Bueno esta es una idea que tuve desde hace algún tiempo. Había pensado en poner algunos episodios de Mikoto en la serie original, pero luego me di cuenta que eso podría retrasar un poco la trama, así que mi solución fue esta especie de Spin-off. No se preocupen, no dejare la serie principal, ya que esta será más esporádica. De hecho, puede que no publique algunos capítulos hasta que lo crea conveniente.

Este primer capítulo puede leerse cuando sea, sin embargo para los que comenzaron a leer la historia, recomendaría no leerlo hasta después de haber terminado el capítulo 46, ya que es más fácil comprender algunas cosas de este capítulo si has leído ese antes.

Sin más anticipación, aquí les presento el primer capítulo de la serie.

Mikoto Gaiden 1: Una niña de cabello rojo

La siguiente historia pasa varias décadas años antes de que las aventuras de Naruto, Satsuki y Sakura iniciaran...

La luz de la mañana entro por la ventana de la habitación, pegándole en el rostro a una pequeña niña de cabello negro que estaba acostada en el futon. La niña de 7 años se sintió molesta porque el sol le pegaba en la cara, así que tomo su cobija y con ella se cubrió la cabeza. Unos segundos más tarde, la puerta de su cuarto se abrió y entro una mujer de cabello castaño.

– Mikoto, despiértate, ya es hora de ir a la escuela. –Le dijo la madre a la hija.

– Son las 8. –Comento la niña.

– Y tu entras a las 8:30. –Le señalo.– Vamos levántate.

Resignada, la niña se levantó y alisto para la mayor tortura que conocía, aquello llamaban escuela. 15 minutos más tarde, Mikoto ya estaba lista y salió de su casa hacia la academia. El camino le parecía tedioso, el complejo del clan estaba lejos de la academia, además de que como solo tenía 7 años aun no aprendía a saltar de edificio en edificio. Su lo supiera hacer se iría brincando por los techos de la aldea.

Esto es muy molesto. –Pensaba la niña mientras caminaba por las mismas calles de todos los días.

De repente, sintió que alguien corrió a un lado de ella, pero no alcanzo ver bien. Después otras personas pasaron corriendo, pero a ellas si las alcanzo a ver, eran adultos y por el equipo que traían la niña dedujo que debían ser ninjas. Sin embargo, había algo extraño con esos ninjas, no portaban el uniforme de la aldea y traían unas bandas extrañas en la frente, con un circulo que asemejaba a un remolino, pero lo que más destacaba de ellos era el cabello rojo que tenían.

– ¡Rápido no la dejen que se vaya! –Dijo uno de los hombres.

– ¿Por que?¿No es como si se fuera a ir a U-?

– Lo mismo dijiste sobre que no intentaría escapar. –Le señalo alguien más.

Los hombres continuaron corriendo en un intento para alcanzar a su objetivo. Mikoto solo vio esta escena que le pareció divertida, y si no tuviera que ir a la escuela era seguro que los estaría siguiendo. Así era ella, no era realmente muy ruidosa e hiperactiva, no la dejarían en su clan. Sin embargo, también era hasta cierto punto bastante curiosa y quería saber porque perseguían a esa persona, y quien era a quien perseguían. Podría saltarse las clases para hacerlo, pero estaba segura que eventualmente su madre se enteraría y la regañaría por eso.

Mikoto llego al edificio de la academia y de ahí fue directo a su salón de clases. En el ya estaban todos sentados en sus lugares que acostumbraban, por lo que la chica camino directamente a donde le tocaba.

– Buenos días Miko-chan. –La saludo el chico de cabello rubio y ojos azules que se sentaba a su lado.

– Buenos días Minato. –Le devolvió el saludo la pelinegra mientras se sentaba a un lado de él.– ¿Ha pasado algo interesante? –Pregunto.

– Tsume, la chica de la clase 1 año menor vino buscando pelea. –Comento Minato.– Yoshino casi le sigue la corriente, pero por suerte Hana parece que las pudo detener.

– ¿Quién es Hana? –Pregunto Mikoto, Minato apunto a una chica de cabello azulado, sin embargo lo que le llamo más la atención fueron unos raros ojos blancos que la chica tenia.– ¿Hyuga?

– ¿La conoces?

– No, al menos no a ella. –Dijo la niña.– A veces he visto a algunos de ellos ir al complejo a hablar con los líderes. Pero solo ha sido momentáneamente.

– ¿En serio? Tu casa debe de ser muy divertida. –Dijo Minato.– Mucha gente rara debe de entrar.

– ¿Qué crees que somos un circo? –Pregunto la pelinegra con una venita resaltada.

– Aunque me sorprendí –Dijo Minato.– Considerando lo tierna y amable que se ve, no creí que pudiera convencerlas.

– Así que te parece tierna ¿eh? –Dijo Mikoto, haciendo que Minato se diera cuenta de su error.– Minato y Hana sentados en un árbol B-E…

Antes de la pelinegra continuara, el maestro de la clase entro. Era un hombre de cabello castaño con una mirada severa que hizo a la clase callar. El hombre se paró en el frente del grupo viéndolos rápidamente a todos y cada uno de ellos.

– Te salvaste. –Dijo Mikoto en un susurro a Minato.

– El día de hoy les tengo una noticia importante. –Dijo el hombre.– Van a tener una nueva compañera con ustedes. –El hombre miro hacia el lado de la clase, donde se encontraba un grupo de gente con cabello rojo. Uno de ellos le indico a alguien en medio del grupo que pasara.

– Vamos Kushina, no seas tímida. –Le dijo a la niña. Finalmente, esta salió y camino hasta el frente de la clase.

¿Cabello rojo? –Pensó Mikoto.

– Vamos, preséntate. –Le indico el maestro a la niña.

– Mi nombre es Kushina Uzumaki, es un gusto conocerlos. –Le dijo a todo la clase.– Mi sueño es ser la primera mujer hokage.

De inmediato comenzaron varios comentarios, sin embargo hubo que destaco sobre el resto.– ¿Por qué pareces un tomate?

– ¿Disculpa? –Respondió la pelirroja.

– Tu rostro es redondo y tienes cabello rojo, por eso pareces un tomate. –Le dijo un chico de cabello negro hasta el fondo de la clase.

– No soy un tomate…

– Tomate.

– Tu…

– Daisuke, suficiente. –Dijo el maestro.– Kushina, ¿por qué no vas y te sientas? –El maestros miro hacia la clase buscando donde se podría sentar.– Ya se, te vas a sentar a un lado de Minato y Mikoto. –Dio la orden y espero a que la niña la cumpliera.

Unkai-Sensei... –Mikoto solo pensó mientras esperaba a que se diera cuenta.

Kushina miro al hombre confundida.– ¿Quiénes son esos?

– Ah cierto acabas de llegar. –Dijo el hombre.– Son ellos. –Apunto a los dos niños sentados.

– ¿Mikoto es la rubia? –Pregunto.

– No, es la de cabello negro. −Dijo Unkai.− Y el de cabello rubio es un niño.

Las risas comenzaron a escucharse por toda la clase.

Bueno, si fuera una chica sería una niña linda. –Pensó Mikoto del rubio.

(X)(X)(X).

Más tarde, durante la hora del almuerzo, Mikoto estaba comiendo mientras estaba subida a la rama de un árbol. La chica disfrutaba tranquilamente de su almuerzo cuando escucho unos gritos.

– ¡Oye tomate! –Escucho que un chico grito, sacándola de su concentración y tranquilidad en la comida.

Mikoto miro de dónde venían esos gritos, era un grupo de ocho niños que caminaban detrás de la niña de cabello rojo que se había unido a la clase justo ese día.

¿Que están intentando esos tipos? –Se preguntó la pelinegra.

– No me ignores tomate. –Volvió a decir el niño, ahora que estaba viendo al grupo podía identificar quien hablaba. Era el niño de cabello negro que la había llamado tomate por primera vez en el salón.

El inútil de Daisuke. –Pensó la niña.– ¿Que está intentando?

–¿Qué quieres? –Finalmente respondió la pelirroja.

– Nada, solo molestarte. –Le dijo.

– Felicidades imbécil. –Dijo la niña.– Ya me molestaste.

– Tomate.

– ¡¿Quieres dejar de decirme así?!

– No, no lo haré. –Dijo Daisuke.– No hasta que comprendas algo, tu no podrás ser Hokage.

– ¿De qué hablas?¿Por qué me dices eso? –Pregunto la niña.

– No puedes ser Hokage porque yo voy a ser Hokage. –Dijo el pelinegro.– Así que para que pudieras ser Hokage me tendrías que superar.

– Eso es fácil, debilucho. –Respondió la niña.

– ¿A quién llamas así? –Grito el niño.– ¡Tomate!

Eso fue suficiente para que la niña se enojara y le soltara un golpe al pelinegro. La velocidad con la que viajaba el puño evito que Daisuke lo pudiera ver, mucho menos esquivarlo, por lo cual el golpe le entró de lleno el rostro.

– ¡Mierda!

– ¡El tomate ataco! –Los niños exclamaron sorprendidos.

Kushina no se detuvo con él, si no que continuo y comenzó a golpear al resto de los niños. Después de todo, ellos la habían llamado tomate, así que debía hacerlos pagar. Desde la rama del árbol, Mikoto veía esto, sorprendida y asustada al mismo tiempo.

– Malditos… –Solo exclamo la niña mientras los veía en el suelo adoloridos. Kushina se acercó caminando a Daisuke con su puño cerrado.– Si tú vas a ser el Hokage temo por esta aldea. Una niña de 7 años te derroto.

– Yo tengo 7 años. –Comento el de cabello negro.

– Ese es tu pretexto. –Le dijo la pelirroja.– A la siguiente que me llamen tomate los golpeare más fuerte.

(X)(X)(X).

Habían pasado unos días desde ese incidente y Mikoto seguía sorprendida. Ya nadie se atrevía a llamar tomate a Kushina, si no que ahora la llamaban la Habanero Asesina, claro que intentaban que no los escuchara, quien sabe lo que podría hacer. Mikoto había vuelto corriendo de la escuela. Si bien era algo que no era raro de la niña, el día de hoy lo hizo más rápido. La niña abrió la puerta de la sala y vio a un hombre de cabello negro y puntiagudo sentado en esta mientras leía un periódico.

– Miko, ya regresaste. –Dijo el hombre.

Mikoto corrió y se lanzó sobre el dándole un abrazo. Habían pasado 2 meses desde la última vez que había visto a su padre.

– Creo que te extrañaba. –Comento su madre mientras entraba desde la cocina.

– Si. –Dijo el hombre de cabello puntiagudo. Mikoto no la sabia, pero gracias a su padre una de sus hijas tendría el cabello ligeramente puntiagudo en el futuro… pero esa es una historia para otro momento.

– ¿Cómo te fue papa? –Pregunto la niña a su padre.

– ¡OH muy bien! –Dijo el hombre.–¡Veras nos encontramos con este escarabajo gigante!

– Cariño… –Dijo la madre de Mikoto.– No le digas esas cosas.

– ¡Pero es cierto!¡Era un escarabajo muy grande! –Dijo el Uchiha.

– Por favor, si vas a decir esas fantasías ninja que no sea en la casa. –Le dijo su madre.– Suficiente tengo con que desaparezcas 2 meses.

– Esta bien Isae. –Dijo el padre de Mikoto.– Miko ¿Qué te parece si vamos al parque? Te terminare de contar la misión ahí.

Padre e hija se levantaron, se despidieron de la madre de Mikoto y salieron de la residencia hacia al parque de la aldea. Por el camino, el padre de Mikoto termino de contarle sobre su misión, como tuvieron que enfrentarse a un escarabajo gigante y solo pudieron derrotarlo con ayuda de los ninjas Uzumaki y los de Takigaure. Mikoto no estaba segura de cuanto de eso era verdad o no, pero realmente no le importaba, el solo escuchar a su padre hablarle le bastaba para ser feliz.

– ¿Y cómo te ha ido en la escuela Miko? –Pregunto el hombre.– Seguro que paso algo interesante en lo que no estuve.

– Llego un habanero a nuestra clase. –Le dijo la niña.– Bueno, llego como un tomate, pero se enojó y ahora es un habanero.

– ¡Ah! Interesante… –Exclamo el hombre mientras soltaba una gotita de sudor por la confusión. Solo podía imaginarse a las frutas paradas en la clase y aun no terminaba de entender lo de la transformación del tomate al habanero.

Los Uchiha llegaron al parque donde ya se encontraban varios niños entre ellos, una familia de rubios.

– Hola Mikoto. –Saludo Minato a la niña de cabello negro, esta solo le asintió.

Los niños fueron a jugar mientras los dos hombres se sentaron en una banca cercana.

– Dime… ¿A ti tu hijo te ha hablado sobre un habanero que se transformo en tomate? –Pregunto el padre de Mikoto al de Minato.

– No, ¿cómo está eso? –Pregunto el padre de Minato, un hombre de cabello rubio y lacio.

Los dos niños estaban en los columpios balanceándose.– ¿Y qué ha pasado con tu novia? –Pregunto Mikoto.

– No es mi novia, de hecho, me sigue viendo como una niña. –Contesto el rubio.

– Una niña bastante linda, por cierto. –Comento la Uchiha.

– No le sigas por favor. –Exclamo el niño.

– ¿Aun no entiendo cómo te puede parecer bonita? –Dijo Mikoto.– Es violenta.

– Bueno, tiene bonito cabello. –Dijo Minato.– Y es muy alegre.

No sé si golpear a unos niños es alegre. –Pensó Mikoto.

Los dos niños pasaron unos minutos columpiándose hasta que vieron a Daisuke pasar solo. Les llamo la atención esto y decidieron saltar desde sus columpios; Mikoto con una mayor gracia que Minato, ya que hasta hizo una pose, mientras que el rubio apenas si pudo mantenerse en pie.

– ¿Cómo le hiciste? –Pregunto Minato.

– Es el Kenkei Genkai de mi clan… verse fabulosos en todo lo que hacemos. –Le respondió la niña

Los dos menores entonces siguieron a Daisuke entre los árboles en donde lo vieron practicar varios golpes y movimientos.

– Estúpido tomate. –Decía el niño mientras practicaba.– Ya vas a ver a la otra… te voy a dejar boquiabierta.

– Voy a tener que detenerte ahí. –Dijo Mikoto mientras se acercaba.

– ¿Uchiha?

– No puedes hacer eso, simplemente no puedo dejarte hacerlo. –Dijo la pelinegra.– El habanero está reservado para Minato… –El niño rubio cayó sobre su nuca.

– ¡¿Que estás diciendo?! –Reacciono Daisuke.– ¡¿Yo y el tomatito?!¡Asco!

– Ves Minato, él es una persona normal que no le parece linda. –Dijo la pelinegra.

– Espera un momento… –Interrumpió Daisuke.– ¿A Minato le parece linda? –Mikoto asintió y de inmediato el niño comenzó a reírse.– ¡Amigo! No sé porque, pero me das lastima.

– No lo hagas por favor… –Dijo el rubio.

– Sabes, te voy a hacer un favor. –Dijo Daisuke.– Voy a juntarme contigo y así te haré ver que esa niña no es linda.

– Ah… gracias… –Dijo Minato que realmente no sabía como responder a eso.

(X)(X)(X).

Más tarde esa misma noche, de vuelta en su casa la familia comenzó a cenar tranquilamente.

– Aun hay algo que no entiendo papa. –Dijo Mikoto.– Si solo ibas a pelear con el escarabajo ¿Por qué tardaste tanto?

– Mikoto… ¿podrías no preguntar eso en la mesa? –Pidió la madre de la niña.

– Es porque en realidad no iba a luchar contra el escarabajo. –Respondió su padre.

– ¡Kazuma!¡No en la casa!

– Isae, te amo lo sabes muy bien, pero es hora de que aceptes algo, tu hija va a ser un ninja. –Le dijo el hombre.– Tienes que ir aceptando que estas pláticas van a ser constantes, y serán más seguidas conforme Mikoto crezca.

– Yo… ya lo sé… –Dijo Isae.– Es solo que… tengo miedo que algo te pase. No me gusta escuchar lo que haces en las misiones porque me da miedo de lo que te puede pasar.

– Isae… –El padre de Mikoto tomo las manos de su madre y la vio directamente.– No te preocupes, soy demasiado genial como para morir. Además, siempre te prometo que regresare a casa, y lo hago ¿No es cierto?

– Si…

La niña solo veía confundida a sus padres.

– Se me olvida que eres así Kazuma. –Isae se acercó a su esposo mientras le sonreía.

– ¡Vaya!¡Se me acaba de quitar el hambre! –Dijo Kazuma.– ¡Creo que me iré a dormir temprano!

– Si, yo tampoco tengo apetito. –Dijo Isae mientras se levantaba e iba a su habitación con su esposo.

Mikoto solo vio a sus padres que se retiraban sin cenar, aunque no era la primera vez que pasaba. La niña termino de comer y fue a sentarse para ver el patio de su casa. Era una noche bastante tranquila y bonita, se lamentaba que sus padres no la pudieran apreciar porque les dio sueño temprano.

Los adultos son tan raros. –Pensó Mikoto. La niña se levantó y fue a la cocina por algo para botanear mientras veía la noche. Era una de las ventajas de que tus padres se fueran a dormir temprano, no te veían agarrar comida chatarra a las horas que no debías.– Además ya cene. –Se dijo a sí misma la niña, tratando de excusarse.

(X)(X)(X).

En la mañana siguiente, Mikoto llego a la escuela. Lo primero que observo fue que había un montón de niños adoloridos en la puerta. La niña estaba más emocionada que en cualquier otro día, después de todos les tocaba actividad física así que harían algo divertido. Una de las primeras cosas que vio cuando entro fue que Daisuke estaba sentado a un lado de Minato, seguro para iniciar esas lecciones de las que hablo un día antes. Kushina seguía particularmente molesta con él, así que se fue hasta el fondo de la clase. Entonces Mikoto decidió ir a sentarse a un lado de ella.

– ¿Está ocupado? –Pregunto la pelinegra a la pelirroja. Kushina negó con la cabeza. Mikoto se sentó a un lado de la niña.– ¿No eres de la aldea verdad?

– Ahora lo soy. –Dijo Kushina.

– Si, pero te acabas de mudar ¿verdad? –Pregunto Mikoto.– Nunca te había visto antes, recordaríamos tu cabello rojo. Y además entraste en el segundo año de la academia, así que debes de ser una estudiante transferida.

– Yo… vengo de Uzushiogakure. –Dijo la pelirroja.– Pero mis "tíos" me trajeron aquí.

– ¿Son los que venían contigo la otra vez? –Pregunto la Uchiha.– Que raro, parecían más guardaespaldas que tus familiares.

– ¡¿Y a ti que te importa?! –Exclamo la niña.– ¡Así son las cosas en mi familia y ya!¡No nos ponemos a pensar eso!

Los gritos de la Uzumaki sonaron por todo el salón, haciendo que las miradas se dirigieran hacia ellas. Mikoto no podía culparla por estar enojada, se había tenido que mudar de su hogar, sin la compañía de sus padres y en la academia todos le tenían miedo.

– Mira se lo que tu…

– No lo sabes. –Le dijo la pelirroja. Hubieran continuado la plática si el maestro no hubiera entrado al aula.

– Buenos días. –Dijo Unkai, viendo lo emocionados que los niños se encontraban.– Como recordaran, hoy tendremos entrenamiento físico. Pero antes, les daré una introducción al genjutsu…

(X)(X)(X).

Más tarde en el mismo día, los niños salieron al campo de la academia, completamente emocionados por lo que harían.

– Creo que es el momento adecuado para que examinemos su taijutsu. –Dijo Unkai.– Voy a asignarlos a luchar por parejas. –Pasaron varias parejas de niños y niñas, Unkai y un maestro asistente se encargaron de ver sus fortalezas y debilidades para intentar corregirlas más adelante.– Excelente, los siguientes son; Uchiha Mikoto y Uzumaki Kushina.

– Es en serio. –Murmuro alguien.

– Va contra el habanero.

– No tiene ninguna oportunidad.

Las dos niñas pasaron al frente y se vieron directamente. Mikoto sabía perfectamente que tan fuerte era su oponente, y que en un combate de fuerza no le podría ganar.

Tengo que usar velocidad. –Pensó la pelinegra.– Recuerda todo lo que te ha dicho papa.

− Mikoto, si un escarabajo gigante viene hacia ti, corre. −Recordó Mikoto que su padre le dijo

Los niños estaban emocionados por el encuentro y hasta su maestro esperaba a que la pelea comenzara. Había algo, un presentimiento que le decía que debía poner mucha atención a esas dos, en especial luchando una contra la otra.

– Pueden comenzar. –Indico Unkai.

Mikoto corrió de frente a Kushina, la niña se preparaba para defenderse del golpe, pero en suceso inesperado, Mikoto dio un paso hacia la derecha en el último momento. Teniendo esta posición en diagonal, la pelinegra lanzo un golpe. Aunque el plan de la Uchiha fue bueno, no funciono ya que Kushina lo logro bloquear con el codo. De inmediato Mikoto retrocedió.

Es muy rápida. –Pensó la niña.– Creí que era solo fuerza bruta, pero me doy cuenta que también es rápida.

Kushina fue quien empezó a atacar ahora, lanzando una serie de golpes que Mikoto pudo esquivar. La niña no quería arriesgarse a bloquearlos, no sabía que tan fuertes podían ser. Mikoto espero a que Kushina le lanzara un golpe para moverse a un lado. La niña lanzo una patada, pero Kushina levanto su pie para detenerla en el camino. Con Mikoto sorprendida, Kushina aprovecho la oportunidad y conecto un potente golpe en el estómago de la niña, dejándola sin aire. Mikoto cayo de inmediato al suelo.

– ¡Se terminó! –Declaro Unkai y de inmediato se acercó a la niña Uchiha.– ¿Estas bien Mikoto?

– ¡Eso fue genial! –Declaro la Uchiha con el poco hay que había recuperado.

– ¿eh? –Solo salió de las bocas de los demás, confundidos por lo que la niña había dicho.

Los combates continuaron, pero el maestro envió a Mikoto que se sentara, la niña había quedado lastimada con ese golpe. Mikoto estaba recargado contra el árbol cuando la de cabello rojo se acercó.

– Perdón por eso… –Se disculpó Kushina.

– No te preocupes, fue un buen golpe. –Dijo la pelinegra.– Espero que podamos luchar de nuevo.

– Si… –Solo dijo Kushina.– Lo siento

– Ya te dije que el golpe no fue tan…

– Es por lo de esta mañana. –Dijo Kushina.– Tú fuiste muy amable conmigo y yo solo me comporte como un tomate podrido.

¿Tomate podrido? –La pelinegra no pudo evitar crearse la imagen de Kushina en forma de tomate podrido.

– Por eso te pido perdón…

– Esta bien.

– ¿eh?

– No es nada. –Dijo Mikoto.– Así que no le tomes importancia.

– O...ok…

– ¿Oye quieres comer juntas durante el almuerzo? –Pregunto Mikoto, Kushina le asintió.

Mikoto Gaiden 1: TERMINADO.

¿Qué les pareció?

La verdad me divertí escribiendo este capítulo, porque el manga deja las cosas demasiado ambiguas respecto a la generación de los padres. Así que mucho de esto es especulación y cosas que agrego para tratar de ampliar un poco más el mundo alrededor de la serie.

Creo que lo que más me gusto fue el crear a los personajes. Los padres de Mikoto me parecieron tan divertidos, en especial por las personalidades tan contrastantes. Aun así, no me gusto del todo Minato en este capítulo, y siento que no le hice justicia al personaje, aun así, quizás hasta podría estar un poco justificado porque aún es un niño.

En general me gusto y planeo continuar escribiendo estos capítulos, aunque como dije al principio, saldrán de manera más esporádica principalmente porque no quiero que me retrasen con la historia principal.

Hasta el siguiente capítulo...