Konnichiwa!, Mmm… este no es mi primer fic, pero es el primero que hago de la serie KHR y no soy muy buena escritora, apenas llevó un mes desde que hice mi primer fic, así que si los personajes me salen muy OCC pido disculpas, acepto sugerencias, críticas y comentarios ^—^
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no me pertenece, ni sus personajes, pues son de la maravillosa mente de Amano Akira-sama :D
Pareja: BelxHaru, si lo sé es una pareja extraña, pero no sé, se me ocurrió después de leer un fic de ellos y saber que Bel conoce a Haru cuando llega a Japón y los dos terminan en el restaurante de sushi del papá de Yamamoto (datos de la novela, vol 1, cap 4), y bueno…aquí está, espero les guste :D
No pretendo ofender a nadie creando un fic de esa pareja, espero no se molesten por hacer este fic n.n
N/A: Los pensamientos de Haru son en cursiva
Ella se encontraba parada ahí, cerca del balcón; todos los invitados de los Vongola a la fiesta de sucesión y compromiso de Tsuna con Kyoko estaban presentes dentro del gran salón, solo ella: Miura Haru, se encontraba fuera, respirando el aire fresco de ese anochecer, observando con una mirada fija, casi como ida, el paisaje frente a ella; suspiró, después contemplo todo el jardín y cómo este se veía a través de la tenue luminosidad que proporcionaba la luna, ese debería de ser un día de alegría pues su amiga se comprometía con el ser amado, sin embargo esa persona era el amor de su vida, Sawada Tsunayoshi, así que aunque Haru no quisiera, se sentía triste, es verdad que les deseaba felicidad a ambos, pero por algún motivo, por ese dolor que sentía en su pecho, no pudo permanecer más tiempo en el gran salón de baile, así que por eso se había retirado, salió al balcón para tomar aire fresco y relajarse, no obstante, parecía que la tranquilidad en su corazón no llegaba, al contrario, al estar sola en esa oscuridad, se percató de que nadie, absolutamente nadie fue tras ella, ¿acaso no se habían percatado de su ausencia?, pensó, pero sabía la respuesta, nadie se percató de que ella se había ido, pues toda la atención era para Tsuna y Kyoko.
Haru tan solo seguía contemplando el jardín, sus ojos se llenaban cada vez más de tristeza, pero no tenía por qué esconderlo, después de todo no había nadie a su rededor, por lo tanto no había motivo para guardar apariencias y aparentar que era feliz.
[***]
Él se encontraba caminando, ese día se le había asignado a su escuadrón y al escuadrón de Fran ser los guardias de seguridad y prevenir cualquier incidente, pero hasta el momento no había pasado nada, cosa que lo aburría, además no sabía por qué rayos el capitán de estrategia lo había asignado a él, ¿qué acaso los Vongola no podían cuidarse ellos mismos?, para qué asignar a un príncipe a jugar el papel de guardaespaldas de aquellos mafiosos.
Así que deduciendo que no habría nada de acción, pues ¿quién se atrevería a atacar a los Vongola en su propio territorio, y más si los Varia eran los vigilantes?, nadie; pensó el príncipe. Entonces se dirigió hacia el jardín trasero de la mansión, pues no quería ser molestado por nadie, se encontraba de mal humor, y no estaba para soportar ni las órdenes de Squalo, ni la apatía de su no-lindo Kouhai, por tal motivo dejó su puesto asignado y se fue.
Al llegar al jardín trasero, se percató de que ahí estaba una joven de cabello café oscuro, la mirada de ella parecía perdida, como si estuviera viendo a la nada, el príncipe de Varia se preguntaba '¿qué hace esa mujer aquí, por qué no está con los demás Vongola?'. No es que a Belphegor alguna vez le hubiese interesado el sexo opuesto, la verdad lo único que le atraía era asesinar, pero por algún extraño motivo, él no podía apartar su mirar de aquella figura femenina; no es que le interesara lo que una plebeya como ella hiciera o dejara de hacer pero tal vez la pose en la que ella estaba frente al balcón era lo que había llamado su atención, o… ¿acaso era esa mirada llena de melancolía?, no lo sabía; él se detuvo sigilosamente antes de llegar a donde estaban las escaleras que se encontraban para dirigirse al balcón, estaba a punto de esconderse —por alguna razón no quería que ella lo viera contemplándola—, ¿cómo un príncipe iba a estar embelesado con alguien tan común?, pero ¿de verdad ella era común?, cuando Bel estaba acercándose a unos pequeños arbustos que estaban cerca de donde se encontraba, pudo observar que en el rostro de aquella figura femenina se postraba una delicada gota de agua, era una lagrima, pero parecía como si fuera un pequeño y delicado trozo de cristal, ante esa escena, el príncipe por primera vez en su vida, no supo cómo actuar.
Escuché un pequeño sonido, se asemejaba al roce de los arbustos debido al viento, así que no le preste importancia, estaba sumergida en mis propios pensamientos, era tan doloroso saber que aquel sueño de mi juventud, de ser la esposa de Tsuna-san estaba terminando, después de todo ese sueño era una ilusión; sin saber cómo, mis pensamientos se hacían más profundos, mi tristeza aumentaba, me sentía tan patética, ¿Por qué me afecta tanto?, hace tiempo, cuando ellos me dijeron que eran una pareja, únicamente les sonreí y los felicite, pensé que ya lo había superado, pero me acabo de dar cuenta de que no es así. En contra de mi voluntad, una pequeña lágrima escapó de mis ojos, posteriormente le siguió otra, trate de contenerlas, pero era inútil, poco a poco continuaban saliendo, lo único que me confortaba era el pensamiento y la seguridad de que estaba sola, nadie se apiadaría de mí, ni me tendría lastima.
Aún hundida en mis pensamientos y en mi dolor, tratando de contener mi llanto con poco éxito, de mis labios salió un pequeño "hic", cosa que me hizo percatarme de mi debilidad, pues ese sonido representaba que yo había cedido mi voluntad a la tristeza y desesperanza, así que en ese momento, me jure a mí misma, juré que Miura Haru encontraría la felicidad que ella misma se negaba sintiendo autocompasión, no, yo ya no sería una persona que se lamentará por perder a un amor, seré una mujer que siga adelante, sin importar lo que suceda, encontraré mi propio destino, mi propio camino y con el; un nuevo amor.
Él príncipe de cabellos rubios, peinado un poco alborotado la veía desde la parte baja del balcón, al principio pensó que él no tendría por qué perder su tiempo observando a una plebeya como ella; sin embargo, el príncipe había quedado cautivado por aquella joven de cabello oscuro cuando la vio llorar no hizo movimiento alguno, no porque temiera ser descubierto, bueno, es verdad que no quería que ella lo viera, pero el verdadero motivo para no interrumpir el llanto de la joven, es que desde la perspectiva del príncipe, esas lagrimas cristalinas lo cautivaban, no sabía si era porque era un sádico al que le gustaba ver el sufrimiento de los demás, pero las lágrimas de ella lo encantaban, hasta que de un instante a otro el llanto de aquella joven dejó de ser algo cautivante, para convertirse en algo que por alguna razón hacia que él: Belphegor sintiera que el sufrir de esa joven ya no era algo placentero para él, ahora, por algún motivo, por primera vez el príncipe quería confortar a alguien, no sabía el por qué, pero quería confortarla, quería hacer que ella dejará de llorar, pero ¿cómo?, no lo sabía, pues el joven príncipe, a pesar de tener 26 años, no tenía ninguna experiencia amorosa y no tenía la más mínima idea de cómo tratar a las mujeres, es verdad que varias jóvenes muy hermosas se le habían acercado, pero para él ellas eran seres insignificantes, ni siquiera valía la pena prestarles atención, mucho menos intentar acercarse a ellas, pero ¡Oh! ahora se arrepentía de eso, '¿cómo es posible que un príncipe no sepa lidiar con el sexo femenino?', pensó para sus adentros mientras maldecía el motivo de su comportamiento extraño, así como maldecía el momento en que decidió ir al jardín trasero y encontrarla. Sí nada de eso hubiera pasado, él ahora no se encontraría con un predicamento interno.
Mientras Bel pensaba en todo eso, algo lo hizo salir de aquellos conflictivos pensamientos y emociones que pasaban por su ser en ese instante, fue la voz de aquella joven, pero por extraño que parezca, ahora su voz no era entrecortada, a pesar de que hace un instante estaba llorando. '¿En qué momento dejo de llorar?' se preguntó Bel, mientras observaba a Miura desde cierta distancia.
—Haru no va a llorar más, encontrará un nuevo camino y un nuevo…
—Ushishishi~, ¿estabas perdida?—se escuchó una voz desde la parte baja del balcón, cosa que sorprendió a la joven de ojos achocolatados.
—¿Hahi?, Belphegor-san, no, Haru no estaba perdida, eso era sólo una expresión— decía la joven mientras secaba los residuos de lo que habían sido sus lágrimas, esperando que aquel hombre de cabellos rubios no la hubiera visto en ese estado.
—Mmm…
—Belphegor-san ¿qué hace aquí? Todos los invitados están adentro
—Estoy de guardia, no soy invitado, un príncipe no tiene por qué asistir a reuniones de plebeyos— decía en su tono altaneramente habitual.
—Hahi, Haru no entiende de lo que usted está hablando— pronunciaba confundida mientras veía que aquel hombre se acercaba, lentamente subía las escaleras que lo conducirían hacia donde ella estaba.
—Geh~ me asignarón resguardar la seguridad de esta celebración, por eso no soy invitado, sino guardia— decía una vez ya cerca de ella, al lado suyo; mientras la examinaba detenidamente— no sabía que fueras tan tonta como para no entender algo tan simple, ushishishi~
—Haru no es ninguna tonta, lo que pasa es que Belphegor-san no se expresa adecuadamente.
—Che~ Soy un príncipe, puedo hablar cómo quiera— aclaraba con una leve sonrisa— Por cierto, me puedes decir Bel.
—Belphegor-san, Haru no lo conoce bien, así que no puede tomarse esas confianzas, si me disculpa me tengo que ir—. La joven se dio la media vuelta, lista para retirarse, no obstante él la detuvo, pues agarró fuertemente su muñeca.
—Deberías de sentirte agradecida por permitir que me llames así, no cualquier plebeyo dice mi nombre; sí lo hicieran, ya los hubiera asesinado, ¿cómo es que una plebeya como tú niega el privilegio que le estoy dando?— inquiera un poco amenazante, borrando la sonrisa de su rostro.
—Belphegor-san suélteme, me está lastimando— decía la morena mientras intentaba zafarse de aquel agarre.
—Ushishishi~ no, el príncipe acaba de encontrar a su nuevo juguete— pronunciaba con una sonrisa sádica, mientras se acercaba peligrosamente hacia la joven, hasta que…
—Bel-senpai, por fin te encontré— interrumpía un joven de ojos verdes, mientras miraba aquella escena con desinterés.
—Teme~ no ves que estoy ocupado— reclamaba Belphegor con una mueca en su rostro.
—¿Hahi? ¿Quién eres?— cuestionó la mujer observando a la persona frente a ella; mientras este le miraba sin verdadera atención.
—…Fran, de Varia— contesto apáticamente el joven, mientras veía como su senpai soltaba la muñeca de la joven de cabellos cortos color café.
—¡Hahi!, eres un miembro de Varia, seguramente eres muy talentoso— decía Haru con un tono alegre, algo que la caracterizaba. —Encantada de conocerte, mi nombre es Miura Haru, Fran-san —. Terminó de presentase mientras hacia una pequeña reverencia, para posteriormente marchase. Bel observaba como la joven desaparecía al entrar a la mansión, para posteriormente voltear a ver a su kouhai.
—¿qué quieres rana?— Preguntaba mientras sacaba sus cuchillos y una sonrisa sádica se postraba en su rostro.
—Gulp, el estúpido del capitán de estrategia, Squalo dice que estas relevado de tu cargo, puedes hacer lo que quieras, envió a Lussuria como tu remplazo.
—¿eh?
—No entendiste senpai, ¿de verdad eres un genio?
—Desgraciado…— decía Bel, mientras le lanzaba unos cuchillos.
—¡Ah!, baka-senpai, sólo te vine a decir eso, por cierto tu presa se escapó; es raro ver a Bel-senpai cerca de una mujer— recalcó con apatía pero al mismo tiempo con sarcasmo.
—Mmm… es mi nuevo juguete, últimamente el príncipe ha estado aburrido, así que tuve que encontrar un nuevo entretenimiento, shishishi~
—Bel-senpai, no la vayas a matar, ella no es un miembro de Varia ni un guardián Vongola, además no parece que le agrades, parecía asustada—. Fran se detuvo un momento para después decir— bueno, ¿quién no se asustaría teniendo a un sádico desquiciado amante de la sangre persiguiéndole?— después de su sarcástico comentario, Fran se marchó, no sin recibir unas cuantas puñaladas en la espalda de parte de Bel.
[***]
Después de la pequeña conversación que tuvieron el príncipe y su kouhai, Bel estaba decidido a buscar a su nueva forma de entretenimiento, o al menos así es como él le había llamado al interés que había desarrollado en esa joven, y para el príncipe, todo lo que hacía era para matar el tiempo y salir de la rutina, y por supuesto, esto no debería de ser la excepción, no es que se sintiera atraído hacia ella, tan sólo ella sería su nuevo juguete.
Mientras él pensaba en que iba a buscar a su "juguete" para entretenerse, la vio a lo lejos, ahora ella estaba en la parte superior de la mansión, en donde se encontraban ubicadas las habitaciones, la mirada del príncipe se postro en aquella ventana en la que ella estaba, pues a pesar de estar a una gran distancia de donde él se encontraba, el rango de visión del joven de cabellos rubios era casi inhumana, y no, el fleco que cubría su rostro, no le impedía ver perfectamente bien. Belphegor de un salto se dirigió hacia el jardín, mientras se acercaba a la ubicación en donde se encontraba la ventana, al ver que estaba justo debajo de la habitación que era su objetivo, dio un gran salto, y así logró llegar al segundo piso, entro a la pequeña terraza con la que contaba ese cuarto, para posteriormente abrir lentamente la ventana, ese acto sorprendió de sobremanera a la joven, al ver que una ráfaga de viento entraba en sus aposentos, pues ella la había cerrado y se encontraba en su bata de dormir, dispuesta a descansar de aquel día tan ajetreado, pues a pesar de que aún no terminaba la celebración, ella ya se había retirado a su habitación.
—¿Hahi?, Haru pensó que había cerrado la ventana— decía la joven mientras se acercaba nuevamente hacia los grandes cristales, pues en sí no eran las típicas ventanas, más bien eran ventanales de más de 2 metros de alto y 1.5 metros de ancho, parecían puertas de cristal, y al abrirlos se podía apreciar el hermoso paisaje que proporcionaba la mansión italiana, cuando estuvo a unos pasos de aquel ventanal escuchó una risa.
—Ushishishishi~ te encontré, el príncipe encontró a su presa— decía con un tono algo frió, pero divertido, al mismo tiempo que amenazador, ese tono que hizo que ella sintiera que su cuerpo se petrificará y le recorriera un escalofrió en su espina dorsal.
—¡¿Ha-Hahi? Belphegor-san, ¿qué hace aquí?, no sabe que un caballero no debe de entrar a los aposentos de una dama.
—Shishishishishi~, no soy un caballero, soy un príncipe, y tú no eres una dama, eres mi presa—. Lo último lo recalcó con un tono amenazador, cosa que hizo que Haru se comenzará a preocupar más de lo que ya estaba, y por primera vez en su vida, sintió eso a lo que Gokudera y los demás llamaban, "aura asesina".
Bueno, ese fue el capítulo 1, espero les haya gustado, a los que leyeron este capítulo, se los agradezco, gracias por tomarse su tiempo para leerlo (bueno, eso si es que alguien lo leyó, jeje).
Si les gusto y quieren la continuación, por favor dejen un review.
Por cierto, creo que Bel me salió muy OCC, de verdad pido disculpas.
Bye-bee!
