La tormenta que caía esa noche parecía interminable, el viento soplaba ferozmente, la fuerte tormenta parecía interminable, parado en medio de la vasta pradera del Campo Hyrule estaba un hombre encapuchado, cruzado de brazos como si nada, y a su lado, una bestia con alas que levantó la mirada, se dispuso a hablarle a su amo.

–No tengo que preguntar, me queda claro, pero ¿Por qué debemos escondernos?– Pregunto el extraño ser observando el gran puente que dividía el campo de la ciudadela.

–Jamás, ¿Jamás te has preguntado para qué fue construido el Gran Puente de Eldin?– La pregunta de su amo desconcertó la suya, obligado a reaccionar, sólo respondió que no ladeando la cabeza. – Es algo estúpido, la verdad, este puente fue hecho para dejar afuera a las bestias que acechan el reino, pero… Simplemente esas feroces criaturas no pueden quedarse dentro de su jaula… Necesitan salir.– Su tono era suave, acarició el lomo de su compañero.

–No, ¿Te refieres a… los Hylian?– Preguntó confundido por las palabras de labios de su amo.

–Si encierras a una bestia, esta sólo querrá salir, es el deber de su domador mantenerla en su lugar.– Dio tres pasos hacia adelante, inclinó la cabeza hacia abajo y vio frente a sus pies un cadáver, el de un soldado que sangraba interminablemente, y era limpiado por el agua mientras caía encima suyo. –Link… sé que su nombre es Link.– Murmuró.

–¿Qué harás con él?– Preguntó su compañero.

–Dicen que… el Héroe del Tiempo es bastante fuerte, más yo creo… que sólo es un rumor.– Puso sus manos detrás de su cabeza, se hincó al cadáver y se puso a acariciar suavemente los restos de carne que le quedaban. –No entiendo por qué tanto respeto hacia él.– Cerró los ojos y se levantó, luego montó a su bestia.

–Tal vez, porque lo merece.– Respondió la bestia dirigiéndole la mirada a su amo.

–Nadie merece nada por ahora, nada más que la muerte y el sufrimiento, dicen que la sangre de los elegidos está destinada a una batalla eterna, entonces, ¿Por qué no parar esto? Hyrule merece de un rey adecuado para tal poder.– Dijo haciendo caminar a la bestia con un tirón en sus riendas.

–¿Cómo?– Preguntó el animal comenzando a trotar suavemente.

–Eso ya lo verás, pronto, Luz y Oscuridad harán un hermoso Ocaso sobre esta tierra sin destino…–