A causa de mi pasado y aun actual fic "Sed de amor", he decidido iniciar con una historia alterna, a la que titulare "Un opulento encuentro" con todo el respeto hacia los nuevos lectores, espero que sea de su agrado.
Simbologia:
– Diálogos. –
Pensamientos
Momentos y sonidos
Inicio y final de los Flash Back
No todos los personajes de esta obra me pertenecen, si no a la gran mangaka Hino Matsuri.
Un opulento encuentro.- Prefacio
Las calles estaban en penumbra, por alguna razón no había rastro alguno de un taxi por esas avenidas, así que no me quedo de otra mas que caminar. Me abrigue bien con mi chamarra, hacia frió, acababa de llover a cantaros, el agua había inundado las calles pero ya todo se estaba calmando un poco. No pude evitar sentir un pequeño escalofrió, la calle que me conduciría a mi casa no estaba tan alumbrada, la luz se había ido por culpa de la lluvia eléctrica de hace unas horas, al parecer la luz no regresaba a los faroles de por allí, lo único que me servia para ver era la luz de una que otra tienda, cabe mencionar que me encontraba en el centro de la ciudad, y la luz de los focos de los coches, pero por consecuencia del medio, la circulación había bajado considerablemente. Me aleje un poco mas de la calle, llegando hasta la orilla de la banqueta, aunque no hubiera tantos coches los que si pasaban iban a gran velocidad y en una de esas podrían salpicarme algunas gotas, ¿Qué gotas? Me bañaría allí mismo con agua estancada, sucia con agua, tierra y sabe que otras porquerías podría contener, y mi atuendo no bajaba de los tonos claros. Una ráfaga de viento me removió el cabello, es tan liso que cualquiera liga se me resbalaba y no agarraba bien mis alborotados mechones, así que acostumbro tomar la liga mas pequeña para apretarlo muy fuerte, ahora fue una mala idea, ya que la liga termino rompiéndose y liberando mi cabello. Genial, como mi mejor amiga es la humedad, mi cabello lo pagara caro.
Las ciudades grandes no son para mi, Los Ángeles es tan, no lo se, todo lo contrario a Japón, extraño vivir en esas pequeñas ciudades a las orillas de Hokkaidō. Mis padres aseguran que el cambio me haría bien, ya que, a pesar de que nací en la isla superior Hokkaido, viví gran parte de mi vida en Honshū, específicamente en Tokio, casi toda mi vida escolar la viví en Tokio, pero ya que mi padre fue promovido en su trabajo, nos mudamos a Los Ángeles, con la esperanza de que haga mas amigos en mi nueva escuela. Antes, no solía hablar con alguien, fue hasta que entre a la secundaria que empecé a socializar más, pero al parecer no es suficiente, así que la preparatoria la iniciare aquí, en esta enorme ciudad en la que no me siento identificada en lo absoluto.
Amo Japón, mis costumbres, tradiciones y hasta mi nombre son de Japón, pero la verdad es que la sangre japonesa es la que menos tengo. Mi familia esta constituida por la sangre inglesa, después europea, italiana, inclusive griega, y al final, un poco de japonesa de lado de uno de mis bisabuelos maternos. Mi padre es el representante de una de las mejores bandas de Japón, y mi madre es una ama de casa común, presumo que recibo atenciones de todos. Soy hija única, mi padre dice que desde el principio querían solo una niña y se les concedió.
Estaba doblando esquina en una de las avenidas mas cercanas a mi casa, pero recibí un mensaje de mi mejor amiga, ella se quedo en Japón, pero aun así hemos querido mantener contacto estos dos meses que tengo en los Ángeles. El mensaje era principalmente para saludarme y contarme las buenas nuevas, están de vacaciones ya que aun no inicia las clases, pero Sayori suele ser muy social y conocida por todos, todo lo contrario a mi. En su mensaje también contaba que era el cumpleaños de Zero, ese pesado, por mucho tiempo estuve ciegamente enamorada de el, pero es como todos, ven una cara bonita, una "buena niña" y ¿Que quieren? Hacerla sufrir o sexo, en mi caso solo llegamos hasta que el me hizo sufrir, el nunca se me insinuó pero al ver con que chicos se junta, que esperanza.
Sin querer, mi mente se fue a pensamientos sobre mis viejos amigos, Sayori, Kate, Nando, Ice, realmente los extraño. Me di cuenta que por pensar sin ver el camino, di vuelta a la derecha y no a la izquierda, joder, no me quedaba de otra más que cruzar la calle en la siguiente esquina. Cuando llegue, pase por una farmacia y un bar, al principio tuve miedo, había un montón de tipos a punto de caer de borrachos, pero no me quedaba de otra mas que pasar frente a ellos. Me quede congelada del miedo, uno de esos tipos se me estaba acercando con una asquerosa sonrisa.
– Lindura, ¿Qué hace una modelito como tu ha estas horas? Vienes a portar mal de seguro. – Estuve a punto de salir corriendo pero puso su brazo en mi cadera.
– Ni que fuera como ustedes.
– Mamacita, pues si quieres, podemos jugar un poco, y así te darás cuenta lo bueno es que ser como nosotros. – Comenzó a jalarme aprisionando mis manos, el olor a alcohol comenzaba a impregnarse en mi, tenia a un cerdo encima y lo único que se me ocurrió fue darle una patada en su ¿Punto débil? – Mocosa, del demonio, casi me revientas un…
– ¡Hey! – Otro de sus degenerados amigos se acerco. – A las señoritas no se les trata así… ¡Se les trata así! – Se acerco amenazante a mi, y no se me ocurrió anda mas que correr, corrí hacia el frente cruzando la calle sin pensarlo dos veces. No me había dado cuenta del semáforo ni nada parecido, lo único que vi fue la encandilante luz del coche frente a mi, no me moví, solo espere a que pasara lo que tuviese que pasar. Tal vez me volví loca, pero sentí eso de que tu vida pasa frente a tus ojos cuando estas a punto de morir, desde el jardín de niños hasta ahora, seguía siendo una niña seria y que tal vez no vivió correctamente las etapas de su vida, si tan solo hubiese tenido la oportunidad de cambiar eso…
Sentí un dolor profundo cuando mis rodillas se arrastraron mientras raspaban el pavimento, solo pude escuchar el estruendoso ruido del coche que me mataba estrellándose contra una de las paredes del otro lado de la banqueta, di vueltas, y sentí como azotaba contra algo y mi mano se doblaba al no detenerme bien con ella, creo que estaba llorando, si, estaba llorando, mi corazón se había hecho chiquito, solo sabía que no quería morir allí. La siguiente sensación que tuve fue la del agua que estaba en la calle, mis piernas comenzaban a mojarse, lo helado del agua puedo hacerme sentir un poco bien en los golpes que recibí, sentí en mi labio superior un dolor algo punzante, con la lengua comencé a mover mi labio para asegurarme de que era, pero el sabor a hierro me confirmó que acababa de partirme el labio. ¿Estaba muerta peor no sentía dolor? No era el dolor que imagine, tal ves mí loca imaginación me hizo pensar que si abría los ojos me encontraría con las llantas del coche o algo peor, peor antes de eso, comencé a mover las manos, la parte superior de mi cuerpo no estaba pegada a la calle, estaba en un lugar calido, y firme al mismo tiempo. Espié entre pestañas y lo que vi era el coche volteado muy lejos de mi, podía sentir el pulso cardiaco de alguien mas, y unas manos me ceñían como protegiéndome, y después pude escuchar una voz:
– Tranquila, esta bien, estas a salvo. – Una voz varonil me hablaba como consolándome, trate de moverme un poco y el agarre se aflojo, con cuidado me di vuelta de tal manera de poder ver sobre quien estaba acostada, inconscientemente me recargué poniendo mi otra mano en el pecho de alguien, pero no la quite, tal vez no sabia que era en ese momento, y cuando me acerque a su rostro, puede ver unos cabellos negros azabache como la noche misma, cubrían un blanco rostro perfectamente marcado con facciones angelicales y perfectas, pero, unos ojos, unos ojos rojos como el ardiente fuego, ¿En realidad estaba muerta… Y ¿El demonio era el que estaba frente a mí? No lo supe, pero no puede evitar pensar, que ese ángel negro… Era bastante atractivo.
Sus ardientes ojos rojos mantenían una mirada misteriosa, pero de repente se abrieron más y se volvieron más brillantes aun, en ese momento, no pude evitar perder el conocimiento de nuevo en sus brazos… Y cuando desperté, por alguna razón olvide los últimos segundos de mi experiencia…
Gracias por leer…
