Bueno, vengo a publicar un fic que se me ocurrió un día en el que; estaba medio dormida. Espero les guste y no me arrojen tantos tomates como quizás merezca jeje.
Título: Carlinthom Ville
Género: Horror/Romance
Pairing: Severus Snape/Hermione Granger
Advertencias: Violencia, contenido adulto.
Disclaimer: Nada excepto mis ideas, me pertenecen. Los personajes son propiedad de JK Rowling.
Capítulo 1: Crimen en noviembre.
Estaba profundamente dormida. Desde hacía tres semanas, las noches habían comenzado a volverse más largas y frías debido al solsticio de invierno. Y, muy pocas veces, le provocaba salir siquiera a caminar.
Tampoco era que pudiera. La poca iluminación de las calles y la poca afluencia de transeúntes hacían que se lo pensase dos veces antes de encontrarse sola por aquellas calles de su vencida que, bajo la oscuridad, parecían ser infinitas.
Italia, todas sus calles y avenidas siempre estaban concurridas. Si no se trataba de transeúntes; se trataba quizás de personas malintencionadas que trataban de robar cuanto pudieran aprovechando el descuido de los demás. Por ello, en el día de brujas, muchas cosas extrañas se presentaron bajo el nombre de "inocentes trucos o tretas"
Pero, ella no tenía miedo. A su lado, dormía uno de los policías más temerarios y habilidosos que ese pequeño condado tenía el orgullo de incluir en sus filas. El detective, su novio; Cristopher.
Cristopher era muy gallardo, pocas cosas lo asustaban y siempre estaba preparado para cualquier eventualidad. Lo había conocido hacía ya tres años y medio cuando, su amiga Ginny, la había citado en el salón del té para una reunión con gente de alto linaje.
Pero ella jamás fue, ella no necesitaba ser aprobada por una sociedad narcisista y clasista. Ella jamás se había sentido bien en esas reuniones y sólo asistía por Ginny, que, se encontraba tratando de ganarse a su marido en aquella época.
Y por supuesto, era 1945. La época en la cual, los hombres salían a cazar, salían a luchar batallas en cada esquina mientras, la mujer, se quedaba en el hogar siendo la criada y atendiendo a x cantidad de hijos.
Pero ella tuvo una suerte distinta, al rodear la esquina en la cual se encontraba el salón de té, se encontró con un pub que jamás había visto. Por supuesto, ella entró y de inmediato fue el objeto de las miradas de los allí reunidos.
¡Todos eran hombres!, el olor a cigarrillo se colaba por el ambiente y el humo circulaba densamente por el aire frente a ella. Los murmullos cesaron y ella, con la mirada en alto, siguió adelante.
¿Que podía querer una mujer dentro de un bar? ¿Acaso se había equivocado? ¿Buscaría a alguien? El punto era que, estando sola; era presa fácil para cualquier zamuro que quisiera probar oportunidad.
- ¿Buscas a alguien preciosa?- le preguntó un hombre en un esmoquin marrón, tenía un alto estirpe y un mullido bigote que circundaba su boca. Hermione se acercó más a la barra y negó con la cabeza.
- No busco a nadie, sólo quiero beber algo.
- ¡Excelente! ¡Cantinero, trae el especial de la casa!
- Muchas gracias, pero no- suavemente acomodó el velo de su sombrero a medio lado y sonrió- no necesito que me guíe, cuando quiera a un hombre que haga todo por mí; entonces me iré a la iglesia y me casaré con él. Gracias.
Aquel hombre soltó un bufido, se introdujo las manos en los bolsillos de su saco y la miró con una sonrisa que mostraba sus desiguales dientes.
- Eres muy valiente, es una suerte que yo no sea un truhán o algún asesino en serie; puesto que habrías sido mi primera víctima.
Y se apartó, Hermione creyó en cuanto se giraba que moriría asfixiada. No sabía de donde había provenido su temporal gallardía; pero no sabía si podía repetirlo.
Un segundo hombre se acercó. Trató inútilmente de levantarse, aunque no tuvo oportunidad.
- No pensaba hacerte daño- le dijo sentándose a su lado, ella ni se giró a verle- deberías agradecer el hecho de que yo sea policía, o de lo contrario aquel hombre quizás no te hubiera dejado tranquila.
- Que yo sepa señor, la única que puso las cosas en claro fui yo- se giró a mirarlo y por un instante se creyó afortunada.
Bastante simpático, de tez blanca, hermosa sonrisa y buen aspecto. Traía un chaleco negro, una camisa blanca y a cada lado una funda con una pistola en ella.
- ¿Que puede querer una dama como usted en este varonil y peligroso establecimiento?
- No lo sé, ¿un poco de acción tal vez?
- Brillantes palabras para una dama, su boca es quizás mucho más peligrosa que el asesino más buscado.
- Me honra su analogía, supongo que su verbo es tan profundo cada vez que trata de coquetearle a una mujer.
Y desde entonces fue como pólvora al fuego. Pasaron meses viajando, conociéndose el uno al otro; explorando sus virtudes y sus defectos desde todos los ángulos posibles. Él era un buen amante, era el hombre más apasionado en la cama que ella jamás había podido imaginar; y se encontraba feliz de haber perdido la visita de la duquesa en aquella ocasión.
Se acarició el cabello y se giró para mirarlo. Le daba la espalda, y desde allí; podía ver el libro que había estado leyendo la noche anterior y el cigarro que había dejado por la mitad. Un mal hábito, que aún no había podido quitarle.
Se apoyó en su hombro izquierdo y comenzó a acariciarle el cabello distraídamente. Consiguió despertarlo y éste se volvió para mirarle con cierta confusión y somnolencia.
- ¿Llegaste muy tarde cariño?- susurró ella con dulzura, el hombre esbozó una sonrisa.
- Nueve en punto, pero ya tú dormías. Es increíble lo fácil que te es caer rendida amor.
- Estaba agotada, el trabajo se volvió pesado; muchas mujeres tratando de firmar solicitudes.
- Ah, la liberación femenina "La resistance"
- No te burles, es un trabajo muy complicado el hacer que ésta sociedad machista comprenda a las mujeres.
Sonrió y depositó en sus labios un cándido beso. Las cosas hubieran seguido, se hubieran tornado mucho más apasionadas de no haber sido por el molesto sonido del teléfono.
- Debo, contestar Hermione- le susurró- puede ser importante.
- Siempre es importante, y siempre te llaman a esta hora.
- Bueno, ¿quién puede pensar que hago el amor a las 2 de la madrugada?
- Es una excusa pobremente estructurada Cristopher- sonrió ella apartándose para que tomara el teléfono.
La llamada pareció seria, ya que él tomó el teléfono y se encerró en el estudio. Hermione se quedó sentada en la cama esperando a que la discusión telefónica terminase para reencontrarse con su marido.
Pero él jamás le prestó atención. Salió apresurado, ubicando sus pantalones y resbalándose con sus zapatos debido a la prisa que cargaba. Ella lo miraba con curiosidad que esperaba no se convirtiese en preocupación.
- ¿Que sucede Cristopher?- urgió ella con curiosidad.
- Encontraron a una mujer muerta- dijo mientras se colocaba las fundas donde alojaba sus pistolas- descuartizada a las orillas del pueblo vecino de Carlinthom. Dicen los pobladores cercanos, que cosas extrañas suceden allí y que cada vez más aparecen cadáveres flotando en sus ríos.
- ¿Crees que se trate de alguna banda que trafique órganos o algo parecido?
- Pues no están seguros, los cadáveres se presentan arrojados de unas formas muy particulares que desconciertan a mí equipo.
- ¿Entonces?
- Viajaré hasta Carlinthom Ville y permaneceré unos días hasta dar con el o los culpables.
- ¿Pero y si te sucede algo a ti?
- Descuida, seguro no es gran cosa y se trata de un grupo de aficionados probando suerte para que los encarcelemos- se apoyó en la cama para darle un beso- no te quedes despierta hasta muy tarde- y sin más, desapareció por la puerta.
TBC
Bueno, espero el inicio les guste. Yo continuaré escribiendo lo que sigue, besos.
