"El mundo - nuestro mundo - está cambiando. Los tiempos en que podíamos escondernos en nuestras casas ignorando al resto del mundo para luego sorprendernos de que los nacidos de muggles ingresaran a Hogwarts sucios, desnutridos, malolientes y sin siquiera saber leer y escribir han pasado. Los pilotos muggles de Grindelwald lo demostraron en los años '40 cuando el Ministerio tuvo que crear hechizos de la noche a la mañana para que las bombas de Grindelwald, fabricadas y lanzadas por muggles, no volaran en pedazos al Callejón Diagon.
La generación que derrotó a Grindelwald lo comprendió. El autobús noctámbulo, el Expreso de Hogwarts, la Red Inalámbrica Mágica son parte de su legado. La guerra contra El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado terminó con todo eso. Aquellos que pretendían acercar las ventajas del mundo muggle al nuestro fueron perseguidos, asesinados ó debieron exiliarse en aquellos años. Cuando terminó, nos encontramos en una tregua difícil sobre un país destrozado. Las familias tradicionales reconstruimos, pensando que el mundo nos esperaría. El mundo no nos esperó. El resto del mundo no fue devastado por El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado.
Mientras el Wizengamot debate leyes sobre protección, o no, a los muggles, y el Ministerio se convierte en una burocracia en expansión, magos en el resto del mundo no dudan en aprender y utilizar los conocimientos de los muggles. Así como Madam Gambol recurrió a la tecnología muggle para la creación del Expreso de Hogwarts, magos incas e indios recurren a libros muggle para perfeccionar la nueva generación de escobas. Compañías localizadas en el este de Estados Unidos producen utensilios en precios y cantidades que los artesanos británicos no podrían igualar jamás. La Confederación Inca vende a San Mungo las pociones más comunes prácticamente al mismo precio que cuestan la mitad de sus ingredientes en el Callejón Diagon. Madam Malkin ha cerrado sus operaciones en Francia por no poder comprender las técnicas de publicidad y venta que sus competidores aprendieron en universidades muggle. Los squibs británicos emigran en masa a Estados Unidos y Canadá, donde se los contrata por salarios astronómicos para que sirvan de nexo entre magos y muggles.
En Gran Bretaña, mientras tanto, el sistema de casas de Hogwarts enemista a los herederos de las grandes familias. El currículo se limita, en casi su totalidad, a magia. Los estudiantes ricos aprenden que el dinero se hace dejando a los duendes invertirlo. Los que no lo son, a buscar un empleo en la burocracia del ministerio. Los estudiantes nacidos de muggle pierden sus lazos con el mundo Muggle la mayor parte del año. La mayoría de los magos ignora de lo que son capaces los muggles y no pueden siquiera vestirse a su manera. Nuestra nación se encuentra estancada, en un mundo que no para de aprender y moverse. Nos sentimos amenazados por el cambio, pero el cambio no se detendrá. De cómo resolvamos la cuestión muggle depende el futuro de Gran Bretaña."
Memorándum interdepartamental, atribuido a Bartemius Crouch, c. Marzo 1995
Hace ya mucho tiempo los historiadores están convencidos que el llamado 'memorandum de Crouch' no fue escrito por el Sr. Crouch, sino por un tercero. El estilo y las ideas vertidas no corresponden con los textos conocidos de Crouch y, según la versión oficial, Bartemius Crouch estaba bajo la influencia de la maldición Imperio en la fecha en que el memorándum fue escrito.
Las memorias almacenadas en el museo Dumbledore informan que, en su época, se creyó que el verdadero autor era Percival Weasley quien, como su asistente, estaba en los hechos ocupando el puesto de Crouch y estaba en permanente contacto con diplomáticos y hombres de negocios del resto del mundo. Los actos de Weasley durante la Segunda Guerra Mágica, sin embargo, ponen en duda esta hipótesis. Algo similar ocurre con el rumor de aquella época de que Albert Runcorn lo hubiera escrito. Si bien Runcorn sostenía ideas similares a estas, documentos posteriores a la guerra indican que, por algún motivo, Runcorn se unió a los mortífagos tras el regreso de Ryddle. La hipótesis más fuerte señala al nominalmente embajador de Perú, en los hechos representante de la Confederación Inca, el animago Adrian Grau. Sin embargo, la diplomacia inca jamás demostró gran interés en Gran Bretaña como para justificar semejante falsificación.
Es probable que nunca se sepa quién escribió ese memorándum. Pero no deja de ser espantosa y enormemente llamativa la última línea. En efecto, en los años subsiguientes, la 'cuestión muggle' sería determinante en Gran Bretaña.
Las Guerras Británicas del Siglo XX
Jean Malfoy. Copyright 2066
Tengo esta historia dandome vueltas en la cabeza hace algún tiempo. Esto es un prólogo, todo lo que viene sigue como una historia normal, no como un libro de historia. Cuentenme que les parece.
