Mi primer Goku X Vegeta. No es una pareja que me llame la atención, pero hice un trato con alvissaoikitsunechan. Así que Alviss, espero que te guste XD

Parejas: Goku X Vegeta, un toque de Freezer X Vegeta (abuso), puede que alguna mas sobre la marcha…

Declaimer: dragon ball y sus personajes pertenecen a Akira Toriyama.

Llegada la noche, los destellos de las luces de la ciudad centelleaban en las oscuras nubes que cubrían el cielo. Los altos edificios y carreteras flotantes eran fácilmente distinguibles incluso desde la distancia. La denominada "Ciudad de Plata" resaltaba con todo su esplendor.

El joven muchacho observó impasible, esperando a que el resto del grupo llegara. La ciudad era impresionante, no había duda, sobre todo teniendo en cuenta que su crecimiento y expansión habían sido muy recientes. Sin embargo, él ya había visto centenares de ciudades semejantes, además de que era bastante bueno ocultando sus sentimientos. Desde muy pequeño le habían enseñado a suprimir todos sus sentimientos excepto el enfado, la ira, la ambición, el odio y la pasión, que al parecer eran claves para fortalecerle como guerrero.

Eso fue lo que le dijeron, del mismo modo que le dijeron que si entrenaba lo suficiente, con su talento y genes llegaría a ser el más fuerte de todo el cosmos. Eso fue lo que le repitieron desde que nació, hasta que todo explotó. Fue entonces que su vida dio un giro completamente diferente e inesperado. Y horrible. Y todo gracias a él

El ruido de pasos acercándose lo sacó de sus pensamientos.. NI siquiera se molestó en girarse. Reconocería el dueño de esos pasos en cualquier lugar.

-¿Y bien? ¿Qué te parece tu nuevo hogar, Saru-chan?- pregunto una voz melosa y un tanto femenina detrás suyo.

Cerró los puños con fuerza al oír el despectivo mote. Por alguna razón, aquel sujeto lograba echar por tierra todo lo que le había sido enseñado, dándole la sensación de volver a ser un cachorro tonto e indefenso en las garras del depredador más aterrador. Lo cual tampoco se alejaba mucho de la verdad…

-No le veo nada diferente del resto de ciudades.- contestó secamente.

-No seas tan irrespetuoso, Saru-chan, no debes aprovecharte del apego que te tengo.- Le riñó burlonamente, riéndose entre dientes.

Un soldado se acerco ruidosamente por detrás.

-Señor, los preparativos están listos.

-Bien, bien. Dile a Zarbon que se vaya adelantando.

-Sí, señor.- se reverenció antes de marcharse.

-¿Por qué hemos desembarcado a las afueras de la ciudad y no dentro como de costumbre?- preguntó el niño, aflojando un poco su habitual ceño fruncido y dejando que un gesto más aniñado se apoderará de sus facciones como pasaba cada vez que le vencía la curiosidad.

- La curiosidad mato al gato, saru-chan, no queremos que también mate al mono, ¿verdad?- contestó riéndose de cómo el muchacho apretaba puños y dientes ante el insulto.- Este planeta es especial. No por los gusanos que lo habitan, sino por ciertos artefactos mágicos que se pueden encontrar. El único problema es que nunca los conseguiría si me presentara aquí como conquistador, de modo que me presentaré como aliado.

-¿Y donde entro yo en ese plan?- preguntó el niño frunciendo el entrecejo.

- Tú, mi querido saru-chan, serás mi as en la manga, mi ayudante de entre las sombras. Tú me ayudaras a encontrar lo que busco, manteniéndote a mi lado tanto dentro como fuera de la ley de este planeta.- le sonrió, con esa sonrisa macabra que le hacía dejar de respirar, congelarse de miedo, olvidar todo lo aprendido para convertirse en un bebe miedoso que no ansiaba nada más que resguardarse en los brazos de su madre.

Así de grande era la influencia y control que tenía sobre él. Y así de grande era el rencor que le guardaba. Había jurado venganza, y lo cumpliría aunque tuviera que morir en el intento. Estaba seguro que él lo sabía, que sabía que con cada insulto, cada golpe, su resolución y odio crecían. Estaba seguro de que lo sabía, pero tal vez su confianza y sadismo lo obligaban a hacerlo a propósito. No lo sabía, nunca había sido capaz de leer al cabrón con claridad…

Una mano en su cabeza lo sacó completamente de sus pensamientos. Su cuerpo se tensó hasta el punto en que sus músculos le dolían. Se maldijo por haberse distraído, una prohibición básica de cualquier guerrero. ¿Cómo se supone que iba a sobrevivir a las guerras y peleas si se distraía con sus propios pensamientos?

-Supongo que entenderás que es un papel muy importante este que te estoy confiando.- susurró con una voz empalagosamente dulce, acariciando sus negros cabellos con suavidad, disfrutando del leve temblor que el niño intentaba ocultar.- No me decepciones, saru-chan.

El niño tragó duro, entendiendo la amenaza tras sus palabras. Agachando la cabeza y cerrando los ojos con fuerza, se preparó para firmar su pacto con el diablo.

-No te decepcionaré… Freezer-sama.

-*10 años después*-

Un joven adolescente, con un peculiar cabello alborotado, miraba sonriente su nuevo uniforme. ¡Por fin! Después de tantos años de entrenamiento y admiración a distancia, por fin podía formar parte de la Policía Guerrera Plateada. Se lo puso a toda prisa, dejando su ropa tirada por el suelo, y bajo las escaleras a toda correr no sin antes despedirse del cristalino amuleto esférico que descansaba sobre un cojín. Salió pitando de casa, ni siquiera molestándose en coger los deslizadores, prefiriendo ir corriendo. Tampoco era como si fuera bueno conduciendo esos cacharros.

En menos de veinte minutos, se hallaba frente a un alto e imponente edificio envuelto en resistentes placas de vidrio y metal. Podía ver una gran multitud de gente, en su mayoría jóvenes, agrupándose a su alrededor. Seguramente venían a ofrecer sus servicios, al igual que él. Las puertas se abrieron y dejaron pasar a los allí reunidos. Oficiales y funcionarios los condujeron a una gran sala donde los esperaba un hombre viejo que olía a mar y cerveza.

-Buenos días, chicos. Mi nombre es Mutenroshi, y seré vuestro entrenador. Debo advertiros de que soy muy severo con mis métodos, y aun así puede que no sean suficientes para prepararos para lo que os espera en esta profesión. De modo que si alguien quiere abandonar, puedo hacerlo ahora con total tranquilidad, nadie le va a echar nada en cara.

Nadie se movió de su sitio, y el viejo se subió las gafas de sol con el dedo mientras sonreía.

-Veo que esta generación ha salido valiente y estúpida. Bien por vosotros, chavales. De ahora en adelante, servís a esta ciudad y a este planeta. Se acabaron los juegos, lo que pase a partir de ahora va a ser peligroso y muy real. Pero si estáis preparados, seguirme hacia vuestra nueva forma de vida.- habiendo acabado su discurso, se dio la vuelta y entró por una puerta, que permaneció abierta a la espera de los allí reunidos.

Después de unas aburridas charlas sobre comportamiento y deber, por fin los pusieron por parejas para hacer su primera ronda de patrullaje. Apenas podía contener su entusiasmo y se encontró aguantando las ganas de dar botes de alegría. El chico con el que le habían emparejado era bastante bajito, calvo y con unas graciosas pecas en la frente. Tampoco le veía la nariz. Olía a incienso y sudor. Esos olores le recordaron a su abuelo y al tiempo que vivió con él alejado de l ciudad, en un maravilloso paraíso perdido en las montañas.

-¡Hola! Me llamo Son Goku, ¿y tú?- le preguntó con una gran sonrisa en los labios.

-Encantado. Yo me llamo Crilin.- le contestó, aunque se notaba que lo miraba con recelo. No le duró mucho. El encanto natural de Goku empezó a hacer efecto y en poco tiempo ya hablaban con la misma naturalidad de unos amigos de toda la vida.

-¿Y cuántos años tienes?- le preguntó el calvo mientras caminaban hacia la salida de vehículos a la que los llamarían cuando fuera su turno.

-Tengo 23… ¡No, espera! ¿Qué numero viene después del 16?

-¿Eres tonto o qué?- dijo Crilin con una gota en la cabeza al ver como el chico se hacia un lio al contar con los dedos.- El 17.

-¡Eso! Siempre se me olvidan. ¿y tu cuantos tienes?

-18. Así que soy mayor que tu.

-¿y?

-Que tengo más autoridad y me tienes que hacer caso…

-¡Eh, mira! ¡Nos están llamando! ¡Vamos!- le cortó el más alto, cogiéndolo de la mano y llevándolo casi arrastras hacia el vehículo que les habían asignado.- ¡Vamos a la aventura!

Llevaban casi 3 horas dando vueltas en el aeromotor que les habían prestado. A cada pareja le habían asignado un supervisor y, casualidades de la vida, a ellos les había tocado el viejo Mutenroshi. El anciano resultó ser un ameno compañero de viaje, contándoles viejas historias y haciéndoles preguntas mientras conducía.

-¿Y bien, chicos? ¿Por qué os habéis alistado a los Plateados?

-¡Porque quiero ayudar a la gente y pelear con gente fuerte!- exclamó emocionado Goku- Además, mi abuelo fue alguien importante aquí y quiero seguir sus pasos.

-¿Mmm? ¿Quién es tu abuelo?- preguntó curioso el anciano, rascándose la barba.

-Son Gohan.

-¿¡Son Gohan!? ¿¡Tu eres el nieto de Gohan!?

-¿Lo conoces?

-¡Por supuesto que si! ¡Yo fui su maestro!

-¡Que guay!- A Goku se le puso una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Y que es de él? Hace años que no lo veo…

La sonrisa del joven se empequeñeció un poco, y su expresión se volvió apenas un poco más triste y melancólica.

-El abuelo murió hace unos años.

El anciano rostro se volvió serio de repente, y aún de detrás de las gafas de sol se podía notar la intensidad de sus ojos.

-Cuanto lo siento, muchacho. Era un buen hombre, sin duda. Un gran guerrero… -le dijo pasando una mano en su hombro.

-Lo sé- respondió Goku, la sonrisa volviendo en todo su esplendor.- Él me enseñó a luchar. ¡Ya sé! ¡Si tú fuiste su maestro, podrías enseñarme a mí también!

-¡Jojojo! Por supuesto que sí, muchacho, pero mis entrenamientos no son moco de pavo. Mejor vete preparándote…

-¡Yujuu!- gritó el joven muy entusiasmado, dando un brinco en el asiento.

El anciano miró al otro chico, que miraba al de cabello alborotado con diversión.

-¿Y qué hay de ti, muchacho? ¿Por qué te alistaste?

-Y-yo… ¡Yo me alisté porque quería vivir una vida mejor!- soltó el calvo- Nunca he tenido muchas oportunidades en la vida y siendo un Plateado podré ganar mucho dinero y respeto y asegurarme una buena vida.

-Mmm… Meterse a policía por el dinero no es una razón muy noble que digamos…- comentó el anciano, mirándole por detrás de las gafas mientras se acariciaba la barba.

-¡B-bueno, también quiero ayudar a la gente!- se apresuró a decir, sonrojado hasta las puntas de las orejas.

-Ja jaja, ¿ tú también vas a entrenar con nosotros, Crilin?- preguntó Goku, mirándole emocionado.

-¡Pues claro!

Mutenroshi observó a los dos jóvenes interactuar entre ellos y sonrió.

-Estos chicos de la nueva generación van a resultar muy divertidos.- pensó para sus adentros.

Después de una hora de historias, anécdotas, chistes y risas llegaron a su primer destino: un bar de mala muerte en el suburbio de la ciudad. El ambiente estaba cargado de humo, el ruido de la música y los gritos de los clientes taladraban el oído sin descanso y el pestazo a alcohol, tabaco y otras cosas que no supieron identificar hacia que la nariz de los dos cadetes picara horrores. El anciano les aseguro que era rutina y que no pasaría nada, invitándolos a sentarse en una mesa del local. Al de poco rato aparecieron unas mujeres escasamente cubiertas por ropa semitransparente que se sentaron alrededor y encima del adulto.

-¡Muten-san! Hacía tiempo que no te veíamos.- dijo una humana rubia, pestañeando sensualmente.

-Sí, creíamos que te habías olvidado de nosotras.- exclamó una joven de piel grisácea y cabellera rojo fuego, claramente una de los muchos extraterrestres que deambulaban hoy en día por el planeta.

-Vamos, vamos, señoritas. ¡Por supuesto que no! ¿Cómo me podría olvidar de damas tan hermosas como nosotras?- respondió el anciano con una sonrisa de pervertido que no podía con ella y un hilillo de sangre asomando por la nariz.

-¡Que galán!- rieron las mujeres.

-¿Y estos dos niños quiénes son? ¡Qué monos!- dijo una notando su presencia por primera vez y apretando al que tenía más cerca, Goku, contra su pecho.

Otra chica joven hizo lo mismo con Crilin, quien se sonrojó muchísimo.

-Son mis nuevos alumnos.

-¡oh, que buen maestro eres! ¡Y que generoso, siempre enseñando a cualquier recluta interesado!- peloteó una, abrazándolo.

-jejeje ¡Así soy yo!- exclamó levantando la jarra de licor por encima de su cabeza en señal de triunfo.

Los chicos lograron deshacerse del agarre mortífero de las mujeres y se excusaron para ir a la calle a tomar el aire. El maestro casi no les hizo caso y continuó con sus historias y risas entre mujeres semidesnudas que le servían una copa tras otra.

-Y luego me dice a mí que mis razones son poco nobles…-murmuró el Xiaolin con una gota resbalándole por la frente al oír el grito semiborracho de "¡Esto es lo mejor de ser policía!" cuando ya casi habían llegado a la salida.- Oye Goku, ¿estás seguro de que es buena idea de que nos entrene? Ya sé que es el famoso maestro Mutenroshi, pero visto lo visto…

-¡Claro que sí! ¡Él entrenó a mi abuelo, y él era muy fuerte! ¡Seguro que es un gran maestro!

-Si tu lo dices…- replicó el calvo antes de que los dos chocaran contra algo… o alguien- P-perdone, ha sido sin querer…- tartamudeó el Xiaolin, cagado de miedo al ver la mole contra la que se habían chocado y la cara de mala hostia que portaba.

-¿¡Ein!? ¿¡Como dices, mocoso!? ¿Sin querer? ¡Y una mierda! ¿¡Es que no sabes quién soy, eh!?

-No, no sabemos quién eres porque no somos de por aquí, pero tú debes de serlo porque hueles igual de mal.- dijo Goku con su sonrisa más tranquila y amistosa, para horror de Crilin.

-¿¡Pero qué dices, Goku!? ¡Se va a cabrear, y mira como es de fuerte!-le susurró alarmado.

-¡No te preocupes, yo soy muy fuerte! Además, el abuelo me enseño a usar ki.- le dijo muy seguro de sí mismo.

-Yo también se usarlo idiota, pero en la ciudad está prohibido utilizarlo!

-¿Eh?

-¡Jajajaj! ¡Qué gracioso el mocoso este! Ey, Scrubb, estos enanos de aquí quieren morir pronto- carcajeó la mole, llamando a un compañero que estaba sentado en una mesa.

-Jajaja. ¿En serio, Scray? Qué bien, mis puños ya echaban de menos romper huesos.- respondió el amigo, que era igual de grande y fuerte que el otro.- ¡muy bien, enanos, rezad lo que sepáis!

Se levanto estrepitosamente, tumbando su mesa y algunas de alrededor, todas ellas ocupadas por personas que empezaron a gritar o a protestar.

Los chicos se pusieron en guardia, retrocediendo poco a poco mientras que el duo de matones avanzaba.

-¿Y ahora que, Goku?-le susurró el Xiaolin, temblando ligeramente.

-Tranquilo Crilin, no pasa nada!- exclamó el chico de pelo alborotado, adelantándose a toda velocidad para plantar un puñetazo en la gran barriga del tal "Scrubb".

El hombretón se carcajeó ante los rostros desconcertados de los muchachos al ver como la panza vibraba al recibir el impacto. Sin previo aviso, el puño de Goku fue catapultado hacia atrás llevándose a su dueño con él, que con agilidad logró aterrizar de pie al lado de su amigo calvo con una pirueta.

-¿Sois idiotas o qué? Nosotros somos del planeta Lodïass, y todo el mundo sabe que los lodÏoss son casi invencibles en un combate cuerpo a cuerpo y sin ki. ¡Por eso hemos venido a la ciudad, porque aquí tenemos ventaja! ¡Lo que no pudimos conseguir en los guettos lo vamos a conseguir aquí! ¡Juas, juas, juas!

-¡Porque somos los putos amos!- coreó Scray, chocando los cinco con Scrubb.

-¿Y-y ahora que, Goku?

-No lo entiendo… Ese puñetazo es suficiente para romper paredes. ¿Por qué no le ha hecho nada?

-El movimiento de la tripa parece que ha rebotado el golpe, o algo así.

-Pero si ese movimiento lo hacen todas las barrigas gordas. ¿Por qué...?

-¡Y yo que se ¡ Pero ahora estamos bien jodidos- espetó el calvo perdiendo los estribos, mordiéndose las uñas con fervor cuando el dúo les miro con una sonrisa cruel y se abalanzaron sobre ellos.

-Acuérdate de mi cuando llegues al otro mundo ¡Juas, juas, juas!- vociferó Scrubb, yendo por un golpe bajo que tenía como objetivo el estomago de Crilin.

-Crilin!- exclamó Goku dispuesto a abalanzarse sobre la mole para salvarlo, pero Scray le cortaba el paso.

El Xiaolin, comparando rápidamente la diferencia de fuerzas y viendo que no tenía nada que hacer ni a donde escapar, cerró los ojos esperando el golpe. Golpe que nunca llegó.

Abrió los ojos poco a poco encontrándose el puño gigante del lodïoss parado frente a él, sujetado por una mano enguantada.

Tembloroso, subió su vista del blanco guante por un brazo musculoso hasta su dueño. Un hombre más bien bajo, vestido con un traje negro y plateado que le era familiar, sostenía el puño de Scrubb con aparente facilidad. Su cabello negro, peinado en forma de llama, parecía desafiar la gravedad y sus ojos estaban ocultos tras los gruesos mechones del flequillo que eran los únicos que parecían respetar las leyes de Newton.

No sabía por qué, pero inexplicablemente, este hombre le daba más miedo que el dúo de matones.

-¿Quién coño eres tú? ¿Otro que quiere morir?

-Al levantarte y tirar la mesa con tu gorda panza has derramado mi bebida, estúpido- espetó con voz grave.

-¿Cómo dices? ¡Cabrón, te voy a reventar la ca…. Ah!- Scrubb soltó un alarido de dolor cuando el hombre retorció su brazo con un simple giro de muñeca.

-¡Eh tu! ¿Quién coño te crees que haces, hijo de puta?- gritó el otro matón, abalanzándose sobre el- ¡Suéltalo!

-Con gusto.- respondió el hombre, utilizando su pierna como látigo para golpearlos pies de Scrubb y levantarlo el suelo, solo para arrastrarlo por el brazo hacia Scray. El resultado fue una colisión que mando a los dos disparados hacia lados contrarios.

La gente del bar había empezado a agruparse a su alrededor para disfrutar de la pelea. Mientras tanto, Crilin y Goku miraban sorprendidos al misterioso hombre de negro.

-S-serás hijoputa…- gruñó uno de los brutos, incorporándose poco a poco- ¡Te voy a partir la cara, enano!

-El hombre levantó el rostro al oír el insulto, taladrándolos con su oscura mirada.

-Inténtalo, gusano ruidoso.- respondió, escupiendo al suelo.

Los dos lodïoss se lanzaron sobre él con el puño levantado, bajándolo a toda velocidad cuando estuvieron lo suficientemente cerca como para darle.

Fueron totalmente cogidos por sorpresa cuando el hombre los esquivó con aparente facilidad y pateó sus vulnerables rodillas, golpeando sus rostros cuando cayeron hacia delante como un peso muerto. Los dos se volvieron a levantar con dificultad ante la sonrisa burlona que ahora les dedicaba el hombre. Puños gigantescos empezaron a volar de un lado para otro intentando por todos los medios golpear al hombre que siempre los esquivaba.

En el momento en el que los dos pares de puños estaban extendidos en sincronía en un desesperado intento de darle a su escurridizo objetivo, el hombre se agachó e, impulsándose con sus manos, incrustó sus pies uno en cada sien enemiga. Los dos lodïoss salieron volando hacia atrás pero esta vez él, sin darles tiempo a recuperarse, fue tras ellos y los golpeó en todos lados menos en la tripa. No paso mucho tiempo hasta que los dos yacieron en el suelo, incapaces de levantarse siquiera, con el misterioso hombre mofándose de ellos.

-¿No me ibais a partir la cara? ¿Eh, insectos asquerosos?- la risa que prosiguió a sus palabras era una que Goku y Crilin no estaban acostumbrados a oír. Fría, vacía, sin humor.- ¡Ja! Basuras como vosotros deberían saber con quién meterse y con quién no. Supongo que no es posible, con un cerebro tan pequeño como el vuestro.

Remarcó sus palabras de burla y asco escupiendo al suelo, cerca de las cabezas de los matones. Levantó el puño dispuesto a aplastar uno de los enormes cráneos contra el suelo cuando Goku se le puso delante-

-¡Goku! ¿Qué haces? –susurró Crilin, entrando en pánico. Aun así se fue acercando más a su amigo, hasta quedar a unos metros detrás de la pelea.

El hombre frunció el ceño- Aparta, mocoso.

-¡No! Muchas gracias por ayudarnos y darles su merecido a estos malos como un buen policía, pero ya es suficiente. Han aprendido su lección y no hay por qué seguir peleando.

-¿Darles su merecido? ¿Lección? ¿Policía?- el hombre se volvió a reír de esa forma fría y distante.- ¿Qué coño te has fumado, mocoso? ¿A mí que poyas me importa todo eso?

-¿P-ero tu eres un policía del sector secreto, no?- dijo Crilin, armándose de valor al reconocer por fin el uniforme.

-Si fuera secreto no lo conocerías, imbécil. Pero si te refieres al distrito 9, este traje si pertenece a él.

-¿Y tú no?- pregunto Goku, ladeando la cabeza confundido.

-¡No! Ahora apártate de ahí. Voy a reventar a esos tipos.

-¡NO!

-¡Aparta, puto mocoso!

-¡No te dejare que les hagas más daño! ¡No está bien y no te voy a dejar hacerlo!

-¿De dónde coño sales tu?.- el hombre volvió a carcajearse.- Vuelve de donde coño vengas subido en tu unicornio rosa por el camino arcoíris hasta la casa de los teletubbies, mocoso. No me vengas con estúpidas morales ahora. Si no te quitas me da igual, un jeto más que golpear no es ningún problema.

Goku había empezado a enfadarse, soltando su aura poco a poco para cargar un puñetazo con ki.

-¡Goku, no! ¡No puedes usar el ki! ¡Esta prohibi- antes de que Crilin pudiera terminar un puñetazo tumbó al muchacho de pelo alborotado.

-¿¡Qué coño haces, imbécil de mierda!? Maldito cabrón, estas como una puta cabra! ¡Si llegas a expulsar el ki hubieras puesto en peligro a todo el puto barrio, gilipoyas!- el hombre estaba furioso, sus ojos negros bailando con ira contenida.- ¡Si te vuelvo a ver, te juro que te pateare el culo, payaso de mierda!

El hombre bufó enfadado, girándose sobre sus talones después de mirarle por última vez con furia. Sin ni siquiera dedicarle una mirada al dúo caído o al atemorizado calvo, giro sobre sus talones y desapareció por la puerta del bar.

Crilin, saliendo de su estupor, fue a socorrer a su amigo, que miraba la salida con expresión extraña.

-¿Estás bien, Goku? ¿Goku?- repitió al no recibir respuesta.

-Es fuerte… -susurró el moreno.

-¿Eh?

-Es muy fuerte… Yo estaba fortaleciéndome con ki y aun así el puñetazo que me ha dado me ha mandado volando.- una sonrisa empezó a formarse en su rostro, la cual le dio muy mala espina a Crilin.- ¡Quiero pelear contra él!

-¿¡Pero qué dices, loco!?- preguntó histérico, pegándole un capón.- ¿¡NNO has visto lo que les ha hecho a esos!? ¡Los quería matar! ¡Ya dicho que la siguiente vez que te vea te va partir la cara! ¡Y encima has visto como disfrutaba pegando a esos tipos! ¡Ese tío es peligroso y malvado!

-¡Bah! NO es tan malo.- le aseguró Goku sin perder la sonrisa en ningún momento.- Si lo fuera, no se habría ido sin terminar a esos tipos o golpearme más a mí.

Crilin se quedó mirando al moreno con gesto sorprendido. Aquel chico engañaba: con su actitud feliciana y gesto bobalicón e inocente no se te pasaría por la cabeza que pudiera ser tan observador.

Justo en ese momento apareció Mutenroshi, borracho como una cuba y despidiéndose de las mujeres con las que había pasado el rato.

-¿Qué tal chicos?-Hic- ¿Cómo lo habéis pasado en vuestro primer día?

-Pues ha habido una…- empezó Goku, antes de que Crilin le pusiera una mano en la boca y se girase al oficial con una sonrisa nerviosa.

-¡Bien! ¡Lo hemos pasado muy bien! Vamos había la aeronave. ¿Está usted borracho, maestro? ¡Entonces conduciré yo!- se apresuro a decir el calvo empujando al anciano hacia la salida.

-Si- hic- Me parece bien.

-¿Qué haces, Crilin?- susurró el más alto de los alumnos.

-Sssh. NO puede saber nada de lo que ha pasado hoy ¿entiendes?

-¿Por qué?

-Porque si no nos meteremos en problemas. Acabamos de entrar en el cuerpo. ¿Quieres que nos echen ya?

-No…

-Pues entonces mantenlo en secreto.

Recorría a toda velocidad la ciudad, saltando de tejado en tejado y usando aeronaves como apoyo cuando la distancia era demasiado grande, ganándose varios gritos enfadados y asustados a los que no hizo el menor caso. Ya tenía suficientes cosas en la cabeza, y no necesitaba cabrearse más de lo que estaba.

-Estúpido payaso… Espero que él no se entere de que casi utiliza ki cerca mío… Como se entere y tenga que pagar yo los platos rotos, lo encontrare y le hare tragarse sus propios huevos.- pensó molesto, enseñando los dientes.

Porque su instinto le decía que no iba a ser la última vez que se encontrara con aquel payaso subnormal.

Espero que os haya gustado. Perdón por las faltas de ortografía, y espero que no os hayan parecido muy malas las escenas de lucha, pero es que me cuesta mucho escribirlas XD

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