¡Hola hola! ¡Aqui les traigo mi primer ffc de Ladybug! Gracias a mi hermana y amiga del alma (Zoteria) por brindarme esta maravillosa idea para esta historia y su ayuda mientras la escribia. Constara de tres capitulos y muy probablemente de un extra que es el que me falta por terminar.

Contiene lemon, se recomienda discrecion... Veamos que tal porque es el primero que hago jaja Habra mucha rikura y salseo 7w7

Espero les guste, este ffc sera principalmente Marichat (¿Mi pequeña obsesion? xD) pero tambien tendra Adrinette mas adelante :3

¡Finalmente disfrutenlo!

Nota1: Miraculous Ladybug no me pertenece al igual que sus personajes.

Nota2: La cancion que Marinette canta se llama "In The Rain" solo dura dos minutos, su versión en español es muy hermosa y describe perfectamente los sentimientos por Adrien desde el punto de vista de ella :'v Se las recomiendo mucho si quieren que se les apachurre el kokoro como a mi.


Capitulo I

"Una noche contigo..."

Quien diría que ya se estaba acercando el momento en que por fin podría nombrarse a ellos mimos como "Graduantes" Eso pasaba claramente pos las mentes de cada joven de aquel lugar. Sus enormes sonrisas hacían que el lugar brillara, opacando las diversas y extravagantes luces de colores. Se habían reunido casi todas las facultades de la universidad, celebrando el día de San Valentín que había sido organizado principalmente por los del último año de cada carrera con mucho entusiasmo. Porque dentro de muy poco llegaría el momento de cumplir una meta más en sus vidas.

Por lo cual; algunos no dudaban en demostrar su alegría y gritar a los cuatro vientos que por fin lograrían portar una toga oscura junto con su diploma. Otros disimulaban la excitación solo riendo por aquellos que no lograban contenerla.

En un rincón más apartado del salón de fiesta se encontraba una chica de brillante cabello azul medianoche, sentaba con desgano mientras sostenía una vaso de plástico que contenía una bebida rojiza. A su lado su amiga hacia todo lo posible por llamar su atención, pero lamentablemente la ojiazul estaba inmersa en sus pensamientos…

Siete años… Siete largos años en que estaba aun tontamente enamorada de un chico que apenas veía y que ni siquiera repara en su presencia. Debería estar feliz como sus compañeros por estar próxima a graduarse, pero no tenía caso; ese día en concreto la dejaba con el corazón pesado y con muchas ganas de ahuyentar a las parejas enamoradas que pasaban al frente de sus ojos para ir a la pista de baile con una manguera de agua a presión. Un lento suspiro salió de sus labios, no era justo. Hacía ya bastante tiempo en que había tomado la decisión de dejar su amor enterrado y en el pasado, sin embargo era inútil. Sus sentimientos aun florecían en su pecho cuando divisaba una cabellera dorada y los nervios amenazaban nuevamente con ahogarla. A pesar que ya podía decir oraciones más coherentes cuando charlaban, aun permanecía el bochornoso sonrojo en sus mejillas como una colegiala. ¿Pero que podía hacer ya? Se había rendido. Pero su corazón parecía no querer escucharla.

Y para empeorar las cosas estaba sumamente confusa por su compañero de batalla. Comenzó a sentir emociones que supuestamente solo debian pertenercele al joven modelo de ojos esmeraldas... Y era algo que le había estado pasando desde hace meses, no sabía que pensar al respecto. ¿Era posible que ya estaba enamorada de Chat Noir dejando a un lado su amistad? O podría ser que su corazón estaba desesperado por buscar un amor que fuera correspondido, aunque sabía de ante mano que el gato revoltoso no sentía nada más por ella, no como Marinette... Él solo tenía ojos para LadyBug, la súper heroína de todo parís, no a una torpe y tímida chica que a pesar de los años seguía siendo prácticamente la misma.

Se enamoro por segunda vez sin olvidar su primer amor y ninguno podría ser correspondido alguna vez...

Perfecto estaba destinada a morir solitariamente de amor.

¿Por qué había tenido que venir a la fiesta más melosa del año?

Ah sí… por que la habían prácticamente arrastrado en contra de su voluntad.

—¡Marinette!

La aludida chillo por lo bajo frotando su brazo que había sido víctima de un cruel pellizco.

—¿Qué?—pregunto alejándose unos centímetros de la peligrosa morena.

Alya la observo con severidad cruzándose de brazos— ¿Es que piensas quedarte sentada toda la noche?

La pelinegra bufo aburrida— No toda la noche, solo lo suficiente hasta ahogar mis penas en ponche y en aperitivos—murmuro tomando un poco más de la dulce bebida.

—¿Es en serio? Mírate Marinette estas preciosa con ese vestido que tú misma diseñaste con tanta ilusión ¿Y para qué? Para desperdiciarlo aquí sentada hasta que tu trasero se quede plano— dijo señalándola con el dedo acusador.

Marinette observo su vestido con un nuevo y nostálgico suspiro. Le llegaba por las rodillas, cernido a la cintura y con escote de corazón. Era de un hermoso rojo brillante con negro, zapatillas a juego y un bolso de mano de lunares negros, donde permanecía Tikki durmiendo plácidamente. Curiosamente los colores de LadyBug, lo había hecho a apropósito a ver si eso le daba el valor y la fuerza de su alter ego para enfrentar aquella velada.

Pero claramente no estaba funcionando…

—No debiste haberme traído…

Esta vez Alya cambio su semblante a uno más preocupado y con algo de resignación poso su mano en el hombro desnudo de su amiga del alma— No quería dejarte sola en el apartamento, tú también colaboraste en hacer esta fiesta y tienes todo el derecho a disfrutarla… Se lo que te agobia chica, pero no puedes estar así toda la vida.

Ella simplemente se encogió de hombro— No sé a qué te refieres Alya.

Con una ceja arqueada y una sonrisa maliciosa decidió comprobar su punto. Así que repentinamente la morena tomo su codo y le dio una sacudida— ¡Oh dios mío es Adrien y ahí viene!

En seguida Marinette se puso de pie de un salto observando a todas direcciones— ¿D-Dónde?—balbuceo nerviosa.

Alya contuvo la burbujeante risa para no lastimar los sentimientos de la ojiazul—De verdad no tienes remedio—dijo negando suavemente.

Las mejillas de Marinette se ruborizaron ante la vil trampa en que había caído.

—Me habías dicho que lo habías olvidado completamente—comento arqueando nuevamente una ceja rojiza.

La joven se sentó bruscamente y sin fuerzas. Con una expresión derrotada— Intento repetirlo varias veces al día a ver si yo misma lo empiezo a creer—observo como Alya abría la boca para reconfortarla, pero rápidamente la callo toqueteándole en brazo con suaves golpecitos— Vamos fiera, ve por tu chico. Nino debe estar buscándote, y tú tienes que estar con tu flamante novio el día de San Valentín en vez de un alma en pena como yo— dijo forzando una sonrisa.

—Pero Marinette no quiero dejarte sola— dijo frunciendo los labios poco convencida.

—Tonterías, estaré bien no te preocupes— la comenzó a despachar con ligeros movimientos de su mano, para después lanzarle una mirada amenazante— Y ni se te ocurra cancelar tu cita de esta noche con él. Me harás sentir mil veces más basura.

Alya le había comentado que se quedaría a dormir junto a Nino, este tenía su propio apartamento. No era como si no lo hiciera a menudo, pero esta vez había estado a punto de rechazarlo solo para estar junto a su amiga despechada, porque sabía lo que esas fechas le hacían sentir. Admiraba y adoraba a la pelirroja pero no podía dejar que ella sacrificara una romántica velada con su amado solo por su culpa. Además le venía muy bien debes en cuando aquellas noches de soledad…

Después de callar a Alya y mandarla derechito hacia su novio alegando que estaría bien y que le avisaría nada más ir a su propio apartamento que compartían ambas. Marinette se dispuso a ir a llenar nuevamente su vaso de ponche, encontraba ese líquido dulce y rico y la ayudaba a distraer un poco sus ideas. No estaba acostumbrada a ese sabor, pero esa noche necesitaría eso y una buena tonelada de comida chatarra para mejorar sus ánimos.

Con pasos perezosos se dirigió de nuevo a su silla, que ya prácticamente la había marcado como suya apenas había puesto un pie en la fiesta. Al decir verdad quería estar alejada del rubio, no quería verlo con su amable sonrisa y sus brillantes ojos verdes. Simplemente verlo hacia que le doliera el corazón. Se moría de ganas por demostrarle todo el amor que desbordaba por él. Pero eso solo podría cumplirse en sus fantasías y sueños. Seguramente el ya estaría presente, podía sentirlo, era algo o muy extraño o era que su obsesión había alcanzado un nivel mucho más alto.

Sin darse cuenta ya había ingerido una buena cantidad de ponche y dulces que estaban en la mesa de aperitivos. Comenzaba a sentir la cabeza ligera y la presión en su pecho comenzaba a disminuir, y eso le pareció maravilloso. Por fin un momento de alivio. Rio tontamente sin poderlo evitar.

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Por otra parte Alya conversaba con Nino después de bailar un par de canciones. Ambos estaban sonrientes y muy felices a pesar que por dentro aun la morena se preocupaba por su querida amiga, pero no podía hacerla entrar en razón. Marinette podría ser bastante cabezota debes en cuando.

Un joven de cabellera dorada se acercó a ambos.

—Nino, Alya ¿Cómo están?

El muchacho de gafas y grandes auriculares le tendió la mano a su mejor amigo con una gran sonrisa.

—Hola bro por fin llegas, pensé que tu padre te había encerrado como a una princesa.

Adrien rio por lo bajo— Es una de las ventajas de vivir solo.

Alya observo a Agreste preguntándose si su amiga ya se había dado cuenta de su llegada. Sonrió ante la idea que se le comenzaba a cruzar en su cabeza y no tenía duda de ponerla en práctica. Quizás podría resolver unas cuantas dudas— ¿Oh Adrien no has venido con una pareja en este ambiente de amor?—pregunto inocentemente.

Su novio la miro confuso atreves de las gafas, pero Alya le encajo el codo en sus costillas, una clara señal para que le siguiera la corriente.

Nino tosió disimulando el dolor— Si hermano, pensé que hoy te vería con una montaña de admiradoras y que tenía que abrirme pasó con una antorcha y una pica para ayudarte.

—Pues no hay nadie para mí esta noche, solo pensaba disfrutar un poco de aire fresco y un ambiente rodeado de diversión—respondió encogiéndose ligeramente de hombros restándole importancia.

La chica chasqueo la lengua—Vamos… Eso es que tienes un amor secreto…—dijo en broma la pelirroja.

Para sorpresa de la pareja; el modelo desvió la mirada tomando un primer sorbo de su bebida con un ligero pero muy perceptible rubor en sus mejillas. Pero antes de decir una excusa valida por su rostro colorado; este tosió un poco mirando el líquido del vaso—Creo que alguien agrego demasiado alcohol al ponche.

Alya le arrebato la bebida y apenas una olisqueada ligera y lo aparto de su rostro arrugando la nariz—Oh dios tienes razón, cuando llegamos apenas y se notab…. —su expresión cambio entre asombro y preocupación— ¡Oh chico esa niña se volverá nada!

Los dos chicos la observaron interrogantes.

La morena sujeto a su novio de los hombros y lo zarandeo—¡Nino! ¡Tenemos que encontrar a Marinette! ¡Ella ha estado bebiendo ponche sin descanso desde que llegamos!

—¿Pero cuál es el problema?—pregunto Nino.

Ella tomo una profunda bocanada de aire para evitar darle un buen golpe al chico al que amaba. A veces se sorprendía de lo tonto que era los hombres hoy en día— Ella nunca ha bebido más de unos sorbitos de alcohol en su vida, ¿Cómo crees que estará después de varios vasos seguidos de ponche mientras este sentada sin hacer nada y en esta fiesta llena de hormonas alborotadas?

Tanto Nino como Adrien comprendieron al instante el problema.

—¡Tenemos que encontrarla!

Adrien como una mirada decidida toco el hombro de Alya— No te preocupes yo les ayudo.

Alya le agradecío profundamente—Separémonos si alguien la encuentra no duden en avisar.

Entonces los tres se dispersaron. Con Alya susurrando entre irritada y preocupada si la muy tonta estaría ya en el suelo inconsciente en un enredo de brazos y piernas o llorando desconsoladamente en un rincón.

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El ojiverde comenzó a preguntar a cada conocido con que se topaba. Pero al principio no había tenido respuesta alguna. Y comenzaba a desesperarse ya que había muchas personas y era difícil abrirse paso entre ellas. La preocupación comenzó a filtrarse, era como si fuese invisible y nadie la hubiera visto.

Pero sorpresivamente le pregunto a un grupito de jóvenes del último año de diseño y arte y ellos le contestaron que habían estado charlando y bailando con una muchacha con la misma descripción de Marinette, que había estado muy risueña y demasiado contenta y que súbitamente después de un par de palabras algo torpes se había retirado. Adrien se alarmo, no sabía por qué pero su corazón se hundió en su pecho ante el extraño comportamiento de la chica. El no había hablo demasiado con Marinette desde que se graduaron en la secundaria, solo se habían encontrado casualmente en las reuniones que aun hacían su antiguo grupo de amistad y las conversaciones no habían sido demasiado largas, pero si había tenido la oportunidad de conocerla mucho más siendo Chat Noir, y por eso sabia lo suficiente para darse cuenta que su carácter tímido y tranquilo era totalmente distinto como ellos decían afirmar. A pesar que ella era muy alegre, no se la imaginaba bailando y riéndose a todo dar. Y un extraño sentimiento surgió cuando reconoció uno de esos muchachos como Nathaniel. De solo pensar que había bailado, bebido y charlado animadamente con el pelirrojo casi le daba ganas de estrangularlo.

Desecho aquellos pensamientos asesinos tan impropios y repentinos, y se puso a pensar seriamente. Marinette ya no se encontraba en la fiesta. ¿Pero entonces donde rayos estaba?

Apresurado salió afuera del recinto de la facultad. Y a pesar que la busco a fuera sin descanso; ni una pista de ella.

Sin tiempo que perder se escondió por detrás de una gran camioneta y dejo a salir a Plagg que había estado dormitando en el bolsillo interno de su chaleco.

—¿Qué pasa chico? ¿Ya termino esa aburrida fiesta de melosos enamorados?—murmuro frotando sus ojos mientras bostezaba.

Adrien ignoro su pregunta— Tenemos a una Princesa a la que encontrar… ¡Plagg transfórmame!

Antes de que el Kwami pudiera replicar ya había sido absorbido por el anillo.

Chat Noir escalo uno de los edificios más altos de la universidad observando con preocupación las nocturnas calles de parís. Su cola se movió demostrando el nerviosismo y la tensión de su cuerpo.

—Vamos My princess donde rayos estas…

Y se lanzó al vacío, dispuesto a encontrar a la encantadora chica de cabello oscuro y ojos resplandecientes.

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Casi había transcurrido media hora en su búsqueda frenética, preguntándose una y otra vez si Marinette había cogido un taxi o simplemente había hecho una parada, aunque esto último le ponía los pelos de punta. Una muchacha sola con unas copas de más y de noche no era una gran combinación.

Salto hacia el tejado de una casa, aterrizando silenciosamente en cuatro patas con toda la elegancia de un felino. Se enderezo cuando un suave olor dulce le llego a las fosas nasales. Aspiro profundamente y cuando su cuerpo tembló; supo que era la adorable chica, aunque no sabía si la reacción de su cuerpo fue por el alivio o por algo más. Pero decidió que era simplemente alivio de que ella estuviera cerca nada más…

Paso de techo en techo con agiles movimientos, hasta que al asomarse a la calle pudo divisar la figura de la joven caminando en el solitario camino dando pequeños saltos de alegría. Su corazón se paralizo cuando observo su hermoso vestido que se moldeaba perfectamente a su cintura estrecha y la falda bailaba con los movimientos de sus caderas. Su cabello estaba sujeto en las típicas coletas, pero observo asombrado como ella llevo sus manos hasta las cintas y las desato, dejando su melena oscura libre y danzante, llegando un poco más debajo de los hombros.

Chat sintió como sus latidos se aceleraban ante tan maravillosa y hermosa criatura. Estaba dispuesto a seguir observándola un poco más, pero unas gotas de agua cayeron por su mejilla. El observo el cielo ahora nublado y maldijo por su mala suerte, tenían que llevarla rápido a su casa.

Antes de que se le olvidara, saco su teléfono del bolsillo del traje y mando un texto rápido a Nino para que le avisara a la morena que había encontrado a Marinette y que se encontraba bien.

Ya estaba lo suficientemente cerca de ella y estaba dispuesto a saltar a la acera para acercársele. Las gotas pasaron hacer una ligera llovizna; pero Marinette alzo el rostro al cielo nocturno y con una gran sonrisa. Al parecer poco le importaba mojarse. Por fortuna el invierno había pasado rápido aquel año, por lo tanto había dejado de nevar hace semanas, pero igual el clima seguía siendo muy frio.

Ella abrio sus hermosos labios—Miro los días de lluvia con melancolía pura…—comenzó a cantar lo suficientemente alto para que un gato la escuchara pero ella seguía sin saberlo, inmersa en sus sentimientos— El recuerdo de aquel día en mi mente aún perdura… ¡Mi corazón no te puede olvidar!—ella llevo inconscientemente una mano a su pecho donde los latidos eran rápidos y fuertes.

Aquella mirada esmeralda me hace soñar…

Chat abrió desmesuradamente los ojos perplejo ¿Acaso se estaba refiriendo a él? O la chica se refería a alguien más… Esa última idea le cayó como un peso muerto en el estómago y sus puños se apretaron. No podía ser… ¿O sí?

¿Tú piensas en mí? ¿Que soy para ti? Acércate a mi… ¿Es que no vez que estoy aquí?— Ella dio un pequeño giro, ocasionando que su vestido se alzara en un mágico movimiento— Te veo marchar, me quedo atrás… Reúno mis fuerza para sonreír sin más…— Una sonrisa nostálgico surco sus labios.

El pelirrubio trago hondo ante la magnífica voz de Marinette, pero un sentimiento extraño se instaló en su pecho al notar el triste tono en de canto.

No me vez y no sé qué he de hacer…—Paso una mano por su rostro húmedo por la lluvia rezando para que no sea una mezcla también de lágrimas— Pero aun así no me voy a rendir…

Quiero mostrarte mi yo de verdad y esta mascara algún día podre retirar…

Y al fin lo sabrás…—Miro sobre su hombro y allí estaba uno de los culpables del dolor de su corazón. Al principio creía que cantaba para Adrien pero ya veía que no— Pero yo ya me rendí—le dijo con una sonrisa.

Chat parpadeo sin comprender sus ultimas palabras del todo, luego se acercó a ella con preocupación— Estoy alagado por tan hermoso canto pero… ¿My princess en que rayos estás pensando? Es media noche y está lloviendo, esto pudo haber sido una gatastrofe.

Sorpresivamente Marinette se rio de su tonto juego de palabras— Esa es la cuestión gatito, no estoy pensando.

El observo sus mejillas rojizas y sus ojos brillosos además de su gran sonrisa. El torció los labios en una ligera mueca— Estas bebida.

La pelinegra toqueteo la nariz de Chat con su dedo índice mientras se alzaba de puntillas para acercarse a su rostro— ¿Que te hace pensar eso?

Chat puso los ojos en blanco disimulando una sonrisa, tomo su suave mano y la aparto delicadamente de el— ¿Por qué no tomaste un taxi Marinette?

—Me apetecía caminar.

Suspiro suavemente notando que la conversación no iría a ningún lado aparentemente en su estado—Pues bien es hora de irnos, ven te llevo a tu apartamento—dijo con intenciones de alzarla en brazos. Pero a pesar que estaba algo atontada por el alcohol la chica se escurrió del agarre alejándose de él.

—Solo si puedes alcanzarme Silly Kitty—rio y se alejó varios metros más dando saltos. Toda llena de felicidad.

Un lento escalofrió escalo por su columna y no era por la fría lluvia. Ella dijo el apodo que LadyBug solía dedicarle y lo más perturbador del asunto es que juro que podría ser el mismo tono de voz y el brillo burlón de sus ojos azules. El negó, tratando de deshacerse de esos pensamientos absurdos. Y con un suspiro y sin darse cuenta una lenta sonrisa maliciosa surco sus labios dispuesto atrapar a la ratoncita. Su cola se movió ante la anticipación de una divertida cacería…

No tardo mucho tiempo en capturarla entre sus garras entre risas y carcajadas de ambos, gozando esa pequeña libertad bajo la lluvia y la soledad de las calles de parís. Los movimientos torpes de Marinette la hacían un blanco demasiado fácil, pero Chat disfrutaba verla con ese brillo de pureza y alegría en su rostro, su corazón se sentía ligero y a gusto, siempre le pasaba lo mismo cerca de ella. A veces muy en el fondo se sentía culpable porque era muy parecido a los que sentía por su Lady… algo que lo tenía preocupado y que tratada de no pensar demasiado del asunto.

Después de tenerla entre sus brazos a una revoltosa chica que en vano intentaba zafarse aun entre risas.

Saltando nuevamente entre los tejados de las casas se dirigió hacia el conjunto de apartamentos donde vivía la joven. Marinette se aferró a su cuello con sus delgados brazos, ella poso su nariz en la parte donde su traje estaba ligeramente entreabierto por encima del cascabel, dio suave caricias rozando cariñosamente la piel bronceada— Hueles muy bien gatito y eres tan suave, pero fuerte a la vez— murmuro ella enviando escalofríos muy intentos a través del cuerpo del joven héroe.

Casi tropieza al sentir un beso tras de otro en su cuello, ligeros como pétalos de rosa. Afortunadamente mantuvo el equilibrio antes de que cayeran estrepitosamente por un callejón por el cual saltaba—P-Princess… no hagas eso por favor-dijo tragando hondo.

Ella solo respondió con una suave risa.

Estaba demasiado consiente de su ropa húmeda que se amoldaba en su torneado cuerpo. Respiro hondo, tendría que reunir todo su acoplo para mantener su imaginación a raya.

Diviso con alivio el balcón del pequeño apartamento y sin dudar salto al interior, abriendo como pudo la puerta corrediza ya que Marinette se reusaba a dejar sus brazos. Juntos entraron a su cálida habitación decorada en tonos rojizos. Pequeña, pero acogedora. No demasiado diferente a la habitación que había tenido en la secundaria.

El la deposito suavemente en el suelo, pero ella en ningún momento soltó el fiero agarre de su cuello— Sana y a salvo My princess, ahora puedes soltarme— dijo un tanto nervioso y alterado por el efecto que causaba en el por su cercanía.

Marinette negó—No puedo y no quiero soltarte Chat…—murmuro apegando su cuerpo al traje de cuero del pelirrubio.

Contuvo las ganas de gruñir por ese magnífico cuerpo femenino que se adaptaba al suyo. Pero tenía un excelente sentido común que a pesar que era frágil en ese momento; aun podía escucharlo. Lentamente poso sus manos enguantadas en sus codos para tratar de apartarla—Debes darte una ducha y quitarte esa ropa mojada princess, te puedes enfermar.

Ella ladeo la cabeza con su hermoso cabello húmedo enmarcando su rostro—Eso se puede solucionar gatito.

Antes de que el ojiverde pudiera reaccionar ya Marinette había acortado las distancias jalándolo hacia ella y había unido sus labios en un dulce beso.

Su corazón retumbo acelerado en su pecho sintiendo los suaves y cálidos labios de la joven. Su mente se nublo poco a poco ante el mar de sensaciones maravillosas que le producía sus labios, así que cerró los ojos y correspondió al beso. Rodeando su cintura y profundizando más esa exquisita tortura, al principio era un beso tierno, pero no tardo mucho tiempo a que pasara a algo más pasional. Mordisqueando sus labios con gozo al descubrir su dulzura. Marinette gimió por lo bajo pasando sus dedos por su cabellera dorada y mojada. Chat llevaba el cabello un poco más largo, casi rozando sus hombros y ella debía admitir que le quedaba de maravilla. Demasiado sexy para ser legal.

El invadió su boca con su lengua, queriendo saborear cada rincón de tan rico manjar y ella lo complació gustosa. Marinette se froto inocentemente contra sus caderas, mandando oleadas de placer al felino chico. Exploro con sus garras su espalda y caderas apretando el agarre frustrado por querer sentir la piel debajo de esa tela mojada.

Sus bocas hambrientas deseaban más, el ojiverde se apartó de sus labios para dar un camino de besos y leves mordidas por su mentón hasta su oreja donde dejo que su aliento cálido provocaba escalofríos en la joven. Luego siguió devorando la piel de su cremoso cuello donde no podía parar de besar y morder. De los labios de Marinette salían pequeños jadeos que inútilmente trataba de contener. Una pequeña mano se aventuró por la fornida espalda y la otra acariciaba el cuero cabelludo detrás de su nuca. En cambio él sintiéndose poderosamente descarado sujeto su trasero y lo apretó contra sus caderas, estaba notoriamente necesitado y con el cuerpo en llamas. Lo estaba volviendo loco con sus suaves gemidos.

Chat alzo la mirada hacia ella, descubriendo que sus parpados estaban levemente caídos, mostrando sus ojos azul cielo nublados por la pasión, sus mejillas sonrosadas y los labios carnosos entre abiertos y la cereza del pastel era ver las marcas rojizas que el mismo había provocado en su níveo cuello… Una visión que daría todo por ver cada día.

Eso lo hizo volver a la realidad como una bofetada. Parpadeo incrédulo y se apartó de ella como si lo estuviera quemando con su contacto.

Retrocedió un par de pasos tratando de controlar su respiración agitada.

Marinette lo observo confusa ladeado la cabeza—¿Gatito…?

Él se pasó una mano por su cabello rubio, nervioso por lo que había hecho. Era un completo error él quería a su Lady, a pesar que había estado pensando en rendirse hace bastante tiempo… Pero su princess le provocaba las mismas mágicas sensaciones en su corazón. Además Marinette estaba aturdida por el alcohol en su sistema.

Princess yo…—paso una mano por su cuello sin saber que hacer— Estas ebria, seguramente querrás castrarme en la mañana—murmuro ansioso.

La pelinegra se rio coquetamente, algo letal para sus terminaciones nerviosas—Dicen que los borrachos y los niños dicen y actúan con la verdad…

—Marinette yo creo que lo más convenientes para ambos es que me vaya—él le dio la espalda y se encamino hacia la puerta corrediza sin querer seguir escuchando lo que ella tenía que decirle, apretó los puños, poco le importaba que las garras se le clavaran en las palmas. No podía abusar de la confianza de la chica y menos con el ardor que sentía por todo el cuerpo.

Gatito…

En contra de su voluntad él la observo sobre su hombro deteniéndome a medio camino hacia la libertad. Sus ojos azules transmitían calidez, cariño y… pasión.

—Te quiero y te deseo Chat…—susurro la joven con una dulce sonrisa muy lejos de ser seductora pero que hizo estragos a su control.

—Maldita sea.

En dos zancadas estuvo a su lado, sujetándola de los brazos y con poca delicadeza la arrincono contra la pared. Arrebatándole el aliento y capturando sus labios en un abrazador beso, donde demostraba todo el deseo en que ambos se sentían inmersos.

Separándose de su boca para tomar aire, la sujeto de la barbilla para que ella alzara la mirada hacia sus ojos esmeraldas—Debiste echar a este gato cuando tuviste la oportunidad My princess…—le dijo con voz ronca, ella simplemente se mordió el labio inferior excitada por su mirada salvaje. Chat gruño y tomo de nuevo sus labios.

Sin tiempo que perder y dominado por un ardiente deseo llevo las mano al dobladillo de su vestido y lo alzo para acariciar aquellas largas piernas, separándolas con una rodilla para situarse en medio. Marinette gimió entre el beso cuando el rubio apretó sus caderas con las de ellas donde podía sentir claramente su dura excitación. Él la alzo por los muslos para que sus cuerpos se tocaran íntimamente en todo momento y la pelinegra rodeo sus caderas con las piernas.

Nuevamente los besos se hicieron insuficientes. Chat prácticamente le arranco el vestido del cuerpo, dejando al descubierto su brazier negro a juego con sus bragas. Él se deleitó con la imagen, Marinette bajo la mirada repentinamente intimidada por la intensidad de sus ojos. Pero el ojiverde no se lo permitió dándole un nuevo y sorpresivamente tierno beso para calmar sus nervios. Sin embargo sus manos le escocían por tocar más, así que en un ágil movimiento corto la tela del sujetador y se deshizo de él enviándolo lejos a alguna parte de la habitación. Marinette tembló por el contacto del aire en su piel desnuda.

Él se apartó de sus labios y sonrió seductoramente.

—Oh princess estas helada… Habrá que calentarse ¿No?—su sonrisa gatuna se amplió al contemplar un sonrojo más intenso en ella.

Sus labios hicieron un nuevo recorrido por todo su cuello y su clavícula, hasta llegar a su objetivo principal. Marinette poseía unos senos pequeños pero estaban perfectamente redondeados y lo hacía querer comerlos durante horas… Sosteniendo uno en su mano, antojándoselo perfecto para él. Y no dudo en saboréalos llevándose un rosado pezón a su boca, lamiendo y utilizando los colmillos para provocarla aún más.

Marinette arqueo instintivamente la espalda entre gemidos—¡Chat!

Él se deleitó escucharla gritar su nombre. Aunque una parte de él quería escuchar su verdadero nombre de esos labios de fresa y llenos de lujuria.

La pelinegra comenzó a temblar entre sus brazos una señal para separarse de la pared y llevarla a la acolchada cama. Ella protesto queriendo más de esa dulce tortura.

Chat rio suavemente encantado por lo ansiosa que podría llegar hacer su princess.

La recostó suavemente en el colchón, Marinette lo señalo con el ceño ligeramente fruncido y con un mohín en sus labios—No es justo, aun tienes tu traje y yo casi desnuda por completo.

El ronroneo— Y podría verte así toda la noche, pero debo admitir que me tienes ardiendo my princess.

Tras decir eso y aprovechando que aún estaba de pie al lado de la cama; llevo sus garras al cascabel y lo jalo hacia abajo abriendo la cremallera sin apuros, tomandose su tiempo hasta toparse con el cinturón. Muy lentamente abrió el traje lo suficiente como para exponer sus hombros y sacar los brazos del apretado material. Solo dejo la mano derecha enguantada por el anillo. El resto se lo quito despacio siendo intencionalmente perezoso bajo la estricta y brillante mirada azulada.

Marinette se deleitó ante el espectacular cuerpo masculino, a pesar que no tenía los músculos de los brazos exageradamente abultados; si estaban muy bien definidos. Y el resto de él cincelado como una escultura de piel leonada. Se notaba que las batallas lo mantenían en forma. Había madurado de la forma correcta… Chat Noir estaba para comérselo con la mirada.

Finalmente el pelirrubio solo se dejó los pantalones de cuero, las orejas y el antifaz. Y se unió a ella en la cama y la joven lo recibió con los brazos abiertos. Se sintió glorioso como su piel por fin se tocaba entre sí. Sus senos se frotaban sensualmente contra su pecho. El gimió, temiendo que no podría tener aquellos pantalones por mucho mas tiempo…

El ojiverde tomo el mando de la situación cubriendo de besos todo su bello cuerpo, observando como ella tenía pecas no solo en el puente de su nariz; si no también esparcidos por sus hombros. Y Marinette no se quedó atrás; recorrió con manos hambrientas su fuerte pecho y espalda, sintiéndose pequeña y femenina entre sus brazos.

Chat aprovecho las garras de su mano derecha y araño ligeramente la piel desde por debajo de sus senos hasta los mulos mandándole intensos escalofríos. Ella suspiro y lo volvió a besar bebiendo de la pasión de sus labios. Un gemido alto salió de la pelinegra al sentir caricias sobre la pequeña tela en su parte más íntima. Chat mordió su labio luego se separó para mirarla a los ojos.

—Eso es… no sabes cuándo me muero por hacerte mía princess. Pero a la vez no quiero que este momento se acabe nunca—murmuro frotando su dedo contra su íntima entrada sintiendo la tela humedecerse mientras Marinette se mordía los labios— Oh no, no te vas a contener… gritaras mi nombre y eso es una promesa—Sonriendo sensualmente aparto la tela con movimientos lentos y tortuosos. Luego acaricio su entrada buscando aquel trocito de cielo que sabia la iba a mandar a volar, lo cual la pelinegra se retorsio por ese golpe de placer... Introdujo un dedo entre sus pliegues húmedos. Ella se arqueo mientras jadeaba y gemía su nombre.

Comenzó acariciarla primero con un ritmo suave y pausado, para luego aumentar la velocidad he introducir hasta un segundo dedo. Marinette se aferraba a sus hombros ya gimiendo alto con los ojos cerrados sin poder contener tanto placer. Estuvo segura que ya casi podía acariciar el cielo con la yema de sus dedos pero abruptamente el paro, la presión en su vientre permaneció, dejándola temblorosa, frustrada y jadeante.

—Chat…

—No te preocupes princess acabaremos con esta tortura juntos…— Había querido amarla más lentamente, hacerla llegar al orgasmo más de una vez antes de poseerla, pero se estaba volviendo sinceramente loco de deseo— Perdóname pero ya no aguanto más- murmuro desabrochándose el pantalón para luego quitárselo junto con la ropa interior de ambos.

Una nueva ronda de besos se hizo presente, pero esta vez aún más apasionados. Ella rodeo sus caderas con las piernas y Chat puso sentir su cálido sexo frotándose debajo de él. Tenso la mandíbula para tratar de contenerse, pero era en vano.

—Tengo que hacerte mía Marinette.

Ella sonrió y apretó el agarre en sus piernas—Adelante gatito

Chat comprobó nuevamente con los dedos que ella estaba aún más húmeda y deseosa de él. Temblando de la anticipación guio su miembro hacia el sexo femenino y fue entrando deleitándose con su estreches y calor fundido como seda o el terciopelo. El escaso control que pudo a ver tenido salto por la ventana. De una sola embestida entro por completo, sorpresivamente llevándose consigo un delgado obstáculo apenas perceptible.

Marinette arqueo aun su espalda y enterró las uñas en su piel. Cerrando fuerte los ojos mientras un fuerte jadeo se escapaba de su garganta.

El pelirrubio quedo estático, sorprendido, su corazón se estrujo a ver lagrimas rodar por sus mejillas rosadas. Se maldijo mil veces a sí mismo. Por dios Marinette había sido virgen… Era un idiota y GRAN idiota.

Llevo su mano enguantada a su mejilla y retiro lentamente las lágrimas. Conteniendo las ganas de mover sus caderas—Princess… perdóname yo… no tenía idea.

Ella negó suavemente con los labios apretados en una fina línea— N-No te preocupes Chat, es normal… estaré bien.

Chat se maldijo nuevamente, arrepentido y con la culpa que amenazaba con asfixiarlo. La abrazo teniendo cuidado de no moverse demasiado— Lo siento, no te trate como la princesa que eres—murmuro besando sus parpados—Quizás debería retirarme.

Cuando ella abrió sus ojos, lo miro con una clara amenaza bailando en sus orbes azules-Si haces eso de verdad voy a castrarte gatito.

No pudo evitar reír suavemente a pesar que se sentía terriblemente culpable por ocasionarle dolor. Entonces comenzó con la lenta y dulce tarea de relajar el cuerpo de Marinette con caricias, besos y cualquier cosa placentera para compensarla del sufrimiento inicial...

Noto que el dolor y la molestia de la chica había disminuido cuando ella misma comenzó a mover lentamente sus caderas, arrancando un profundo gemido al rubio. Lo volvió loco de deseo, apoyo su peso en su brazo izquierdo y con el otro sujeto las caderas femeninas teniendo cuidado de no arañarla con las garras. Las embestidas eran lentas, pero el ritmo no tardo en acelerarse. Gimiendo y sintiéndose en la gloria, como las paredes internas lo apretaban y se amoldaban alrededor de su sexo.

Los bazos femeninos se enroscaron en su cuello para mantenerlo cerca. El grado de placer rápidamente subía de escala, algo totalmente nuevo y que le hacía perder la cordura. En cambio Chat estaba seguro que no recordaba ni de donde vivía, las embestidas se tornaron más frenéticas, queriendo llegar muy hondo en su ser.

Marinette se arqueo nuevamente sintiendo que algo estaba a punto de suceder— ¡Chat!—gimoteo.

El unió sus labios con los de ellas cuando ambos llegaron al clímax, sus cuerpos sudorosos temblaron cuando llegaron a tocar finalmente las estrellas juntos.

En se derrumbó a su lado jadeando, saliendo delicadamente de ella. Luego la arrastro hasta su pecho para poder abrazarla de la cintura y con la otra mano acariciar su cabello oscuro alborotado. Marinette apoyo su cabeza encima de su corazón que aun palpitaba desbocado al igual que el suyo mientras el rubio los arropaba.

Se quedaron así sin decir nada por un buen rato. Chat no sabía que decir, tampoco sabía que sentir. Estaba sumamente confuso. Pero un agudo sonido lo alerto sacándolo de sus pensamientos. Alzo su mano enguantada, observando con un suspiro de resignación como una de las huellas verdes desaparecía. Le quedaba poco tiempo.

—Marinette yo…—se mordió el labio porque no sabía exactamente que palabras utilizar.

Pero la joven no respondió ni se inmuto. Él se movió un poco para mirar rostro, observando su semblante tranquilo mientras dormida plácidamente. No pudo evitar sonreír, podría estar confuso. Pero lo que estaba seguro es que no se arrepentía en absoluto lo que ambos compartieron. Lo más probable es que lo volvería hacer y con mucho gusto. La quería… pero no quería saber hasta qué punto. Admitía que le causaba temor averiguar cuanto espacio ocupaba ella en su corazón y si había vencidos los sentimientos hacia su Lady.

Y otra cosa de lo que también estaba seguro es que un aire de posesividad se alzaba dentro de él.

Ella era suya y de nadie más…

Un segundo pitido de su anillo le advirtió. Pero el mando al diablo su des transformación. Ella estaba dormía y al menos le debía abrazarla durante el resto de la noche después de causarle dolor. Extrañamente no temía que ella despertara y descubriera su identidad, es más, estaba deseoso que eso pasara y eso era lo más terrorífico de todo.

Deposito un suave beso en su cabello dulce. Mañana tendría tiempo de maldecirse y lamentarse después, por ahora quería disfrutar de la compañía de ella, y quizás permitirse descansar un poco. Estaba muy cómodo y en paz… No desearía estar en otro lugar en el mundo.

—Descansa My princess

Y con esas últimas palabras se permitió cerrar los ojos y así conciliar el sueño que tanto su cuerpo necesitaba. Pero no sin antes tomar la mano de Marinette entre la suya aun enguantada y entrelazar sus dedos mientras su transformación se desvanecía.

Continuara...


Oh ya ta, ojala que les agrade... Lo actualizare semanalmente, asi que no coman ansias (?) xD

Espero gustosa sus opiniones y criticas

¡Nos vemos en el proximo capitulo!

Pd: Y perdon si se encunetran horrores ortográficos por alli (?) :'v