«DDR»: Inuyasha©Rumiko Takahashi.| Kuroshitsuji© Yana Toboso.
«1° N|A»: Esta historia participa en el III Desafío: Accidentalmente enamorado. Del Forum de DZ del GE.
Demonio, humana, y shinigami.
Capítulo N°1: Por un error.
Londres, 1855.
—Esto es aburrido. —El «shinigami» de cabellos de color rojo comentaba con fastidio.
Silencio sepulcral.
—Tienes razón —Fue la única respuesta que se escuchó a lo lejos de aquella basta e interminable biblioteca—. Sin «Sebastián Michaelis o Ciel Phantomhive» juzgar a las almas de los humanos ha dejado de ser emocionante. ¡Qué fastidio!
«Grell Sutcliff» sonrío con picardía,antes que «Undertaker» reaccione, ya estaba encima de él y comentó con diversión propio de él cuando quería causar problemas.
—Sé que «William T. Spears» (un Shinigami de alto nivel) tiene en su poder aquel artefacto que nos permite el traspaso a otras dimensiones —reveló en un tono muy bajo, casi como un leve susurró—, ¿No te gustaría probarlo? —sonrío con malicia.
—Sabes las consecuencias que puede traer si tomamos aquel artefacto sin su permiso —afirmó con interés—, William nos castigará severamente. —río con diversión ante el puchero del inquieto Shinigami. Él sabía que sus palabras no tenían importancia para el travieso Shinigami.
—No seas aburrido —presionó—, solo lo usaremos una vez…, además quién sabe a qué época nos puede llevar.
—Mmmm… Una época diferente a esta —pensó—, no suena mal.
Grell sonrío con satisfacción ante tal comentario, una travesura empezaba a maquinarse con precisión en su inquieta cabeza.
— ¿Qué época deseas visitar? —preguntó intrigado.
—No es la época la que quiero conocer. —reveló con cuidado.
Grell intentó adivinar sus pensamientos, entonces abrió la boca en señal de desconcierto.
— ¿Iremos a ver a mi amado Sebas? —ronroneo con excitación.
El Shinigami se limitó a mostrar una sonrisa perversa, mientras su largo cabello cubría su cara y con sus mangas que ocultaban sus largas manos, solo hizo un gesto de «quién sabe».
—Lo coordinaré todo.
El shinigami no respondió y regresó a recoger el libro que tenía en sus manos, debía terminar de archivar los libros de los registros que contenía en detalle, la vida y muerte de las almas mortales que habían sigo juzgados por él.
Japón, 1500.
—¡Látigos de diamante! —Era la voz femenina que predominaba en el lugar, mientras los látigos corto punzantes salía de aquel sable que había sido esculpido de uno de los colmillos de su amo.
La piel cortada del demonio que hace poco había sido asesinado se esparcía por todas partes dejando un rastro de sangre y un hedor a putrefacto.
—Eso estuvo cerca —musito en voz baja un joven demonio perro de apenas 450 años de edad—. No era necesario que interven…
—Idiota —La voz femenina denotaba irritación, los demonios a su alrededor mostraban la misma tensión, una orden suya y aquel joven «demonio» sería masacrado—. No sé en qué estaba pensando el señor «Sesshōmaru» cuando nos ordenó que vengas con nosotros —A paso firme se acercó hacia el joven demonio que por instinto retrocedió—, lo diré una vez más —comentó entre dientes—. ¡No estorbes!
La joven se dio media vuelta, mientras cruzaba mirada con el jefe del grupo de exploraciones él entendía su malestar, porque el joven demonio estaba causando más de un retraso y ellos tenían una misión que completar.
—«Rin» —comentó uno de los demonios de mayor edad y destreza—, el pueblo de los humanos está a cerca.
La joven guardo el sable, no podía usar al tigre alado que tenía como guardián y su medio de movilización, menos podía llegar con los demonios que la rodeaban. Se tomó su tiempo para contestar con una seriedad que solo mostraban en esas misiones.
—Iré a pie —Espero que otro demonio le diera una hermosa yukata de color rojo que tenía bordado con hilos de oros la imagen de los demonios perros, una prenda que la identificaba como aquella «humana» que estaba a servicio de uno de los demonios más letales de la zona, pero con el tiempo había construido una imperio consolidando alianza entre demonios de otras especies y haciendo acuerdos con ciertos pueblos humanos, no porque él quería hacerlo, ya que a los humanos los consideraba como seres inferiores, era más algo que le convenía y dado que su protegida era la única humana que permitía estar a su alrededor opto por sacar provecho a esa situación —. Si algo sale mal, daré la señal.
Los demonios no hicieron comentario alguno, después de todos no era la primera vez que hacían algo así. La joven debía hacer un corte profundo en una de sus manos y en cuestión de segundos ellos estarían ahí para afrontar cualquier situación.
Eran cuatros demonios y cada uno tenía un papel en aquellas misiones.
— ¿Por qué tanto protoco… —El joven demonio no pudo completar la pregunta porque uno de los demonios había puesto sus garras en uno de sus hombres. No tenía que hacer preguntas que ellos no iban a contestar.
Rin ignoró al joven demonio, cruzo mirada con sus guardianes, el tigre alado la siguió a una distancia corta, él sabía que debía quedarse en las afueras del pueblo, de preferencia no ser visto por los humanos mientras su dueña se adentraba a territorio desconocido.
Toda precaución era poco, debido a los incidentes en el pasado con los pueblos de humanos. Los cuatros demonios eran responsable de lo que podría pasarle a la joven, después de todo ellos nunca confiaba en los humanos por su naturaleza traicionera; La misma forma de pensar compartían con la joven protegida del Lord del Este.
—¿Dónde está William?...
—Salió —comentó extasiado Grell —, mira allá… —señalo con interés una inusual esfera que tenía en el interior extraños colores, sus ojos le brillaron con emoción; Un ruido los hizo avanzar con premura, entonces Grell tropezó y la esfera cayó al piso, lo último que se escuchó en la habitación fue un grito de enojo antes de que ambos Shinigamis se esfumaran en el aire.
La gente del pueblo se quedó paralizada por un momento, el no haber tratado en persona a los demonios no les hacía ignorante al tema, Rin había ingresado con un paso soberbio, propio de la educación que había recibido al ser criada por demonios.
Sabía que los aldeanos temerosos habían reconocido su atuendo, no se sorprendió que los rumores sobre quién era ella ya se conocieran en aquel lugar, se detuvo al ver a un hombre de una contextura mediana, pero su uniforme le daba entender que trabaja como guardián del terrateniente de aquel pueblo, posiblemente dueño de las zonas o tierras cercanas.
—He venido a ver al terrateniente o la figura principal del pueblo —Hizo una leve reverencia en señal de respeto, después de todo ella tenía que ganar la confianza de aquel humano —. Soy Rin no Taishō, sirvo al «Lord Sesshōmaru noTaishō».
— ¿Es usted la humana que ha sido reconocida como parte de aquella dinastía de demonios perros? — cuestionó con interés.
Rin se limitó a mover la cabeza en un gesto afirmativo. Ella nunca entraba en detalles de cómo su señor la obligaba usar el apellido de su dinastía; Algo que hasta la vez le sorprendía pero nunca le cuestiono cuando acepto negociar con los humanos en su nombre y demostrar lo útil que podía ser para su amo una vez que tomó su decisión de irse con él y abandonar aquella aldea de humanos que la había dejado.
El comandante iba decir algo cuando una extraña luz alerto a todos los humanos y demonios que no estaban lejos.
—¡Grell idiota!...
Undertaker por primera vez en su vida inmortal se quedó sin palabras al ver el lugar donde estaba. ¿Qué había salido mal? No tenía idea, pero sabía dos cosas con seguridad al darse cuenta en donde estaba.
Primero: No estaba más en Londres menos en su época.
Segundo: La hermosa joven que había terminado en el piso por su culpa, tenía impregnado materia oscura propia del inframundo.
Sus ojos brillaron con emoción cuando comentó con diversión:
—Has muerto dos veces —sonrío al afirmar algo que solo ella, su amo y pocos conocían, él estaba fascinado con aquel descubrimiento—. ¿Quién eres?
Undertaker no tuvo oportunidad de acercarse a Rin cuando un látigo impregnado de veneno puro lo hizo retroceder, sonrío por inercia antes de decir:
—Demonios… pero ustedes son diferente a los demonios que conozco. —sonrío.
Ni humanos ni demonios entendían su extraño lenguaje, pero los demonios que venían con la joven, en especial su tigre alado no les gusto en absoluto aquella mirada que tenía aquel ¿demonio?, ¿dios?, sabían que humano no era, le daba a la joven protegida de su amo.
Continuará…
«2° NA»: Hola. Esta es la primera vez que hago un crossover entre estas dos mangas, me inspiré en hacer la misma luego de leer la historia «El dilema de Sesshōmaru y El íncubo» de mi autora favorita «Sake's Evil22», el siguiente capítulo lo voy a publicar este fin de semana.
Aclaración: La historia se desarrolla posterior ambas mangas. Rin es una joven adulta. Rin no es pareja de Sesshōmaru, pero usar su apellido lo voy explicar en el siguiente capítulo.
«3° N|A»: Les invito a leer las historias que participan en el desafío, porque están geniales.
También les invito a que se unan a la campaña| Contra el plagio & time for review. Son iniciativas del Group's Evil.
Saludos| Honeyy Pinku. (La neko errante).
