Disclaimer: Haikyuu y todos sus personajes son propiedad de Furudate Haruichi.
Advertencia: Posible OoC, no es intencional.
Pairing: Kozume Kenma/Bokuto Kōtarō.
Encontré, de casualidad, este intento de Drabble en mi cuenta de rol de Kenma. La cual, por mucho que me duela, lleva abandonada desde hace tiempo, así que ante la idea de reciclarla y usarla en el fandom en el que estoy pensé que sería buena idea publicar esto sin sentido que nació en un momento de ocio.
Me gustan bastante, lástima que de ellos no haya mucho material.
No sabe bien por que lo hace o que es exactamente lo que está haciendo en ese momento.
Kenma nunca se había enamorado, nunca había querido experimentar eso que las chicas o incluso en algunos vídeojuegos hablan sin parar. No se siente listo para algo así, el tocar a alguien, el darse cuenta de que pasaría tiempo con esa persona, que tendría que preocuparse por la relación que llevan más de lo que ya hace; dar regalos, salidas o incluso pláticas que tengan que ver con algo más allá de sus conocimientos no parece ser lo suyo.
Sin embargo, ahora está allí, apoyándose en la punta de sus pies para eliminar los 15 centímetros que los separaban, porque aunque sonara poco era algo duro de cerrar, es cuando se da cuenta de que no todo resulta tan malo como pensaba en un principio. Siente las mejillas ruborizadas, el como su rostro se calienta y los nervios que se esparcen por todo su cuerpo, las manos temblorosas que se sostienen de los brazos ajenos en busca de un apoyo. Sus labios están presionados de una forma sutil, sorprendente viniendo de alguien como lo es Bokuto-san. No tiene una idea concreta del momento en el que han llegado a una situación como esa, su mente se nubla ante el temblor del cuerpo ajeno contra el propio, su poca capacidad de concentración centrándose por completo en el rostro ruborizado de Bokuto, el cual Kenma no ha dejado de admirar en ningún momento. Necesita analizarlo, dejarse llevar por lo que significa ver a alguien como él en una situación como esa. Es ahí donde siente el movimiento de labios, lento y suave, que sólo provoca que su cuerpo se tense ante lo nuevo de la sensación, sus dedos presionando con mas fuerza los brazos de los que lleva sujetándose desde hace un tiempo y todo se vuelve confuso en su mente.
Pierde toda posibilidad de razonamiento, no hay una razón para seguir cuestionándose y, sin más, sus ojos se cierran ante la sensación que a cada momento abarca todo su cuerpo.
No hay tiempo para pensar en lo que pasará después ni lo que eso va a conllevar.
Incluso para alguien como él, tal emoción y sentimiento es suficiente como para callar sus conflictos mentales.
