Capítulo 1: ¡El sueño renace!

Han pasado 2 años desde el último viaje que tuvo Satoshi, en su camino a convertirse en un maestro Pokémon. Al finalizar su última aventura por la región de Kalos, regreso a pueblo Paleta en la región de Kanto, donde decidió empezar de cero volviendo a recorrer la región por las 8 medallas de gimnasio que le permitiesen competir en la Liga de la región. Fue un camino largo junto a su fiel amigo Pokémon Pikachu y sus otros Pokémon, que gracias a experiencias vividas en la región de Kalos supo hacer frente a todos los líderes y por primera vez lograr ganar una liga regional, para luego enfrentarse al alto mando de la región en la cual no fue capaz de pasar del primer escalón. Al día de hoy, con sus 15 años mantiene su título de campeón en la liga, volviendo a lograr dicho objetivo por segunda vez competitiva; es ahora que Satoshi se prepara para afrontar por segunda vez al alto mando y así poder enfrentar al actual campeón de Kanto.

-¡Ah!- bostezaba el joven entrenador al despertar por la mañana.

-Buenos días Pikachu...- decía con voz entrecortada por el sueño.

-¿Pikachu? Oh... aún está descansando, lo entiendo, ayer fue un entrenamiento muy duro para todos- decía mientras acariciaba suavemente la cabeza de su Pokémon para luego ir con dirección a asearse para poder bajar a desayunar.

-¡Buenos días mamá!

-¡Oh! ¡Hijo! buenos días, ¿cómo has despertado hoy? ¿vas a seguir el entrenamiento?- cuestionaba aún concentrada en la preparación del desayuno.

-Bien; y no mamá, hoy tomaremos un descanso del entrenamiento, así que pienso salir a pasar el rato, dejaré a mis Pokémon con el profesor Oak para que pasen el rato con los demás, se lo merecen- comentaba con una sonrisa de oreja a oreja mientras jugaba con una cuchara que se encontraba en la mesa.

-Me parece bien hijo, ahora, prepárate que se viene un desayuno cien por ciento nutritivo.

Madre e hijo se dispusieron a desayunar; un desayuno como había mencionado completamente nutritivo para que su hijo este sano para sus próximos combates; es cuando Pikachu, bajo rápido y se poso en la cabeza de su entrenador causando la alegría tanto en él como la madre.

-Bueno mamá, estuvo delicioso, ¿no es así Pikachu?

-Pika...

El rostro de Pikachu causó gracia al ver que no prefería ese tipo de alimentos como su desayuno.

-Bueno, no todos tenemos los mismos gustos, jeje- decía Satoshi al ver a su pequeño amigo.

Satoshi agradeció el desayuno a su madre y con su amigo salieron de casa con dirección al laboratorio del profesor Oak.

-Bueno Pikachu, hoy es nuestro descanso, así que dejaremos a nuestros demás amigos en el laboratorio del profesor para que pasen el rato con los otros.

-¡Pikachu!

Tras unos cuantos minutos de caminata, al fin llegaron al laboratorio del profesor para dejar en descanso a sus Pokémon.

-¡Profesor Oak! ¡Buenos días! ¡Soy Satoshi!- llamaba desde fuera dando unos golpes a la puerta del laboratorio.

-Satoshi, que gusto verte, ¿en qué te puedo ayudar?

-Bueno, hoy tengo pensado descansar de nuestro entrenamiento, así que creí que sería bueno idea que mis Pokémon pasarán el rato aquí con los demás.

-¡Por supuesto! Los demás estarán contentos de verlos.

Oak hizo pasar a Satoshi y Pikachu y salieron al patio donde se encontraban todos los demás Pokémon de Satoshi que capturó alrededor de sus viajes.

-¡Salgo chicos!- exclamaba al arrojar sus pokebolas.

-Chicos, han dado todo de sí estás últimas semanas y es necesario que descansen, es por eso que hoy los dejo aquí para que se relajen y se diviertan- comentaba a todos sus Pokémon, los cuales resultaron felices con la decisión de su entrenador.

-Pikachu, Charizard, Pidgeot, Snorlax, Kingler, Venusaur, muchas gracias.

Satoshi se despidió de sus amigos y del profesor y salió a disfrutar de su día libre al igual que lo harían sus Pokémon. Ya en el camino se puso a apreciar los paisajes que veía a su alrededor, y fue cuando se topo con un viejo amigo.

-Hola Gary, ¿vas para el laboratorio?

-Satoshi, pues sí, vengo con un informe sobre unos nuevos tipos de Pokémon muy raros.

-¿En serio? ¿Y dónde es? ¿Cómo son? ¿Son increíblemente fuertes?- cuestionaba muy curioso tras escuchar lo de los Pokémon raros.

-Tranquilo, esto llevará su tiempo, sólo sabemos que se encuentran en las islas de Alola, lo demás aún está en investigación.

-Vaya... la poca información hace que sean muy interesantes, bueno, si logran encontrar más información, no duden en contarme.

-Claro. Espera... ¿no deberías estar entrenando para tu enfrentamiento contra el alto mando?- cuestionaba intrigado por verlo a esas horas que normalmente entrena.

-Decidí tomar un descanso para mí y mis Pokémon.

-Me parece bien, todos merecemos un descanso de vez en cuando.

Ambos se dieron un fuerte apretón de manos y cada uno siguió su camino, Satoshi no dejaba de pensar en la gran oportunidad que se presentaba esta vez para conseguir triunfar. Llegó a una plaza en la ciudad, donde justo ese día había espectáculos de todo tipo. Satoshi quedaba admirado por tal grandes actuaciones de los entrenadores Pokémon, cuando en ese momento, recordó a sus tres amigas que se dedicaban precisamente en los espectáculos Pokémon.

-¿Qué estarán haciendo en este momento May, Dawn y Serena?- se cuestionaba con una cara de felicidad que demostraba que sentía que todo les iba bien.

-Bueno, es hora comer algo, ya va ser medio día, así que...

Fue cuando metió las manos en sus bolsillos para sacar su billetera, la cual por mala fortuna, no llevaba consigo.

-¡No! ¡Me olvide mi dinero! No puede ser... otra vez no...- sé decía completamente triste al saber que no podría conseguir comida sin el dinero.

-¡Ah!- suspiró al sentarse en una banca del lugar.

-Ahora... ¿qué hago?- se cuestionaba aún triste tratando de encontrar una solución.

-Quizás yo pueda ayudarte.

-¿Eh?

Fue una sorpresa para Satoshi al ver a la personas que se encontraba delante suya, quién hubiera pensado que volvería a verla después de tanto tiempo.

-No puede creerlo, ¡Serena! ¡Vaya, que alegría verte!- exclamaba de la emoción al verla otra vez después de su aventura por Kalos.

-¡Igual para mí Satoshi! Tenía mucha ilusión de encontrarte aquí- comentaba con mucho rubor al volver a ver a su gran amigo.

-¿Viniste desde lejos solo para ver este espectáculo?

-Mm... no, de hecho yo formo parte del grupo que vino esta vez a Kanto.

-¡Wao! ¡¿En serio?!

-¡Sí!

Oye, no te quedes ahí parada, ven siéntate, quiero que me cuentes cómo te fue en este tiempo- mencionaba a su amiga con mucha alegría ya sentada.

-Claro, pero con la condición que me cuentes todo de tus últimos viajes- comentaba guiñandole un ojo en señal de recuerdo a su último encuentro.

-¡Por supuesto!

Sentados y contentos comenzaron a contar sus historias en esos últimos 2 años desde que se separaron, paso casi 2 horas entre lo que se contaban de sus aventuras, en cuanto a Satoshi todo lo que pudo lograr otra vez en Kanto, salir campeón de la liga 2 veces y seguir con su meta de ser un gran maestro Pokémon, mientras Serena le contaba sobre todos los espectáculos que fue realizando a lo largo de Hoenn, aprendiendo también la esencia de los combates Pokémon, aunque por desgracia no pudo lograr ganar por la falta de entrenamiento en los combates, aunque retomando su ruta como performer ha logrado conquistar la corona de Kalos y está ahora viajando llevando su alegría por las regiones.

-Vaya Serena, hemos logrado muchas cosas, es verdad que tropezamos, pero supimos levantarnos- decía con gran confianza.

-No has cambiado tu actitud de ganador para nada Satoshi, gracias a esa actitud tuya puedo seguir siendo lo que soy ahora.

-Eh... no digas eso, jeje, tú sola encontraste tu camino, me hubiera gustado seguir viéndote crecer al lado de tus Pokémon... ¡Oh! ¡Es verdad! ¿Cómo están Braixen, Sylveon y Pancham?

-Bueno, mira por ti mismo, ¡Salgan por favor!

Y frente a los dos aparecieron los tres, con un pequeña sorpresa para Satoshi, en otro momento le hubiese sorprendido mucho más, pero en 2 de años era de esperarse que sucediera.

-Vaya, ya me lo esperaba, Braixen evolución a Delphox- decía admirando a la nueva Pokémon que tenía frente a él.

-Y ustedes lucen muy bien, Sylveon, Pancham- mencionaba al acariciar las cabezas de ambos, causando alegría a Sylveon y causando una alegría incómoda a Pancham.

-¡Volvimos a encontrarnos con Satoshi, chicos!

Sus Pokémon se encontraban felices del reencuentro a su manera, cuando en un momento muy aleatorio, se escuchó como un pequeño rugido, y sí, era el estómago de Satoshi, muchas cosas nunca cambian, y Satoshi con la comida no sería la excepción.

-Parece que tengo hambre... jeje- decía algo apenado por el momento.

-Vamos a comer, yo invito Satoshi.

-Está bien, gracias Serena.

Serena decidió dejar a sus Pokémon fuera para que se divirtieran junto a ellos y comiencen de igual manera, Serena llevó a Satoshi a una de las tiendas del grupo con el que vino Serena, la comida que les ofrecían era totalmente exquisita, un manjar de dioses, ambos dieron paso a escoger lo que comerían para buscar un sitio donde pudieran estar tranquilos y poder seguir conversando.

-Aquí está bien- decía Satoshi.

-Sí.

-¿Cuánto tiempo te quedarás por aquí Serena?- cuestionaba con cierta curiosidad.

-Mm... creo que estaremos aquí hasta el último día de esta semana, ¿por qué lo preguntas?

-Bueno, como te comentaba antes, estoy entrenando para mi enfrentamiento contra el alto mando, y bueno, no tengo con quién practicar nuestros movimientos, y quería saber si tendrías algún momento libre en que me puedas ayudar- comentaba con esperanza de escuchar un respuesta afirmativa por parte de Serena.

-Me encantaría ayudarte, pero lastimosamente debo estar aquí, para participar y ayudar cuando no esté actuando- respondía apenada por dejar en una situación incómoda a Satoshi.

-Lo comprendo, no hay problema...

-Pero hoy si puedo, tengo la tarde libre el día de hoy, por eso aproveche para ver si es que te encontraba por aquí.

-Vaya... que mal... hoy yo estoy de descanso y también mis Pokémon.

Una pequeña tristeza invadió en ambos, lo cual notaban sus Pokémon de Serena, pero en momento muy rápido Satoshi tuvo una idea.

-¡Oye! Ya que ambos estamos completamente libres, ¿te gustaría venir a cenar a mi casa?- cuestionaba con gran alegría.

-¡Eh! ¡¿En tu casa?! Yo...

Signos de nerviosismo se mostraban en Serena, buscaba un respuesta rápida, pero las palabras no salía, hasta que la mano de Serena fue tomada por su compañera Pokémon Delphox quién la hizo encontrar la respuesta con tan solo mirarla, sin duda la relación entre ella y sus Pokémon era muy fuerte.

-¡Claro! ¡Me agrada la idea!- exclamaba su respuesta con cierto rubor.

-¡Genial!- exclamaba con una sonrisa de oreja a oreja.

Siguieron pasando la tarde juntos con una Serena que le iba mostrando cosas importantes de todo lo que traían para mostrarles a la ciudad, horas de exhibición con las cuales el tiempo pasó rápido, ya se apreciaba el atardecer y Satoshi le avisó a Serena que ya emprendería el camino de regresa a su casa.

-Serena, ¿estás segura que puedes venir? no quiero causarle problemas a tus compañeros.

-No, está bien, no pasará nada, es mi día libre- respondía alegre a su viejo amigo.

-En ese caso andando, de seguro te fascinará a ver cierto amiguito- decía entre risas mientras avanzaba.

-¿Amiguito? ¡Te refieres a Pikachu!

-Sí.

El camino era un tanto largo, pero con la plática se hacía más corto, las risas como siempre no faltaban, entre bromas y muecas, recuerdos embarazosos lograban sacar un sonrisa el uno al otro.

-Jaja, oye Serena, hay algo que me inquieta desde hace un momento... en la final de Hoenn, ¿contra quién te enfrentaste?- cuestionaba dudoso con cierto nombre en la mente.

-Ah... verdad, verás fue contra...

Antes de que Serena soltará el nombre de la persona con quién perdió en la final del concurso, llego inesperadamente por el camino de vuelta un chico con unos papeles e informes.

-Parece que ya vas de regreso a casa y no vas solo- comentaba al verlo por segunda vez en el día.

-¡Hola otra vez Gary! Pues sí, es mi antigua compañera de viaje Serena.

-Que bien, es un gusto conocer a los amigos de Satoshi.

-Serena, él es mi amigo Gary, él...

-¡Tú...!

Satoshi no pudo terminar al ser interrumpido por Serena al recordar a aquel chico de hace mucho, solo que esta vez ya de mayor, la confusión rodeaba a Satoshi y Gary al ver la explosiva reacción de Serena.

-Y ahora...- decía un Gary completamente confundido por la actitud de la chica.