Después del Entierro

Después del Entierro

Mis pasos retumbaron en el oscuro corredor.

Ahora vivía sola en esa casa, Sayuri se había casado y tenía su casa.

Las casas vacías exageran los sonidos.

Y más todavía las que extrañan a sus dueños.

Las que están tristes.

Las que están de luto…

Me detengo.

El silencio es tanto que se puede escuchar.

La casa parece más grande.

Enorme.

¿Será tal vez que la tristeza nos hace empequeñecer?…

Tengo miedo.

Necesito un abrazo de mis tíos.

Su consuelo.

Su compañía.

Su amor.

Vuelvo a sentirme como aquella chiquilla indefensa y atolondrada que llegó aquí un verano hace dieciocho años, sin saber, o siquiera sospechar…

Que esta ciudad se convertiría en su ciudad…

Esta casa en su casa…

Y estos tíos…

En sus padres.