¡Hola!

Desde ahora aviso que este FF es un poco tristón.

¡Nos leemos abajo!

.

.

.

Querido.

Querido Butch:

Son muchas cosas las que tengo que decirte.

¡Tantas que no sé ni por dónde empezar!

Empezaré por lo más importante. Es una niña, una niña de ojos esmeraldas y cabello moreno como las panteras.

Le puse Esmeralda, yo sé que a ti te encanta (o encantaba) ese nombre.

Mi padre se enfureció conmigo cuando se enteró, pero mis hermanas me ayudaron en todo lo que pudieron.

Sé que una heroína como lo soy yo no debería haber dejado que esto pasase.

Pero pasó, mi amor.

Me encuentro mirando la ventana. Fuera está nevando y Esmeralda quiere ir a jugar con la nieve pero no podemos ahora.

Me dolió cuando te tuviste que marchar.

Yo sabía que si te enterabas de la existencia de Esmeralda tu mente cambiaría y no irías a por esa carrera musical que tanto querías hacer.

Yo no podía permitirlo, por eso callé.

No me odies, por favor.

Cuando Esmeralda me pregunta por su padre yo le cuento que era un joven alto, moreno, de ojos verdes y una persona maravillosa.

Espero que sigas siendo así.

Ayer mi hermana me preguntó si te echaba de menos, no supe que responder.

Extraño tus besos.

Tus abrazos.

Tus palabras.

Tus caricias.

Pero si lo digo ¡Quién sabe lo que pasaría! Mejor me callo, que con la boca cerrada estoy más bonita.

No pienses mal.

Deseo que vengas.

Con toda mi alma.

Pero no lo diré, ¡imposible!

Porque entonces vendrías.

Y conmigo no serías feliz.

Yo quiero que sonrías, quiero sentirme orgullosa cuando te veo en la televisión, quiero reír cuando escucho algunos de tus chistes en la radio.

Quiero seguir estando orgullosa de ti.

Pero no te preocupes querido, siempre lo estaré.

Hagas lo que hagas.

Seas quién seas.

Esmeralda suele preguntarme sobre su físico (¿A quién me parezco más mami, a él o a tí?).

Ella siempre se parecerá a ti. Ella es tu vivo reflejo.

Y eso, al menos me consuela.

Pienso que al menos, ella es un hilo verde que nos une por muy lejos que tú estés.

Y es que, no sé si me sigues amando.

Te veo con tanta gente (con tantas muchachas).

Te veo con tantas sonrisas (tan feliz).

Te veo como… (Como si no me echases de menos).

Dime querido, ¿me extrañas?

Yo a ti sí.

Qué tontería ¿verdad?

Nunca volverás.

Nunca volverías por mí.

Para recuperarnos.

Es tarde mi amor, estoy cansada y mi padre me llama.

Alguien me está esperando en el altar vestido de negro.

Yo voy de blanco.

Ya es, simplemente demasiado tarde.

Cuando leas esta carta (si la lees), hazme un favor.

No me hables (si vienes).

No me mires (si vienes).

No me sonrías (si vienes).

Sólo bésame.

Con amor:

Bellota Utonio (hasta dentro de unos minutos).

.

.

.

Lucero Gómez:

Me ha dado un poco de pena escribirlo, pero bueno.

No siempre son finales felices.

Aunque a mí también me gustan.

Gracias por sus palabras, me sacan una enorme sonrisa.

Atentamente:

Lucero Gómez.