Ron murmuró palabras incomprensibles en parsel, mientras Hermione esperaba unos metros más atrás.
Por un momento, Hermione estuvo convencida de que no pasaría nada, al fin y al cabo, era Harry el que hablaba la lengua de las serpientes, no Ron.
Pero entonces ocurrió. Con un sonido metálico, las serpientes que cubrían la puerta de la cámara comenzaron a moverse. Hermione miraba sin saber que decir, entonces Ron retrocedió hasta ella y la miro:
- Harry habla en sueños, ¿lo sabías? - dijo con una media sonrisa.
- Por supuesto que no. - el sonido cesó y la camara se abrió. Tras mirarse por un breve instante, los dos amigos cruzaron la puerta y se adentraron en el lugar.
Ron arrancó un colmillo del enorme esqueleto de basilisco que llacía en el suelo. Nunca pensó que tendria que volver a aquel lugar, con el esqueleto de basilísco en el mismo sitio donde había caído muerto cinco años atrás. Se levantó y avanzó hasta Hermione, que había sacado el Horrocrux de su bolso.
- Hazlo tú. - dijo, ofreciendole el colmillo.
- No puedo...
- Sí que puedes - le cortó Ron, quitandole la copa de las manos y dejandola en el suelo.
Levantó la vista hacia ella, que se agachó hasta quedar de rodillas frente a la copa. Ron la miró, y eso le dio la confianza suficiente como para levantar el colmillo y clavarlo en la copa con todas sus fuerzas.
Todo ocurrió muy rápido. En apenas unas milésimas de segundo, toda la cámara empezó a llenarse de agua, sin apenas darles tiempo a reaccionar.
Corrieron sin parar, con el agua pisandoles los talones. El agua salía de todas partes, y justo cuando pensaban que aquel era su final, cesó.
Pararon en seco, jadeantes. Todo había pasado. Estaban bien. Entonces se miraron y, de pronto, ocurrió. Hermione se le lanzó al cuello al mismo momento en el que él la sujetaba por la cintura. Ella enredó los dedos en el pelo de Ron mientras él apretaba su abrazo. Como si no quisiesen separarse nunca. Fue un beso apasionado, desesperado, ámbos habían bajado la guardia tras destruir el horrocrux, y se habían dejado llevar por los sentimientos que llevaban tres años intentando ocultar.
Cuando al fin se separaron, la primera reacción de Hermione fue el miedo, ¿Que pasaría ahora? ¿Había querido Ron realmente que eso ocurriera, o había sido simplemente el impulso del momento?
Pero todas sus dudas desaparecieron en cuanto lo miró. Tras unos segundos de observación, los dos empezaron a reir, y toda la presión del momento desapareció mientras el sonido de sus risas hacía eco en aquella cámara oculta donde pocos más habían estado jamás.
