Un nuevo amanecer.

Buenos días!

Empiezo aquí un nuevo fanfic. Espero que os guste.

Nunca he escrito uno de Hunger Games.

Los personajes pertenecen todos a Suzanne Collins, yo solo dejo volar mi imaginación.

Capitulo 1.

No se muy bien como interpretar ese gesto por parte de Peeta. Me confunde, llevaba cuatro meses recluida en mi casa del 12, sin saber de él, bueno en realidad de nadie, y ahí estaba de nuevo, como si nada hubiera pasado, con su sonrisa de siempre, plantando y cuidando unas Primroses en honor a mi hermana.

Cuando creía que estaba empezando a levantar cabeza y a poder sobrellevar la vida sin mi patito, reaparece y coloca los arbustos en la puerta de mi casa.

Al principio, cuando los veía todas las mañanas al salir a cazar, parecía que me habían echado 20 años encima, pero he de reconocer que, a día de hoy, me evocan paz, como si Prim estuviese siempre conmigo, protegiéndome y cuidándome.

Peeta me confunde, todos los días, después de cazar le veo cargando sacos de cemento y pintura de camino hacia la Veta y los comercios. Parece muy recuperado, pero temo que sea solo fachada, muchas noches veo las luces de su casa permanentemente encendidas, así que creo que como yo, no descansa demasiado bien.

Yo he perdido a mi hermana, pero el a toda su familia, y no ha hecho mas que velar por mi, trayéndome pan y dulces todos los días para desayunar antes de bajar a la panederia y procurando que no me faltase de nada.

Soy una egoísta, siempre lo he sido, y siempre lo seré. Haymitch tenia razón, ni en un millón de años llegaría a merecerme a Peeta.

La vida me ha hecho dura por naturaleza, una superviviente, pero ¿egoísta?.

A mis 18 años me doy cuenta que la única persona que siempre me ha querido de verdad ha sido Peeta y yo como se lo pago, con indiferencia.

No se como cambiar, lo he intentado, pero no encuentro la tecla para poder solventarlo.

Decido dejar las tribulaciones para otro momento y ponerme en marcha. Ya son casi las 12 de la mañana y ni me he levantado de la cama aun. No es bueno romper la rutina.

Al bajar como siempre, tengo el Pan de Nueces y las galletas con glaseado de naranja.

Quizás esta mañana perdida no haya sido en vano. Tras una fuerte lucha interna entre quedarme en casa, bajo la protección de mi propia miseria, o bajar al distrito y aguantar las miradas de reproche de los habitantes de la Veta, decido bajar para arrimar el hombro con los trabajos de reconstrucción.

Almuerzo a toda prisa y bajo a paso ligero. No se si el corazón me late del frio del otoño y el esfuerzo de ir tan deprisa o de los nervios que me provoca bajar al Distrito.

Cuando llego esta todo muy cambiado, hacía por lo menos medio año que no iba al Quemador, ni a la zona comercial, como Sae viene todos los días, le entrego a ella la caza y ahí se acaba mi relación con lo que una vez fue mi segunda casa.

Las casas y los comercios están prácticamente reconstruidos, con unos colores pastel alegres, casi parece que este distrito no ha sufrido nunca el hambre y la miseria.

Las calles están recién pavimentadas y donde antes estaban las enormes grúas que sacaban el carbón, ahora hay un edificio rectangular de seis pisos de altura, con pareces de acero y cristal, que supongo que será el nuevo laboratorio.

Estoy tan absorta con lo que me rodea, que pasan unos minutos hasta que me doy cuenta de que la gente a mi alrededor esta murmurando y los mas descarados señalándome con el dedo.

Katniss. ¿ Que haces aquí? ¿ Ocurre algo?- La voz de Peeta me golpea como un mazo contra el pecho.

En realidad si, he bajado para intentar ayudar en lo que pudiese, pero veo que esta todo ya muy recuperado ya, soy una tonta, mejor me marcho –

No se que me pasa, por que he dicho eso, pero me volteo sin mirar a Peeta a la cara y comienzo a caminar. Una mano robusta en agarra de la mano y obliga a voltearme. Peeta mi mira con suspicacia durante unos segundos para finalmente lanzar su sonrisa que tiene un efecto en mi similar a la morfilina.

Aquí siempre hay algo que hacer, y mas vale tarde que nunca-

Sin soltarme la mano empezamos a caminar por la calle principal. No me doy cuenta hasta pasado unos minutos, que el contacto de su mano con la mía me ha erizado el vello.

Avanzamos unos pocos metros hasta llegar lo que fue la antigua carnicería, sin mediar palabra me dan un rodillo de pintura y estoy toda la tarde acondicionando la fachada del comercio.

Cuando acabo siento una satisfacción que hacia mucho que no experimentaba.

Todos eso se derrumba cuando al ir a buscar a Peeta a la panadería, veo que es de los pocos, por no decir el único edificio que aun sigue en un estado lamentable.

Peeta…pero..¿ como es posible que siga la panadería así?-

Bueno, digamos que no ha sido una prioridad para mi. No es un sitio al que tenga especial prisa por volver… Además he preferido ayudar al resto de comercios. Muchos son familias con niños que necesitaban cuanto antes un sitio cómodo donde vivir. Yo ya tengo mi casa y no tengo a nadie mas, así que, reformar la panadería no corría prisa –

Otra muestra mas de lo amable que es Peeta y lo egoísta que soy yo. Supuse que habría arreglado su panadería de inmediato, por que es lo que yo habría hecho.

Entonces el pan que vendes ¿lo haces en tu casa?-

No vendo pan Katniss…- La respuesta me pilla por sorpresa.

Y el pan y galletas que me traes cada mañana, lo haces solo para mi…- Asiente. Me quedo completamente inmóvil. No me doy cuenta de que me han empezado a caer lagrimas silenciosas por las mejillas. Peeta con un gesto cariñoso, el primero en meses, me agarra la cara y me las retira con sus pulgares.

No llores Katniss, ¿tan malo esta que lloras por él?- Dice sonriendo. Sonrío con él.

No, al contrario, me encanta, pero siento que tú, bueno, eres maravilloso conmigo y yo como siempre, una desagradecida…-

Bueno Katniss, cada uno es como es con sus virtudes y sus defect..

En mi caso mas defectos que virtudes…- le interrumpo- Y no quiero ser asi, no quiero ser la chica taciturna y egoísta que he sido toda mi vida. –

Eso no es verdad, eres una de las personas mas generosas que conozco- Niego con la cabeza.

No me mientas para reconfortarme, solo he pensado en mi en todo este tiempo, recluida en casa, sin contacto alguno, consumiéndome y creyendo que el mundo se había parado porque yo estaba mal. No he ayudado a mi comunidad, ni a mis amigos, ni a mi madre…. Ni a ti- Le miro por primera vez a los ojos. Esos ojos que parecen escrutar cada una de las palabras que digo.

Lo que eres es una tonta, repasemos, ¿una persona egoísta se hubiera presentado voluntaria en la cosecha por su hermana? Yo tenia dos hermanos mayores que no movieron un dedo cuando tuve que subir a la tarima al decir mi nombre. Y no por ello los considero egoístas, el instinto de supervivencia es algo natural-

Estaba totalmente sorprendida, nunca le había oído hablar de sus hermanos ni de aquel día

- Seguimos, una persona egoísta me hubiera clavado una flecha en el pecho nada mas morir Cato, pero preferiste suicidarte conmigo. Al margen de las intenciones, si fue por " amor" – las comillas que dibujo en el aire fueron como un bofetón – o por provocar al Capitolio. Tampoco una persona egoista hubiera propuesto que huyésemos al bosque todos cuando el Presidente Snow te amenazo. Se hubiera largado ella sola… y puedo seguir toda la tarde. – Se cruzo de brazos y me miro con autosuficiencia.

En eso tienes razón, pero últimamente he sido una egoísta. Todos los que han muerto por mi culpa… Finn, Cinna….Que me siguieron como Sinsajo…

No te confundas Katniss, no te siguieron a ti, siguieron lo que representabas y lo hicieron por que ellos quisieron. Tenían una ideología y lucharon por ella hasta la muerte, pero no por tu culpa. Tu solamente pusiste cara a un sentimiento que llevaba oculto desde hacia años… No cargues con las almas de personas que lucharon para hacer que nuestros hijos y nietos viviesen sin miedo….-

No sabia que decir.

Tenia razón.

Había encontrado mi tecla para dejar de ser egoísta: Peeta.

Espero que os haya gustado! A ver que rumbo toma esta revelación!

Muchas gracias por leer

Lana Mellark