HELLO! Pues ya estoy aquí con otro fanfic que he tenido en la mente desde hace poco tiempo. Se han combinado varios factores que me han hecho llegar hasta esta idea que ojalá les agrade. Tal vez en este primer cap no pasen muchas cosas pero poco a poco sabrán qué pasará. Por otra parte, hoy me enteré de las nuevas noticias del spin-off puesto que ya tiene nuevas protagonistas, que reemplazarán a Safron Burrows. Aún no puedo decir si es buena idea o no así que tendremos que esperar hasta enero del 2012 cuando Bones entre en hiatus. En fin, espero de todo corazón que este primer cap les guste. Como siempre, espero que escriban sus comentarios, sugerencias, dudas, anécdotas, amenazas, alabanzas, jitomatazos, etc. sobre este cap. Les envío un enorme abrazo y muchos saludos a todos los rincones del mundo donde están leyendo desde un pequeño punto en la Ciudad de México! Bye!

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DISCLAMER: La serie de televisión Bones y sus respectivos personajes pertenecen a Hart Hanson, Stephen Nathan, Kathy Reichs y la cadena televisora Fox.

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Aquella era una noche lluviosa en el centro de Washington D.C. Las luces de la ciudad iluminaban las calles transitadas por los residentes del lugar que corrían para cubrirse de la lluvia o por los turistas que acostumbran pasear por los lugares más famosos de la región. Miles de personas se congregaban en el National Mall o conocida también como la Explanada Nacional para disfrutar de los monumentos que conmemoran a los presidentes de los Estados Unidos de América.

Pero también había gente a la que le gustaba permanecer sola para caminar, distraerse o únicamente para reflexionar en medio de la soledad. Esa noche un hombre había decidido tomarse una copa en un bar. Le agradaba escuchar las anécdotas de otras personas porque esa era una forma de aprendizaje para él. Aprendía de las experiencias de los demás para no cometer los mismos errores. Alrededor de las 10 de la noche pidió la cuenta y pagó su consumo. Salió del bar para observar que la lluvia aún seguía. Subió el cuello de su gabardina y emprendió el camino a casa. Al dar vuelta en una calle con poca luz, un sujeto enmascarado lo empujó hacia la pared.

-Escúchame bien viejo! Quiero todo lo que traigas en los bolsillos! Saca la cartera también! –El delincuente sacó una pistola para encañonar a su víctima.

-Te lo entregaré todo pero te advierto que esto no se va a quedar así. Acaso no sabes quién soy? –El hombre se enfureció ante el atrevimiento del ladrón.

-No y la verdad no me importa. Dame tu reloj y tu pulsera. Se ve que es de oro.

-Claro que es de oro. Y de excelente calidad. Así que te lo advierto. No sabes con quién te estás metiendo. Te prometo que te voy a encontrar y te haré pagar por ello. –El hombre era una persona muy importante así que sabía cómo mover sus influencias para conseguir lo que quisiera.

El delincuente lo golpeó en la cabeza con la pistola: -Cállate viejo! Tú no harás nada porque…

En ese instante un fuerte golpe en la cabeza desconcentró al ladrón forzándolo a caer al piso. Por obvias razones, todo lo que había saqueado se había dispersado por el suelo. Quiso recuperar el botín pero una voz lo obligó a huir:

-Lárgate o llamaré a la policía! –La voz de la mujer que lo había golpeado por la espalda lo obligó a cambiar de plan.

El delincuente sin pensarlo salió huyendo dejando tirado su botín pero llevando consigo su arma. Mientras tanto, la mujer observó al hombre que se encontraba junto a ella. Pudo notar que una pequeña cortada en la frente provocaba que un poco de sangre apareciera en su rostro.

-Está usted bien? Déjeme llevarlo a un hospital para que le curen la herida. –Dijo la joven un poco inquieta al ver la sangre.

-No es nada. Solo me pongo una venda y todo listo. En cambio, le debo a usted la vida jovencita. Cómo puedo pagarle su ayuda? –El hombre no quería preocuparla por su salud. Al contrario, lo único que quería era agradecerle su ayuda.

-No se preocupe señor. Creo que es algo que como ciudadanos deberíamos hacer todos. –La joven sacaba a flote su sentido patriótico y social.

-No, déjame ayudarte con algo. Pídeme lo que necesites, Soy Christopher Morrison-Baker. Gusto en conocerte aunque hubiera querido que fuera en otras circunstancias. –En verdad, él quería pagarle de alguna manera la ayuda que le brindó instantes atrás.

-Mucho gusto. Mi nombre es Temperance Brennan. –Finalmente la joven se presentó ante tal situación.

-Pues bien, Temperance. Dime como puedo agradecerte por frustrar el robo y salvar mi vida. –Christopher no iba a descansar hasta pagarle a Temperance el haberlo salvado de un asalto inminente.

-No fue nada. Solo recuerde no transitar solo por calles con poca iluminación. Pero bueno, lo dejo porque mañana debo presentarme temprano a una cita de trabajo. –Brennan respondió mientras intentaba emprender nuevamente su camino.

A Christopher se le ocurrió una idea en ese instante: -Puedo ayudarte con eso. Puedo ofrecerte trabajo.

Temperance se quedó en silencio al escuchar aquellas palabras pero de inmediato reaccionó para darle una respuesta a su propuesta: -Se lo agradezco señor pero no puedo aceptar así como así. Lo mejor es que ya me vaya y que usted vaya a buscar a un médico para que controle el sangrado.

-Te repito que no es nada. Pero insisto, déjame ayudarte. Piénsalo. Te espero mañana en esta dirección a las 10 de la mañana. –Le entregó su tarjeta. Ella no quería aceptarla pero terminó haciéndolo.

-Está bien. Lo veré mañana Sr. Morrison-Baker. Gracias por esto. –Dijo mientras se encaminaba hacia su destino.

-Gracias a ti, Temperance, por salvarme la vida. Te veo mañana.

Christopher Morrison-Baker siguió su camino rumbo a su hogar. Un fuerte dolor de cabeza lo tenía mal así que de inmediato tomó un taxi para llegar a casa lo más pronto posible. Por su parte, Temperance Brennan observó la tarjeta que el hombre le había entregado y esbozó una ligera sonrisa. Siguió caminando hacia el otro lado del camino cuando escuchó una voz:

-Sabías que arruinaste mi plan? Todo iba bien hasta que me golpeaste Tempe! –El hombre que intentó asaltar a aquel hombre minutos antes se acercó a la joven.

-No te preocupes Henry. Además no fue un golpe duro! Pero bueno, lo más importante es que todo salió a la perfección. –Brennan volteó a ver a su compañero mientras se dirigían a una camioneta que aguardaba por ellos.

-De verdad? –Henry creía que era una broma.

-Si, mañana debo acudir a una cita de trabajo con él. –Brennan sabía que lo que acaba de ocurrir serviría para llevar a cabo sus planes.

-En verdad eres buena! Nunca pensé que ocurriría tan rápido! –Henry había escuchado acerca de las habilidades de Temperance pero ahora podía asegurar que todo lo que oyó tenía un fundamento verdadero.

-Yo tampoco pero me alegra que así haya sido. Christopher Morrison-Baker acaba de morder el anzuelo. Ahora vámonos a descansar. Todavía me cuesta readaptarme al horario americano. –Finalmente dijo segundos antes de que entraran a la camioneta que se dirigió a otro punto de la ciudad.

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Doce horas antes…

En el edificio del FBI, una joven agente se encontraba terminando el reporte de su última misión. Había pasado 6 meses infiltrada en una banda criminal que dominaba la mayor parte de Europa traficando drogas. Gracias a su gran y eficiente trabajo, la banda había sido desmantelada y capturada con rapidez. Finalmente, había regresado a su hogar después de hacerse pasar durante varios meses por una drogadicta francesa. Estaba por terminar su último reporte cuando recibió una llamada telefónica:

-Brennan. –Contestó con rapidez y sin mirar el identificador de llamadas.

-Habla el Director Cooper. Necesito que venga de inmediato a mi oficina por favor. –La voz de aquel hombre la sacó de sus pensamientos.

-Entendido Señor. –Al decir estas palabras, el hombre terminó la llamada.

De inmediato, Temperance Brennan dejó su oficina para dirigirse a ver al director del FBI. Hacía tiempo que no lo veía personalmente y pensaba que tal vez quería preguntarle los últimos detalles sobre su misión en Francia. Al llegar a la oficina tocó 3 veces la puerta antes de que le indicaran que entrara. Frente a ella estaba el hombre que había solicitado su presencia:

-Hola Temperance. –Le dijo mientras le indicaba que tomara asiento.

-Buenos días señor. –No sabía cómo debía comportarse frente al hombre más importante de toda la organización. El rostro de aquel hombre se veía bastante serio.

De pronto esbozó una sonrisa antes de continuar: -Sabes que cuando estamos solos no necesitas ser tan formal conmigo.

-Lo siento. Es solo que a veces se me olvida. –Brennan respiró tranquila, finalmente el hombre que tenía enfrente era mucho más que su jefe.

-A mí no se me olvida que fui tu profesor en la Academia. –Intentó hacerla sentir más cómoda después de mucho tiempo de no verse.

-Es verdad y por eso te agradezco todo el apoyo que me has dado Richard. –Temperance sabía que todo lo que había conseguido en su carrera era gracias a él.

-Desde que eras cadete supe que tenías un gran potencial para ser agente secreto. Ahora veo que no me equivoqué. Te has convertido en una excelente agente. –Richard estaba convencido de que en un futuro se convertiría en la mejor.

-Todo fue gracias a todas tus enseñanzas. –Temperance nunca podría olvidar que Richard había sido un magnifico profesor y mentor.

Se quedó mirándola unos segundos en silencio para después continuar: -Me alegra que hayas regresado en perfectas condiciones. Las autoridades francesas han agradecido nuestra intervención para detener a esa banda de traficantes.

-Solo hice lo correcto. –A Brennan no le gustaba que alabaran su trabajo.

-Por otra parte, tengo una nueva misión para ti. Esta vez no deberás irte al extranjero sino que es un asunto local. –Dijo mientras observaba la reacción de su discípula.

Aquellas palabras despertaron la curiosidad de la joven: -De qué se trata?

-Deberás infiltrarte en una banda de tráfico de armas. La persona a la que deberás investigar es Christopher Morrison-Baker. Sabemos que se encarga de conseguir armamento y venderlo a los países extranjeros pero todavía no hemos encontrado nada que nos haga llegar hasta él. Por ello es que necesito tu apoyo.

Brennan quería descansar un poco pero sabía que tenía un deber con su país: -Está bien. Pero te pido algo. Esta vez quiero ir con mi verdadero nombre. Después de 6 meses siendo Lucille Bertrand quiero volver a ser yo misma.

-De acuerdo. Te entrego este archivo que contiene toda la información que necesitas saber sobre Christopher Morrison-Baker así como tu historia ficticia. Como siempre, Ángela será tu contacto. Trabaja como lo desees pero te pido que tengas cuidado. –Le preocupaba mucho que algo pudiera llegar a ocurrirle si la llegaran a descubrir.

-Así lo haré. Espero tener buenas noticias muy pronto. –En ese momento, se levantó de su asiento. Estaba por abrir la puerta cuando Richard le dijo:

-Y una última cosa Temperance. Tus padres estarían muy orgullosos de ti.

Ese era un asunto doloroso para Temperance así que sin voltear a verlo simplemente le respondió: -Lo sé. Han pasado 5 años desde su muerte y todo lo que he hecho ha sido en su memoria así como por el bienestar y seguridad de mi país. Ahora me retiro. Debo planear la forma en que lanzaré el anzuelo. Hasta pronto… señor. –Dicho esto, la agente salió de la oficina del Director Cooper.

Brennan se dirigió hacia su oficina para estudiar su historia de fondo. Debía ganarse la confianza de Christopher Morrison-Baker lo más pronto posible para poder entrar a su círculo de confianza. Se trataba de un hombre nacido en los Estados Unidos hacía 50 años. No había ningún indicio de que tuviera esposa o hijos. Siempre se rodeaba de la gente a la que le depositaba su entera confianza pero también le gustaba disfrutar de la soledad. Amante de las bebidas irlandesas disfrutaba asistir a varios bares ubicados en pleno centro de Washington. Estaba tan inmersa en el expediente de Morrison-Baker, que no escuchó cuando alguien tocó a la puerta:

-Vaya, creo que nunca se te quitará lo sorda. –Definitivamente Ángela Montenegro sabía cómo lograr que Brennan le prestara atención.

-Ángela! Por fin te veo! –Después de 6 meses de solo escuchar su voz, ya era necesario que volvieran a estar frente a frente.

-Me da mucho gusto verte de nuevo Brennan! Después de 6 meses en la ciudad del amor pensé que algún francés había conquistado tu corazón. –A Ángela le gustaba hacer reír o enojar a Temperance dependiendo de la situación.

-Sabes que desde que ocurrió lo de William no he vuelto a salir con nadie, ni quiero hacerlo. –Ella sabía que Ángela se preocupaba por ella pero debía ser clara en ese aspecto.

-Ya sé que te has dedicado a trabajar pero también es necesario que pienses en ti. No digo que te cases mañana pero sí que disfrutes un poco de todas las maravillas que nos ofrece la vida. –Respondió Ángela mientras tomaba asiento frente a Brennan.

-Mira quien lo dice. Prácticamente estás comprometida con Jack desde hace un año y todavía no le has dicho a qué te dedicas. –Ángela se quedó callada al escuchar esas palabras. Después y mirando fijamente a Temperance le dijo:

-Sabes bien que no puedo hacerlo. Pondría su vida en peligro.

-A eso me refiero. Además, en estos momentos estoy enfocada a mi trabajo. –Definitivamente no quería seguir tocando ese tema por lo que le enseñó el expediente que le había dado el Director Cooper.

-No lo puedo creer. Acabas de llegar y ya tienes un nuevo caso? –Ángela comenzaba a pensar que a su amiga le gustaba desarrollar múltiples identidades porque nunca dejaba de trabajar.

-Así es. Espero me puedas ayudar. Necesito que actualices mi base de datos con algunos antecedentes criminales pero nada de gravedad. Es más, debo verme como víctima ante nuestro objetivo. –El rostro de Brennan se había tornado serio así que Ángela se levantó de su asiento para dirigirse a la puerta mientras respondía:

-Está bien. Me pondré de inmediato a trabajar en tu historia. Y de verdad me alegra tenerte en casa. Nos vemos después.

Ángela salió de la oficina de Brennan mientras ésta se quedaba observando en una fotografía el rostro de su objetivo. Debía grabarlo perfectamente en su memoria para no cometer ningún error. Pero a la vez, pensaba en lo que le había dicho su mejor amiga. Había conocido a Ángela en la academia porque compartían dormitorio. Desde aquellos momentos había iniciado una gran amistad entre ellas que seguía hasta el presente día. Ángela era un genio de la informática mientras que ella se había esforzado para ser la mejor agente. Siempre pensaba en el trabajo y no dejaba tiempo para su vida personal. Pero de pronto, la realidad volvió a su mente:

"Ya deja de pensar en estupideces. El amor llegará cuando tenga que llegar. Ahora lo importante es planear la forma en que lanzaré el anzuelo porque este pez gordo tarde o temprano caerá".

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Advierto que pasarán algunos capítulos antes de que Booth aparezca así que no desesperen. Por el momento, ya estoy escribiendo el nuevo cap de JP así que dependiendo de la cantidad de comentarios que hagan, yo subiré ese cap lo más pronto posible (Parece chantaje pero en verdad…. Si lo es! jajajaja!).

Pues bien, no olviden presionar el botoncito de abajo para decirme si les gustó este cap! Y si no, pues también oprímanlo! En fin, saludos y besos a todos. Bye!