¡Holi! Sé que nadie me conoce (*llora*) pero se me ocurrió esta idea envolviendo a mi shipping favorito de este hermoso manga.

Espero que les guste. Serán una serie de one-shots basados en universos alternativos (AU, en inglés)

Disclaimer: Bleach es propiedad de Tite Kubo.

Advertencia: Universo Alternativo.


Universos alternativos

La princesa y el caballero de fresa

Por Megumi Kurosaki


—Si tenemos suerte, princesa, los preparativos para su coronación estarán listos para...—una joven de cabellos cortos dejó por completo el habla cuando vio que la receptora estaba concentrada en otra cosa. Estaba concentrada en comer fresas.—¿¡Qué le dije sobre comer con su vestido nuevo!?

—Perdón, Tatsuki.

Para ser una princesa, Orihime no era la más educada, ni la más concentrada, ni la más obediente. Era simplemente hermosa y rebelde a su manera. Ser hermosa era algo que todos podrían saberlo con solo verla: con sus anaranjados cabellos, largos y sedosos; con sus ojos grises y esplendorosos; su silueta, que dejaba sin aliento a más de uno y que era imposible ocultar con sus extravagantes vestidos; y, claro, su inteligencia que también ha sorprendido a muchos. Pero a pesar de esto, su rebeldía era algo que no podía ocultar. Le gustaba dar largos paseos por su reino sin custodia alguna, desobedecía a su corte, correteaba por sus castillos y... y comía fresas cuando la modista le probaba sus vestidos.

Era un vestido glamoroso de color rosa, la tela era de Francia y lo estaban haciendo especialmente para ella. Fue la princesa la que eligió el color. Era largo y en corte sirena. La modista buscaba resaltar los atributos de la heredera al trono pero no demasiado, no sería muy ortodoxo.

—¿Cuándo será la coronación?—preguntó la pelinaranja, mirando directamente a su consejera. Ésta suspiró.

—Es la octava vez que se lo repito. Será en una semana.

—¿Tan... pronto?—el tono en la voz de la joven cambió a uno más melancólico.

Habían pasados algunos meses desde la muerte del rey y hermano de la princesa. Durante ese tiempo se la estuvo preparando para ser reina, pese a que a ella no le agradaba ni le agrada la idea pero lo hará en memoria de su hermano mayor. Sólo queda una semana para que ascienda al trono.

—Si, lo se. Tenemos poco tiempo para encontrar a algún aspirante a rey—dijo la consejera mientras escribía algo con velocidad.

—Pero yo seré la reina.

—Aún así, no puede gobernar sola.

—Pero...—su cara denotaba preocupación y tristeza.—Mi hermano gobernó solo y, además, te tengo a ti, Tatsuki. Por favor.

La cara suplicante de la muchacha le causó a la otra cierta culpa y remordimiento. Ambas se conocían desde hace muchos años y la chica de ojos cafés era lo más parecido a una mejor amiga que la princesa haya tenido. Tatsuki suspiró y se mordió con levedad el labio inferior. A la corte real no le iba a gustar mucho la situación.

—Veré que puedo hacer—dijo resignada y haciendo que Orihime grité de emoción.—Pero, usted tendrá que aceptar de una vez al caballero que se le asignó.

La heredera exhaló con desilución. No le gustaba tener a alguien detrás de ella las 24 horas del día, encontraba el asunto muy molesto e incómodo. No le quedaba otra opción, así que aceptó a regañadientes.

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—Su Alteza,—el simpático Urahara, quien es un caballero de alto rango, estaba en frente del trono de Orihime, la cual miraba aburrida el techo.—le presento a su caballero personal, Ichigo Kurosaki.

—Su Alteza—el hombre que se inclinó respetuosamente era un guapo joven de unos penetrantes ojos marrones y unos extraños cabellos naranjas, mucho más claros que los de la propia Orihime.

—¿Ichigo?—dijo ella, levantándose de su asiento.—¿Cómo las fresas?*

El muchacho la miró con extrañeza y confusión.

—Eh... n-n...—recibió un golpecito por parte de su superior.—Sí, sí, como las fresas.

A Orihime le brillaron los ojos con emoción e Ichigo comenzó a pensar que tratar con la heredera sería más difícil de lo que pensó.

—Con su permiso, los dejó a solas—comentó Kisuke con una sonrisa y una mirada cómplice. Debe de estar tramando algo, pensó el Kurosaki.

Por unos minutos, hubo silencio entre ambos. Ichigo miraba el lujo de la realeza y ella, lo miraba a él. Sabían que se suponía que tenían que decirse algo, pero las palabras no salían. Era la incomodidad a la que la chica le temía.

—Me llamo Orihime—dijo ella al no saber que contarle a su caballero. Él la miró cómo si ella le hubiera contado un chiste muy malo.

—Si, lo se—al ver que capaz usó un tono muy duro, decidió corregirse.—Quiero decir, todo el mundo la conoce.

—Pero yo no conozco a nadie—ella lo dijo en un susurro pero fue suficiente para que él escuche.

—Ahora me conoce a mi, ¿no?

La princesa sonrió.

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—¡Ichigo! ¡Ichigo!—gritaba la futura reina, vestida con un sencillo vestido amarillo, no tenía nad de especial. Era la clase de vestido que usaba en la poca vida normal que poseía.—¡Vamos a pasear!

—Princesa, no puede salir fuera del palacio—el caballero era arrastrado en contra de su voluntad.—Son las reglas.

—Tonto—ella rio.—No vamos a salir del palacio, quiero pasear por mi jardín.

El jardín real era tan extenso que se podrían hacer dos palacios en ese terreno. Estaba repleto de verde y de flores preciosas como las rosas, las camelias, los jazmínes, las orquídeas, las fresias, etc. Inclusive había flores que Ichigo no conocía, que eran simplemente un misterio. Él caminaba detrás de la princesa mientras ella le hablaba a las plantas, como si fueran sus hijas o sus amigas. Era algo gracioso de observar, pero no podía el permitirse reír.

—Ichigo.

El chico de pelo anaranjado le hizo saber que captaba toda su atención.

—¿Tienes familia?—Esa pregunta había sonado sencillamente interesante. Ella le había contado todo de su familia y de su persona, pero jamás la había visto curiosa con respecto a los orígenes de él.

—Si...—sonrió al recordar a su familia disfuncional.—Tengo a mi padre, que es doctor. Está un poco loco y es algo insoportable, pero es un buen viejo. Y luego tengo a mis hermanas menores. Extraño las ocurrencias de Karin y en especial la comida de Yuzu. Hace mucho tiempo que no las veo, seguro crecieron mucho.

Orihime lo miró con lástima, entendía el sentir de su caballero. Ella también extrañaba a un familiar.

—¿No puedes visitarlos?

—No, es imposible. Mi deber esta aquí, protegiendo a la princesa—la observó a los ojos con una profundidad colosal.—Estaré con usted todo el tiempo que deseé.

—Gracias—le dijo con una sonrisa sincera, para después hacer una mueca un tanto chistosa.—Y ya te dije, tutéame.

—Si, lo siento.

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Faltaban unas horas para que Orihime se convierta en una reina. Sería, por ahora, una reina sin rey. Le había costado convencer a todo el mundo pero, como quedaba poco tiempo, decidieron aceptar. En algún momento encontraría un rey digno de ella. Lo importante realmente era tener algún monarca en la silla con la corona en alto.

En esos instantes, se encontraba dando vueltas por toda su habitación. Con su vestido de corte sirena y su cabello naranja recogido. Estaba preciosa pero asustada a más no poder. En alguna parte del cuarto, Ichigo estaba sentado en un sofá.

—Deja de dar vueltas—le dijo.—Me pones nervioso.

—Lo siento tanto—se disculpó.—Es que...

—Ya sé. Debe ser difícil ser gobernante de un reino, a pesar de tener un gente que te dice qué hacer y todo eso—se levantó y quedaron frente a frente. Los tranquilos orbes del muchacho lograban tranquilizarla.—Tú eres la cara de todo este reino.

Pero sus palabras definitivamente no tranquilizan.

—No me ayudas mucho, Ichigo.— la chica de ojos grisáceos se quedó pensando unos minutos sobre su futuro. Todo cambiaría en unas horas.—¿Crees que seré una buena reina?

—La mejor.

—Y... ¿seguirás siendo mi caballero?

—Orihime, yo no sé si...—fue interrumpido.

—¿Seguirás?

El joven la miró sin saber que decir cuando se abrió la puerta. Era Tatsuki.

—No quiero interrumpir pero...—le sonrió a la próxima reina.—Ya es hora.

Les dijo que esperaría fuera y se marchó. La princesa se observó por última vez al espejo, se veía particularmente bonita. Dirigió sus ojitos grises a su caballero.

—¿Seguirás?—volvió a preguntar.

Siempre.

FIN.


Aclaraciones:

*Orihime, al escuchar el nombre de su caballero, cree que se trata de la palabra japonesa "fresa" (Ichigo, いちご ) pero el nombre del Kurosaki se escribe así: 護 y significa "el que protege".

Espero que no haya quedado OoC pero fue lo que me salió, es lo que pienso que pasaría en este UA. Si les gustó, por favor, háganmelo saber con una review o un favorito o un follow. Significaría mucho para mi.

¡Gracias por leer!

Espero que nos leamos en otro capítulo.

Bye bye.