Disclaimer: El universo y sus personajes son obra de la maravillosa JK Rowling, yo solo los utilizó para pasar un buen rato sin ánimo de lucro, por supuesto.

Advertencias: SLASH, Drarry…

2 horas, 40 minutos.

Sabes que es una locura. Una cosa es follar con Potter de vez en cuando y otra muy distinta es tener una relación estable-y monógama- con él. No puedes. Es traicionar tus principios: diversión, libertad y ausencia de compromisos. No. Potter no puede creer que tú estás dispuesto a dejar tus aventuras por él, está loco. Tú eres Draco Malfoy, y no vas a renunciar a ser quien eres solo por haberte enamor… fijado en el héroe del Mundo Mágico.

Es una lástima, porque Potter era un polvazo. Tenía todo lo que un buen amante necesita, además de se gracioso, torpe e ingenuo, una combinación de lo más adorab-interesante.

Llevas una hora sin Potter, y estás bien. Exactamente lo que predijiste que pasaría. Entras en tu piso, y lo encuentras desierto- y frío. Es la primera vez en una semana que lo pisas, el de Harry está mucho más cerca del trabajo. Además, es mucho más acogedor. Pero ya es hora de que todo vuelva a la normalidad, y tu lugar está en tu casa.

Decides prepararte algo rápido para cenar y lo que encuentras te desmotiva. La nevera esta ordenada por Harry. Tienes la insana sensación de que todo lo que tocas lleva su aroma. De hecho empiezas a plantearte si no ha sido un hechizo de él para que lo puedas olvidar aunque quieras. Pero no, Harry es demasiado noble para hacer eso. Es como un caballero de cuento de hadas dispuesto a salvaros a todos a la mínima...

Cortas ese pensamiento en cuanto te das cuenta de que suenas como una Hufflepuff de primero. Tras seleccionar los ingredientes, te preparas una ensalada mientras piensas en lo ricos que le quedan a Harry los espaguetis esos boloñeses-o como se llamen. Y piensas en pedirle que te prepare unos para almorzar mañana. Mal pensamiento, no verás a Potter en mucho mucho tiempo.

Respiras hondo y vas al baño. Mala idea. La imagen de Potter y tu follando contra la mampara es como una fotografía. O por lo menos tú lo ves tan nítido como si estuviera pasando en este preciso instante.

¿Qué coño te pasa?

Han pasado dos horas y te empiezan a surgir dudas de si deberías haber sido tan drástico con Potter.

Mierda, Draco. Tú no eres de relaciones estables. Potter puede buscarse a otro que le ría las gracias. Tú solo quieres sexo, alcohol, diversión, los ojos verdes de Potter teñidos de lujuría…

No sabes donde meterte ya. Así que sales de casa y te pones a dar una vuelta por la ciudad, lástima que allá a donde vayas tengas el recuerdo de Harry pegado a tu sombra, casi como demostrándote una vez más su omnipresencia en tu vida.

Empiezas a pensar que quizás la relación que Potter y tú tenéis sea algo más que follar de vez en cuando. Echas de menos sus labios, su piel, sus manías de Gryffindor obseso… simplemente le echas de menos a él.

La has cagado. Y mucho.

Llevas dos horas y treinta y siete minutos desde que Potter te dio el ultimátum y ahí estás, en su casa, besándole con pasión y suplicándole-sí, suplicándole- que te perdone, que le quieres.

Y Potter, el muy cabrón de Potter se separa y te sonríe-

-Sabía que no tardarías, idiota. No puedes vivir sin mí.

Y es verdad, pero no se lo vas a admitir así que le besas de nuevo y le empujas contra el sofá del salón. Tienes dos horas y cuarenta minutos que recuperar.