Disclaimer: La historia no me pertenece, yo solo juego con ella, al igual que los personajes, los cuales pertenecen a S. Meyer.

La trama no me pertenece, es propiedad de Camilo Camacho C. Yo solo la adapto con nuestros amados personajes de la Saga.


Triángulo Vicioso.

Summary: ¿Alguna vez creyeron que podrían amar a dos personas al mismo tiempo? Si entregarse a una persona cuesta tanto, ¿cómo es entregarse a dos? Dos, dos personas que te aman, te comparten. Y… ¿Qué es el amor? El amor es la palabra sin significado detrás de la cual se esconden los verdaderos sentimientos, es dar todo por esa persona, más allá de tu felicidad. Una historia llena de drama, romance, erotismo, amor, lujuria, y pasión… Permíteme contarte la historia de un "Triángulo Vicioso".


Capítulo beteado por Manue Peralta, Beta FFAD

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Capítulo 1: Partida a un nuevo hogar.


Desperté tan ansiosa como la noche justo antes de víspera de navidad, mi madre tocó a la puerta, entró llevándome un saludable desayuno junto a la cama: Jugo de naranja, pan integral acompañado de frutas distribuidas en proporcionales raciones.

— ¿Emocionada? —Pregunta mi madre, despejando unos cuantos cabellos de mi frente.

—Como nunca antes —respondí—. Creo que ya no puedo esperar más, así que me levantaré para arreglarme, ¿está bien?

—Está bien, cariño.

La relación con mi madre siempre ha sido igual de buena, desde que mi padre nos abandonó, hace cuatro años, yo he sido su mejor amiga, su confidente, la única persona en la cual ella puede llorar hasta que ya no le salgan más lágrimas de sus cristalinos ojos. Y ahora... tengo que dejarla.

Ganarse una beca en una de las más prestigiosas universidades de Estados Unidos no es algo que se haga todos los días, aún así me duele, me duele abandonarla, y sé que a ella también, aunque lo oculte, de vez en cuando la escucho llorar en las noches.

—Basta de melancolías, Isabella —Me dije a mí misma limpiando mi mejilla derecha de una pequeña lágrima que había salido desapercibida. Me dirigí a la ducha y me arreglé rápidamente, no quería llevar ropa que llamase mucho a atención, así que decidí colocarme algo sencillo: una blusa azul cielo que me compró mi madre hace unos días, un Jean ajustado, unas zapatillas Converse, en el cabello me hice una simple coleta y no me apliqué ningún tipo de maquillaje. Una vez estaba lista, escuché a mi madre llamarme desde abajo.

— ¡Isabella! ¡Te buscan en la puerta!—Gritó ella.

¿Me buscan? ¿Quién me podría buscar a mí? Bajé a paso lento por las escaleras mientras pensaba quién podría ser, por el tono que utilizó mi madre, podría ser alguien bueno. Al verlo, me llevé una grande y grata sorpresa.

— ¿Jacob? —Pregunté aún sin poder creerlo.

— ¿Acaso no me ves, Bella? –Respondió él en tono burlón— Baja y dale un abrazo a tu mejor amigo.

No podía creerlo aún, Jacob estaba acá, en mi casa, ahora, después de tanto tiempo. Este año sin verlo me había servido para olvidarlo al fin, para superar ese amor que llevo en secreto desde que tengo uso de razón, pero ¿para qué ha vuelto? ¿Para recordarme que estoy destinada a quererlo siempre?

—Cariño —habló mi madre—, Bryan se ha ofrecido para llevarte a la universidad, así quedaré más tranquila. ¿Está bien?

— Si, está perfecto mamá —respondí con voz cortada.

Sin darme cuenta, Jacob se acercó. —Ven acá, amiga— me dijo rodeándome con sus confortables brazos trigueños, su aroma me recordó lo mucho que lo he extrañado, lo mucho que me hace falta una persona a la cual contar mis secretos, es mi único amigo, en el colegio nunca tuve a otra persona diferente, hasta que sin darme cuenta, me sentí atraída por él.

— ¡Me estás ahogando! —Exclamé— ¡Suéltame!

— Veo que no has cambiado Bella, como siempre tan imponente — bromeó él.

— Basta de palabrería, ve por tus cosas y salgan ya, o llegaras tarde Isabella —habló mi madre.

Subí las escaleras, más nerviosa que cuando desperté esta mañana, tomé mis maletas y bajé de nuevo, Bryan ya me estaba esperando afuera, en su automóvil de color azul. La despedida con mi madre fue más dolorosa de lo que yo me hubiese imaginado.

— Son solo seis meses —dije, tratando de consolarla.

— Lo sé, además es por tu futuro, cariño —respondió ella—. Ya, será mejor que te vayas.

Al salir de mi casa, sentí como un escalofrío recorría todo mi cuerpo, a partir de ese momento, comprendí que mi vida cambiaría, radicalmente. El auto de Jacob avanzaba lentamente mientras yo observaba como mi anterior vida se marchaba también, una lágrima salió de forma automática de mis ojos.

—Estarás bien, eres muy fuerte —me dijo.

—No lo suficiente —dije rápidamente, con un gesto de enojo.

Tocó mi mano con la suya. —Sé que lo eres —contradijo y mi corazón casi se detiene, usó ese tono de voz que usaba antes para pedirme cualquier cosa, ese tono al que no me puedo resistir.

— ¿Por qué has vuelto? —Le pregunté, soltando mi mano de la suya.

— ¿Por qué? —Preguntó en tono expresivo— ¡Por ti!

Quedé en un coma mental por algunos segundos tratando de asimilar lo que él me había dicho. ¿Por mí? ¿A qué se refería? Giré mi cabeza para observar por la ventana, procurando ocultar un poco mi rubor en las mejillas.

Un silencio incómodo se apoderó del lugar después de eso, no logré pronunciar ni una sola palabra, él manejaba en silencio con la vista siempre al frente.

—Me has hecho mucha falta, Bella —hablo él, interrumpiendo el incómodo silencio.

El rubor regresó automáticamente y cada vez lo sentía más cerca, pero no físicamente, era algo más profundo, justo en el pecho, en el corazón.

— Aún no me has dicho por qué has vuelto —contrarresté.

Él hizo un gracioso gesto en su rostro y se detuvo al ver que ya estábamos a punto de llegar al campus universitario, noté por su respiración que los nervios estaban aumentando también para él ,¿por qué?... La verdad era que yo también estaba nerviosa, cada vez más cerca de mi destino y más lejos de "el amor", o al menos, eso era lo que yo pensaba.

— ¡Entraré también! —Soltó Jacob, sin siquiera darme tiempo para asimilar que lo estaba diciendo.

— ¿Entrar? —Pregunté con la esperanza de que no fuese lo que estaba pensado— ¿A dónde?

— ¡A la universidad! ¡A esta misma universidad!

Todo mi interior se estremeció, sentí como una fuerza me consumía los pensamientos y los... ¿Sentimientos?... No dije nada durante unos largos minutos, mi cabeza trataba de asimilar la noticia que Jacob había soltado. ¿Entrar a la universidad, juntos? Cuando ya mi interior se calmaba poco a poco, otras preguntas fueron surgiendo en mi..., ¿Qué sería lo peor que pudiese suceder? La universidad es bastante grande y hay las suficientes personas como para tener que verlo a diario, ¿no?

— Mira hacia tu derecha —me indicó— ¡Hemos llegado!

Cuando volteé, quedé absorta, definitivamente era un lugar increíble: Un enorme edificio de lado derecho, alcancé a contar al menos treinta pisos de altura, de lado izquierdo había otro edifico que supuse eran los dormitorios (quizás porque tenía un cartel diciendo: "Bienvenidos a su nuevo hogar") tras los dormitorios, logré ver unas enormes piscinas, espacios para practicar todos los deportes, gigantescas zonas verdes y... las personas.

Las personas allí eran totalmente diferentes a mí, esta mañana decidí ponerme ropa que no fuese llamativa, pero ahora, era lo más llamativo del lugar y no precisamente en un buen sentido, mi blusa azul, Jean ajustado y zapatillas Nike, resultaban ser una completa vergüenza ante las minifaldas, blusas escotadas y altos tacones que usaban las otras chicas que alcanzaba a ver desde el auto.

Incluso los chicos del lugar se veían diferentes a los de mi pueblo, los cuales siempre usaban una sudadera o un short cualquiera, aquí no, parecía ser en contra de las leyes estar desarreglado, y si era una ley, entonces yo ya tendría una larga condena. Ahora que lo pienso, es extraño que Jacob no fuese igual que los demás chicos del pueblo (quizás porque viajaba mucho a la ciudad) pero siempre su extraño vestuario causaba sensación: Jeans vagamente ajustados, camisas de cuello, chaquetas de cuero negras, zapatos en punta, entre muchos otros vestuarios más. Ahora veo que los extraños éramos los demás.

—Tenemos que bajar del auto –habló Bryan que ya estaba estacionado, interrumpiendo mis vagos pensamientos— ¿O quieres quedarte para siempre?

— ¡OH! ¡Lo siento! No me había fijado que ya habíamos llegado.

— ¿Te gusta el lugar?

— Es... increíble.

— ¿Quieres que lo conozcamos, juntos?

¿Conocer el lugar? ¿En serio? Me sentía tan mal conmigo misma que solo deseaba que me tragase la tierra, seguro que todos me verían como un bicho raro y solo conseguiría terribles burlas.

— No —respondí— Por ahora solo quiero ir a mi habitación, organizar todas mis cosas y dormir un rato, quizás luego.

Jacob me acompañó al cuarto para ayudarme con la enorme maleta que traía, dormitorio 806B, él se despidió y se marchó para su dormitorio, si mal no recuerdo le correspondió el 213E, así que estaría lejos de mí, eso es bueno.

Toqué la puerta por si mis compañeras ya habían llegado, los dormitorios eran compartidos en grupos de tres, lo que más deseaba en ese momento era unas buenas compañeras de habitación.

Al no recibir respuesta decidí entrar, sin estar preparada para lo que me encontraría allí dentro.

Una chica de cabello perfectamente rubio, estatura alta y cuerpo moldeado, estaba tumbada en el suelo, sin moverse ¿Qué le habrá sucedido? Mi reacción fue fatal cuando vi en su pecho una enorme mancha roja ¿Sangre?..., Empeoró cuando sentí unas heladas y delicadas manos rodeándome, tapando mi boca para evitar cualquier ruido, mi cerebro y mi cuerpo no lograban coordinar.

¿Qué rayos estaba sucediendo?


¿Que les pareció chicas? Las invito a dejar sus opiniones sobre esta nueva y mi primera adaptación.

Besos... Las quiere, Yexsi