

Ch.1

Yuri's POV.

La primera vez que me di cuenta de que era gay fue mientras veía una película porno. Quizá como adolescente empecé muy tarde a interesarme por el sexo, tampoco creo que la idea haya venido exactamente de mi mente, más bien pienso que fue la necesidad biológica. Recuerdo aquella película, veía a la chica y la forma en la que ella se retorcía de placer… me hizo pensar por primera vez…

"¿Cómo se sentirá tenerla dentro?"

Ahí fue donde mi autodescubrimiento comenzó.

A los 18 años tenía muy claro que era lo que quería pero nunca me había atrevido a buscarlo, no me sentía preparado para que alguien se enterara y enfrentar a la gente. Vivía de los escenarios que tenía en mi cabeza y aunque sabía que no me bastaba, me convencía de que no era el momento. No me atrevía tampoco a comprar algo que pudiera hacer el trabajo, la solo idea aunque tuviera esa etiqueta rebelde me hacía ruborizar un poco.

Mi vida diaria era la misma rutina, patinaje, patinaje, patinaje. Socialmente seguía siendo el mismo marginado excepto por mis compañeros y Otabek. Otabek y yo seguimos haciendo crecer nuestra amistad a nuestra manera. Realmente me sentía cómodo a su lado y era algo que todos notaban. Pero algo que tenía presente era que aunque cercanos, aún manteníamos nuestra vida amorosa en secreto, como si no existiera o como si no fuera importante. Muchas veces pensé en decirle al verlo sonreír en la pantalla, pensaba que el comprendería y quizá vocalizar en voz alta "hey Otabek, mejor amigo, me gustan los hombres" podría servir para tener el valor de dar el siguiente paso. Pero mi voz no encontraba salida y la conversación no tenía lugar. Pensaba que en algún momento, quizá el traería el tema a colación y sería más fácil. Quizá un día dejaría la cobardía atrás y podría decirle lo que era.

Podría haber seguido así por mucho tiempo sino fuera por el día del incidente como me gusta llamarle.

Otabek vino de visita por unos días y fuimos a la pista a practicar tarde cuando no había ya nadie presente, todo normal como siempre. Una vez en el vestuario, al tomar la ducha y sin previo aviso ya que solo estábamos nosotros dos, simplemente se quitó la ropa y camino hacia las regaderas. Fue un momento muy fugaz y no sé si había pasado repetidamente durante estos años…

Me quedé paralizado.

Fue la primera vez que lo vi completamente desnudo, sabía de la existencia de esos impresionantes abdominales por los que muchas mujeres suspiraban pero quizá se olvidarían de eso si supieran lo que se escondía más allá.

Era enorme.

Me sentí totalmente mareado, miles de pensamiento vinieron a mi mente, el querer verlo nuevamente para saber si era real… la idea de que el agua recorriera todo su cuerpo, la forma en la que debía tocarlo al masturbarse, como se sentiría dentro de mi cuerpo… mi corazón comenzó a latir tan rápido, mi cara estaba completamente roja y no me sentía capaz de pronunciar palabra. Sentí lo duro que estaba y por supuesto que no podía permitir que él supiera esto. Tomé mis cosas y me fui sin previo aviso al baño de las chicas que estaba vacío. Me vi a mi mismo excitado y sentí vergüenza, me bañé con agua fría porque la consciencia no me iba a dejar ver la cara de Otabek al salir de aquí sabiendo que me había masturbado con la idea de tener sexo con él.

Sexo con Otabek. Oh no dios. Solo son las hormonas propias de la adolescencia y la mala suerte de que tu mejor amigo sea un adonis moreno de 21 años.

Cuando lo encontré en el pasillo parecía consternado, dije una excusa vaga que él no creyó pero no indagó más sobre ello. Él regresó a su país y yo intenté vivir la vida como si nada hubiera pasado. Lo cual fue imposible. La primera vez que masturbándome su imagen vino a mi mente, me sentí terrible, la culpa no me dejó hablarle por días hasta que comenzó a preocuparse y no me quedó más remedio. La segunda y tercera vez fue mucho más fácil. Otabek se volvió parte constante de mi rutina e inclusive cree diferentes fantasías en las que yo era manso y sometido a su voluntad. En todas él era insaciable y yo solo un manojo de placer.

Una vez mientras caminábamos el uno al lado del otro, yo intentaba grabar en mi mente cada detalle, entrar un poco en esa fantasía para recrearla con más detalle después. Estaba totalmente distraído que no vi que el semáforo de peatones estaba en rojo, él me jaló y me abrazó para apartarme. Sentí su cuerpo estrechándome como nunca antes, su perfume, lo masculino que era y su expresión preocupada… Me quedé sin aliento. Desde ese momento comencé a añorar ese toque, comencé de manera muy sutil a tocarlo despreocupadamente, a pedirle que peinara mi cabellera aunque apestara en ello solo para sentir sus dedos a través de mi cabello, midiendo los limites solo para sentirlo más cerca…

-"Un día voy a explotar seguramente" -pensé mientras le pedía que me llevara cargando luego de haber tropezado en el hielo, pero iba a aferrarme todo lo posible antes de que él se diera cuenta y todo se fuera a pique.

No pasó mucho tiempo para ello.

Tenía 19 años y estábamos en el banquete del GPF, Otabek había obtenido su primer oro superándome por 5 décimas. Estaba orgulloso de él a pesar de la perdida, él parecía no poder creer su victoria. El traje le quedaba magníficamente, le había sugerido que este año se tomase la elección del diseñador en serio y había dado sus frutos. La forma en la que la prenda se acentuaba a su cuerpo grande y masculino parecía salido de una sala de modelaje. Todos parecieron notarlo para mi desgracia, siendo el ganador y luciendo de esa forma, muchas chicas se encontraban a su lado mientras me dirigía una mirada de "lo siento". Intenté disimular mi enojo mientras lo seguía con la mirada. Entonces lo vi sonrojarse porque una chica muy voluptuosa lo tocaba por el pecho mientras introducía su número en su bolsillo. Esa fue la gota que derramó el vaso, tenía que hacer algo o los celos me iban a comer vivo. Le dije al mesero que me dejara la botella de champagne, si no podía enfrentar mis sentimientos pues iba a ahogarlos en alcohol. Ya se encargaría Víctor de llevarme al cuarto si estaba muy borracho.

Mis recuerdos se volvieron vagos desde ese momento, el alcohol me hace una persona más social así que decidí ir donde estaban el resto de los competidores, recuerdo el haber cantado karaoke, decirles a todos que no los odiaba tanto como parecía entre otras cosas. Recuerdo tomar más, recuerdo llegar a ese estado donde todo lo que puedes sentir es dicha, tenía derecho a ser libre de todo por una vez aunque tuviera a personas diciéndome que debía medir un poco la cantidad que estaba tomando…

Mi siguiente recuerdo fue el abrir los ojos y ver que alguien me cargaba como una princesa, sonreí ante la idea de que fuera Otabek y cuando la opacidad de mis ojos se fue, pude ver que era él, estoico y perfecto llevándome.

-"Oh, esta debe ser una de mis fantasías."- Me dije sonriendo. Alcé mi mano y toqué su mejilla, acaricié con mi pulgar su pómulo.

-"Hola bello durmiente"- él dijo sin mirarme, mi mano proseguía su camino mientras le acariciaba el cabello.

No respondí, si hubiera sabido desde antes que la fantasía con alcohol se sentiría más vivida lo hubiera intentado hace mucho. Sonreí y me acuné en su pecho.

-"Hueles bien"- alcancé a decir mientras pasaba mi mano por su pecho sintiendo la delicada tela de su traje. Sentí su cuerpo estremecerse, dejé mi mano viajar hasta su cuello.

-"Yuri… ¿qué estás haciendo?"- dijo con un tono entrecortado. No respondí, lo sentí detenerse en frente de la puerta de la habitación de hotel. Me incorporé como pude y besé su cuello.

-"Abre la puerta Beka"- susurré en su oído -"llévame a la cama".

Escuché como tragó saliva pero obedeció. El Otabek de mis fantasías le gustaba ser seducido y mi grácil figura me hacía un experto en ello. Sentí mi cuerpo rebotar contra la cama, él se quedó al pie de la cama observándome. Fruncí el sueño ¿qué estaba esperando? quería sentir su peso sobre mí…

-"Ven" -ordené mientras me quitaba la corbata seductoramente.

-"¿Qué?"- replicó.

-"Dios, nunca sueles ser tan difícil"- me incorporé y puse mis manos en la hebilla de su cinturón para comenzar a quitarlo, sentí su cuerpo tensarse nerviosamente y eso comenzaba a ponerme de los nervios.

-"Vamos" –supliqué. Me quité el saco y la camisa mientras lo miraba a los ojos. Parecía no saber que decir.

-"Yuri, hueles a alcohol… deberías dorm…"- su voz se quebró al sentir mis manos sobre su virilidad, la sentí reaccionar entre toques. La necesidad de sentirla en mi boca se volvió imperiosa, comencé a desabrochar su pantalón y sentí su mano sobre las mías deteniéndome. Miré a verlo a los ojos.

-"Yuri…"- su tono me decía lo mucho que lo deseaba ¿por qué rayos estaba deteniéndome?

"Yura, dime Yura, Beka…" lo besé sin modales, directamente introduje mi lengua en su boca y aunque tardó, poco a poco me tomó el ritmo. Sentí su mano sosteniéndome la nuca y me sentí derretir ante la sensación, me separé para respirar y lo besé de nuevo. Mordí su labio y dejó salir un gruñido de placer devolviéndome el gesto. El gusto metálico en mi boca me excitó, acaricié de nuevo su virilidad dura. La necesidad, me separé, me arrodillé… era tal como la recordaba… estaba ahí a centímetros de mi cara, enorme y palpitante. Sentí salivar… me dejé llevar.

-"Ah, fuck, Yura" -succionaba intentando retenerlo lo más posible en mi boca, sentí su mano en mi nuca deseando empujarme más dentro pero sin atreverse. Me moví de arriba y abajo dejándole follar mi boca, lamí todo como si fuera la paleta más deliciosa del mundo. Todo lo que salía de su boca era inentendible.

-"Creo que voy a…"- lo sentí venirse dentro de mi boca. Lo miré a los ojos mientras tragaba todo y me relamía los labios, su boca entreabierta. Vi como algo explotó dentro de si mismo. Me empujó a la cama, sentí sus dientes en mi cuello mientras me desvestía con las manos. Gemí al sentirlo succionar, me sentí increíble.

-"Yura, no deberíamos, estás borracho…"- la resistencia aún estaba ahí. Tomé su mano y la dirigí a mi erección mientras lo besaba. Gemí entre sus dientes.

-"Bekaa…" jadeé- apretando más su mano buscando fricción. -"Por favor…"- Él me miró estupefacto, me quité despacio el resto de la ropa frente a sus ojos. Me acerqué nuevamente y le di un suave beso en la mejilla. -"Házmelo tan fuerte que no pueda caminar mañana…".

Lo siguiente que sentí fue el peso de su cuerpo sobre mí. Finalmente. Sentí sus dedos entre mis cabellos mientras me besaba nuevamente de forma salvaje, mi mirada se sentía nublada entre el alcohol y el placer. Solté un fuerte jadeo cuando tomó mis muñecas poniendo mis manos sobre mi cabeza, el ser vulnerable bajo su cuerpo fuerte me excitaba más de lo que podía disimular.

-"Espero que no te arrepientas de esto Yuratchka, has cruzado mi límite y voy a hacer que lo recuerdes aún con el alcohol"- dijo mientras se desnudaba por completo. Mi respiración se aceleró por la expectación y mis ojos fueron directamente a su miembro, el cual ya estaba erecto nuevamente. -"Voy a llenarte tanto que no volverás a sentirte completo de nuevo". Comenzó a masajearse frente a mí, dirigí mis manos hacía mi pene para hacer lo mismo. -"Oh no Yura, él único que va a tocarte voy a ser yo".

Introdujo su dedo índice y medio en mi boca, yo los lamí con avidez.

-"Esto me trae recuerdos"- dijo reemplazándolos con sus labios- "tenía tantas ganas de hincarte y follarte sobre el hielo esa vez".- Pude sentir como introducía un dedo y mi cuerpo se estremeció ante la intrusión. Comenzó a lamer mis pezones.

-"Relájate"- me dijo al tiempo que movía su dedo lentamente dentro de mí haciéndome sentir extraño. Podría notar cada movimiento, lentamente introdujo un segundo dedo y comenzó a ensancharme con ambos. Me encontraba demasiado consciente, caliente y entonces comenzó a masajear mi miembro.

-"Buen chico".- me susurró. El tercer dedo me hizo sacar un jadeo que pareció un grito extraño, me sentía lleno pero eso no era suficiente… -"Mírame a los ojos" -dijo, obedecí aunque sentía que las lágrimas de dolor y placer hacían que todo se viera borroso -"eres tan hermoso, no sabes cuánto he fantaseado con esto".

-"Mírame… quiero ver tu cara cuando entre en ti"-pude sentir la cabeza de su pene en mi entrada, la sensación era abrumadora -"¿te gusta?" -asentí con la cabeza -"no te escucho".

-"Me gusta"- respondí entre jadeos- "más por favor…"

Lentamente se introdujo en mí y la sensación era increíble. Llegaba tan profundo, clavé las manos en su espalda porque sentía que iba a caerme a un abismo a pesar de estar acostado. Sentí que no podía recordar nada, lo único que tenía era la sensación de su miembro dentro de mí. Volvió a besarme y comenzó nuevamente a besar y a morder mi cuello y clavícula al tiempo que seguía un vaivén lento. Sentí mi cuerpo hormiguear, entonces en un movimiento un grito salió de mi garganta espontáneamente al tiempo que vi estrellas, arañé su espalda. Fuera lo que hubiera sido eso, era exactamente lo que me había hecho falta toda la vida. Otabek dejó su movimiento delicado para comenzar a dar estocadas en el mismo punto mientras me volvía un manojo de gemidos. Se incorporó tomando mis caderas para poder ir más rápido y todo se volvió blanco. Mi corazón latía desesperado en mi pecho.

-"Mírame"- volvió a ordenar. Lo hice y sus ojos se veían oscuros por el placer. Intenté decir algo pero no fui capaz. Me sentía tan bien, tomó mi pene entre sus manos y lo masajeó al mismo ritmo.

-"Bekaaa"- salió como una súplica -"dentro de mí… dentro…"- sentí mi semilla esparcida encima de mi estómago junto al orgasmo más intenso que hubiera sentido antes. El siguió moviéndose dentro de mí pero no tardo en venirse, sentí el líquido caliente salir de mis piernas. Gemí, su mano sobre mi mejilla, volví a mirarlo y en sus ojos volví a ver al Otabek dulce que siempre estaba ahí para apoyarme.

-"Te amo"- me dijo al darme un beso en la frente, lo halé hacia a mí y besé dulcemente sus labios.

-"Gracias" –respondí.

Eventualmente caí dormido sin darme cuenta de nada.

Al día siguiente me levanté sintiéndome sudado y pegajoso. Toqué mi estómago para ver los rastros de mi semen, ese sueño había sido increíble. Quise incorporarme para lavarme y sentí un dolor intenso que me erizó por completo. Me paralicé. Acerqué mi mano a mi entrada y sentí el líquido saliendo de mi interior, me sonrojé.

¿Todo había sido real? ¿Había perdido la virgidad ayer imaginando a Otabek? ¿Con quién?

El reloj de la pared mostraba las 3 de la tarde. No me sentía con la capacidad de moverme hasta que vi una pieza de ropa que no reconocí como mía, quise ponerme de pie y caí sobre mis rodillas. Oh. Me moví como pude para mirar la prenda con mis propios ojos.

¿Qué no es ésta la corbata que estaba usando Otabek en el banquete?

La realidad me pegó de forma fuerte, todos los colores se me vinieron a la cara junto con una punzada de dolor en mi cabeza por la resaca.

¿Tuve sexo con Otabek?

No, no. Esto debe ser una broma, no podría ser él no, él y yo….

No.

Él debería seguir en el hotel, el dolor de mi trasero no me dejó levantarme. Había dicho todas esas cosas vergonzosas al verdadero Otabek ¿cómo pude? esto debía seguir siendo una fantasía… Vislumbré mi teléfono en el suelo cerca de mí. Tenía muchos mensajes sin leer y uno de ellos era de Beka…

Apreté leer mientras temblaba.

-"Lo siento"- ni una palabra más ni una menos.

¿Lo sentía? ¿Qué sentía? ¿Haber tenido sexo conmigo….?

Sentí las lágrimas correr entre mis mejillas. ¿Cómo iba a arreglar este desastre?

-¡Con el carajo, solo quiero ponerme de pie! –grité con impotencia sin saber que hacer.

¿Qué rayos iba a hacer?

Continuará….

Nota: no sé. Me pareció cómico, siéntanse con el derecho de decir que lo odiaron.

L.A~