Muy buenas a todos, auqí yo de nuevo con un nuevo fic, este como había dicho será de un Naruto que perdió a su familia a causa de su trabajo, y si desean saber más de su pasado, que claro lo contare, deberane estar atento, y bueno, solo espero que les guste, y le den una aceptación al igual que lo hicieron con "Naruto Loud".

Por el momento no tengo mucho que decir, más que espero les guste, y tal vez estoy pensando en ponerle otro nombre al fic, pero por el momento no sé me ocurre uno, así que a alguien se le ocurre uno mejor, se escuchan sugerencias, y sin más que decir, nos vemos.


Prologo.

Solo una pequeña luz producida por una lámpara de techo era lo que iluminaba una habitación oscura, una en donde se miraba una mesa de metal, junto a dos sillas viéndose opuestamente, y una de ella era ocupada por un hombre que estaba entre sus 30 o 40 años, cabellera negra con varios mechones blancos, señales de su vejez, ojos negros, y quien estaba usando un traje formal de color azul oscuro, además de llevar un reloj Rolex Oyster dorado en su muñeca izquierda, y un anillo en su dedo anular izquierdo, indicando que era un hombre casado. El hombre en general estaba sentado, mirando la otra silla vacía.

Un sonido de metal se escuchó en ese cuarto, al momento que una puerta se abría detrás de la silla vacía, para dejar ver a otro hombre, el cual solo se sentó en la silla luego de cerrar la puerta, la luz de la lámpara dejo ver una cabellera negra corta al estilo militar, el hombre se miraba mayor, debía tener al menos 50 años, también usaba un traje formal, solo que su ropa era negra por completo. Ambos hombre se miraron a los ojos fijamente, para luego de un par de segundos, el segundo hombre que entro puso sobre la mesa un folder que tenía escrito "Secreto" en letras rojas mientras un circulo negro lo rodeaba.

— ¿Eso es todo? — pregunto con firmeza el primer hombre al otro.

—Es todo lo que deben saber de él— respondió con seriedad el segundo hombre, quien tomo el folder para abrirlo, y mirar por unos minutos lo que tenía adentro.

— ¿Creía que los Cataleanos se mataron entre ellos por disputa de territorio? — comento intrigado el hombre de traje azul.

—Eso es lo que lo que todo el mundo piensa, eso fue lo que les hicimos crear a todos, nadie debe saber que un hombre se encargó de toda una familia de narcotraficantes— aclaro el hombre de traje negro con firmeza.

— ¿Cómo fue que puso una bomba entre los líderes de los Yakuza? — pregunto de nuevo el tipo de traje azul.

—Planeación y paciencia, no fue fácil para él hacer algo así— comento el de traje negro.

— ¿SEAL, Marines, Operaciones Negras, NASA, Fuerza Aérea, Ejercito, MI5. MI6, CIA, FBI, Interpol, Inteligencia Rusa, Alemana, Fuerzas de Tarea, Fuerzas de Limpieza, ONU, OTAN? ¿En cuántas organizaciones trabajo hasta ahora? — pregunto asombrado el primer hombre del cuarto.

—Muchas, y eso es todo lo que diré— contesto el tipo de traje negro, el de traje azul solo leía en silenció todo lo que había en esas hojas, luego de unos minutos en silencio, el primer hombre del cuarto dejo el folder para ver al otro tipo.

—Él cumplió muchas operaciones en secreto, operaciones que sin duda alguna nos hundirían, la mayoría por no decir todas no fueron legales y aprobadas por el gobierno, ni el mismo presidente sabe de esto. Si él decide soltar la lengua, todo el mundo se volvería nuestro enemigo, y podía iniciar la Tercera Guerra Mundial, por no mencionar que todo lo que sabe de nosotros, sería beneficioso para nuestros enemigos, podría venderlos secretos nuestros, de nuestras organizaciones, de todo— comento con seriedad el hombre de traje azul. —No podemos dejarlo irse así nada más, o lo asesinamos, o lo encarcelamos en la más profundo de la prisión Iron Hell— ordeno con firmeza el hombre.

—No creo que sea lo mejor— dijo el hombre mayor para recostarse en la silla, para sacar una cajilla de cigarillos, y encender uno para darle la primera calada, y luego expulsar el humo. — ¿Leyó lo que decía el último papel verdad? — pregunto al otro hombre.

—Por supuesto que lo leí, y es lamentable, pero eso no quiere decir que será libre, es un soldado, nuestro soldado, nosotros lo creamos, y lo seguiremos usando cuando queramos, y todavía tiene mucho que hacer por este país, su país— confronto con seriedad el pelinegro-blanco con firmeza.

—No es simple soldado, y me sorprende que diga eso luego de leer lo que le paso— comento con serenidad el segundo hombre. —Su esposa y su hijo fueron asesinados por todos los enemigos que fue teniendo por el paso de los años, y por los celos de otros, y la corrupción de algunos agentes. Llego la hora de dejarlo libre, es cierto que todavía nos puede ayudar, pero a veces es mejor retirarse cuando vas ganando— declaro el segundo hombre que seguía fumando con tranquilidad.

—Pues diferimos, él debe seguir trabajando con nosotros, cueste lo que cueste— declaro con firmeza el de traje azul.

— ¿Y eso fue lo mismo que le dijo a los que se lo vendió? — pregunto el hombre con seriedad, mirando como su acompañante se quedaba callado.

—No sé de qué habla— hablo con seriedad el de traje azul.

—Puede fingir todo lo que quiera, ya sabemos todo, tenemos pruebas de que usted se reunió con las personas que asesinaron a la familia de él, fotos, audios, videos, documentos, sabemos que lo vendió a enemigos para poder ganar más dinero, supongo que ser la mano derecha del jefe de la CIA no era suficientes para usted, así que decidió vender la información de nuestro mejor agentes a cambio de muchos millones de dólares— declaro el segundo hombre que termino de fumar su cigarrilo, mientras miraba la cara de su compañero de cuarto, su expresión era de puro terror.

— ¿Qué planea hacer ahora? — pregunto el de traje azul.

—Yo, nada realmente— respondió para levantarse de su silla. —Pero él por otra parte, tiene que saldar cuentas— señalo una parte oscura de la habitación, para mostrar a un hombre que salía de las sombras, para luego tirar tres cabezas en la mesa, una era de una mujer castaña, y las otras dos de unos niños de 10 y 13 años, el primer hombre se congelo al ver las cabezas, y su mirada se perdió al reconocer las cabezas, eran sus hijos, y su esposa, no tardó mucho en sentir una mano sobre su hombro derecho, así que con dificultad y miedo levanto la vista, solo para ver unos ojos azules fríos, gélidos que parecían congelarlo, y esa cabello rubio, daba un gran contraste con la imagen del lugar, y no podía olvidar esas marcas en sus mejillas, esas malditas marcas que vieron muchos hombres y mujeres por última vez. — ¿De verdad pensó que lograría salir libre de esto? Él se ha encargado de asesinar a todos los responsables, debo decir que está a sido su misión más sanguinaria y sangrienta, usted y los otros que se metieron con su familia lo lastimaron mucho, y ahora no tiene piedad de nadie. Lamento que su esposa e hijos se vieran envueltos en esto, pero usted mismo se metió en este infierno, así que ahora debe afrontar las consecuencias de sus actos— dijo mirando al miembro de la CIA, quien solo miraba a los ojos a su verdugo. —Cuando termines cierra bien la puerta, y buena suerte con tu nueva vida— termino de hablar para irse del lugar, dejando al verdugo con su víctima, el rubio solo lo miro a los ojos con frialdad.

—Solo… acaba rápido para que pueda ir con mi familia— pidió el pelinegro-blanco con la voz quebrada.

—No, eso no sucederá, no te irás tan fácil, sufrirás mucho por lo que le hiciste a mi esposa e hijo— declaro para poner en la mesa una bolsa negra la cual abrió, para mostrar varias herramientas de tortura, las cuales estaban llenas de sangre, y podía notar que había sangre fresca. El rubio tomo una pinza para doblar pequeños trozos de hierro. —Bien, ahora ¿empezamos por los dientes o los dedos? — pregunto, mientras el hombre de traje azul comenzó a llorar en su asiento, al momento que también se orinaba en su pantalón, ahora se enfrentaría al verdadero demonio.

El segundo hombre de traje negro se encontraba ahora dentro de una camioneta negra, fumando otro cigarrillo, y solo escucho un grito desgarrador provenir de esa casilla de lámina, el gato había comenzado a jugar con su presa antes de comérsela. Y así estuvo por más de una hora dentro de la camioneta, hasta que la puerta de la casilla se abría, dejando ver al rubio que cargaba su bolsa con herramientas, y entraba a la camioneta para sentarse a su lado.

— ¿Ya terminaste? — pregunto el pelinegro al rubio.

—Sí, es hora de irnos— ordeno con seriedad, al momento que la camioneta comenzaba a moverse, junto a otras cuatro, se alejaron unos cuantos metros del lugar, el cual exploto para borrar toda evidencia de que alguien estuvo en ese lugar. Y volviendo a las camionetas, los dos hombres estaban en silenció, hasta que el pelinegro le paso un folder al rubio.

—Aquí está todo, documentos nuevos, tarjetas, número social. Ya sabes, lo necesario para que tú y tu hija logren vivir una vida en paz por fin— dijo el hombre mayor al oji-azul, quien solo miro al pelinegro.

—Gracias, realmente gracias por todo, no sabes lo agradecido que estoy porque me permitieran hacer esto— agradeció el rubio tomando el folder.

—No tienes que agradecer nada chico, has hecho mucho por este país, cosas que nadie haría para protegerlo, y esto es lo menos que nos permitimos darte, ahora solo te deseo mucha suerte con tu nueva vida— dijo el hombre.

—Gracias, esto será lo mejor para mi hija, y para mí, este es el fin de mi vida como asesino— declaro para mirar su folder, todos los papeles que tenía dentro eran su pasaje para su nueva vida, empezaría desde cero, y se aseguraría que su hija tuviera una vida normal, el hombre del traje solo miro al rubio con seriedad.

—Lo sé, y te deseo mucha suerte en tu nueva vida… Naruto— le dijo el pelinegro al rubio, quien solo miraba los documentos en silencio.


Royal Woods, un pequeño pueblo ubicado al norte en el estado de Michigan, un bello y lindo pueblo que era rodeado por vida verde, es decir, que estaba rodeada por miles de árboles, pareciendo casi un bosque gigante, de no ser por los suburbios en donde vivían todos los habitantes del lugar, era un bello lugar sin duda alguna, un pueblo en donde la vida silvestre y humana convivían perfectamente, y en pocas palabras, era un bello lugar si deseabas apartarte de la civilización, de todos los ruidos y problemas de una gran ciudad, o sí deseabas empezar una nueva vida, para olvidar cualquier problema, o escapar de ellos.

Y este era el caso para Naruto Uzumaki, un hombre de 32 años que estaba escapando de su antigua vida como agente/asesino/soldado/espía, toda su vida había estado trabajando para el gobierno en secreto, realizaba muchas misiones para asegurarse que el mundo estuviera a salvo, asesinando a toda aquella persona que amenazaba con destruir el mundo o dominarlo, o acabar con dictadores que derramaban la sangre de inocentes por una supuesta justica, o creaba algunos incidentes internacionales para robar secretos de otros países, armas de fuego experimentales, armas químicas, biológicas, o rescataba a personas que valían mucho para la humanidad, y en fin, toda su vida fue una odisea en donde siempre se enfrentaba a la muerte, y claro, gracias a eso logro crearse una gran fama en el bajo mundo, y ganando enemigos que al final lograron vengarse de él por arruinar sus planes.

Desde que inicio ese trabajo supo que pagaría muy caro, sabía los riesgos, y por esa razón, nunca hizo amigos o personas comunes que pudieran ser asesinadas fácilmente, tenía algunos cuantos amigos, otros agentes de otros países, así que no había riesgo que ellos murieran fuera de su trabajo. Pero cuando estaba creciendo, conoció a una mujer que le robo el corazón, y bueno se casó con ella y tuvo hijos, pero eso no duro mucho, ya que sus enemigos lo encontraron, y terminaron con su familia, asesinaron a su esposa y su hijo, eso sin duda alguna acabaría con todo hombre, y hubiera preferido morir, pero tenía que luchar por su hija.

Giro su cabeza a derecha para ver a su hija, la cual estaba escuchando música mientras jugaba con su consola portátil, solo miro detenidamente a su hija, ella tenía 14 años, estaba volviéndose una adolescente poco a poco, y eso le preocupaba, ya que la naturaleza decidió hacer a su hija realmente hermosa, ella tenía un bello cabello azul corto que le llegaba a los hombros, sus ojos eran igual de azules que lo suyos, y su tono de piel, era blanca como la nieve, parecía una princesa con ese pelo y ojos azules, pero el mayor problema era su cuerpo, se suponía que una niña de 14 años debía tener un cuerpo "flácido" por no encontrar una mejor palabra, es decir, una niña de 14 años debía ser flaca con un físico nada llamativo, lo cual es típico en muchas niñas de 14, pero el cuerpo de su hija no era así, para tener apenas 14 años tenía un gran pecho, al menos copa B que sin duda aumentaría con el paso del tiempo, por no mencionar su perfecta cintura de reloj de arena, con un gran trasero que se marcaba al llevar leggins, y bueno, solo podía decir que su hija sin duda alguna sería una rompecorazones cuando fuera grande, por no decir que sería la mujer más bella del mundo, y como si su hija se diera cuenta que la estaba viendo, ambos ojos azules chocaron entre sí, y su hija se quitó los auriculares para verlo fijamente.

— ¿Sucede algo Papá? — pregunto la pequeña peliazul intrigada por la mirada de su progenitor, el rubio solo sonrió para mirar al frente.

—No sucede nada Hima— dijo Naruto a su hija, mientras miraba al frente, para mirar el gran cartel que decía "Bienvenido a Royal Woods", y luego ver un gran camino rodeado de vida verde, y el hermoso paisaje, era un bello lugar sin duda alguna. —Ya llegamos hija, aquí empezara nuestra nueva vida— declaro el rubio mayor a su niña, la cual miro el paisaje, para asombrarse al notar lo bien que la humanidad y la civilización combinaban en ese lugar, era realmente hermoso ver todo esos árboles en el camino así como aves volar de un lado a otro libremente, sin duda alguna sería bueno vivir en un lugar así.


—No lo entiendo Clyde, por lo general soy un buen estudiantes, pero ahora obtengo 6 y 7, y hoy obtuve un 5— dijo Lincoln Loud, un chico de cabello blanco, de 11 años quien usaba una camisa polo anaranjada, junto a un pantalón azul y tenis blancos.

Mientras era acompañado por su mejor amigo, Clyde McBride, un chico también de 11 años, de descendía afroamericana, cabellera negra, quien usaba una camisa de rayas azul y amarillo, y pantalón negryo y zapatos formales, además de usar anteojos. El chico de cabellera negra tomo el examen de su amigo para verificar su preocupación.

—Vaya, con todo y carita triste. Que fuerte— dijo el McBride al ver la nota de su amigo.

—Si no cambio esto, reprobare el quinto año— exclamo el peliblanco agarrándose del pelo, para luego ser tomado de los brazos por su mejor amigo.

— ¡Lincoln! No puedes, si voy a la secundaria sin ti, tendré malas influencias, me tatuare y tirare basura— declaro asustado el pelinegro, para imaginarse con un corte de pelo mohicano, con varios tatuajes en la cabeza, y mientras usaba ropa negra por completo, y donde era acompañado por otros chicos con algunas perforaciones y tatuajes. Para luego ser tomado de las manos por su compañero.

—Tranquilo Clyde, tengo un plan— dijo Lincoln con una sonrisa, ya tenía un plan para resolver su problema en la escuela.


Luego de un largo viaje, la familia Uzumaki por fin había arribado a su destino, su nueva casa en los suburbios del lugar, una casa de dos niveles ubicada en la Av. Franklin, una casa lo bastante grande para ambos, ideal para ellos, en fin, todo estaba en su lugar ya, según en los papeles que Naruto obtuvo, muebles, electrónicos, y demás cosas que una casa tendría.

El rubio solo bajo de su camioneta, una Ford F-150 negra con algunas líneas rojas a los lados, los dos ocupantes se bajaron para ver su nueva casa, era hermosa por fuera, y sin perder tiempo, entraron a ella, y se asombraron al ver lo hermosa que era, y lo primero que vieron fue la sala que tenía unos bellos muebles, y una gran decoración victoriana, una decoración elegante para su casa.

—Bueno, creo que sería bueno traer las demás cajas para terminar de mudarnos— dijo el rubio a su hija.

—Bien— fue lo único que dijo Hima a su padre.

Y así, padre e hija comenzaron a entrar las pocas cajas con ropas y demás cosas que tenían en la parte trasera de la camioneta, claro que la peliazul solo entraba las cajas pequeñas, mientras el rubio cargaba con las grandes y pesadas, después de todo, no quería que su pequeña se lastimara. Y luego de unos minutos de trabajo, decidieron descansar, ambos estaban sentados en la palangana del auto, tomando una botella de agua para refrescarse.

— ¿Es un lindo lugar no crees? — pregunto el rubio a su hija.

—Sí, no hay mucha gente, no hay carros por doquier, ni locos en la calle, aunque vivir en los Ángeles no era tan malo tampoco, tenía sus beneficios— comento la peli-azul.

—Sí, pero allí no podías ir a la escuela sola sin preocuparte de algo, en cambio aquí podrás ir y venir de un lado a otro en paz, y bueno, yo no me preocupare al no saber nada de ti por una hora— dijo el oji-azul a su progenie.

—Supongo que tienes razón, pero extrañare un poco a la tía Lindsay— musito la pequeña.

—No te preocupes por eso, puedes hablar con ella cuando lo quieras, y ella dijo que vendría a verte cuando pudiera, así que no te preocupes querida— pidió el Uzumaki a su niña, la cual suspiro para saltar del auto.

—Veré si hay algo para comer en la refri, de otro modo creo que debemos ir a comer a un lado— dijo la oji-azul para entrar a casa, dejando solo a su padre, quien suspiro para levantarse, debía seguir con su trabajo, iba a cargar otra caja, hasta que fue interrumpido.

—Disculpe señor, ¿necesita ayuda? — escucho el rubio que pregunto una voz de niño, al girarse solo se encontró con un pequeño de cabello blanco y pecas, quien lo miraba atentamente. — ¿Necesita ayuda? — pregunto Lincoln al hombre rubio.

—No pequeño, pero te agradezco el ofrecimiento— dijo Naruto con una sonrisa.

—No, no hay problema alguno, si necesita ayuda yo lo puedo ayudar, puede que no lo parezca, pero soy algo fuerte— aseguro el albino mostrando su brazo derecho, para hacer fuerza y apretar su flácido brazo, el oji-azul solo sonrió, miro las pocas cajas que tenía, no eran tan pesadas como las primeras, pero sin duda alguna eran un poco grandes, solo eran cosas como adornos o fotos que traía, y las cuales irían al ático.

Bueno, ya que te ofreces a ayudarme, quizás puedas ayudarme a llevar unas cajas al ático— dijo el rubio para tomar una caja, y ver como el pequeño ya estaba con brazos extendidos.

—No hay problema, solo déjemelo a mí— declaro el Loud con una sonrisa confiada, sacándole una media sonrisa al Uzumaki.


—Vaya chico, me sorprendes, pero lograste cargar las cajas— dijo Naruto con media sonrisa, mientras miraba al albino respirando agitadamente en el suelo.

—Le… dije… que… no… era… un problema— dijo Lincoln con agitación, el rubio solo sonrió para ayudar a levantar al niño, y sentarlo en el auto. —Gracias— dijo el Loud.

—No tienes que agradecer nada pequeño, en realidad yo te doy las gracias por ayudarme— dijo el Uzumaki al albino. —Por cierto, ¿Cuál es tu nombre pequeño? — pregunto el oji-azul.

—Mi nombre es Lincoln Loud, señor— se presentó el oji-negro con una sonrisa, el hombre mayor arqueo su ceja al ver al niño sonreír.

—Muy bien Lincoln Loud, mi nombre es Naruto Uzumaki— se presentó ahora el rubio para darle un apretón de manos al pequeño.

—Mucho gusto señor Uzumaki— dijo el albino.

—Por favor, solo dime Naruto— pidió el oji-azul para sentarse al lado del niño. — ¿Dime, vives por aquí? — pregunto el Uzumaki.

—Sí, en realidad vivo a cinco casas de aquí— respondió el oji-negro.—Oh, ya veo, entonces supongo que nos veremos de vez en cuando— comento el blondo.

—Sí— respondió el peliblanco no sabiendo si contarle al señor que debía alejarse de su casa, pero antes de hablar, escucho la voz de una niña.

—Papá, solo encontré cosas para hacer Sandwiches— dijo Hima que salía de la casa con una bandeja con emparedados de jamón, y dos botellas de agua. El Loud se quedó embobado al ver a la niña más linda del mundo, por su parte la Uzumaki solo miro a su padre siendo acompañado por un niño. —Oh, hola— saludo la oji-azul.

—Hola— devolvió el saludo el albino.

— ¿No sabía que teníamos visitas? — pregunto la peli-azul a su progenitor. —Hija, quiero que conozcas a Lincoln Loud. Y Lincoln, ella es mi hija Himawari— presento el rubio a los dos niños.

—Mucho gusto Lincoln— dijo la oji-azul extendiendo su mano.

—Igualmente, es un gusto conocerte— musito el Loud apretando la mano de la niña.

—Hima, Lincoln dice que vive a cinco casas de aquí, así que es nuestro nuevo vecino, así que espero que te lleves bien con él, ¿de acuerdo? — pidió el Uzumaki a su descendiente.

—De acuerdo papá— dijo la Uzumaki a su padre. —Y volviendo al tema, prepare sándwiches para comer, aquí tienes— dijo la peliazul dándole al rubio un emparedado, para luego mirar a Lincoln. — ¿Quieres uno? — pregunto la chica, recibiendo un si como respuesta, seguido de ver al chico tomar un sándwich, y comenzar a comerlo junto a su padre. —Iré por otra agua— comento Hima para volver a la casa, dejando solo a los dos hombres.

—Y dime Lincoln, ¿Qué es lo que te tiene preocupado? — pregunto Naruto al oji-negro.

—Nada, no me pasa nada— mintió el albino.

—Puedes mentir si lo quieres, pero puedo ver en tu rostro preocupación— comento el oji-azul mirando a los ojos al Loud. —Así que dime, ¿Qué te tiene preocupado pequeño? — volvió a preguntar el rubio al pequeño, quien solo suspiro.

—La verdad es que estoy algo preocupado, últimamente me ha ido mal en la escuela, por lo general sac en los exámenes, no dijo que soy un buen estudiante, pero logro tener un buen promedio, pero ahora estoy sacando 7 o 6, y hoy saque un 5 en mi examen. Y le quise pedir ayuda a mi hermana Lisa, pero ella estaba ocupada ayudando a mis demás hermanas, y me dijo que fuera a la universidad para buscar a algún tutor, ya que parece que algunos universitarios dan clases para obtener puntos extras— confeso el Loud, el oji-azul solo sonrió ante eso, ese no era un gran problema, todos tenían problemas en la escuela de vez en cuando en la escuela, y bueno, esto era fácil de resolver, era un problema muy fácil realmente. El primer problema fácil desde que recuerda.

—Te diré algo, en vez de que vayas a buscar a un muchacho cualquiera, que te parece si yo te ayudo con tus estudios, puede que no lo parezca, pero yo fui un buen estudiante, siempre saque buenas notas en todas mis materias— declaro con una sonrisa el blondo, para ver un brillo en los ojos del pequeño.

— ¿En serio me ayudaría con mis estudios? — pregunto asombrado el albino.

—Por supuesto, es lo menos que podría hacer por haberme ayudado— aseguro el blondo, solo para ver al pequeño saltar de la palangana.

—Genial, vaya a mi casa en 10 minutos, es el 1226, como dije, a cinco casas de aquí— ordeno el Loud para salir corriendo a su casa, necesitaba preparar todo para recibir a su nuevo vecino. Por su parte el oji-azul sonrió al ver la energía que tenía el niño.

— ¿Ya se fue el pequeño? — pregunto Hima al ver a Lincoln correr.

—Sí, iré a ayudarlo para que estudie, parece que le va algo mal en la escuela— comento el oji-azul.

— ¿En serio lo ayudaras? — pregunto intrigada la peliazul.

—Por supuesto que sí, me ayudo a entrar algunas cajas a la casa, es lo menos que puedo hacer, además, ¿Qué podría salir mal? — pregunto con una sonrisa el Uzumaki, no sabiendo el destino que le esperaba.


— ¡Viniste! — dijo con una sonrisa el Loud peliblanco al ver a su nuevo vecino y amigo.

—Claro que vine, te dije que te ayudaría con tus estudios— dijo el rubio con una sonrisa en la entrada de la casa Loud.

—Vamos, pasa adelante— ordeno Lincoln para dejar entrar a la casa a su nuevo vecino.

—Dime, ¿no hay problema que esté aquí? — pregunto el rubio al niño, después de todo, no era bueno dejar que un adulto desconocido entrara a una casa.

—No, no hay problema alguno— respondió Lincoln restándole importancia a eso, después de todo, ya le había dicho a su madre que alguien lo ayudaría con sus problemas de estudio.

—De acuerdo, si no hay problema, entonces creo que será mejor empezar— comento el blondo recibiendo un asentimiento por parte del niño, los dos se fueron al comedor en donde el Uzumaki vio todos los libros que le enseñaría al Loud, tomo asiento seguido del albino para mirarlo. —Bien, ¿con que empezamos primero? — le pregunto al pequeño.

—Bueno, no importa que aprenda de primero, tendré un examen de todas las materias, así que lo que sea está bien— respondió Lincoln.

—Bien, entonces no perdamos tiempo, y empecemos— dijo el blondo con una sonrisa.

—Gracias, te agradezco que me ayudes— respondió el Loud.

Luego de unos minutos de estudio en silenció, en donde el rubio pensó que de seguro Lisa, la hermana de Lincoln, debía ser la mayor ya que no se escuchaba mucho ruido en la casa, así que prácticamente estuvieron estudiando por unos minutos en silenció, hasta que una voz se hizo presente en el lugar. El blondo noto como una adolescente, de unos 16 años entraba a la cocina, mientras hablaba por teléfono y decía algo sobre baile y equipo, lo cual atribuía a la juventud de ahora, y lo que quería decir sobre un baile escolar. Y sin duda alguna hubiera pasado inadvertido, pero la chica entonces lo miro cuando iba a entrar a la cocina, para luego ver que ella se quedó quieta, mientras decía cosas que no entendía.

—Lori, ¿estás bien? — pregunto Lincoln a su hermana mayor, la cual pareció volver en sí, mientras tenía un sonrojo en su rostro al ver a ese bello hombre rubio.

—Mm… Sí… solo iba a la cocina por un rico pastelillo… es decir… por un plato de cereal… no, quise decir, un vaso de agua— respondió la rubia para chocar contra la pared, el albino exclamo con dolor al ver el golpe que se metió su hermana, por su parte el rubio.

— ¿Te encuentras bien? — pregunto Naruto para levantarse y mirar a la hermana de su vecino, al quedar de frente, Lori vio esos bellos ojos azules.

Pero aparte de esos bellos ojos azules que parecían ser más hermosos que un cristal, o que el mar más limpio y cristalino del mundo, y no podía olvidar ese cabello rubio, era como ver un sol, o mejor dicho, ese color que tenía opacaba al sol y a todo el oro del mundo, y esas marcas en sus mejillas como bigotes, solo lo hacían lucir más guapo de lo que era, y sus rasgos fáciles, eran simplemente envidiables, tenía el rostro de un ángel, pero eso era poco con su cuerpo, era alto, muy alto, al menos debía medir 1.80, y su cuerpo, por dios, el chico estaba usando una camisa azul de manga larga algo apretada, lo cual definía su tonificado cuerpo, a simple vista se miraba que era más fuerte que su novio Bobby, lo cual estaba mal pensar, pero era verdad, de seguro ese rubio hacía mucho ejercicio siempre, y bueno, en resumen era todo un bombón que se comería sin dudarlo.— ¿Estás bien? — volvió a preguntar el Uzumaki con cierta preocupación al no recibir respuesta alguna de la chica.

—Waaaaa— dijo la rubia Loud al ver de cerca ese perfecto rostro de ángel. El blondo se extrañó al escuchar ese raro sonido, pero parecía que la chica estaba bien.

— ¡Escuche un ganso, es mío! — entro gritando Lana con una red de caza, el oji-azul solo miro a la pequeña rubiecita, ella tenía el pelo atado en dos coletas, además de usar un overol azul y una camisa gris, y con una gorra roja, sino fuera porque era una niña, ahora mismo estaría viendo a cierto fontanero de los videojuegos. El Uzumaki solo miro que la pequeña también comenzó a tartamudear, como si quisiera decir algo pero no podía.

— ¿Escuche una oveja? — dijo Leni entrando a la cocina con una mascarilla para su piel, el oji-azul se sorprendió de ver a otra chica, ella usaba un vestido verde algo ajustado, además de sandalias de flores.

Y solo noto que la chica se quitó un pepinillo para gritar y salir corriendo, y por si eso fuera poco, a los pocos segundos el rubio noto como 6 chicas más entraban al comedor, cuatro de ellas tenían el cabello café, otra era rubia e igualita que la pequeña de overol, y una de cabello negro, la cual de seguro estaba en su fase de emo. Las otras también comenzaron a tartamudear mientras miraban a ese adonis, o mejor dicho, a ese ángel en su casa.

—Hola chicas— entro Leni como si nada, y sin su mascarilla para caminar hasta el rubio. —Lincoln, no sabía que tenías visitas, hola, soy…— sin embargo, Leni se quedó mudo al perderse entre esos bellos ojos azules, y solo podía tartamudear al igual que sus hermanas.

—Hola, soy Naruto, el tutor de Lincoln, es un placer conocerlas— se presentó el oji-azul, pero solo recibió la misma respuesta de todas, absolutamente nada. — ¿Ellas están bien muchacho? — pregunto el Uzumaki.

—Eso creo, nunca las había visto actuar así— comento extrañado por el comportamiento de sus hermanas, aunque no era la primera vez que actuaban raro, pero la forma de ahora era muy distinta de otras veces. —Podrían irse de aquí, queremos estudiar— ordeno el albino a sus hermanas.

—Es un país libre Lincoln, podemos estar en donde queramos— dijo Lola acercándose al rubio, mientras ponía carita de perrito, y con una voz dulce, sacándole una sonrisa al Uzumaki.

—Sí, y yo me quedo aquí— dijo Lana para apartar a su hermana gemela del ángel.

— ¡Claro que no, Lana! — exclamo con seriedad Lola, para comenzar una pelea de palmadas, haciendo suspirar a Lincoln al notar que sus hermanas lo estaban molestando de nuevo, y lo que era peor, se estaban avergonzando delante de su nuevo vecino.

—Hey, tranquilas las dos, no peleen— dijo el oji-azul separando a ambas niñas como el adulto responsable que era. —Sí ambas quieren quedarse, pueden hacerlo— declaro Naruto con firmeza mirando a las gemelas. —Pero deben prometer no hacer ruido, su hermano Lincoln tiene que estudiar para un examen, y es muy importan que él apruebe ese examen, así que no hagan mucho ruido y se pueden quedar, ¿tenemos un trato? — le dijo a ambas rubiecitas que aceptaron con gusto. —Bien, y ustedes, también pueden quedarse pero en silenció, Lincoln tiene que estudiar bien para su examen— le dijo a las demás chicas, quienes asintieron para tomar asiento en la mesa, el blondo solo suspiro mentalmente al ver la gran familia que tenía delante suyo, al principio pensó que Lincoln debía tener dos hermanas, pero no que tenía 9. —Bueno Lincoln, creo que no debemos perder tiempo, así que estudiemos— y con eso dicho, las clases de apoyo del peliblanco empezaron, mientras las hermansa Loud miraban a ese hermoso chico rubio.


Rita Loud, la madre de los 11 niños Loud, una mujer de 36 años de edad, felizmente casada, tiene un trabajo como asistente de dentista, pero tiene el sueño de volverse una escritora famosa, sueño que empezó a los 11 años cuando gano un concurso en la primaria, cuando tuvo que escribir una historia ficticia de lo que sea, y bueno, no está demás reafirmar que gano ese concurso, además de 500 dolares.

Ella estaba feliz con su vida, aunque a veces era aburrida, no la malinterpreten, tenía un buen matrimonio, tenía un esposo amable y gentil, el cual tenía un buen empleo como programador, ganaba lo suficiente como para mantenerlos a todos. Y no podía olvidar a sus 11 maravillosos niños, 10 niñas y un niño, sus hijos lo eran todo para ella, aunque a veces la volvían loca por sus travesuras, o sus peleas, y cuando eso ocurría, solo deseaba tener un tiempo para ella, un tiempo para ella sola, pocas veces sucedía eso, no era seguido, eran pocas realmente, ya que a pesar de que su esposo Lynn la ayudaba en los quehaceres del hogar, a veces su marido era un perezoso, y también a veces se volvía un patán, y la sacaba de quicio. Y cuando eso pasaba, tenían unas peleas, peleas que tenían lejos de los niños, y eso ocurrió hoy.

Se suponía que su esposo tenía que ir hoy en la tarde al supermercado a comprar las cosas para la cena, pero al parecer se le ocurrió la idea de aceptar algo de trabajo en la hora de su almuerzo, y ahora ella tenía que ir y hacer las compras, en su día libre, hoy no tuvo que ir al trabajo, así que iba a pasar todo el día descansando, intentando seguir con su novela. Pero eso se arruino, y ahora ella estaba buscando su anillo de matrimonio para irse al supermercado.

— ¿Dónde diablos lo deje? — se preguntó la madre de la casa Loud que se rascaba la cabeza, mientras miraba su cuarto, a veces se quitaba el anillo sin darse cuenta, y luego no recordaba donde lo puso, u otras veces se le caía porque así lo quería el anillo, ya que le quedaba algo grande. Pero bueno, solo suspiro para dejar su búsqueda, mejor iba al supermercado por las cosas, pero antes de eso. —Han estado muy callados por un buen tiempo— comento Rita pensando en el tiempo en silenció que hay desde un buen rato, era raro que algo así pasara, y sus hijos solo se quedarían callados si habían hecho algo realmente malo. —Iré a ver que hicieron ahora, solo espero que Lisa no les haya hecho nada— su penúltima hija, Lisa, la más lista de la familia, era una genio, pero tenía la maña de usar a su familia como conejillos de indias para sus experimentos.

Así que tomo su cartera, y salió de su habitación para buscar a sus demonios… es decir, a sus angelitos, así es, a sus angelitos, iba a subir al segundo piso para saber si estaban en sus cuartos, pero entonces escucho una voz masculina, una voz grave que le llamo la atención, esa voz no era de su esposo, esa voz era más grave y áspera, y sonaba sexy, así que intrigada camino hasta el comedor, se asomó para ver de quien era esa voz masculina, y al hacerlo, bueno, se sorprendió mucho al ver a un hombre de cabellera rubia, de al menos 1.80, quien usaba una camisa azul de manga larga ceñida que marcaba su buen cuerpo, se notaba a simple vista que debía hacer ejercicio, pero además también usaba un pantalón negro algo ajustado que mostraba su trasero, la madre de la casa Loud se mordió los labios al ver semejante adonis en su casa.

—No lo entiendo Lincoln, sabes perfectamente todo, hasta arte surrealista— comento el Uzumaki mirando una pintura de un hombre con una pelota de tenis como cara.

— ¿En serio? ¿Pero porque me va mal? — pregunto interesado el albino.

—Supongo que tal vez te pones algo nervioso a la hora del examen, lo que te sugiero es que no te pongas así, trata de respirar y concentrarte en tu examen, todo lo tienes en la cabeza, así que te debería ir bien, no veo problema alguno en que no apruebes— comento el oji-azul con una sonrisa, haciendo que las chicas suspiren al ver esas bellas perlas. —Bueno, creo que es hora de irme— declaro el blondo al pequeño.

—Gracias por tu ayuda— agradeció el Loud.

—No hay problema amiguito, es lo menos que puedo hacer— dijo Naruto.

—Si me va mal otra vez, ¿me podrías ayudar de nuevo? — pregunto Lincoln.

—Por supuesto, estoy seguro que nos veremos más seguido— comento con una sonrisa misteriosa el oji-azul. —Bueno, es hora de irme— declaro el Uzumaki, listo para irse a su casa, pero cuando se dio a vuelta se encontró con una mujer rubia y de ojos negros.

—Hola— saludo Rita al Uzumaki.

—Hola— devolvió el saludo, el blondo mirando a la mujer de pies a cabeza, ella de seguro era la madre de los Loud.

— ¿Quién es usted? — pregunto la matriarca de la casa.

—Oh, lo siento, muy buenas tardes, mi nombre es Naruto Uzumaki, y acabo de mudarme hoy— se presentó el hombre de cabellera dorada.

—Oh, mucho gusto, yo soy Rita Loud, la madre de Lincoln y las chicas— se presentó la rubia mayor.

—Es un placer conocerla— dijo el blondo para hacer una reverencia a la mujer, quien se extrañó por eso.

— ¿Por qué hizo eso? — pregunto interesada la Loud.

—Lo siento si le pareció raro, pero en Japón así es como se muestra respeto a nuestro anfitrión, y bueno, yo estoy en su casa, así que debo ser respetuoso con usted, y su hogar— respondió el rubio.

— ¿Eres de Japón? — pregunto asombrado Lincoln.

—Así es amiguito, recuerda que mi nombre es Naruto Uzumaki— aclaro el oji-azul para mirar a la madre de la casa. —Bueno, me gustaría poder conocerla mejor, Sra. Loud, pero tengo que irme— dijo el blondo para mirar al albino. —Mucha suerte en tu examen Lincoln, y buenas tardes a todas— se despidió el blondo para irse a su hogar.

—Permítame acompañarlo a la salida— se ofreció la Loud mayor. —Iré a comprar las cosas para la cena, así que quiero que todos se comporten, y cuiden de Lily— ordeno la rubia a sus hijos, quienes asintieron a su orden. Los dos rubios mayores salieron de la casa, en donde el blondo miro a la madre Loud. —Gracias por ayudar a mi hijo a estudiar, y bienvenido al vecindario, espero que podamos ser buenos vecinos— dijo la oji-negra con una sonrisa.

—No hay problema alguno, a veces también ayudo a mi hija a estudiar— comento el blondo como si nada.

— ¿Está casado? Yo pensé que era soltero, es decir, se mira muy joven para ser alguien con hijos— dijo Rita.

—No, en realidad tengo 32 años, y no estoy casado, mi esposa y mi hijo murieron hace tiempo, y bueno, ahora soy padre soltero— respondió con una sonrisa el Uzumaki.

—Oh, yo lamento haber preguntado algo así, realmente lo siento— se disculpó apenada la Loud al escuchar eso, ella no esperaba que el rubio fuera viudo, es decir, se miraba muy joven, como un chico que estaba apenas en sus 20.

—No, no sé preocupe por eso, no me molesta en lo absoluto— dijo el oji-azul tratando de calmar a la rubia.

—Bueno, si alguna vez deseas ayuda en cómo cuidar a tu hija, puedes pedírmela, como vez tengo mucha experiencia en ese tema— bromeo la oji-negra refiriéndose a sus hijos, sacándole una pequeña risa al Uzumaki.

—Lo tendré en cuenta, fue un gusto conocerla Sra. Loud— se despidió Naruto para volver a su casa, la noche ya estaba llegando, el sol poco a poco se iba ocultado, así que tenía que llegar a su casa a preparar la cena, o ir a cenar con su hija a cualquier lugar, ya que hoy debían dormirse temprano, ya que mañana ambos tenían que empezar una nueva etapa de su vida.


— ¡Rápido Himawari, se nos hizo tarde! — exclamo con seriedad Naruto que estaba corriendo por los pasillos de la escuela elemental de Royal Woods, una escuela que contaba con kínder, primaria, secundaria y preparatoria. Y la razón del porque corría por los pasillos, fácil, empezaría su nuevo trabajo como maestro en la escuela, y su hija también empezaba un nuevo año escolar.

— ¡¿Y de quien es la culpa?! ¡¿Quién se quedó despierto hasta tarde viendo su telenovela?! — regaño la peli-azul con enojo a su progenitor.

— ¡No es una telenovela! ¡Es una serie de acción de un superhéroe! — reclamo el Uzumaki a su hija.

— ¡No importa, si un hombre y una mujer se aman, es una telenovela! — grito la peliazul al momento que su padre se detenía en una puerta.

—Eso lo hablaremos más tarde, ahora entra, y pórtate bien— ordeno el blondo a su pequeña.

—Lo sé, no te preocupes de nada— aseguro la pequeña oji-azul que iba a entrar, pero fue detenida por su padre, el blondo abrazo a su hija.

—Solo… pórtate bien por favor, y trata de hacer amigos— pidió el oji-azul con cierta preocupación, la pequeña solo se separó de su padre para sonreírle.

—Tratare de hacerlo, pero no te prometo nada— dijo Hima con una sonrisa.

—Con eso me basta, ahora buena suerte, nos vemos al final del día— se despidió el rubio, para irse a su salón, miro atrás una última vez, solo para ver a su hija entrar a su clase, y solo esperaba que todo le saliera bien a su retoño. Regreso a la realidad, al momento que giraba en una esquina, para encontrar a una mujer de cabellera roja corta, quien usaba lentes, además de usar una falda negra ceñida que definía su gran trasero, además de su cintura de avispa, la cual resaltaba por una blusa naranja, además de llevar una chaqueta negra, ella era la directora Mulins, la nueva jefa del rubio.

—Llegar tarde no es comportamiento que un maestro deba mostrar a sus estudiantes— dijo la pelirroja al blondo, quien solo sonrió ante eso.

—Lo siento mucho, es solo que mi hija no se levanta, y el trafico nos tomó de improviso— se excusó el blondo.

—Sé lo dejare pasar por esta vez, pero quiero que sepa que la próxima vez tendrá un castigo— dijo la directora con seriedad.

—Sé lo agradezco mucho Dra. Mulins, y no volverá a pasar, se lo juro— prometió el Uzumaki con una sonrisa.

—Bien, será mejor que entré a su salón, no debemos perder más tiempo— dijo la pelirroja con seriedad. —Buena suerte en su primer día Sr. Uzumaki— declaro la mujer para irse, el oji-azul respiro aliviado, miro la puerta del salón al que le enseñaría de ahora en adelante, su vida como agente del gobierno había terminado ya, ahora empezaba su nueva vida. Solo suspiro para abrir la puerta.

—Buenos días a todos, lamento el retraso, pero el trafico me agarro de improviso— dijo Naruto a sus estudiantes, y al hacerlo, se llevó una sorpresa de ver que a unas de las hijas de la Sra. Loud, quienes se quedaron calladas y en sorpresa al ver a su nuevo vecino, el cual sería también su nuevo maestro. El Uzumaki solo sonrió para caminar hasta su escritorio, y dejar su mochila aun lado, y mirar a todos sus alumnos. —Bien, yo soy Naruto Uzumaki, y desde hoy seré su nuevo maestro, espero que todos nos llevemos bien de ahora en adelante, espero mucho de ustedes, así que no me decepcionen— declaro con una sonrisa el blondo, sin notar que varias de sus alumnas lo miraban con un sonrojo en sus rostros.

Y así, empezaba la nueva vida de Naruto Uzumaki, quien a raíz de su trabajo perdió parte de su familia, pero al menos logro salvar a su hija, y para cuidarla decidió abandonar su vida como agente, dejo las armas por libros, y dejo de asesinar para enseñar. Así empezaba su nueva vida como maestro.


Espero les haya gustado, y espero que dejen sus comentarios, y nos vemos la próxima vez.