Del pasado, del presente, de los recuerdos, de las verdades... de aquello que nunca contaste

Disclaimer: "Del pasado, del presente, de los recuerdos, de las verdades... de aquello que nunca contaste" es una historia de ficción basada en la serie C.S.I. Las Vegas, Grissom, Sara, Cath, Brass y Warrick no me pertenecen, aunque el resto sí. No intento violar las leyes de copyright, ni obtengo ningún tipo de remuneración económica por escribir esto.

Nota de la autora: Este fanfic es un Post – Nesting Dolls, que es el capitulo número 13 de la 5ª temporada de CSI Las Vegas. Por cierto soy shipper Grissom – Sara, como me diría la Sra. Cheg nadie es perfecto, así que luego no quiero reclamaciones porque el fanfic también lo es. De igual manera Cath me cae muy bien y realmente el relato se desarrolla a tres bandas entre el Boss y sus dos chicas CSI. Este va a ser un WIP largo, aunque juré nunca más ponerme a escribir uno de estos se me ha ocurrido una historia larga que se desarrolla entre el pasado y el presente y mi única excusa es que tengo la necesidad de contarla.

Pairing: En este capitulo ninguno, el fanfic será básicamente Grissom/Sara con algún toque Grissom/Cath en el pasado.

Categoría: No sé exactamente como definirlo, pero vamos, que en un caso no se centra.

Rating: Esta parte para todos los públicos, según vaya avanzando eso cambiará.

Dedicatorias: UHF, esto va a ser largo.

En primer lugar a mi beta, Enia, que es la mejor, la más paciente y la mejor consejera que se pueda tener. Luego a mi querida Lourdes que aunque no es GSR siguió el relato con paciencia hasta que la cosa se puso demasiado shipper Grissom-Sara. A Ana que a lo largo de estos dos años ha sido un apoyo constante, siempre comentado, siempre apoyando, siempre ahí. A Gala MD por sus comentarios estupendos y largos de mis relatos CSI y Xfiles y por haberme regalado leer los suyos House MD, ya me dirás si este te gusta. A Maest que es estupenda y siempre esta ahí, aunque ahora este muy liada.

Luego a las chicas del foro Lux, aprilgriss, ARWYN30, Exme, Grysh, KATRINAKUCHIKI ,LaSidle, RachelCSI, sandersgirl, Scully22, sidle87, virpigipi, y lucia-sg porque sin ellas jamás lo habría acabado. Y por último pero no por eso menos importante a toda la gente de fanfiction que ha leído mis relatos y en especial a Malu Snape Rickman, Lety san, odeepblue, Days06, Lady Harry, CocoCats, Paly Messer Stokes, EsmeGSR, Jackie Flannery, Chveya y Mueca Brava1 por dejar su firma, su sellos, su rewiev, porque sin alguien que lea y alguien que opine sobre lo que escribo, no sería nadie.

Muchas gracias por estar ahí.

Enero de 2005 – enero 2007.


Capitulo I. Siempre

En la actualidad.

Grisson, supervisor del grupo de noche de la policía científica de las Vegas, se encontraba envuelto en una marabunta de papeleo desde hacia ya unas horas. Desgraciadamente la vista de su escritorio era peor en aquellos momentos que al comenzar la jornada.

Encerrado en su despacho desde hacia tres horas, estaba desesperado, sin embargo su rostro casi impenetrable no dejaba vislumbrar ningún sentimiento, mientras mantenía la cabeza dentro de una carpeta, que seguro ya debería de estar en otra mesa que no fuera la suya.

Odiaba el papeleo. Por eso un obseso del orden y la disciplina como él siempre lo dejaba para el último momento. Aquello de rellenar informes para que nadie los leyera después, le ofendía en sobremanera. Era una perdida de tiempo que le apartaba de su verdadero cometido; observar, deducir y resolver. Desgraciadamente sus jefes no pensaban lo mismo.

Un leve golpe en la puerta le desvió de su tarea y tras haber dado permiso para que le invadieran dentro de su despacho vio como Catherine Willows entraba por la puerta.

Cath, como todos la conocían, había sido su compañera y subordinada durante más de 15 años. Sin embargo su valor, inteligencia, tenacidad y experiencia la habían convertido hacia poco tiempo en una igual de rango, siendo en estos momentos la supervisora del turno de tarde.

Siempre perfecta, con su cabellera rubia impoluta y sin una arruga en su perfecto traje de chaqueta, entró dejando tras de si la puerta cerrada y se dirigió frente a su compañero.

-Me han dicho que llevas aquí toda la tarde.

-Tengo papeleo retrasado desde hace casi un mes – dijo mientras levantaba la cara de entre la carpeta y la miraba directamente.

-Pensé que vendrías a verme – dijo ella mientras se sentaba en la silla que la enfrentaba a Gil.

-¿Y eso? – respondió sorprendido.

-¡¡Venga Grissom!! Estoy esperando la reprimenda – se apoyo sobre la mesa-. ¿Cómo es posible que justamente tú te pusieras así con Sara¡Tú también te tomas algunos casos como algo personal¡Tú vida interfiere en tu trabajo! Confías demasiado en tu instinto... ¿¡Cómo se puede hacer tanto la pelota a Ecklie!? – dijo intentando parafrasear a su interlocutor.

-¿Consideras necesario que te diga eso? – Grissom preguntó con una media sonrisa y dejando definitivamente todos los papeles sobre la mesa, la dedicó toda su atención-. No soy quien para echarte nada en cara. Ya no soy tu jefe.

-Eres mi amigo.

-Y respeto tus decisiones, aunque no las comparta.

Cath se levantó rápidamente con cierto aire de frustración. Estaba contrariada por la complaciente posición que Grissom había adquirido en la conversación. La estaba dando la razón con demasiada facilidad y eso la hacia sentir mal, así que intentó autoexcusarse para autoconvencerse de que ella tenía razón y de que la posición de su compañero era excesivamente pasiva.

-¡Sara se pasó! Se insubordinó. No puedo consentir que me falte así al respeto.

-Sara no quería faltarte al respeto. Lo sabes – dijo Grissom con calma, como quien dice una obviedad, mientras Cath se paseaba por la habitación-. El problema es que ella te sigue viendo como compañera y tú te intentas ver como jefa. Sara vive para trabajar, es lo que mejor hace. Tal vez se excedió, pero vuestro castigo fue muy elevado para su falta – dijo mientras salía de detrás de su mesa y se colocaba frente a Cath.
-La proteges demasiado – dijo ella cara contra cara.

-¿Tú crees?

El pasado se hizo presente y un montón de recuerdos acaecidos en ese mismo lugar acudieron a la cabeza de ambos.

Invierno 1995/96.

Un Brass diez años más joven, se encontraba tras su mesa, viendo como una joven Cath le gritaba con ira desde segundos antes, cuando entró en su despacho sin ni siquiera llamar.

-Tu problema es que se te ha pegado el asiento al culo - dijo Cath con ira con sus manos apoyadas en la mesa miraba cara a cara a Brass que aún estaba sentado tras su despacho, mientras parecía que empezaba a perder los nervios.

-Willows te estas pasando. Estas a una palabra de que te despida. Esto no es personal – dijo aquel Brass joven mientras se levantaba.

-Tú sueltas a un asesino y por eso me despides ¿Estarás de broma?

-No – la respuesta del hombre fue seca, cortante, parecía no dejar lugar a dudas. Pero sólo hizo que Cath bajara su tono de voz.

-No puedes dejarle libre.

-No sabes si fue él – dijo él tras rodear su mesa y apoyarse en ella, a medio metro de Cath.
-Y una mierda – grito ella.

-No me eches a mi la culpa de tu ineptitud. No tienes pruebas concluyentes.

-No las necesito. Es culpable – dijo la joven mientras se enfrentaba a su superior cara contra cara, cuando sus ojos ya brillaban más de la cuenta.

-Nunca creí oír decir eso a un CSI¿Tú que dices Gil? – Comentó Brass apartando la mirada de la joven y dirigiéndola a Grissom, el hombre al que las pruebas hablaban mejor que a nadie, que acababa de entrar por la puerta de su despacho aún abierta.

Cath se aparto de Brass, mientras éste volvía a colocarse en su silla, tras su mesa, y Grissom entraba con su ya consabida cara de nada y se acercaba hacia Cath.

-Se oyen los gritos en todo el edificio – dijo Grissom.

-Mira, así tendré testigos para cuando presente tu solicitud de despido. Tienes una protegida muy molesta - dijo Brass con su siempre actitud irónica mientras paseaba la miraba de Cath a Grissom. Cath por su parte, desde que Gil había entrado sólo buscaba en su mirada un apoyo...

-Ha dejado libre a Procter – Cath susurro.

Cómo única contestación y sin dejar de mirar a Brass, Gil dirigió sus palabras hacía Cath.

-Nos puedes dejar solos un momento, por favor.

-¡¡Pero Gil!! – Cath no podía entender aquella actitud de su superior¿es que acaso la iba a apartar de su lucha sin ni siquiera mirarla?.

-Por favor – repitió Gil, está vez mirando fijamente a Cath, mientras con una mano rozaba su hombro.

-Iros a la mierda – dijo Cath en un susurro, increíblemente ofendida, mientras apartaba a Gil con un gesto brusco y salía por la puerta dando un portazo.

Brass, recostado en su silla y con los brazos cruzados, esperaba con ansia la defensa de la reina. Tenía la sensación de que en esos momentos Cath no era consciente de lo que Gil sería capaz de hacer por ella. Sonrío mientras Gil se sentaba frente a él, seguramente ni siquiera Grissom sabía de lo que él era capaz por su joven protegida.

En la actualidad.

Cath se encontraba sentada en el viejo sofá que adornaba el despacho de Grissom. Él, estaba sentado cerca de ella en la silla que Cath había ocupado minutos antes. Ambos se miraban fijamente y en silencio.

-Eso fue diferente.

-¿Qué? – dijo Gil incrédulo, ante la imposibilidad de que realmente Cath pensara que aquello había sido diferente-.¿Quién salió en tu defensa?

-Tú - asintió ella con la mirada baja.

-¿Por qué aquellos días estabas tan furiosa?

-Motivos personales.

-¿En que se diferencia? – sentencio Grissom.

-En que era yo – una gran sonrisa iluminó la cara de Cath.

-¡¡¡Ahhh!!! – dijo Gil mientras se levantaba -. Siempre es diferente cuando nos duele a nosotros.
-Sigo pensando que proteges demasiado a Sara.

-Sigo pensando que no os diferencias en tanto como te gustaría – una sonrisa picara se posó en su rostro al ver que Cath también tenía una sonrisa pintada en su cara, aunque enseguida cambio de tema.

-Brass era un jefe horrible.

-No le gustaba su posición en la partida – dijo Grissom mientras se levantaba dando el tema como acabado.

-Le va más lo de poli duro – dijo ella mientras dejaba la silla frente a la mesa, donde la había encontrado- Ahora es más simpático.

-Seguro que le gusta saber que piensas eso.

-Algún día se lo diré...Te dejo – dijo mientras se dirigía hacia la puerta- Mi hija me espera.
-Siempre – dijo en un susurro que Cath no percibió ya al otro lado de la puerta.

Cath salió con decisión de la oficina de Grissom, seguía contrariada y un poco molesta pero aceptaba que tal vez, sólo tal vez, si sé había excedido con Sara. Eran momentos duros para ella, en los que tenía que mantenerse dura para no parecer blanda ante los jefes que la miraban con recelo.

Grissom había sido un buen jefe, ahora se daba más cuenta que nunca. Siempre apoyaba a su equipo y siempre ponía su cara por delante si era necesario, pero en estos momentos y casi de continuo, era la de ella la que estaba en juego.

-Hola.

Fue la voz de Sara la que le recibió al otro lado del despacho de Gil. Sara era poco más alta que ella, su cabellera era castaña y no mostraba ningún interés aparente por su apariencia física. Aunque casi las separaban diez años, podrían parecer compañeras de generación ya que la siempre impoluta Cath intentaba ganarle la partida a los años, con una sonrisa y un cuerpo moldeado, siempre bien ajustado con ropas vistosas, mientras Sara se dejada tras una cara seria y una dedicación casi exclusiva al trabajo. Eran como los dos anversos de una moneda, pero a la hora de trabajar sin lugar a dudas Grissom tenía razón, ambas se parecían más de lo que les gustaría reconocer.

Llevaban trabajando juntas casi cinco años, pero en contra de la relación que las unía con los otros CSI, la relación que ambas compartían era anodina. No habían llegado a conectar como compañeras, aunque ambas respetaban y valoraban el trabajo de la otra. Tampoco se podía decir que se llevaran mal, aunque a lo largo de los años habían tenido más de un encontronazo.

-Te estaba buscando – siguió Sara, tras su saludo.

-Tengo prisa. Lindsey... – la verdad es que no tenía ganas de hablar con ella.

-Sólo quería disculparme – Sara no la dio oportunidad de escaquearse y fue directa al grano-. Sé que hay veces que es difícil tratarme... no tenía derecho a comportarme como lo hice. Tú no tienes la culpa de mis problemas, ni de tener ahora más responsabilidades. Lo siento.

La expresión y la tranquilidad con la que la habló Sara sorprendieron a Cath. Era como si una ola de tranquilidad y sinceridad hubiera barrido a la joven y siempre taciturna Sara. Igualmente se preguntó si ese cambio de carácter era natural o tendría algo que ver con Grissom.

-Yo también lo siento – había que ser justas-. Es posible que mi conducta de los últimos días no haya sido la más adecuada. He sufrido mucha presión últimamente.

Una leve sonrisa cruzo la cara de Sara.

-Entonces¿firmamos la paz?.

-Paz – dijo Cath mientras la ofrecía la mano que Sara acepto sin dudar-. ¿Vas a disculparte con Ecklie?

-No – dijo Sara con contundencia-.

-Entonces seguirás suspendida.

-Y si le pido disculpas también. Las dos semanas no me las quita nadie. Sólo que me respetaría un poco menos a mi misma si me disculpara con él.

Cath la miró con comprensión y decidió hacerla una confesión para suavizar la conversación y ganarse el apoyo femenino de la sala, por lo que pudiera pasar.

-El otro día intentó meterme mano.

-¿Ecklie? – dijo Sara todo sorprendida y abriendo mucho los ojos.

-Es como un pulpo, nunca sabes donde va a aparecer su mano. Tratar con él es un suplicio diario.

-Por eso Grissom no lo hace – comento Sara con media sonrisa.

-Así le va... – dijo Cath afirmando-. No se puede estar tan apartado de la realidad... A veces hay que tratar con gente que no te gusta...

En esos momentos y sin previo aviso Grissom apareció tras la puerta de su despacho tan serio y taciturno como era su costumbre.

-Son imaginaciones mías. O ninguna debería de estar aquí.

-Me iba – dijeron las dos al unísono-.

-¿De quién estabais hablando mal? – las dos rieron al unísono ante la cara seria y a la par sorprendida de Gil.

-Me voy – dijo Cath -. Se me está haciendo tardísimo.

-Voy contigo – secundó Sara-. Saldré del edificio antes de que me vea Ecklie y me suspenda unas semanitas más por venir al trabajo cuando soy persona no grata – comento mirando a Grissom mientras se alejaba camino de Cath, que ya la esperaba cerca de la salida.

-Espera un momento – dijo Grissom-. ¿Me gustaría hablar con tigo?

Las dos mujeres se quedaron sorprendidas. Cath con una mirada llena de interrogación se despidió de los dos con el ligero movimiento de una mano. Grissom con un ligero toque en la espalda acompaño a Sara, que ya había regresaba a donde él estaba, hasta la salita de descanso.