Te odio.
"Después de volverla a ver... después de toda esa batalla. La arena del desierto... creo que han pasado días."
Sus ojos se entre abrieron viendo todo muy borroso. Encontrándose con un rostro femenino con un cabello color verde... exactamente ese verde de "aquella chica".
—"¿Estas bien?"—
Escuchó el tono de voz de aquella mujer. Tan dulce y suave como siempre. Era ella... indudablemente era ella.
Se inclinó hacia adelante para finalmente sentarse y terminar de abrir los ojos, dejando caer una manta húmeda al suelo que seguramente ella había puesto en su cabeza.
—"Quédate tranquilo, aun estas muy lastimado"—
—Hm…—
Solo ese pequeño sonido de "molestia" se escucho por parte de él.
De repente se inclinó más hacia adelante para finalmente posar su cabeza en el pecho de la peliverde y volver a cerrar sus ojos. En ese momento sintió como las delicadas manos de la chica se colocaban sobre su cabeza y sus dedos empezaban a hacer movimientos circulares acariciándole. Sin razón aquello empezaba a dibujar una muy leve sonrisa en él rostro de aquel hombre.
—Te...— En ese momento en el que por fin él se había decido a hablar se escuchó un raro sonido. La leve sonrisa que se había empezado a formar se borro de inmediato y sus ojos se volvieron a abrir notando frente a él una imagen infantil que le hizo decidir levantarse e irse sin importar su estado.
—Nelliel... te odio...—
Se levantó dejando caer a la pequeña niña que se encontraba muy asustada y confundida al suelo para tomar su arma medio rota y finalmente empezar a caminar hasta desaparecer en aquella dunas de aquel desierto de Las Noches.
