No soy rubia, ni inglesa. Por ente no soy J.K. y nada me pertenece.


Solo quería amarla y que ella le amara también ¿tan egoísta era? Parecía que si.

Otro año que terminaba otro verano sin ella. Podría intentar cartearla, pero seguro que le contestaría con un Howler. Y le esperaría entonces una buena reprimenda de su madre, una larga y tediosa charla con su padre, y para finalizar las burlas de su mejor amigo.

Y no sabia cual de las tres cosas sería peor.

Esa noche volvió a soñar con ella. Aquel cabello largo y rojo. Aquella piel nívea que se sonrojaba frente a la chimenea en las noches mas frías, y sus hermosos ojos de un verde esmeralda tan intenso que hasta las propias joyas perdían el brillo a su lado.

Estaba perdida y locamente enamorado de Lily Evans.

Y ella lo odiaba.

Una sorpresa se llevo en la mañana cuando llegaron las cartas de Hogwarts. Aquel año sería Premio Anual. Una gran e inesperada sorpresa tanto para si mismo como para sus padres y su amigo.

-Se han tenido que equivocar de persona, seguro.-decía Sirius mientras revisaba todos y cada uno de los pergaminos del sobre.-Oye James... ¿Has visto el nombre de la chica con la que compartirás el puesto?

Aun abrumado mientras su madre lloraba de alegría y su padre estaba con la cabeza metida en la chimenea comunicándoselo a todo el mundo; cogió el pergamino en el que le daban la enhorabuena entre otras cosa y termino de leerla.

Sonrió.

"... su compañera sera la señorita Lily Evans; intente comunicarse con ella cuanto antes."

A lo mejor Dumbledore, como el tierno romántico que era, había sentid pena de el y decidió darle una oportunidad. Estaba en una nube, ni las carcajadas de su mejor amigo imaginándose la histeria de la pelirroja lo sacarían de ella.