Titulo: Silent Memories.
Autor: Yukari Sparda
Disclaimer: Silent Hill, su historia y sus referencias no me pertenecen, son del Konami Digital Entertaiment Inc. Derek y Dean Howell son de mi plena autoría, así como cualquier otro personaje que nunca haya aparecido en el videojuego son de mi exclusiva propiedad por lo que haré lo que se me plazca con ellos. Cualquier otro personaje al cual haga referencia será especificada con su autor respectivo.
Advertencias: Cuando compras un libro este no tiene advertencias, por el contrario el Pegi +18 lo hace evidente. Como en cualquier relato aquí también tienes un poco de todo, eso incluye, OC's, malas palabras, escenas poco gratas, sangre, oxido y un gran etc.
Antes de comenzar: Tienes que tener en claro que esto es una secuela, por lo cual para entenderla debes antes haber leído «Silent» (/s/7183195/1/Silent) o en su defecto el final «Someday, somehow» (/s/7183195/20/Silent) del mismo relato, de no ser así te arriesgas a perderte puesto que las referencias al primero son evidentes, de todas maneras, la historia es entendible en un 90% sin antes no haber leído «Silent», no es tan vital no leerlo. El nombre lo escogió y lo hizo en realidad Yaoist Secret XD
Como sabrán:
1.- No me hago responsable de cualquier tipo de secuela física/psicológica que pueda contraer este relato –Se lava las manos en el agua del Toluca Lake-
2.- Los reviews se responderán con PM, ahora que todos tienen cuenta *-*
3.- No gano dinero haciendo esto ¬¬, sólo es diversión ಠ_ಠ
Let's start?
Silent Memories – Chapter I
Those lies that hurt us.
Mi vida es una mierda.
Soy más feliz si lo admito, las mentiras suelen darnos un sentimiento calmo, que dura hasta que el sabor dulce se desaparece de nuestros labios, la verdad es mucho más amistosa, agria, pero verdadera.
Es bueno saber que estoy en la seguridad de mi habitación, con todos esos artistas sonriendo con sus guitarras, pegados en la pared, y el cobertor suave que me cubre, porque antes sentía frío y no me agrada el frío de no ser que me sirva de excusa para quedarme cinco minutos en la cama.
—¿Derek, cómo te sientes?
—Como si un camión me hubiese pasado encima… —Susurré tocando mi cara, en un mero reflejo, para comprobar si aún la mantenía conmigo—. ¿Qué me sucedió?
—Lo de siempre, ya sabes, no le agradas a Wolff-Parkinson-White —Sonríe y se estira en el asiento que, infiero, es del escritorio—. Tú señora madre tuvo una crisis de nervios, está con la mía en la sala, casi se muere con la impresión…
—¿Y… tú quisiste hacer tu buena acción del día quedándote conmigo, no? —Me incorporé lentamente sobre el colchón así para estar más cómodo.
—¡Claro que sí! Admítelo, él único que estará contigo, en las buenas y en las malas, será, aquí tu hermano, mi hermano.
—No es un gran consuelo —Reí y él lanzó algo contra el colchón, reconocí el color metálico y las capsulas de color blanco—. Es un placebo ¿Qué hora es?
—Casi medianoche… —Dirigí la mirada hacia la ventana, efectivamente, detrás de las persianas abiertas estaba la noche oscura y la luna llena—. Anda, tienes que tomar tu medicina y digas lo que digas no es un placebo.
—¡Lo es! Además… la arritmia ya pasó, no sacaré nada ahora…
—¿Sí? Pues no podía correr contigo al hospital por tu famosa inyección de adenosina… además, desde que dejaste de tomar la amiodarona lo único que puedo hacer es darte esto… —Se cruzó de brazos y bufó molesto—. Crece y tómate tu medicamento…
—La amiodarona causa alopecia… —Articulé con una sonrisa, pero a él no le parecía gracioso.
Tomé la tira en mis manos vacías, y me pareció extraño sentirlas así de huecas, abrí las palmas para mirarlas, distinguiendo las líneas palmares y las huellas digitales de mis dedos. Odiaba ser víctima de los ataques y desmayos sorpresivos de WPW, mi cabeza luego se volvía una laguna mental, llena de recortes difuminados. Cerré los ojos al mismo tiempo que mis falanges, haciendo memoria, y lo único que reconstruía a duras penas era la cara del extraño en el pórtico de la casa, su mirada, ciertos atisbos de sus palabras y la carta… la carta de papá… ¿Dónde demonios estaba mi carta?
—¿Mi carta? —Pregunté en voz alta, Chris se volteó con un dejo de duda en el rostro—. ¿Mi carta, Chris? ¿Dónde mierda está mi carta?
—Hey tranquilo… —Levantó las manos sin culpa para luego posarlas sobre mis hombros y sacudirme un poco—. Acabas de salir de una crisis y atraerás a tu madre… ¿Quieres preguntas a mitad de la noche?
—Mi carta, la carta que trajo el extraño, dónde está… —Chris se cambio de asiento hacia la cama, rendido—. La tenía en la mano y sabes que soy capaz de ir a buscarla a la calle… Chris sino me dices dónde está te juro…
—¡No me amenaces, enano! —Exclamó en un susurro desesperado y apuntándome con el índice—. Yo tengo tu mierda de carta, pero debes guardar silencio…
—¿Por qué? —Interrogué cuando el pelinegro se revisaba los bolsillos en busca del papel amarillento—. Responde…
—Ya te oí, no me presiones… ten —La hoja llegó a mis manos, el nerviosismo se apoderó de mi sin piedad, incluso el aire sentí faltante en el cuarto—. Tranquilízate. Ahora… tu madre me dio cincuenta dólares por deshacerme de ella, así que… guárdala y que no la vea, porque ya hice planes con mis verdes billetes…
—¿Te dio dinero por desaparecerla? —Chris asintió en silencio y luego se metió una goma de mascar en la boca—. ¿Por qué haría algo así?
—Claramente tu jefa no quiere saber nada de papi Howell —Afirmó vertiendo agua en el vaso de cristal.
—Iré a hablar con ella…
—¿Estás loco? —Chris me lanzó nuevamente a la cama cuando intenté ponerme de pie—. Primero, te tomas el medicamento, luego te quedas aquí y te callas, no vas a decirle nada a nadie, tú con tu carta, tranquilo, yo con mis verdes seguros y… vale ya, si quieres te doy el veinticinco porciento del monto… sólo debes guardar silencio, Derek, tente un poco de amor propio.
—No lo entiendes, el dinero que malgaste mi madre en ti me tiene sin cuidado… —Dije apegando la carta cerca de mi pecho para luego beberme la bendita agua con la estúpida pastilla que debía asegurarme un maldito día más de existencia—. Sólo quiero saber por qué…
—Porque está loca, el trabajo la agobia, tú le agobias, yo le agobio… la maldita vida que llevan la mata, Derek y no trato de justificarla, pero está demente y tú terminaras así si le prestas demasiada atención a su accionar… —Bajé la mirada al cobertor mientras Chris me golpeaba el antebrazo—. Bro… déjalo así, tienes tu carta ¿No? Ahora eres libre de saber… quizás, las últimas palabras de tu padre.
—Supongo… —Peiné mis cabellos y suspiré con desgana—. Odio esto…
—Yo lo odio más… —Hubo un breve silencio, sólo el sonido del reloj de pulsera en mi mano rompía aquel estado—. ¿Te pondrás bien?
—He salido de peores, ya sabes… yo necesito, no… yo tengo, que estar bien —Miré a mi costado, hacia la estantería repleta de hojas y libros, debajo de los dos cubículos llenos de textos titulados "Wolff-Parkinson-White" que amablemente el padrastro de mi mamá había comprado para mi. Como si me sirviera de algo todo el conocimiento teórico en caso de una crisis—. Necesito esa beca…
—Lo sé…
—¿Chris? —La puerta del cuarto se abrió lentamente, a la velocidad del rayo oculté la hoja debajo de las mantas mientras que detrás del trozo de madera rectangular apareció la madre de Herrick con esa cansada sonrisa que le caracterizaba—. Ya es tarde ¿Vamos a casa? ¡Oh lo siento! Perdón Derek ¿Cómo te sientes?
—Mejor, gracias por todo… —Ella me parecía tan amable y dulce, no como mi sobreprotectora madre—. Estaré bien…
—Sabes que puedes llamar a cualquier hora, nosotros estaremos allí —Ella le sonrió a Chris y él levantó las cejas—. ¿Vamos?
—Si quieres… —Chris sacudió su chaqueta y luego me miró antes de lanzarse sobre mí para picar mis costillas con sus índices—. ¡Idiota enano estúpido, nos vemos mañana!
—¡Aléjate subnormal!
—¡Christopher, qué manera es esa de tratar a tu amigo! —La mujer de cabellos largos tomó el brazo de su hijo para apártalo de mi, idiota Chris, eso dejará moretones.
—¡Él está acostumbrado! —Reí cuando su madre lo sacaba a rastras del cuarto, antes realizando un gesto con la mano—. Adiós…
La puerta se cerró de golpe y el silencio se apoderó del cuarto en un instante, mis falanges instintivamente buscaron la carta oculta entre las sabanas hasta entrar en contacto con el rudo material. Ahora podía ver esas letras algo borrosas pero todavía legibles a contra luz.
"Para Derek Howell"
Deslicé mi pulgar sobre los caracteres, no sabía que sentir en aquel momento, enojo, miedo, felicidad, inquietud. Mi corazón sólo seguía palpitando buscando su propio ritmo, para regular mi pulso, para mantenerme con vida, el cuerpo y su inteligencia innata, usando reservas para sobrevivir. Desbaraté el primer doblez de la hoja y el nerviosismo consumió mis manos. No podía hacerlo aquí, en este mundo, en mi mundo real.
Tiré de los cobertores hacia un lado y me descubrí en aquel pijama gris de mangas y pantalón largo. La tela que cubría mi cuerpo, así como el material de todos los pijamas en este mundo era suave. Salí de la cama y me arrojé al suelo apagando la luz de la lámpara e introduciéndome debajo de mi cama, donde los cobertores y almohadas me recibirían con agrado, busqué en medio de la oscuridad el interruptor cuadrado que encendería las luces de mi submundo, el cual habitaría de buenas ganas, por la soledad y el resguardo que él me brinda. Las luces pequeñas se encendieron, aquellas luces de la tira navideña blancas que mamá había arrojado a la basura cuando había comprado nuevas ahora iluminaban mi oscuro mundo. Mi cabeza y mis ojos siempre quedaban mirando aquella pared recargada de fotografías de papá, y otras de mi infancia, como una pequeña pero detallada línea de tiempo. Los trozos de papel amarrillo, azules y verdes decoraban junto a las imágenes toda aquella extensión de muralla igual que las hojas de cuaderno con frases de vida inútil y sin sentido. Más arriba en el rincón, descansaba una caja de zapatos, dentro de ella había cartas del día del padre, de navidad y dibujos hechos con crayones, que fueron derivando en trazos delicados de grafito a medida iba creciendo y aprendiendo.
Un suspiro llenó todo el espacio, las luces, que parecían estrellas en el cielo estrellado de mi mundo brillaban con intensidad. Así era mi vida, compartida en dos mundos distintos, el real, donde las personas simplemente parecen ignorarme, o yo finjo no existir, así era mejor, en el mundo real, yo debía sonreír, hablar por mera cortesía, tenía que vivir con los ojos abiertos y cuidar de mi, las típicas cosas que hacen los seres humanos para no ser controlados, para no ser esclavos al servicio de un amo. Muy por el contrario estaba el mundo sumergido debajo de mi cama, dónde sólo habitaban las luciérnagas eléctricas, mi padre, el silencio y yo.
Allí era feliz, si hubiese tenido un amigo le hubiese invitado a ese sitio, Chris conocía aquel universo, pero decía no querer interrumpir el templo Howell, como solía llamarle, donde los cirios se prenden cada noche y el único fiel asistente es el único miembro viviente de una familia de oligofrénicos. Ese era yo. Pero me refería a alguien especial, alguien pudiese entender la profundidad de aquellas cosas, de aquellas imágenes, de las palabras escritas, no había nadie así en este mundo.
Yo era un demente. Un inadaptado social.
Alcé mis manos a la altura de mis ojos y las letras en el papel continuaban allí, burlándose.
—Pura mierda… —Susurré antes de tomar cinta adhesiva y pegar el trozo de hoja en la pared, sin siquiera leerla—. No me interesas… no me interesas lo suficiente para darte una oportunidad, cobarde, mandaste a ese extraño, yo quería verte a ti, mierda… eso es lo que eres, una mierda…
Mi mano colisionó contra la pared en un arranque de arrebato desmedido, había cosas que no quería aceptar, como que papá había vuelto en palabras escritas y no de manera real, los recuerdos de mi infancia asaltaron mi mente, llenándome de confusión. Yo lo veía frecuentemente, aquí en la casa, paseándose por el corredor del segundo piso, los ruidos de vidrios en el baño, las puertas que no se abren pero que suenan como si alguien estuviese entrando. La madera cruje y los pasos en las escaleras. Todo aquello había sido una simple ilusión y mamá me llevaba a psicólogos que decían que era normal, y los párrocos que afirmaban que el alma de alguien vagaba casi por un año entero en el mundo de los vivos. Yo no podía creer en todo eso, ya que no fue por un año o dos, fue hasta que tuve diez.
Lo mismo sucedió con Zain, a los doce años es extraño tener un amigo imaginario que se vistiera de la manera en que él lo hacía. El tercer psicólogo que me había visto dijo que era anormal que un niño crease la imagen de un adulto como amigo, no sólo era uno, eran dos, pero el otro, el "Hombre malo" como solía llamarle me daba miedo, él y Zain solían discutir mucho y yo cubría mis oídos para no oír las cosas crueles que el "Hombre malo" decía en contra de mi y de mi padre. Él no me había abandonado, de eso estaba seguro.
Paradójicamente un día, Zain y ese hombre, así como mi padre se marcharon sin avisar.
La hoja se despegó y cayó a un lado, le miré de soslayo por un momento antes de suspirar cansado, tomando la maldita hoja entre mis manos y estirándola finalmente, las luces navideñas iluminaron aquella noche las palabras que esperaba salieran de la boca de papá, ahora escritas se arremolinaban en cuanto las líneas se juntaban una tras otra ante mis ojos.
Recorrí el delineado de las letras con suma cautela, mi mundo se convertía en un vórtice de sensaciones en forma de espiral descendente. Esto era una mala broma, una mala broma de ese extraño.
Supe muchas veces, que las respuestas ambiguas de mamá habían estado estucadas de mentiras, mentiras blancas que protegían mi inocencia ¡Pero eso fue hace catorce años! Cuando era un niño estúpido que se conforma con las malas excusas de su madre y que, aunque sabe que es una falacia, sonríe de todas formas, se conforma. Había dejado de ser así hace bastante tiempo. Pero esto no lo esperaba.
Fue una mentira, un asco de vida… de mierda y encima de todo… con la mitad de ella siendo una farsa. Observé la pared nuevamente, buscando algún indicio de aquello, una señal de antaño que me hubiese previsto de todo eso, pero no lo encontré. Nadie nunca lo advirtió.
Mis manos ejercieron presión sobre el material blando de los cobertores, arrugando de paso aquellas letras que, ahora estranguladas, decía aquello que siempre temí y nunca acepté. Mis dientes buscaban consuelo, apretándose unos contra otros.
¿Por qué lloras? ¿Por qué lloramos?
No es tristeza, ni emoción, simplemente no es nada. Es sólo la simple eliminación de sustancias químicas sin sentido ¿Y ese dolor? Dentro, muy dentro, ahuecando mí pecho. No es mi enfermedad, no es algo que sé que me ocurra, dónde está la explicación a ese dolor, a esas lágrimas, a aquellas invenciones.
"Tu papá nos dejó por otra, más bonita que yo."
"No hacíamos feliz a tu papá, Derek, ¡Entiéndelo, de una maldita vez!"
"Él jamás te quiso, eso explica por qué se marchó y no regresó…"
"Mi niño, tu papá está muerto… perdón…"
"Siempre te he dicho toda la verdad… lo único que sé es que te quiero demasiado."
"¿Qué por qué no le seguimos llevando flores? ¿Crees que él se merece nuestra caridad? ¡Dean se fue, se olvidó de nosotros, nosotros debemos olvidarnos de él también!"
—Mentiras… ¡Todas mentiras! —Mis manos se aferraron a la almohada cercana, rasguñando la tela, rompiéndola mientras el relleno sobresalía y desordenaba… el caos, el caos no me preocupa, sólo me interesa la oscuridad en la que me sumerjo, en la oscuridad que me lleva a la luz de la alucinación.
Los ojos que ven las luces se cierran, mis sentidos se adormecen, vuelvo a estar allí, allí donde supuestamente debería estar…
¿Dónde?
Silent Hill.
N/A: Well… this a bull shit XD No, okay, este es el primer capitulo de la secuela ¿No es genial? Quién lo diría, yo escribiendo una secuela del dembow XD. Okay, quizás en este momento sienten que los estoy troleando pero no es así, las palabras de Dean y la carta sí saldrán en esta parte XD… pero por ahora no. Sólo veremos a nuestro querido Derek enfrentando las verdades que su padre quería compartir con él. Sí bien es un cap introductorio les aseguro que no tardaremos en adentrarnos en las entrañas del maldito pueblo XDDDD
Quiero dar mis agradecimientos especiales a Yaoist Secret, quien publicará una historia en simultaneo junto con yo XD, espero que la lean y la disfruten *-*, también a SunCigarretes quien nos dio la awesome idea de hacer un co-creater juntas y estamos trabajando, para usted XD
So, les dejo XD, Ya todos sabrán a estas alturas que los amo a todos *-* pero más a quien deja un review… no sean malitos XDDDD
¡FELIZ NAVIDAD A TODOS, ESPERO TENGAN UNA BONITA FECHA JUNTO A LOS QUE AMAN Y APRECIAN!
Y como siempre, comenten, sugieran, critiquen y disfruten *-*
