Disclaimer: Los personajes no son míos, pertenecen a la saga de Harry Potter y por ello le pertenecen a J.K Rowling


I.

Blind faith

Heartache

Mind games

Mistakes

My sweet fireball

My sweet rigmarole

I want it all

—Te quiero, Hugo.

Tu susurro se pierde en el oído de tu primo, quien te sonríe y toma tus manos sudorosas antes de devolverte las palabras que has pronunciado. Hoy no es tu primo, recuerdas cuando ves sus manos unidas, hoy es tu esposo. No es la primera vez que Hugo y tú se casan, pues es tradición que cada Halloween te disfraces de novia y corras por allí atormentando al pobre de tu primo, que al final se rinde y acaba aceptando. No quieres otro esposo, aunque Louis sea guapo sabes que Hugo es el indicado para ti. Es tu mejor amigo, te conoce como ningún otro, ni siquiera Lorcan te conoce tanto. Se han casado tres veces y se la pasan juntos, duermen juntos, juegan juntos. No hay ningún punto en los seis años que tienes de vida en el que él no esté a tu lado. No quieres que cambie nunca, su amistad y sus abrazos son lo mejor que hay en el mundo.

Cuando tu tío Ron los detiene y les toma una foto, mientras tus padres y la tía Hermione se acercan y empiezan a decir que son increíblemente adorables, Hugo aprieta el agarre en tu mano. Sabes que le molesta que los llenen de fotos, por lo que ambos empiezan a correr en dirección a la cocina de la Nana y se esconden bajo una mesa. Hugo dejó su sombrero en la carrera y tú perdiste tu velo, pero por suerte conservas el anillo de plástico que él te ha regalado. Lo observas como si fuera una gema preciosa y le sonríes dulcemente antes de unir tus labios con los suyos como has visto que hacen los adultos; era una manera de agradecerle el hecho de que fuera tu esposo otra vez. Hugo se queda de piedra y aún cuando te separas puedes sentir su respiración pesada, ves que cierra los ojos y notas cómo el sudor baja por su frente. Te sientes rechazada y odias sentirte así, Hugo sabe cuánto lo odias pero no parece importarle y haces la nota mental de no unir sus labios nunca más.

Sales de la mesa al tiempo que la Nana coloca una bandeja de brownies sobre ella. Peleas con Fred y con James para obtener los mejores dulces, y te olvidas de la reacción de Hugo. Había sido un error de tu parte y con fe inocente esperas que ya para mañana se haya olvidado todo. Tras agarrar los mejores brownies, bajas de nuevo a donde se encuentra Hugo y se lo ofreces como disculpa. Él acepta, aunque todavía puedes sentir su respiración pesada y agitada. Te gustaría abrazarlo y pedirle disculpas pero no sabes si eso hará más bien que mal, así que comes tu brownie en silencio. Lo observas por el rabillo del ojo hasta que el sueño se apodera de ti y terminas acurrucada a su lado. Le pides disculpas una y otra vez antes de quedarte dormida. Era tonto pensar que ese momento no iba a quedar sepultado en la memoria de ambos para mañana en la mañana, era muy tonto.

—Eres un idiota, Hugo.

Lily se encuentra parada en la puerta, pero la ignoras y le das una calada al cigarrillo. Esperas no toser y atragantarte con el humo porque lo que menos quieres es quedar como un idiota frente a ella. Lily Luna no se mueve de su lugar y tú prefieres darle otra calada al cigarrillo antes de maldecir y gritarle que se largue de allí. Esta vez te pica la garganta y tienes que luchar contra las lágrimas de la misma manera que sabes que está haciendo ella. Es el primer Halloween en el que decidiste no ser su esposo y es allí exactamente en donde radica el problema. "Quieres ser su esposo mas de lo que deberías, quieres ser su esposo de verdad", te recordó una voz molesta y atorrante que te persigue día y noche desde que llegaste a la conclusión de que Lily no es una prima para ti, Lily es la chica de la que estás enamorado.

Ella se va, no sin antes dejar caer un par de lágrimas y dar un portazo, pero juras que puedes imaginar cómo mueve las caderas y es allí cuando tus hormonas te traicionan, haciendo que tus pantalones te queden más apretados de lo normal. Dejas el cigarro a medio terminar a un lado y deslizas tu mano hacia tu pantalón, bajando la cremallera y dejando libre tu erección. La tomas entre tus manos y piensas en Lily, en lo hermosa que se veía vestida de novia, en las veces que te susurraba al oído que eres el mejor. Tu mano recorre lentamente tu miembro y comienzas a delirar que ya no es tu mano la que te toca así, sino que es la pequeña mano de tu prima. Hace meses que la evitas para evitar reacciones como esta, hace meses rehuyes de su compañía, de sus abrazos… de su presencia. Sabías que no podías estar cerca de ella o ibas a enamorarte más de lo que ya estabas.

Tus movimientos en un momento fueron lentos y suaves, pero ahora son rápidos y agresivos. Así es tu amor por Lily: algo alocado, que te hace cometer tonterías como fumar o hacerte tatuajes. Te muerdes el labio cuando llegas al clímax y lo único que se escapa de tu boca es el nombre de ella. "Tus orgasmos son de ella, todo le pertenece a ella", te regañas al tiempo que te quedas tendido en la cama y buscas recuperar lo que quedaba de aquel cigarrillo. Halloween era una fecha importante para ambos y ahora la has arruinado, de la misma manera que arruinaste su cumpleaños porque no puedes comportarte a su alrededor. Cambiaste tu manera de actuar, ya no sigues las reglas, saltas horas de clase, no haces la tarea; ahora fumas, bebes, coqueteas con las chicas y maldices todo el rato, hasta rompiste los lentes que te regaló el abuelo Arthur. Lo quieres todo con Lily, quieres tu vida pasada o la antigua con ella y te duele el corazón de saber que no es así, era simplemente tonto pensar lo contrario.