N/A: Hola a todos, Se que se supone que debo trabajar en un nuevo cap de Moonlight Sonata ( me avergüenza decir que ni siquiera he creado el nuevo archivo Word para escribirlo XD). Pero me ha surgido esta idea en un momento de melancolía y creí que sería interesante escribirla antes de que se me olvide (como suele suceder con la mayoría de mis ideas para futuros fics xD)

Esta mini serie tendrá (espero yo XD) salida semanal, constará de cinco capítulos y no afectará el ritmo con el que trabajo Moonlight, así que no se preocupen (?) XD

Propiedad Privada

Fase uno: Destrucción

Sentado en un sillón apartado del acogedor fuego de la sala común y oculto entre las sombras nocturnas del frío mes de Enero, un muchacho de diecisiete años se limitaba a mirar a la nada con aire ausente, su cabello castaño claro obscureciendo sus normalmente relucientes ojos dorados.

Remus Lupin era perfectamente consciente de que había cosas en este mundo que jamás habrían de cambiar, el sol siempre saldría del este y se ocultaría por el oeste y el comunismo sería solo una bella idea cuando se encontraba volcada en papeles y charlas de tipo casi filosóficas, así mismo, Remus Lupin sabía perfectamente que Sirius Black jamás podría dejar de ser un mujeriego.

Y es que al muchacho de largo cabello negro y deslumbrantes ojos grises parecía importarle poco el hecho de que "estuvieran juntos" hacía ya dos meses, o que su relación se hubiera ... consumado...la semana pasada, ni siquiera parecía recordar que habían compartido uno de los orgasmos mas memorables de toda sus vidas.

O cuando menos eso le daba a entender, mientras sentado en el sillón más cercano a la chimenea de la Sala Común de la Casa Gryffindor coqueteaba con descaro con una chica de sexto de aspecto despampanante.

La jovencita en cuestión era rubia y de facciones delicadas, ojos color zafiro que brillaban con deseo y labios pequeños, un pecho prominente que se ajustaba con sensualidad casual a las túnicas negras del uniforme. Sentada en el brazo del sofá susurraba cosas en el oído del animago, quien le devolvía sonrisas y murmullos ante la silente y dolorida mirada del licántropo.

La posición estratégica y el ángulo resultaban ideales para que el joven de cabello castaño viera a la perfección como la mano delgada con uñas de un carmín soberbio describía patrones en el pecho definido por tantos entrenamientos de Quidditch, Remus podía sentir con precisión como esas mismas caricias tomaban algo en su pecho, y aunque no pudo identificar que fuera realmente, pudo jurar que estaba hecho pedazos.

Sus ojos ardían y se llenaban de una humedad que le resultaba humillante, vergonzosa, podía sentir como su garganta se cerraba en dolorosos espasmos, algo en su interior le producía un dolor tremendo, de repente sus transformaciones le parecían un cosquilleo insignificante, realmente no importaban ahora, mientras miraba como Sirius cerraba sus ojos con gesto satisfecho, todo el dolor que hubiera experimentado con anterioridad le parecía nada

Para ser justos, pensó con desaire, lo que había entre ellos...realmente no tenía un nombre...no eran novios, y mucho menos pareja. Existe acaso un nombre para dos personas que se besan en pasillos y corredores oscuros? Existe un sustantivo que defina a aquellos que disfrutan de el calor de sus cuerpos, para compartir no solo la pasión y la lujuria sino también en busca de esa necesidad primaria que es la calidez humana? Tal vez algunos dirían Amantes...más en este preciso momento, Remus era plenamente conciente de que no eran nada.

Optó entonces por cerrar los ojos y agachar la cabeza, toda su energía enfocada en mantener su fachada serena... realmente, no sentía que pudiera ser capaz de hacer algo más al respecto.

Solo había una persona casi tan indignada como el licántropo, y esa era James Potter, quien le lanzaba al castaño miradas de solidaridad y compasión para luego fulminar a su mejor amigo con la mirada. Aún en su tristeza, Remus no pudo dejar de sentirse infinitamente agradecido.

El chico de anteojos estaba sentado en el suelo con Peter, jugando una partida de ajedrez mágico, su espalda muy rígida y sus labios torcidos en una línea inexpresiva, era conciente de que sus manos temblaban, también de que le hubiera gustado propinarle a cierto Black el mismo tratamiento que su alfil le estaba ofreciendo a uno de los inocentes peones del buen Peter.

Se sentía un poco ingenuo, pues creerle en un cien por cien a Sirius no podía ser calificado de otra forma, también se sentía culpable...culpable por haber alentado a Moony a sumergirse en una relación tan enfermiza, tan dañina. Se sentía totalmente impotente, atado de pies y manos, casi todos los días era así... Sirius coquetearía con una o dos chicas y cuando se fueran a acostar correría y tomaría al castaño entre sus brazos, y entonces todo quedaría olvidado para el joven Black. Pero el no podía olvidarlo, y estaba perfectamente seguro de que tampoco lo hacía Remus.

Trató de enfocarse en el juego, tomando las piezas con mucha más fuerza de la necesaria, ganándose miradas de reproche de las figuras de un blanco marfileño, solo equiparable con el de sus nudillos, contorsionados por la ira contenida.

Fue durante su último turno, se disponía a mover su dama y así conseguir un rotundo jaque mate, pero algo llamó dolorosamente su atención, levantó con lentitud la mirada, perfectamente conciente de que realmente no quería ver, con la masoquista fascinación de quien no puede evitar juguetear con una dolorosa llaga en la boca.

Las normalmente pálidas mejillas del muchacho de cabello castaño se hallaban sonrojadas por un tortuoso cóctel de vergüenza, humillación, ira, pero por sobre todo, celos. Sus orbes de un exquisito color dorado desaparecían entre espesos mares de mechones castaños, su vista fija en el dorso de sus manos, cerradas en sendos puños que descansaban sobre su regazo, completamente humedecidos por pequeñas, saladas gotas, que caían de manera lenta pero constante.

James sintió humedecer sus propios ojos y, de manera instintiva, buscó la fuente de aquella reacción tan demoledora.

Y lo que vio le hecho el alma a los pies.

La rubia ( - Zorra – Pensó James en sus adentros) se encontraba sentada en el regazo del animago, las manos enredadas en el sedoso cabello negro y sus labios conectados de manera apasionada a los de Black, quien con una mano jugaba con el cabello ensortijado, mientras que la otra exploraba de forma nada cohibida el apetecible muslo de su acompañante.

James no tubo tiempo de reaccionar, pues en ese preciso momento Remus se puso de pie y subió a toda prisa la escalera de caracol, rumbo al cuarto de los varones del séptimo curso.

Continuará

N/A: Bien, un capítulo completo, solo quedan cuatro, de cualquier modo, el segundo esta casi completo, solo me falta pulirlo un poco (bah, bastante xD).

Con su permiso debo irme a ver un dvd de...bueno, aún no me entero de que trata, pero les cuento a la próxima xD

Por cierto, si es la primera vez que lees algún relato de mi autoría te agradecería inmensa ( y también descaradamente XD) que visites mi otro proyecto en actividad, Moonlight Sonata...bah, en realidad todos mis fics, que son bastante malos, pero yo los quiero igual xD

Mucha suerte a todos

Saluda atentamente

Viosil Uab