Harry se quejó en voz baja cuando Hermione golpeo su hombro, solo por haberle lanzado una sonrisa a una chica de Gryffindor que se encontraba en la fila frente a él. No entendía que tenía de malo sonreírle a alguien que gustaba de ti, porque se notaba a kilómetros que aquella chica estaba loca por él.
- No des ilusiones, Harry. – regaño Hermione en voz baja, tratando de que el profesor Snape no le escuchara.
- No lo hago, Mione. – exclamó con el mismo tono de voz que la chica a su lado – Si me gusta, me gusta, si no, entonces no le daría este tipo de ilusiones.
- En ese caso te estas basando en las apariencias. – afirmo la castaña de cabello ondulado – Porque nunca te he visto hablar con esa chica.
En ese punto, Harry decidió no contestar nada, porque tampoco quería comenzar una pelea con la chica, como últimamente ocurría, pues luego de la guerra, él había decidido comenzar a disfrutar de su último año. Eso significaba buscar a alguna chica cada noche para pasarla bien, para luego dejarlas solas, sin mirarlas siquiera, tratando de alejarse de ellas, hiso lo mismo con Ginny, y termino en una gran pelea con ella.
Ron había estado resentido con él un tiempo, pero luego de que se enterara de que Ginny también le había hecho lo mismo a muchos otros chicos, dejándolos luego de una noche, había decidido perdonar a Harry y comenzar aquella amistad que tanto tiempo tuvieron.
A Hermione, sin embargo, no le gustaba mucho como su amigo trataba a las mujeres, había pensado que luego de la guerra todo estaría bien, que podrían ser unos adolescentes normales, que Harry se quedaría con Ginny como según este había deseado desde sexto año, pero no había resultado así.
Aunque se alegraba de poder estar con Ron en pareja, el pelirrojo era el único que siempre le decía que soportara un poco más y que no se alejara de Harry, que con el tiempo seguramente cambiaría, que sería el mismo de antes.
- Solo hasta que el año termine, Mione. – le había pedido casi en una súplica el pelirrojo, y luego de pensarlo durante unos minutos, había aceptado.
Si Harry no cambiaba luego de que el año terminara, lo sentiría mucho, pero no podía quedarse a ver como su amigo le destrozaba el corazón a cada chica que lo amara de verdad.
Luego de lo que parecieron horas, Harry se dio cuenta de que solo faltaba medía hora para que la clase terminara. Miró rápidamente la poción que se encontraba haciendo, sin embargo, y a diferencia de la de Hermione, que tenía un color celeste claro, como debía verse en verdad la poción, ya suya era de un azul demasiado oscuro.
Frunció el ceño y levanto la mirada unos segundos hacia donde se encontraba Snape, antes de volver su atención a su libro. No supo en que momento sucedió, pero estaba tan concentrado en leer que era lo que estaba haciendo mal con su poción, que no vio el momento en que Neville caminaba hacia al frente de su mesa con muchos ingredientes cargando en sus brazos, ni el momento en el que este tropezaba contra la pata de la mesa y caía al suelo, haciendo volar los ingredientes por el aire.
Hermione enseguida se hecho hacia un costado cuando vio a uno de los ingredientes caer sobre la poción de Harry, en el momento justo en el que este pronunciaba el hechizo que le faltaba para que la poción fuera la correcta.
Mientras Snape, que había estado mirando la poción de Draco Malfoy, giró la cabeza hacia donde ocurría aquel caos, con una expresión resignada en su rostro.
Escucho la risa de Draco, diciendo por lo bajo algo sobre el Efecto Mariposa, luego de que el caldero de Potter explotara y cayera sobre este un líquido negro y espeso, dejándolo inconsciente al instante.
-…-
"¿Estará bien?"
Harry frunció el ceño, sin abrir los ojos. Tenía tanto sueño que podría dormir dos días seguidos.
"¡Se ha movido! ¡Quizá se despierte pronto!"
¿Esa que hablaba era Hermione? ¡Era tan molesta! Muchas veces le había dicho que no se metiera a la habitación de los chicos, que era molesto y un poco incómodo, sobre todo porque él dormía siempre en calzoncillos.
Bueno, no hay que culpar a Neville, es un poco torpe.
Ese definitivamente era Ron, Harry no podía creerlo. ¿Se habían atrevido a dormir juntos? ¿Otra vez? Se removió incómodo, antes de que muchos recuerdos vinieran a su cabeza.
¡La poción!
Al instante de pensar en aquello, se impulsó hacia arriba, hasta quedar sentado en la camilla de la enfermería, sin embargo, su frente dio contra otra y tuvo que volver a recostarse, quejándose en voz alta.
- ¡Compañero, eso ha dolido! – escucho la voz de Ron y abrió los ojos, mirando al pelirrojo alto frotar la palma de su mano derecha contra su frente roja.
"¡Como duele!"
Frunció el ceño, y miró a su alrededor, tratando de buscar a quien había dicho aquello, a pesar de tener la voz de Ron.
"Pobre, mi Ron, no debo reírme, tengo que fijarme si se encuentra bien"
La voz de Hermione llamo su voz, haciendo que la mirase largamente, viendo como esta se acercaba a su novio y revisaba su frente mientras le sonreía con pena.
¡Pero Hermione no había abierto la boca!
- ¿Hermione? – preguntó un poco desorientado.
Su amiga dejo de lado a Ron, para mirar a Harry con una sonrisa tranquilizadora.
- ¿Qué sucede, Harry? ¿Te encuentras bien? ¿No te duele nada? – quiso saber, sentándose en el borde de la camilla en la que se encontraba su amigo.
El castaño se quejó, a decir verdad, su cabeza dolía a horrores.
- Mi cabeza duele. – exclamó sentándose.
"Con el golpe que nos hemos dado, claro que le dolerá" la voz de Ron había sonado divertida, por lo cual le miró con enfado fingido.
- No es por el golpe, Ron. – murmuró y vio como el pelirrojo abría sorprendido los ojos, antes de arrugar el ceño.
Hermione miró preocupada a su amigo, pues Ron no había abierto la boca en ningún momento.
"¿Tendré que llamar a Madame Pomfrey?"
- No hace falta, Mione, me encuentro bien, solo con dolor de cabeza. – respondió Harry a la voz de la chica.
Ron hizo una mueca y toco la frente de su amigo solo por si acaso, mientras que Hermione abría la boca unos segundos, antes de volver a cerrarla y fruncir el ceño.
Tuvo una idea, aunque descabellada, y mirando a Ron, este le asintió, sabiendo lo que su novia pensaba.
"¿Harry?" pensó mordiéndose los labios.
- ¿Mmm...? ¿Qué sucede, Mione? – preguntó mirando a la chica, al tiempo en que Ron alejaba la mano de su frente aun un poco adolorida.
Esta vez, la bruja abrió la boca sorprendida, antes de comenzar a boquear, ponerse de pie y salir corriendo, buscando a Madame Pomfrey, que había estado fuera de la enfermería hablando con Draco Malfoy, a quien le había explotado su propio caldero al reírse de Potter, aunque él solo tenía un cambio menor.
Su cabello, rubio platinado, había estado creciendo desde hacía más de dos horas, con alarmante velocidad, hasta quedar arrastrado por el suelo. Madame Pomfrey había tratado de cortárselo, pero mientras más intentaba, más crecía, así que simplemente se lo ato en una trenza, quedando a la altura de sus tobillos, para que no se arrastrara en el suelo y se ensuciara.
Draco había estado exclamando mil y un improperios hacia todo el mundo, pero sobre todo hacia Potter, sin embargo, al final y luego de ver que el Gryffindor no había despertado, se despidió de Madame Pomfrey a la fuerza, pues esta quería que se quedara hasta que encontraran solución, pero el rubio había alegado que no le gustaba la enfermería y había salido corriendo minutos antes de que Potter despertara.
- ¡Madame Pomfrey! – gritó Hermione aturdiendo a Harry por unos segundos.
"Tengo que hablar con Severus sobre el comportamiento de ese chico." Escucho Harry y frunció el ceño, ¿Por quién lo decía Madame Pomfrey? ¿Acaso era por él? Además, no tenía por qué hablar tan alto, estaba aturdiéndole.
"Dicen que Harry está en la enfermería inconsciente, ojalá no le suceda nada"
Asustado, Harry busco con la mirada aquella voz de chica, sin embargo, no encontró por ningún lado a ninguna otra más que Hermione y Madame Pomfrey.
- Creo que la poción afectó a Harry, Madame Pomfrey. – escucho proveniente de Hermione, aunque Harry se preguntó cómo era posible, si se encontraban lejos de Ron y él.
"Como odio a Jade, una maldita Slytherin en uniforme de Hufflepuff, ¿Qué pensó el Sombrero Seleccionador al enviarla a nuestra casa? Seguramente nada." Se quejó otra voz.
En ese punto, Harry se puso en pie y miró hacia la salida de la enfermería.
"Todo el tiempo de mal humor" otra voz refunfuño "Que se joda, no me importe que odie tanto a Jade, es mi amiga"
La voz dejo de oírse, para luego escucharse otra.
"¡Argh, maldito pelo! Matare a Blase" Esa voz... esa era la voz de Malfoy.
- ¿Harry? – llamó Ron preocupado al verlo caminar apresurado hacia la salida de la enfermería.
- No se callan... - susurró por lo bajo, sintiendo una gran punzada en su cabeza a medida que se acercaba a la puerta.
"A lo mucho y le doy con una escoba, mira que pegarme chicle solo porque le dio la maldita gana, y Theo, ese maldito que ni siquiera dice nada, se ríe en mi cara con Pansy. Ya veran cuando les dé con la escoba también."
- Basta... - exclamó bajito, deteniéndose a medio camino.
"¡Wow, Malfoy tiene el pelo con algo verde!" otra voz se interpuso otra voz masculina.
"Parece una nena"
"¿Y a ese que le paso?"
Se dejó caer al suelo ante la sorpresa de Ron, Hermione y la preocupación de Pomfrey, que casi al instante se le acerco con paso rápido.
- ¡Mi cabeza no deja de punzar! – gritó golpeando su cabeza con el dorso de la mano.
"¡Oh, no, es Jade Gundersen!" exclamó alguien.
"¡Ese es Malfoy!" la voz femenina había sonado alegre y un poco gruesa.
"¡Ugh, Jade Gundersen!" la voz de Malfoy se volvió a escuchar, antes de que la puerta de la enfermería se abriera, dando paso al rubio con una gran cabellera arrastrándose por el suelo, despeinada y siendo pisada por los pies de una chica con uniforme Hufflepuff y cabello verde.
Malfoy dejó su expresión de asco de lado al verle en el suelo de rodillas, con lágrimas bajando por sus mejillas y sosteniéndose el cabello con fuerza.
"¿Se habrá vuelto loco ya?" escucho nuevamente, y se dio cuenta de que Malfoy no movía la boca en ningún momento, pero que, sin embargo, seguía escuchando su voz, diciendo miles de cosas al mismo tiempo y a una velocidad alarmante.
Mordió su labio inferior y sin poder evitarlo, sintió como volvía a caer en la inconsciencia.
