'Memorias de una Senshi Enamorada'
By: Leyla zinD
…PARTE I
Humo intoxicánte, cenizas arrastradas por el aire y un nauseabundo aroma a sangre rodeaba el sagrado y secreto lugar que se ubica tras una montaña que oculta la habitación donde las oraciones de la Reina Serenity se realizaban. El lugar donde se encuentra llamando a las Outer Senshi en tanto reúne su energía para hacer uso del poderoso Cristal de Plata por una última vez antes del arribo de Sailor Saturn.
El pasto que alguna vez fuese de un intenso color gris-plateado, rodeando las rosas y otras vegetaciones en el claro que parecía tan vivo que daba pena arrancarle alguna de este, asa noche se teñía de un intenso color carmesí. El triste cielo actuaba como espejo del sangriento tono rojizo bajo este. El planeta Tierra, arriba en la distancia, rodeado de brillantes estrellas, reflejaba un color sangriento similar al planeta Marte. El final de toda civilización conocida fuera de su superficie Terrícola estaba destinado a desaparecer en pocas horas. La era del Milenio de Plata llegó a su fin.
La Princesa ha cometido un acto desesperado en el último instante obligando a la Reina Serenity a recurrir a la más poderosa y peligrosa opción para salvar lo que queda de su pueblo.
Luna, la consejera real de la Reina estaba a su lado tratando de disuadirla de cualquier idea del uso del Cristal de Plata, pero al solo obtener negativas por parte de su Reina decidió acompañarla en sus plegarias y Oraciones en el santuario oculto que resguardaban un par de sus más fieras Guerreras en el fondo de una colina oculta tras un camino de rocas y cuevas.
A lo lejos, el sonido del choque de espada contra espada resuena en los alrededores. La líder de las Senshi observa por última vez el lugar donde recobra un poco de fuerza a lado de su segunda al mando, la Senshi del fuego. Quien asentía con semblante sombrío después de improvisar un torniquete en el antebrazo izquierdo de su Comandante. Le acaricia el rostro sonriendo como solo le sonríe a ella por última vez. Ambas lo saben, ese es su último momento en calma juntas pues el murmullo de los arboles a su alrededor y el suave sonido del viento que les rodea acarrea consigo gritos desesperados de cientos de personas atacadas y descuartizadas. El horror de los enemigos invasores en su tierra desataba las peores pesadillas pensadas para los habitantes tranquilos de la Luna.
Únicamente una cosa era segura esa noche: El Reino de la Luna ha caído a manos de los invasores, los Terrícolas. El milenio de plata esta por desaparecer.
Venus sonríe con tristeza, un reflejo en sus ojos azules le indica a Mars que hay mucho más que le gustaría decir pero las palabras se ahogan en su garganta impotente. La pelinegra desaparece su arco de fuego con rapidez al atender la herida que su comandante presentaba.
Ocultas dentro de la pequeña cueva de la pequeña montaña, Mars se abraza con fuerza a su rubia tratando de brindarle algo de su calor corporal pues a causa de la pérdida de sangre Sailor Venus se había tornado ligeramente pálida. La pelinegra aún no entendía como su líder no se tambaleaba al caminar o desmayaba, Malditos e imprudentes Venusianos, fuertes a sus convicciones hasta el final. Sonrió pensando con amargura la pelinegra.
Apoyando su frente contra la de Venus, Mars le ayuda a ponerse de pie una vez. Al verla quejarse al mover nuevamente su brazo izquierdo estando atado en el área herida le ayuda a recuperar el equilibrio al sujetarla por la cintura. La rubia rápidamente se sacude la sensación moviendo su brazo para acostumbrarse a la incomodidad del movimiento alejándose suavemente de su subordinada. Después de un momento se ve, mucho más recompuesta.
Mars decide romper el denso silencio, "Será una pena que no podré ver esa preciosa marca cuando cicatrice." dijo anhelante y en tono de broma.
Resoplando incrédula la rubia responde, "¿Una pena? Creo que lo mejor al final de esto es que no tendré que aguantar las suturas que Mercury me pondría en ella sin usar anestesia."
Un silencio se apodero súbitamente de ambas. Tanto Mars como Venus trataban de evadir el tema, pero fue Mars quien al final siguió su instinto hablando de una buena vez acercándose y abrazándole suavemente por detrás de la rubia colocando sus manos sobre su vientre y enterrando su rostro entre los omoplatos de la rubia frente a ella.
"Prometo siempre esperar por ti. Solo por ti Venus Minako."
"Reiko," susurró Venus ahogando un quejido que purgaba por salir de sus labios.
Mars llamó ayudándole a girarse y verla a los ojos, "Ne, Minako-" delicadamente le ayudó a alzar su rostro hasta rozar sus labios contra los de esta al hablar, sus frentes apoyas la una a la otra, "Te amaré hoy y siempre. Ni perdiendo esta batalla, o la destrucción de este Reino evitará que este a tu lado en la siguiente vida… recuerda mis palabras cuando digo que te buscaré y encontraré… cuando lo haga no te dejaré escapar." advirtió con tono seductor y divertido.
"Mmm," asentía la rubia separándose suavemente de su amada, viéndola a los ojos. "Lo haces sonar como una amenaza de la que debería desear huir y sabes bien que no es así. Menos mal que me llevo el recuerdo de tu cuerpo desnudo junto al mío durante toda la noche anterior y esta mañana." Dijo Venus mordiéndose el labio seductoramente.
Un rubor se apodero de las mejillas de la pelinegra pero sentía levemente con una sonrisa de satisfacción en el rostro, "Es lo menos que podía hacer por ti Mi Reina… no sé cuándo podré volver a tenerte, tocarte o besarte." Dijo enfatizando cada palabra besando los labios de su líder y amante.
"Por lo menos el fuego te ha dejado ver que nos volveremos a encontrar. Reina Mía."
Agachando el rostro pensativa, la pelinegra se separaba ligeramente de Venus tratando de organizar sus memorias.
"Sí Mina pero, la visión de esa unión… se centra en un tiempo y lugar que no reconozco, como si fuera en muchísimos años adelante en el futuro."
"Mars, ¿Crees que hicimos mal al no decirle a nuestra princesa…?" preguntaba abrumada la rubia apretando su mano derecha enfatizando al tocar la argolla que descansaba en su dedo anular.
Mars sabía que se refería a su matrimonio. El cual había tenido lugar en secreto para casi todo el mundo y por ello automáticamente se volvían regentes de sus planetas de origen llamándose a solas Mi Reina. Nadie en la entera galaxia entera estaba enterado de las princesas de Venus y Marte habían escapado, un día después de varios años compartiendo una vida, para contraer nupcias a puerta cerrada. Únicamente sus otras dos compañeras Senshi sabían de esto siendo testigos de las mismas en la discreta ceremonia en un templo en el planeta natal de Sailor Mars. Ni siquiera la Reina Serenity se había enterado de este acontecimiento.
La Sailor del fuego usaba su argolla en el dedo anular derecho, dado que ella zurda. Por tradición del planeta Marte debía usarse en la mano no dominante para no interferir en las batallas y el manejo de sus armas. Este anillo estaba hecho del más raro y fuerte metal que el planeta Venus albergaba, del mismo material que estaba hecha la cadena de Sailor Venus. Al usar su mano derecha para contraatacar los golpes enemigos eran mucho más dominantes y certeros dada la fuerza que le brindaba el material al estar en unión sagrada con su alma gemela y planeta regente.
En el caso de Venus, ella llevaba su argolla en su dedo anular izquierdo oculto bajo el guante de batalla al igual que el de Mars. Ella era diestra. Forjado por Sailor Mars y la ayuda de Sailor Mercury en persona, la argolla matrimonial de Venus era de un metal con propiedades curativas increíbles insertadas en este por la senshi del fuego y Mercury. La resistencia de aquel extraño metal marciano absorbía los ataques de fuego si esa mano se utilizaba para desviar los daños recibidos.
Ambas Sailor en más de una ocasión durante sus batallas agradecían el aporte de su pareja en la creación de sus tan peculiares argollas pues no estarían vivas en ese momento de no haberlos llevado con ellas para protección. Pero al haberse debilitado, por no decir extintos sus planetas regentes y por ende la protección de sus metales.
Ambas chicas se tomaron de la mano sintiendo la argolla bajo el guante que sujetaban, no había palabras en ese momento sin que pudieran hablar sin que el llanto y frustración se apoderara de ellas. Una explosión cerca de la montaña donde se ocultaban sacudió la tierra bajo sus pies obligándoles a separarse reluctantemente. Venus inmediatamente se posicionó protectoramente frente a Mars como un escudo humano observando inquieta su alrededor.
Suspirando tranquila dijo, "Tenemos que ganar tiempo Reiko, Luna y la Reina Serenity solo necesitan un poco más."
Mars asintió como autómata saliendo desde de tras de Venus, "Descuida llegaran en seis minutos máximo hasta acá. Déjame disfrutarte unos segundos más." Pidió con los ojos cerrados y necesidad en la voz al centrarse al máximo en la lectura Astral del campo de batalla, "Oh Dioses, Venus… Beryl ha…ella…"
Venus asintió una vez más sin hacer contacto a los ojos de su compañera saliendo completamente de la tenuemente cueva iluminada. Entendía perfectamente a que se refería Mars: El Palacio Lunar había caído y este era ocupado por los terrícolas.
La princesa de la Luna hacia poco más de una hora había clavado su espada en su propio vientre al ver caer al Príncipe de la tierra sin vida a su lado, obligando a sus cuatro Guardianas a resguardar a la Reina en su búsqueda de alcanzar el poder máximo del Cristal de Plata en el templo que resguardaban bajo la colina.
La escolta del Príncipe Terrícola parecía haberse tornado contra él ya que hacia un instante al par de chicas había costado escapado del alcance de un rubio de cabello largo y otro general con cabellos color blanco. Zoisite and Kunzite respectivamente según recordaba sus nombres Venus. Júpiter y Mercury seguían luchando contra otro rubio de cabello corto y un alto castaño de cabello largo, Nephrite y Jadeite, al haberse separado y quedarse a resguardar el palacio indicándole a su líder resguardar junto a Mars a su Reina.
Las Sailor Senshi seguían peleando con el objetivo de vengar la muerte de su Princesa caída, buscaban llevarse con ellas a la tumba tantos soldados terrícolas les fuera posible. Los Generales al servicio de la loca Beryl no les facilitaban nada sus intenciones.
"Mars…cariño deberías apagar las antorchas, guardar el fuego para los chicos malos de ahí afuera," dijo con tono burlón Venus dándole la espalda a la nombrada y apareciendo La Espada Sagrada en su mano derecha, "Mercury y Júpiter… ¿Las logras sentir?" preguntó en apenas un susurro audible.
Saliendo nuevamente al destruido campo frente a ellas, colocándose en el centro de este, lo más alejadas posible del camino del templo donde estaban la Reina y su mano derecha, Mars contactaba con las Auras de sus camaradas y amigas, las cuales se estaban debilitando.
Una lagrima rodó por su mejilla y un terrible escalofrió le recorrió por completo al sentir el desespero de las princesas Júpiter y Mercury al ser atacadas terriblemente.
Venus sabía que la pelinegra frente a ella estaba siendo testigo de del terrible momento en sus visiones, aun así se arriesgó a colocar su mano en la mejilla izquierda de Mars utilizando su poder empático para poder compartir con ella la imagen que la vidente presenciaba. El lazo entre ambas mujeres era tan fuerte que podían percibir lo que la otra veía por visiones o percibía empáticamente a su alrededor solo con centrarse en la otra, si esta lo permitía.
En el instante en que la visión de Mars apareció en su mente, Venus se arrepintió de observar la vívida batalla frente a ella. Fueron los más frustrantes segundos de su vida al verse impedida para ayudar al otro lado de la luna, atada de manos al ver como sus amigas eran derrotadas una a una…
Una agitada y ensangrentada Mercury clavaba su espada en el pecho de Jadeite justo antes de que este lograra dañarla con una de sus dagas en el cuello clavándole en el costado derecho su espada. La princesa Mercury cayó de espaldas con el pesado e inerte cuerpo del joven rubio sobre ella siendo impedida un instante de reaccionar y dirigirse inmediata donde Júpiter, quien peleaba acaloradamente cuerpo a cuerpo con el alto castaño Shittenou evadiéndole lanzando puñetazos y patadas certeras. Este aprovechó la breve distracción de la castaña para sujetarle del tobillo lanzándole contra una enorme roca tras ella ocasionando la ruptura de la misma. La parte superior separada de la roca colisionó sobre Júpiter aplastándole de la cintura hacia abajo. Mercury soltó un grito de rabia tan poderoso que causó escalofríos en Mars y Venus lejos de ahí. Su pequeña complexión empujó con rapidez y facilidad increíble fuera de sí el inmóvil cuerpo del rubio para correr a toda velocidad en ayuda de su compañera buscando alejar al castaño que trataba de tomar la lanza de Júpiter abandonada a su lado y clavarlo en esta.
La castaña luchaba desesperadamente por salir de debajo del enorme trozo de roca que impedía sus movimientos a pesar del horrendo dolor que sentía al ser sofocada por el enorme peso de la roca en sus piernas.
Nephrite, malherido y lastimado severamente por la Princesa del trueno, se arrastraba con dificultad sobre sus rodillas en el suelo alcanzando con ansiedad la Lanza que buscaba dirigiéndola con todo de si sobre el centro del pecho de Júpiter pero fue impedido al ser empujado con fuerza por Mercury. La lanza rodó nuevamente de sus manos cayendo cerca de la Senshi del trueno. Júpiter buscaba salir de su trampa y poder ayudar a Mercury, sabía que la Senshi de la sabiduría físicamente no representaba peligro para el castaño y no quería verla salir herida al hacerle frente a los incesantes ataques cuando el alto General lanzaba bolas de energía contra esta.
Mercury evadía con dificultad los ataques, hasta que con un certero golpe desbalanceó al castaño general dejándolo aturdido en el suelo por un instante el cual esta aprovechó para ir corriendo donde Júpiter y ayudarle a retirar de la roca sobre ella dejándola libre del peso sobre esta.
Le tomó un par de intentos pero al fin liberó a la senshi del trueno del peso de la roca. Mercury trababa de ayudarla a ponerse de pie pero las fracturas eran inminentes, "Es inútil. Ami no puedo levantarme."
"Vamos cariño, apóyate en mi te ayud-"
Mercury no terminó de hablar ya que la voz de Júpiter la interrumpió llamándola por su nombre civil y no como Senshi, "Cuidado, ¡AMI NO!"
La peli-azul giró su rostro para ver en tan solo decimas de segundos como el enfurecido General castaño se alzaba de su lugar lanzándose a por su cuello con un tanto buscando clavarlo en su yugular. Sorprendida cerró los ojos esperando el ataque que le arrebataría la existencia pero este nunca llegó. En lugar de eso lo que sintió fue como un fuerte y familiar abrazo le envolvía por el torso cubriéndola en un calor familiar. Horrorizada abrió los ojos y vio como Sailor Júpiter se caía sobre ella respirando con dificultad, sangre brotando por el centro de su pecho donde un el pequeño tanto clavado en la parte trasera de su espalda, emergía afiladamente.
El agitado general yacía débil y arrodillado e inclinado tras Makoto sujetando el arma en su lugar girándola para asegurarse de causar más daño a la senshi del trueno. El hombre estaba sangrando profundamente y luchaba por no desmayarse antes de acabar con ambas Senshis.
"U-una Me-men-oos…" dijo con dificultad Nephrite cayendo de espaldas en su lugar luchando por ponerse de pie, fallando estrepitosamente yaciendo solamente de rodillas.
Mercury sujetó fuertemente el cuerpo tembloroso de Júpiter contra ella justo antes de sentir como sus movimientos cesaran en cuestión de segundos y la sangre empapaba su Sailor Fuku.
La senshi de la sabiduría se puso en pie con cuidado de no lastimar el inmóvil cuerpo de su amada, lagrimas recorriendo sus mejillas. Inmediatamente tomó la Lanza que yacía a lado de Makoto –al perder el conocimiento ahora yacía en sus ropas de civil-, sin darle la oportunidad al castaño de ponerse en pie cuando sin pensarlo tomó el arma de Júpiter atravesando el muslo derecho del hombre para después patearlo con la rodilla con fuerza en la quijada lanzándolo con fuerza contra el suelo.
El castaño apenas si podía respirar. Ya nada importaba para Mercury, quería hacerlo sufrir y verter su dolor por la pérdida de su amada a manos de ese hombre mientras lo golpeaba con todo de sí, una y otra vez.
Lágrimas, sudor, sangre que no era suya corrían por el rostro de la Princesa Mercury cuando el General Nephrite dejó de moverse bajo sus golpes. Al notar esto, la peli-azul le sujetó por el cuello del saco al castaño con su mano izquierda apareciendo su daga Azul una vez acercándola al cuello del hombre deslizando el frio y afilado metal por el punto de pulso de este logrando sacar un hilo de sangre a causa del ligero corte.
Lejos de las Senshis caídas, en el campo cerca de la cámara de oración, Venus y Mars tomaron aire con dificultad ante la visión que se cernía ante sus ojos, observando como Mercury vaciló por un segundo ante acabar o no con la vida del General en su agarre. De nuevo, el General aprovechaba cobardemente la distracción de la Senshi clavando débil pero acertadamente otro tanto en directo en el corazón de la chica.
Algo dentro de Venus se rompió al ver como otra de sus compañeras caía combate mientras ella no podía ayudarle.
Sangre comenzó a emanar de los labios y la yugular de Mercury dificultándole respirar, poco a poco fue cayendo sobre su costado derecho perdiendo fuerza a causa del rápido desangre que sufría mientras intentaba parar el fluido sanguíneo con una de sus manos sobre su herida.
Mars profirió un pequeño grito de sorpresa al ver como la espalda de Mercury degollaba sin piedad al arrodillado Shittenou frente a ella en un último llamado a su energía. Dicha espada cayó pesadamente sobre el suelo resonando en ecos junto con el cuerpo desmembrado del joven castaño.
Con un esfuerzo sobrehumano Sailor Mercury ladeó su rostro donde un sordo sonido –un cuerpo colapsando sobre el concreto- y una pequeña sonrisa adornó su rostro antes de ver caer inmóvil el cuerpo de Sailor Júpiter, quien había tomado el arma de su compañera para acabar con el iracundo Shittenou lanzando la espada de Mercury contra él.
La sonrisa de Ami se volvió una triste al notar como las elaboradas inhalaciones de Makoto llegaban a su fin dejando de respirar justo ante ella sobre el sucio suelo. Observó como las facciones de la chica que amaba parecían estar relajadas ahora que sus ojos se habían cerrado para no abrirse de nuevo.
Sonriendo amargamente, con dos ligeros movimientos en su comunicador Mercury activó una alarma al verse rodeadas en el palacio por infinidad de sombras malignas y soldados terrícolas, tres segundos después, la peli-azul y todo alrededor de cien metros de ellas fue consumido por una fuerte explosión y ráfagas de fuego. Incluida Makoto.
…
La visión terminó en ese momento y la mano que hacía un momento estaba en la mejilla de Mars fue sustraída rápidamente seguida de un sonoro sollozo.
La pelinegra abrió los ojos para encontrarse con una Venus inclinada sobre una de sus rodillas abrazándose a sí misma bañada de dolor y frustración al ver la muerte de sus dos mejores amigas. Ambas habían caído como las grandes Guerreras que eran, no podría esperar menos de ellas, pero aun así el ser incapaz de ayudarles le produjo una enorme decepción.
Recomponiéndose al sentir la mano de Mars sobre su hombro inmediata se puso de pie sujetándola con fuerza por los hombros y la mirada cargada de dolor hacía un segundo se encontraba llena de rabia en ese instante.
...
Continuará...
¿¡Hey Gente que pepe!?
Pues con la novedad que este es mi super-mini-fic, seran 2 capis, ya esta terminado pero como son al rededor de 8k palabras pues lo corté casi a la mitad...no me maten!
Si les ha gustado, dejenme un follow o comment y en meno de lo que se imaginan subo la continuació-terminación.
Me encanta leer sus criticas. Dejenme saber su opinoion y...
EStamos en contacto!
Shalom!
06-27'16
