Hello!

Este fic participa en el minireto de octubre para "La Copa de las Casas 2014-15" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Espero les guste!

Disclaimer: Los personajes no son míos, solo la historia.


Era un precioso y fresco día de septiembre, los jardines de la mansión Malfoy estaban repletos de gente en la celebración del décimo cumpleaños del pequeño Scorpius Malfoy. Daphne ayudaba a su hermana en todo lo que podía, es decir, que le gritaba a los elfos para que hicieran las cosas como era debido. Era agotador.

— Daphne, ¿podrías decirle a Scorpius que ya es hora de que baje?— le preguntó su hermana sin voltear a verla, mientras saludaba a los recién llegados invitados.

— Claro.

Daphne amaba a su sobrino tanto como si fuera su hijo. Sus hijas también lo adoraban, había heredado el encanto de su hermana y el físico de su padre. El chico era casi irresistible.

— Genevive — Llamó a una de sus hijas al verla correr por las escaleras — ¿has visto a Scorpius?

— En su cuarto — Contestó la niña corriendo, haciendo que sus rizos rubios rebotaran en su espalda.

Daphne siguió su camino. Nunca entenderá por que la mansión debe de tener tantos escalones ¿Por qué no pueden vivir en una casa normal? Claro, son Malfoy, casi lo olvidaba. La habitación de Scorpius era la primera puerta a la derecha y sin tocar, entró.

— ¿Scorpius?

La habitación estaba desierta. Entró al baño pensando que tal vez ahí estaba él, pero también estaba vacía. Suspiró, a Scorpius le gustaba esconderse. De pronto, algo llamó su atención. En la cama descansaba un cuadro brillante y negro del tamaño de su mano. Se acercó con curiosidad y lo agarró. Jamás había visto algo similar. Sin querer, aplastó un botón y el aparato se iluminó. Daphne ahogó un grito y dejó caer el aparato a la cama. En un momento el aparato se apagó de nuevo y Daphne, valientemente, lo agarró otra vez. Volvió a aplastar un botón, y esta vez la habitación se llenó de música alta y escandalosa.

— ¡Ah! — exclamó Daphne cubriéndose los oídos, retrocediendo.

No entendía lo que pasaba, la música no paraba y no quería volver a tocar esa cosa del demonio. Corrió a la puerta y jaloneó la perilla con desesperación. Una vez afuera el latido de su corazón se normalizó y la sensación de terror desapareció. Malditos muggles y sus inventos.

— ¿Mamá? ¿Estás bien? — preguntó Georgina acercándose a ella.

— Si, cariño. Buscaba a Scorpius — le dijo respirando profundo.

— Está con Genevive, afuera—

Jamás volvería a la habitación de Scorpius, jamás.


Pues ... Me tocó Tecnofobia xD y fue lo que se me ocurrió, lo sé, lo sé, algo débil, pero no salió nada mas :( Me hace gracia que Scorpius tenga un ipod, siempre lo he imaginado rebelde y liberal.

Word dice que son 394 palabras, ¿Review?