1º. Rompiendo una relación

Esa tarde el chico llegó solo al dojo, y no de buen humor, empezó a subir las escaleras para ir a su habitación.

-Hola Ranma, ¿Dónde está Akane? -Saludó Kasumi- creía que estaba contigo.

-No lo sé. Ni quiero saberlo. Ya no me importa donde esté. Ella misma se lo ha buscado. -contestó el joven.

Kasumi lo miró extrañada. Habían pasado dos meses del intentó de boda. Las semanas que sucedieron a este hecho fueron muy malas. La relación entre los dos prometidos había caído en picado, casi no se hablaban, los dos temían la reacción del otro. Aunque poco a poco fueron recuperando su amistad incluso se llevaban un poco mejor que antes.

Pero algo debía sucedido entre ellos. Parecía que ahora todo se había venido abajo. Ranma había vuelto a casa furioso. Tenía la mirada iracunda. Y los labios torcidos en un gesto de rabia. Y al mirarle a los puños, Kasumi se asustó. Tenía sangre en las manos y heridas en ellas. Ranma debió pegarle con fuerza a algo muy duro, tanto que se hizo daño en las manos. La chica se dio cuenta que había llorado.

- ¿Qué pasa Ranma? ¿Qué le pasa a Akane? - dijo asustada Kasumi.

Antes que dijera nada el chico hubo alguien que se adelantó.

-No le pasa nada a nuestra hermana. Tan solo Akane y Ranma se han vuelto a pelear-dijo Nabiki.

Nabiki impedía que el chico subiese a su habitación. Quería información.

-Nabiki, por tu bien déjame, pasar-Susurró el joven en un tono amenazante. - no estoy para bromas. Si quieres saber algo preguntarle a tu hermana cuando vuelva.

-Tú estás aquí, me lo puedes decir tú…

- ¡Nabiki! Te he dicho que salgas del medio o te saco yo- gritó el chico. Las dos chicas sintieron un escalofrió recorrerles la columna. Jamás el chico había sido insolente con ellas. Lo era solo con Akane. Lo que había pasado era grave si el joven estaba tan afectado.

Nabiki se apartó asustada y el chico aprovechó el momento para subir a su habitación y encerrarse en ella.

-Está vez te has pasado Akane. Has estado a punto de condenarnos a los dos. ¿Cómo te has dejado tomar el pelo así? NO TE LO PERDONARÉ NUNCA. -comentó el chico.

No quería saber nada de Akane nunca más. Sabía que ella era tan víctima como él… pero eso no impedía que ella pensase un poco. De los dos era la más inteligente, no debía haber picado en ese anzuelo como lo hizo. Que él cayese en ese tipo de trampas era normal… pero que fuese ella no era tan normal.

Pero no comprendía que fuese ella la que había provocado que su relación estallase en pedazos.

Se tumbó en el futón boca abajo. No entendía como esa niña tonta había estado a punto de destrozarle la vida tanto a él como ella misma. Pero en lugar de eso...

No pudo evitar que unas lágrimas se escapasen de sus ojos.

Kasumi y Nabiki se estaban mirando. Preguntándose qué había pasado. Cuando oyeron que se abría la puerta y cerraba de un portazo.

Se giraron y vieron a su hermana pequeña. Se estaba apoyando en la puerta y lloraba con mucho dolor, por su aspecto debía haber llorado durante horas. Tenía el vestido sucio. Entre ella y Ranma debió pasar algo terrible.

- ¡Akane! ¿Qué os ha pasado a ti y a Ranma?

-Nada, no ha pasado-dijo ella-nada solo que…

-Me apuesto todos mis ahorros que tu prometido te ha hecho algo malo.

-Ranma no me ha hecho nada -gritó la joven-y ya no es mi prometí…-no pudo seguir, sentía un vacío muy grande. No podía decirles la verdad.

-Akane somos tus hermanas cuéntanos lo. Nabiki no dirá nada.

-Puede vender lo quiera tarde o temprano se sabrá. Y con quien más ganaría no hará negocios ellos ya lo saben, o parte de ello. Son los responsables de todo-dijo Akane llorando.

- ¿Qué ha pasado? -dijo Kasumi asustada.

-Lo han conseguido. Al final lo han conseguido. Ahora deben estar celebrándolo. -contestó Akane.

- ¿Qué han conseguido? - preguntó Nabiki.

-Lo que siempre han querido… sepáranos.

- ¿Cómo…? - preguntaron asombradas las dos hermanas mayores.

-Que esos seis malditos… han conseguido lo que querían. Que yo y Ranma…. -No pudo seguir y se abrazó a su hermana mayor llorando. – Nos han destrozado por completo.

-Así que Ranma ha hecho algo con sus amiguitas- dijo Nabiki.

-No ha sido Ranma… he sido yo- y sus hermanas la miraron asustadas- No he… he tenido nada… con ninguno de los tres chicos. No temáis no me han tocado ni un pelo. Pero he traicionado a Ranma… y a mí misma. He estado a punto de hacer algo terrible. Algo en contra de Ranma y de mi… y de vosotros.

- ¡Akane!, serénate y cuéntanos que has hecho- dijo asustada Kasumi.

La hermana pequeña las miró e hipó y lloró con más fuerza que nunca. No sé atrevía a decir la verdad, quedaría como una tonta.

-He estado a punto de vendernos a Ranma y a mí como ganado a nuestros rivales, para que pudieran hacer con nosotros lo que quisieran… - no pudo seguir y salió corriendo a su habitación.

Sentía mucha vergüenza. Sus hermanas la tratarían como a una ramera, ella pensaba que se lo merecía. Comprendía que su ex-prometido la repudiase. No se lo echaría en cara si lo hiciese.

Como el chico se echó boca abajo en la cama y como él lloró por su relación rota.

-Ranma tiene razón soy tonta, me han tomado el pelo como han querido y ahora tengo que pagar las consecuencias. No quiero volver a ver a ninguno de esos… y a Ranma tampoco, hoy le hecho mucho daño y él a mi… pero esta vez me lo merezco. He roto nuestra relación.

No lejos de allí cinco jóvenes celebraban su triunfo. Sabían la ruptura de la pareja, los habían seguido y vieron como rompieron. El sexto no estaba para nada contento, pensaba que iban a tener problemas, ya los habían tenido, Ranma los descubrió mientras espiaban y lanzó su ataque del león, los seis tenían heridas. La bisabuela de una de ellas tuvo un escalofrió, algo malo se cernía sobre esos seis jóvenes. No debían haber desafiado a la pareja de dojo Tendo. No sabían que alguien se acercaba para darles una noticia que no querían oír.

Habían preparado un juego para quién debía quedarse con Ranma, aunque las perdedoras no acatarían el resultado. Los chicos se jugarían a Akane de la misma forma.

-De ahora en adelante Ranma será de quien gane en este juego. Y cada cierto tiempo nos lo volveremos a jugar

Y cogieron la botella y la hicieron girar cuando parase señalaría la futura novia de Ranma.

Pero la botella siempre se paraba entre dos de ellas. Siempre en el mismo punto.

- ¿Sabéis que hay en la dirección que apunta la botella? -dijo Cologne y todos la miraron extrañados. - hacía allí está el dojo Tendo. Me temó que no habéis conseguido nada. La futura novia de Ranma es y será Akane. Y si vosotros dos-dijo mirando a Kuno y Ryoga- lo intentáis para saber quién será el novio de Akane la botella señalará en esa misma dirección. En dirección a donde está Ranma.

Lo intentaron y salió como Cologne predijo. Y de golpe se asustaron. La botella se movía sola.

-No os asustéis Ranma o Akane deben haber salido de casa. -dijo Cologne.

Estaban tan extasiados con la botella que no vieron entrar a alguien. Se acercó a la mesa, cogió la botella y la rompió. Todos miraron asustados a la visitante.

-Tengo un mensaje de parte de Akane y Ranma. No os acerquéis a ellos o sufriréis las consecuencias. No os recibirán con los brazos abiertos, sino con los puños preparados- dijo Kasumi y salió del Café-Gato dejando a todos asombrados.

Esa noche ni Ranma ni Akane quisieron bajar a cenar. Tenían miedo de enfrentarse a la familia y, pero sobre todo con quien habían estado prometidos hasta ese mismo día. Y eso se repitió cada día.

Los dos chicos ni siquiera se hablaban, las pocas veces que coincidían se miraban como si no se conocieran. El chico la miraba con desistimiento, y ella no podía aguantar esa mirada, se sabía culpable. Ni se desafiaban ni peleaban.

Ranma pensaba que tenía que irse, todo se había ido a la porra, su relación con Akane ya no valía nada. Y hacía los otros seis chicos sólo tenía sentimientos asesinos, no iba olvidar esta última jugarreta, como no olvidaba que destrozasen su boda…. Pero al comentar sus planes tanto a sus padres como a Soun, estos se negaron a que lo pusiera en práctica. Pensaban que los dos chicos harían las paces, pero los dos jóvenes no eran tan optimistas.

Conforme pasaron los días llegaron al dojo los presuntos pretendientes de los dos chicos. Las tres chicas huyeron asustadas, ese Ranma no eran quién ellas conocían, las persiguió con instintos asesinos. Y los dos pretendientes de Akane… fueron a cortejarla, fueron recibidos por Kasumi, esta los dejó en las manos de Ranma, que los mandó al hospital, Ranma no les perdonó su colaboración en los últimos hechos. Mousse ni se acercó, decidió irse a China hasta que se calmasen los ánimos.

Habían pasado algunos días del momento en que Akane y Ranma rompieron y nadie en el dojo, menos los dos implicados, sabían la razón de esta rotura. Y los mayores quisieron saber la verdad.

Estaban sentados los tres padres juntos a cada lado tenían una de las hijas mayores y enfrente a los dos más jóvenes. Estos dos se miraron. Parecía un juicio. Y ninguno de los dos defendería al otro… pero tampoco se acusarían mutuamente.

-Queremos saber qué ha pasado-dijo Soun- sabemos que ha pasado algo entre vosotros y queremos que nos lo digáis.

Ranma los miró y empezó a contarlo todo. Mientras Akane se resignó a recibir el castigo que se había ganado y merecía. Se le escaparon algunas lágrimas.

ROMPIENDO UNA RELACCÓN

Tres semanas antes.

El día empezó como casi cada día. Con una discusión de Akane… pero esa vez fue distinta fue con su padre. Toda la familia la miraba fascinada. Soun había usado una de las faldas de su hija para limpiar el suelo del dojo y Akane tuvo un ataque de rabia. Ranma no prestaba atención a la pelea… en teoría. Pero disfrutaba, él no era un participante. Y aunque no lo dijera encontraba a su prometida muy guapa cuando se enfadaba. No sabía que él sería arrastrado a la pelea.

Entró Genma con un trapo en la mano, había limpiado con Soun el tatami del dojo y entonces Ranma se fijó en el "trapo" que llevaba su padre en la mano.

-Esa es mi camisa-dijo el joven enfadado-pero si estaba colgada para que se secase… junto con la falda de Akane y… y… -empezó a sospechar algo y salió corriendo al jardín, al volver estaba furioso- esos dos viejos con resaca, han limpiado el dojo con… la ropa limpia.

-Es lo primero que hemos encontrado y pensábamos que… -Entonces estalló una discusión de todos contra los dos viejos y….

…INTERLUDIO…

-Esa parte ya la conocemos-dijo Soun-continua más adelante.

-No queréis recordar como os castigamos-dijo Ranma con resentimiento-por haber ensuciado la ropa limpia... -Vale, continúo.

…CONTINUACION…

Los dos chicos hicieron clase normal y al salir de la escuela se separaron.

Ranma se giró y vio alejarse a su prometida y tuvo un escalofrío, se quedó parado y pensó en seguirla. Pero sus amigos se lo llevaron en otra dirección. Cuando estaba tomando algo con ellos. Vio pasar a sus rivales, el grupo completo y llevaban a su prometida. Y los oyó comentar algo, solo entendió unas palabras que fueron "Hoy, Acabaremos, Romperemos, Y Akane"

No pudo seguirlos en seguida. Y cuando los encontró, Akane no se había podido escapar y se introducían en la mansión de la familia Kuno. No pudo actuar de inmediato.

…INTERLUDIO…

- ¿Cómo es que lo cuentas en tercera persona, incluso cuando te refieres a ti mismo? -dijo Nabiki- No estar ya con Akane, te está volviendo loco.

-Por qué como lo estás grabando para después escribirlo. Lo hago en tercera persona para que no te hagas un lio-dijo Ranma- ¡Nabiki! Eres buena en números y estrategia…pero todos sabemos que eres pésima con las letras. Y basta de interrupciones, que ya van dos veces.

…CONTINUACION…

Akane había ido de compras y después fue a tomar algo. Había querido que su prometido la acompañarse… pero él ya había quedado con unos amigos. Y no podía echarse atrás. Pero la chica vio que él tenía ganas de ir con ella.

-No me voy a quejar, Ranma ya ha dado su palabra. -se dijo la chica un poco enfadada, estaba en un café tomando algo- y para él su palabra lo es todo.

-Akane ya habla sola, se debe estar volviendo loca al ver que Ranma no le hace ni caso-Shampoo había aparecido con sus otras dos rivales.

- ¿Y a quién invitó el sábado al cine? No fue a una de vosotras. No es la primera vez que me invita… ni será la última- contestó Akane irónica.

Las otras tres recordaron como el chico la invitó… delante de ellas. Ranma había ganado unas entradas para el cine. Y todas se ofrecieron, exigieron, ser la acompañante del joven… todas menos Akane. Ella si quería ir, pero no lo expresó como las otras tres. Pero Ranma la invitó a ella, por qué sabía que ella deseaba ir con él al cine, y por qué quería demostrar a las tres locas que para él Akane era muy importante. La chica no quiso ir en principio y… Ranma amenazó con romper las entradas.

"-SI no vienes conmigo. Estas entradas no sirven para nada, por qué yo tampoco iré"-había dicho él.

Y consiguió lo que quería. Ir con Akane al cine.

Todas miraron a Akane con rabia.

-Tenemos a Ranma detenido… si quieres volver a verlo síguenos.

-No es verdad-dijo la joven un poco asustada.

Sabía que había ido a un café cercano. Pero decidió acompañar a las tres chicas. Fuera les esperaban los tres rivales de Ranma.

-Me habéis mentido, pero ya lo sabía. -Comentó Akane con mucha ironía.

-De todas formas, nos seguirás. No puedes escapar de los seis.

-De acuerdo. Pero necesito comprar algo. Si no acedéis gritaré que me secuestran, cosa que es verdad. Ni me toquéis.

Tuvieron que acceder a la petición de la chica. La verdad es que quería pasar por delante de Ranma y ponerlo en guardia. Y el plan le salió bien… en parte.

La llevaron a la mansión de los Kuno. Y fueron a una sala.

-Akane. Nosotros seis hemos decidido que tu relación con Ranma ha acabado, desde ahora en adelante no tenéis ninguna relación, como máximo buenos amigos o si queréis casi hermanos. Pero no sois ni seréis prometidos. -dijo Shampoo.

- ¿Con que derecho habéis elegido por nosotros? No tenéis ningún derecho. Somos personas libres no podéis obligarnos a romper.

-Si podemos -gritó Shampoo-hemos votado y nuestra propuesta ha ganado. De ahora en adelante tú has dejado de ser…

-Iros a tomar viento. -dijo Akane. Y se dirigió hacia la puerta de salida, pero fue detenida por Ryoga y Kuno.

- ¿Cómo os atrevéis a detenerme? -contestó la joven con rabia- cuando esto se sepa…

-No nos pasará nada-dijo Kodachi- pero tu familia si sufrirá.

- ¿Mi… ¿Mi familia? -respondió la chica asustada.

-Nabiki se dedica a vender fotos tuyas y de la chica pelirroja, eso es pornografía infantil. Y a parte se dedica al chantaje.

-Tu hermano compra las fotos y tú la de Ranma.

-Demuestra eso. No encontraran ni una sola foto-dijo Kodachi- Sigamos Kasumi está limpia, pero podemos hacer creer que se dedica a vender su cuerpo a los hombres.

- ¡Te voy a matar! -amenazó una enrabiada Akane.

-Cálmate Akane y… no saldrás dañada- aconsejó Ukyo.

-Ukyo esta no te la perdono y no solo yo seré la dañada-aseveró Akane. - cuando esto acabe, nadie os reconocerá de la paliza que os llevaréis.

-Que violenta eres. Nos dejaras a Ranma y tendrás para ti a Ryoga y Tatewaki, incluso si quieres a Mousse-dijo Shampoo- es un buen cambio.

-No es un buen cambio. A esos tres te los regalo para ti. Yo no los quiero para nada. Ranma vale mucho más que esos tres juntos

Ryoga se sintió como caído al infierno. Akane había manifestado que no lo quería.

-Tu padre y el de Ranma son unos estafadores, no sería difícil encontrar víctimas. Y la madre de Ranma siempre va con un arma encima…

-Y vosotras tres también-le respondió Akane. Vosotras dos siempre lleváis encima sustancias ilegales, drogas o somníferos- dijo mirando a Shampoo y Kodachi. Y se giró y miró a Ukyo- y tú pequeños explosivos, que los metes en unas tus tortitas.

-Akane Tendo firma ahora o dentro de diez minutos tu familia será detenida- y le entregó un documento donde renunciaba a Ranma, y tanto ella como su prometido adquirían unas obligaciones con los seis jóvenes que no le fueron comunicadas. Unas obligaciones que empujarían a los dos chicos a la… pero eso ella lo sabría después de firmar.

Akane miró el documento, si no firmaba…su familia sería… destrozada. No tenía alternativa. Ranma la entendería.

¡No, no lo haría! Sabía que eso era mentira, Ranma no estaría de acuerdo en firmar eso. Él encontraría la solución adecuada sin tener que firmar ese documento. Pero ella no era su prometido y ahora no podía pensar con claridad. Cogió el bolígrafo y cuando iba a firmar… la puerta se desintegró. Si Ryoga hubiese utilizado su golpe de la explosión la puerta se hubiera roto en trocitos, pero con ese golpe la puerta literalmente se desintegró y apareció Ranma más furioso que nunca.

-Hola Airen. Has venido a ver a Shampoo…- dijo la chinita intentando lanzarse a los brazos de Ranma, pero este se apartó y la chica abrazó sin querer a Ukyo.

-Suéltame que pensaran que somos…- empezó a decir la chica de la espátula, pero al mirar a Ranma sé calló asustada. Los miraba a todos con odio. Nunca los había mirado así. Los tres chicos estaban paralizados y el miedo sé pintaba en sus rostros. Ellos que jamás habían temido a Ranma ahora los atemorizaba.

- ¡Akane! ¿Estás bien? ¿Estos animales te han hecho daño?

-Un poco de respecto nena. Como se te ocurre entrar en una reunión sin ser invitado…-No pudo continuar, Ranma le dio un puñetazo en la cara. Un puñetazo flojo, sin aparente fuerza. Ryoga puso una sonrisa idiota-No me has hecho daño. Te has vuelto de…bil. -y cayó al suelo noqueado.

Shampoo se acercó al caído y lo miró.

-Está… está desmayado-y miró a Ranma con miedo. ¿Cuándo y de quien había aprendido esa técnica? Ni Cologne la sabía hacer.

El recién llegado se acercó al documento y lo leyó y su ira fue en aumento.

- ¿Se puede saber que ibas a firmar, Akane? ¿Lo has leído? ¿Sabes a lo que nos condenabas a nosotros y a nuestra familia, niña idiota? - la miró con rabia. Nunca la había mirado de esa forma.

-Era para salvar a nuestra familia. Me amenazaron con destruir nuestra familia.

-Ellas destrozaron la casa de mis padres y siguen libres. -dijo Ranma- Podías haber quemado el documento.

-No importa tenemos más-dijo Kuno.

- ¿De verdad? -dijo Ranma irónico. He hizo el intento de romperlo y vio como todos se asustaban- Sois idiotas, es el único. Iba a destruirlo… pero me lo quedo.

Todo lo miraron asombrados.

-Sí, me lo quedo. Mañana empezaran las obras de reparación de casa mi madre. La pagaran la familia Kuno, El café Gato y el Ucchan...

-No es justo-cortó Kuno- firmareis el documento y lo firmareis ahora…

-Tu hermana y las "OTRAS DOS" destrozaron mi casa…

-Es cierto, la destrozamos-dijo Ukyo.

-Peleamos por ti sin impórtanos nada-siguió Kodachi.

-Era una casa vieja. Se rompió con nuestros golpes-Acabó Shampoo.

-Fue un daño colateral sin importancia- dijo Ryoga que había despertado.

-Si-dijeron Kuno y Mousse.

-Perfecto, habéis confesado-dijo Ranma sacando una grabadora. - los seis. Si no reparáis mi casa… os denuncio por destrozos a vosotras y a vosotros por complicidad. Vosotros tres trabajareis arreglando la casa si no, os espera la cárcel.

-No te atreverás…

-Y enseñaré este documento y la grabación. Y os denunciaré por chantaje y otras cosas…

Y cogió a Akane de la mano y se la llevó de la mansión. La chica lo seguía como un autómata. Le había gritado y ella no le había contestado. Ranma la llevó a un parque poco concurrido y la empujó a un banco.

- ¿Sabes lo que has estado a punto de hacer? ¿No has pensado el daño que has estado a punto de hacernos a nosotros y a nuestra familia? -dijo Ranma muy enfadado.

-Pensaba en salvar a nuestra familia. -contestó la chica.

-No podían hacernos nada. Nabiki sabía cómo librarse de su acusación y devolverla en contra de ellos. Contra Kasumi no tienen ni pruebas ni nada. Contra mi madre no tienen nada y con los dos viejos tienen razón… pero no me voy a sacrificar por ellos... y tú tampoco. - ¿No has leído el documento?

Ranma se lo dio y conforme la chica fue leyendo su cara fue cambiando hacía el horror. El chico se giró no quería verla, si lo hacía no podía hacer lo que lo que...

-Nos han seguido-dijo furioso y lanzó su golpe del león más fuerte en una dirección y se oyó gritar a seis jóvenes. Los habían seguido y se habían escondido… pero Ranma los descubrió y les golpeó con su mayor fuerza. Le dio igual que la mitad fueran chicas, los seis se lo merecían.

- ¿Qué he estado a punto de hacer? -Dijo Akane llorando. Había leído las condiciones abusivas que no le habían dicho sus rivales- ¿Cómo he podido dejarme engañar por esos?

-Yo confiaba en ti. Te... te creía más inteligente, que no caerías en una trampa tan facilona, en ese tipo de trampa suelo caer yo. Nunca pensé que nos traicionarías a todos. Sé que no lo has hecho por maldad. Pero eso no te exculpa de tu fallo. Te tenías que haber negado a seguir su juego. -dijo el chico con pena. Pero enseguida se enfadó- Esto se acabó, tú y yo ya no está… estamos prometidos. No quiero seguir siendo tu amigo y no sé si un día te perdonaré.

Ella cayó al suelo llorando. El chico la miró con tristeza, había perdido su confianza en ella. Ella no se quejó ni le dijo nada. Sabía que él tenía razón. Su equivocación estuvo a punto de condenarlos a los dos. Vio como Ranma daba media vuelta y se iba sin mirarla.

Ella se quedó de rodillas llorando en el suelo mientras él se alejaba. Akane pensaba que lo había perdido y que era la única culpable. Él también lloraba se sentía perdido, se daba cuenta que la necesitaba, pero por ahora no podía perdonarla y tal vez nunca lo hiciera. Y llegaron cada uno por su lado a casa.


-Pero, ¿Qué demonios pone en ese documento? -preguntó Nabiki.

Y Ranma se sacó de un bolsillo unos papeles doblados y los lanzó a la mesa. Y Nabiki los cogió y leyó en voz alta. En ellos se disolvía la promesa de Ranma y Akane. Y transformaba a la pareja prácticamente en los esclavos de los otros seis chicos… para lo que ellos quisieran.

- ¡Akane! ¿Cómo pudiste caer en una trampa tan burda? Lo normal hubiese sido que cayese Ranma. -dijo Nabiki

-Os quise salvar. Os amenazaron. -Se defendió llorando la chica. -Yo no sabía las condiciones…

-No deberías haber pensado en hacerlo. Nos hubiéramos librado de las acusaciones fácilmente-dijo Nabiki. -de haber firmado hubieras traído deshonor a nuestra familia. Tú sería una ramera en manos de esos chicos. Y Ranma un gigolo en brazos de esas tres locas.

-Este documento significa vuestra prostitución y el deshonor para las familias Tendo y Saotome. Hay que destruirlo. Debéis tener cuidado de no firmar nada que venga de esos locos- dijo Nodoka- Ya veis a lo que están dispuestos hacer por conseguiros.

-A parte ellos tampoco son inocentes. Destrozaron la casa de Nodoka y varias veces el dojo. Kuno os acosa a ti y a Ranma-chica. -dijo Kasumi- también pueden salir escaldados. Y cuantas veces han entrado aquí sin permiso, rompiendo todo a su paso.

-Eres demasiado confiada Akane-dijo Ranma- Sabias que te seguía, cómo pudiste pensar que no llegaría a tiempo. Solo una vez estuve a punto de no salvarte… nunca volverá a pasar eso- y bajo la vista.

Akane vio que el chico aún sentía algo por ella, aunque él dijera que no quería saber nada de ella.

-Yo, yo no… -dijo la chica. No pudo seguir, lloraba con amargura. Una amargura que empezó cuando el chico le entregó el documento y había ido en aumento durante los días que habían pasado desde entonces. Ranma le dio pena, tenía ganas de consolarla… pero no podía hacerlo.

Y entonces habló Soun.

-Akane tuvo un tropezón y ahora se ha de levantar y seguir adelante. Yo y Saotome decidimos que… tanto ella como Ranma siguen siendo prometidos. -por menos de un segundo los dos chicos se alegaron, pero enseguida recuperaron su aspecto serio.

- ¿Qué? No estoy de acuerdo. Nos traicionó…- dijo Ranma.

-Yo tampoco lo estoy. No quiero volver a ser la prometida de alguien tan poco…-dijo ella a vez que el chico.

- ¡Callaos los dos! y esta discusión se ha acabado-ordenó Nodoka con furia. -En el momento que se os ha dicho que seguís siendo prometidos, por un instante os habéis alegado los dos. Ha sido un segundo, o menos, y al momento habéis disimulado. No podéis engáñanos, los dos deseabais volver a ser amigos.

Los dos prometidos se miraron con rabia. Pero Nodoka tenía razón, los dos chicos deseaban hacer las paces y seguir la relación que tenían antes de pelearse. Pero no lo hicieron en ese momento.

Esa tarde Ranma estaba en el tejado pensando bajar a pedir disculpas a su de nuevo prometida.

- ¿Puedo sentarme aquí o te molestó? -dijo una voz con timidez.

-Haz lo que quieras, es tu casa. Pero no me voy a ir a otro sitio.

-Que antipático que eres. -contestó ella un poco picada- yo que…-y se cortó.

-Tú ¿Qué? …

-Yo quiero… pedir… yo quiero...- y no pudo seguir tenía la cara roja como un tomate.

-Entiendo-contestó él, sabía que quería pedirle ella. Él también estaba rojo- y yo… yo te…

-Tú ¿Qué? …

-Yo también quiero… también quiero...- tampoco pudo seguir.

-Entiendo-contestó ella.

Y pasaron algunas horas allí los dos unos al lado del otro. No se dirigieron la palabra, no necesitaban hablar para encontrar agradable la compañía del otro. Ni para pedirse disculpas.

- ¡Akane, Ranma! La cena está lista-los llamó Kasumi. Ellos se miraron y siguieron sentados unas horas más.

- ¿Dónde estarán estos críos? Se retrasan, comerán la cena fría.

-Dejadlos, se están reconciliando. Están en el tejado sentados sin hablarse. Es una de las formas que tienen ellos de reconciliarse. En unas horas bajarán y tendrán la cena preparada.

-Si no llegan ahora no les dejaremos nada ¿Verdad Saotome?

-Cierto amigo Tendo.

Kasumi los miró y se calló. La cena para los dos jóvenes ya la había separado. Sabía que los dos chicos no bajarían aún. Y que los dos patriarcas no dejarían nada ni para Ranma ni para su prometida.

Unas horas después.

-Yo bajo, tú haz lo que quieras. Kasumi tendrá preparada la cena para los dos. Pero si no bajas enseguida me la comeré yo toda. -Dijo Ranma intentando sonreírle, pero no le salió bien del todo, e inició el camino para bajar.

Akane lo miró. Sabía que él le mentía. No la dejaría sin cena. Lo que ocurría era que él no quería cenar solo. Ella tampoco quería cenar sola y sé levantó.

-Ranma-dijo ella-espérame… te acompaño.

Habían pasado unos días y Ranma y Akane casi habían vuelto a ser los mismos de siempre. Pero los dos notaban que a su relación le faltaba algo y no sabían él que. Bromeaban, se peleaban. Pero no era igual que antes…

La casa de Nodoka había sido reparada, gracias a las donaciones de las tres rivales de Akane. Los tres rivales de Ranma habían trabajado como mano de obra en la reconstrucción, sin cobrar nada. Y las ganas de venganza hacía los dos prometidos aumentaron. Ellas odiaban a Akane y ellos a Ranma.

Los días pasaban y el director anunció que se haría un intercambió con otra escuela el siguiente trimestre. Era una escuela femenina con de fama de rigurosa, aunque entre el alumnado tenía muy mala fama. Todos habían oído historias de esa escuela. Los chicos estaban contentos de no poder ir a esa escuela. Pero las chicas tenían miedo. Pero aún faltaba un mes para saber quién serían las desafortunadas que irían.

Durante días todo se tranquilizó, pero Akane vio algo sospechoso en el comportamiento de Ranma. Algo que no vio nadie más.

-Kasumi, tía Nodoka. ¿No veis algo raro en Ranma? -preguntó a las dos mujeres una tarde que no estaba el chico.

-No, es el mismo Ranma de siempre-dijo Kasumi.

-No veas fantasmas donde no los hay Akane. A Ranma no le pasa nada.

La chica asintió, pero no se quedó tranquila, sino todo lo contario, su intranquilidad fue en aumento.

Y un día en la escuela, vio en el comportamiento de Ranma lo que se proponía hacer. Y que lo haría pronto.

Esa noche mientras en el dojo Tendo todos dormían. Había alguien que se mantenía despierto y se preparaba para irse de él… con toda posibilidad para siempre.

Saltó la valla y se alejó. Se paró y miró al dojo. Se llevaba todas sus cosas en su mochila y un motón de recuerdos.

Le daba pena separarse de su madre. Después haber estado tanto tiempo separados y recuperarla, ahora no le gustaba dejarla sola.

Sabía que Kasumi se apenaría, la había llegado a apreciar. No era como el resto de la familia, su calma e inocencia la hacía única. Que la chica estuviese rodeada de tantos locos le daba pena.

Nabiki se quedaría sin negocio. Ya no podía vender fotos suyas, como chico a Kodachi y como chica a Kuno.

De los dos viejos… le daba igual separarse. Estaban los dos locos. Soun era un simple y ya era hora que echase a su padre a la calle, aunque en el fondo era tan sinvergüenza y cobarde como Genma. Y su padre era un vividor, un pésimo padre y un peor ejemplo. Era un buitre que vivía a costa de Soun y si viviese en su propia casa viviría a costa de su propia mujer.

Y…Akane… Akane… era de la quién más le costaba separarse. La iba a echar mucho de menos. Le divertía pelearse con ella, y sabía que a ella también le gustaba eso. La apreciaba mucho, había sido una buena amiga, su mejor amiga. Siempre estaba a su lado, en los malos momentos y en los buenos. Pero irse era lo mejor.

-Adiós Akane, espero que seas feliz, no sé si no volveremos a vernos y tampoco sé si entenderás que debo irme. Pero es lo mejor para ti. -dijo el chico con pena.

- ¿Para quién es lo mejor? ¿Huyes como un ladrón sin despediste? - oyó una voz detrás suyo, y el chico se giró.

- ¡Aka… Akane! ¿Cómo…? ¿Qué haces…? -la chica estaba vestida y con una mochila como si se fuese de viaje.

-Ya me quieres abandonar. Me quieres dejar sola con esos seis locos.

- ¿Cómo has sabido… que me…?

-No lo sé. -dijo ella extrañada- Lo he sabido y ya está… tú también sabias que te seguiría. Y tampoco sabes cómo lo sabias -era verdad, Ranma estaba seguro que ella sabía lo que planeaba y que lo seguiría.

-Si, es como dices... en el fondo sabía que me seguirías y no quiero que lo hagas, si no estoy aquí no te molestaran. -se defendió el chico.

-No me lo creo. Saben que yo me puedo imaginar donde te puedes esconder. Y… hoy he comentado con mis amigas que te veía extraño, y Ukyo me ha oído. Mañana cuando no aparezcas, yo seré la principal sospechosa de ocultar información. Y no quiero que me molesten esos seis, seguro que vendrá a por mí.

El chico se la quedó mirando no podía llevársela, pero tampoco dejarla.

-No quiero que me sigas. Puedes ir donde quieras, pero no me sigas-dijo el chico.

-No te sigo, voy en la misma dirección que tú-contestó ella y comenzaron a andar en la misma dirección, peleándose por llevar el mismo camino. Pero ninguno pudo ni tampoco quería dejar solo al otro… y desaparecieron de Nerima… durante un tiempo.

Al día siguiente.

Kasumi subió a despertar a los dos jóvenes, llegarían tarde a la escuela, y se encontró las dos habitaciones vacías y en cada una encontró una carta.

- ¡Ranma y Akane se han ido de casa! -dijo Kasumi a su familia.

-Se han fugado por amor-dijo llorando Soun.

-Creo que no. Ranma se ha fugado. Akane adivinó sus intenciones y lo ha seguido-dijo Nodoka.

-Akane fue la única que se dio cuenta que Ranma estaba extraño. Es quien mejor lo conoce-dijo Kasumi-pero leamos las cartas y abrió la de Ranma.

Querida familia:

He descubierto que soy un peligro para vosotros, por mis rivales y por mis tres presuntas prometidas. Me veo obligado a alejarme del dojo por tiempo indefinido. No me sigáis. Y eso va sobre todo por mi padre y por Akane, que sé que intentará seguirme. No le dejéis seguirme, esos seis locos me perseguirán y la podrán en peligro. No sé si volveré. Os echaré de menos… algunos de vosotros. Si no nos volvemos a ver ser felices. Akane cuídate. KASUMI quema esta carta, que Nabiki no haga negocio con ella.

Atentamente:

Ranma.

-Que atento, se despide solo de Akane-dijo irónica Nabiki.

-Mi hijo es todo un hombre quiere alejar el peligro de nosotros-comentó Nodoka- No como su padre que se escondería.

-Y ha secuestrado a mi hija-dijo Soun llorado.

-Leamos la carta de Akane. -dijo Kasumi. No había leído en alto la petición que le puso Ranma, pidiéndole que quemase la carta. Ni tampoco dijo nada de la carta de Ranma que encontró dirigida a Akane.

Querida familia:

Si leéis esta carta es que me he ido de casa. Ranma está planeando fugarse para alejar el peligro de nosotros. Yo iré detrás de él para llevarlo conmigo de vuelta a casa. No pienso volver hasta que él regrese, tarde lo que tarde. Sé que me comporto como una mala hija y hermana… pero es mi prome… mi mejor amigo y no lo dejaré solo. No sé cuándo volveré. Pero no lo haré sola… quiero decir que iré con Ranma. Cuidados y no sufráis por nosotros. KASUMI quema la carta que deje Ranma y la mía. Que Nabiki no haga negocio con ellas.

Atentamente:

Akane.

-Esta es de Akane, lo sé por qué conozco su letra. Ha debido seguir a Ranma. Supo desde el primer momento que él se iría. Vio algo extraño en el comportamiento de su prometido, algo que no vimos los demás. -tampoco leyó en alto la petición de Akane, idéntica a la del chico.

-Sí, Akane debe conocer bien a mi hijo para darse cuenta de un pequeño cambio en su comportamiento y saber lo que significa.

-Lo conoce mejor que nadie, de la misma forma que quien mejor conoce a Akane es Ranma. Los dos saben cómo reaccionaría el otro en ciertas situaciones. -contestó Kasumi.

-Kasumi darme las cartas-pidió Nabiki.

Kasumi miró a su hermana y sonrió. Nabiki en eso era previsible, los dos prometidos habían previsto esto, ella también lo hubiese adivinado. Miró las cartas y las rompió en pedazos y las quemó.

- ¿Porqué? -casi lloró Nabiki.

-Por qué me lo pidieron Ranma y Akane, para que tú no hicieras negocios. Te conocen bien. Si me entero que haces negocio con la fuga de esos dos, te quedaras sin comer durante una semana. Puedes decir que se han ido de entrenamiento, pero no venderlo.

Nabiki miró a su hermana asustada. Le haría caso, pero sabía que los seis rivales irían a ella. Y entonces…

Ese día en el Furinkan se supo que los dos chicos habían desaparecido. Muchos acudieron a Nabiki que dijo la verdad… gratis. Para ella fue una pena, hubiese conseguido buenos beneficios. Pero como ella pensó los seis que provocaron la huida de Ranma y Akane fueron a verla. Después de hablar con ella salieron a buscar a los dos chicos, estuvieron una semana fuera… pero no los encontraron.

Akane y Ranma estaban en las montañas. Ninguno de los dos había estado allí nunca, Ranma había estado en otra zona de esas montañas. Era como si esas montañas los atrajesen. Parecían que conocían el camino a un prado al que nunca habían estado. Y al que sólo volverían en el futuro cuando quisieran escapar de sus perseguidores. Allí se sintieron a salvo de sus penalidades.

Durante los primeros días de la fuga iban de un lado para otro, no estaban dos días en un sitio. Se sabían y sentían perseguidos y se convirtieron en dos fugitivos. Pero al llegar a ese prado algo los motivo a quedarse.

Ranma montó las tiendas de campaña, se oía el ruido de un rio cercano. Ya había aceptado a Akane como acompañante y se alegraba de tenerla con él. No se aburría tanto y no tenía que hablarle al viento.

-Parece ser un sitio muy agradable y tranquilo-dijo el chico- un buen sitio para entrenar o descansar. -miró a su alrededor extrañado- es curioso, he estado alguna vez por la zona y nunca había llegado aquí.

-Estoy de acuerdo contigo. Es el mejor sitio para descansar. No me apetece entrenar. Si no, disfrutar de la tranquilidad que se respira aquí.

-Pues eso haremos, descansar. Que después del jaleo que nos metieron esos seis nos lo merecemos.

-Me voy a bañar en el rio. No me espíes mientras me pongo el bañador.

- ¿Quién quiere verte como te cambias? -dijo el chico. Ella se enfadó y se dirigía a él para darle un golpe… pero- No sabes la suerte que tienes. Te puedes bañar y ponerte un bañador o un bikini… yo en cambio cada vez que me quiero bañar me tengo que poner un bañador de chica… y hay gente que es aún peor. Pero lo que les pase a esos no me importa, ellos mismos se lo han buscado.

-No te preocupes por eso y vamos a bañarnos. Tú siempre serás Ranma no importa el aspecto que tengas. -dijo ella y le tendió la mano, para que se levantarse. Él la aceptó y se levantó y cada uno fue a su tienda a cambiarse.

Al salir de las tiendas, Akane se asombró, Ranma salió con un bañador de chico.

-Pero Ranma. Si te bañas con eso, al convertirte en chica…

-No pasará nada. Estamos solo tú y yo. O ¿te escandalizaras de ver el pecho a una chica? No es la primera vez que me lo ves.

-Tienes razón. Pero tienes tan poco pudor femenino.

-Puede que sea por qué soy realmente… ¡un hombre! -dijo él riendo.

Y los dos fueron al rio al llegar se metieron en el agua y disfrutaron de ella. En cierto momento, Ranma se sumergió en el agua y Akane empezó a buscarlo asustada, se temía una broma de su prometido.

- ¡Ranma! No te escondas, por favor... No me asustes… ya sabes que no sé nadar…

En ese instante, el chico apareció por su espalda, la cogió por la cintura y la metió bajo el agua. Ella logró separarse de él y empezó a perseguirlo bajo el agua. No se dieron cuenta de algo muy extraño. Algo que tenía que pasarle al chico cuando se metió en el agua... y no le pasó y que ella hizo algo que realmente era incapaz de hacer.

Salieron a la superficie y ella corrió detrás de él. No estaba enfadada, había aceptado la broma de él. Llegaron a la orilla y se persiguieron hasta un bosquecillo cercano. Y allí siguieron jugando, corriendo y escondiéndose entre los árboles.

Pero en lugar de cogerlo, fue él quien la cogió. Ella se estaba apoyando en un árbol. Él la miró y le apartó un mechón de la cara de la cara y dejó esa mano en la cara de la chica, acariciándosela. Ella bajó un poco la cabeza y cerró un poco los ojos y lo miró tentadora. Él le sonrió, la cogió por la cintura y el atajo hacía él. Ella paso los brazos por el cuello del chico.

Y entonces se besaron. Era algo que no pudieron reprimir, algo que les pidió el cuerpo y el alma, algo que querían hacer desde mucho tiempo atrás. Se besaron con pasión y como si quisieran devorar al otro, o como si fuera el fin del mundo, Jugueteando con sus lenguas y cuando separaron sus labios se miraron y se sonrieron.

Él la cogió en brazos, ella le volvió a pasar los brazos por el cuello, y se volvieron a besar. Cuando se separaron, los dos se miraron sorprendidos como si se acabasen de despertar. Cerraron y abrieron los ojos y…

- ¿Cómo es que me tienes cogida en brazos? ¿Cuándo me has cogido? -dijo ella con timidez.

-No lo sé Akane... No logro acordarme cuando te he cogido. Lo último que recuerdo es que jugábamos a pillar acercándonos a este bosquecillo… y nada más.

-Igual que yo-contestó ella. Desviando la mirada sonrojada- ¿Me puedes dejar en el suelo?

-Si… sí. -contestó él, aunque se dio cuenta que no quería hacerlo.

La dejó en contra de su voluntad. Y se apartaron los dos con las caras coloradas. Se miraron con timidez. Los dos esperaban que el otro se enfadase, pero esto no ocurrió.

- ¿Vamos... a preparar la comida? -dijo él.

-Si… si… de acuerdo- contestó ella. Y empezaron a caminar hacía sus tiendas de campaña.

No se dieron cuenta que los observaban dos seres extraños.

- ¿Por qué le has borrado de la memoria de cuando se han besado? -dijo el ente femenino.

-Era necesario, no deben descubrir hasta el final la posibilidad.

- ¿No sería bueno contarles todo?

-No. Si lo saben se lanzarán de lleno a buscarlo y no lo harían de verdad, con eso no conseguirán nada. Deben llegar a ello cuando se lo pida el corazón y no la cabeza. Tienen que hacerlo como ha pasado ahora.

-Hay que proponerles el trato. No lo rechazaran, nadie lo ha hecho hasta ahora.

-Son diferentes a los otros. Los demás querían progresar como luchadores. Estos dos jóvenes quieren sobre todo tener una vida más tranquila de la que han tenido. Y eso es algo que no podemos darles.

- ¿Insinúas que no aceptaran nuestra propuesta? -dijo ella. -Son especiales y dignos, si no lo fueran, no habían entrado en este valle sagrado.

-No lo sé. Son muy diferentes a los demás. Sobre todo, a los dos últimos. Él era un mujeriego pervertido, te acosó incluso a ti. Y ella era muy dominante y manipuladora, me acosó a mí.

-Ahora están preparado la comida. Cuando ya hayan comido nos haremos presentes. Y les hablaremos. Me apuesto un barril de vino que aceptan la propuesta-dijo ella.

-No, les dejaremos tranquilos unos días, han venido a descansar. Dejaremos que lo hagan. Después ya veremos.

Y los dos seres desaparecieron, se esfumaron en el aire como si no hubiesen existido.

Mientras los dos jóvenes disfrutaban de un buen día, allí pasarían muy buenos momentos, ignoraban que dos seres los observaban y que sus rivales andaban muy cerca.

-Han pasado por aquí-dijo Shampoo. -pero su rastro se pierde aquí. -Dijo señalando el fin de las huellas. Ranma y Akane habían pasado después de que lloviese y dejaron sus huellas en el barro.

-Este camino termina aquí al pie de la montaña y no lleva a ninguna parte. - era cierto el camino llevaba a la pared de la montaña.

-Mirad las huellas continúan y…-todo se miraron asustados. Había la parte trasera de una huella, de una zapatilla, cortada por la pared de la montaña. Como si la montaña hubiese caído después que el poseedor del calzado hubiese pasado, dejando oculta medía huella.

-Puede que haya una entrada secreta-dijo Ryoga esperanzado, salvaría a Akane del orgulloso Ranma.

Pero, aunque buscaron no encontraron nada. Y al cabo de un rato se giraron y volvieron a Nerima. Habían olvidado por completo que hacían o lo que buscaban allí. Pensaban que Ranma y Akane estaban en el dojo y no podían dejarlos solos. Los padres podían intentar casarlos de nuevo, y no estarían ellos para impedirlo.

Mientras la pareja desaparecida, estaba a salvo de sus rivales.

Pasaron varios días, los dos prometidos estaban más tranquilos y en calma que nunca, se reían por nada y de todo, bromeaba y no se peleaban.

Estaban sentados comiendo. Y ella vio que miraba hacía ella con una sonrisa.

¿Qué miras con tanto interés? - preguntó ella.

-Nada Akane, nada.

-Si no fuese por nada no podrías esa sonrisa perversa.

-De aquí tengo unas estupendas vistas de un paisaje.

- ¿Unas buenas vistas? -Preguntó ella y se giró a mirar detrás de ella y volvió a preguntar sorprendida- ¿Yo no veo nada? ¿Debes tener una alucinación? Te debe haber dado mucho el sol.

-No tengo ninguna alucinación. Es que con esa falda tan corta que llevas, tengo unas buenas vistas de tus braguitas…-dijo él riendo. - es un buen paisaje.

- ¡Pervertido!, cuando te coja, te daré una paliza. -ella lo empezó a perseguir. Aunque su pelea parecía en serio, una sonrisa apareció en el rostro de ambos.

Cuando ella lo atrapó.

-Ahora te voy a castigar por mirón y pervertido-Dijo ella con una sonrisa perversa.

- ¿Qué me harás pervertida? Eres tú la que llevas una falda corta y enseñas todo. -dijo él divertido.

-Te voy a dar por mirón. Eres demasiado joven para ser un viejo verde.

-Pero si te he visto en bragas más veces. Y cuando llevas bikini ¿qué? O cuando las cuelgas recién lavadas que se sequen. Es como si yo te echase en cara que me miras los calzoncillos, cosa que has hecho, te he visto mirando cuando me cambio.

-Estas dándole la vuelta a todo para quedar como inocente. Pero no te salvaras- lo que había dicho el chico era cierto lo había visto en ropa interior, él no tenía tanta vergüenza como ella.

Siguieron así durante un rato, se estaban divirtiendo.

-Nada te salvará de…-empezó ella y se quedó mirando atrás de él asustada. El chico se giró y vio lo que asustó la chica. Notó que no recibiría ningún ataque. Aunque parecían dos personas que ellos conocían, no lo eran, y los dos jóvenes se dieron cuenta de eso al instante, tan solo habían copiado su aparecía. Los dos seres que lo espiaban aparecieron ante ellos con una propuesta, que pensaban que los dos chicos aceptarían.

Horas después. Los dos jóvenes estaban cenando y él chico se la quedó mirando.

-Akane, no me gusta decirte esto. Pero es hora… de volver a casa. Hemos estado muy bien aquí. Nos hemos divertido, hemos descansado y no nos hemos peleado.

- ¡NO QUIERO! ¡Nos podemos quedar a vivir aquí… para siempre! -suplicó ella- Lejos de todo y todos. Sin que nos molesten unos padres tontos, obsesionados con casarnos. Unos rivales que solo quieren alejarnos, para que vivamos como ellos quieran. Aquí estoy bien… contigo. No quiero perder la tranquilidad que tengo… que tenemos aquí.

-Te entiendo y pienso lo mismo que tú. Pero me he dado cuenta que estamos huyendo. Nosotros nunca lo hemos hecho, Akane. -la cogió por las manos y la miró a la cara- Me gusta tan poco como a ti dejar este paraíso. Hemos estado una semana y hemos disfrutado de la estancia aquí, pero… eso ya se ha acabado. Tenemos obligaciones, debemos estudiar y luchar por nuestro futuro. Y no tenemos que rendirnos antes nuestros rivales. No debemos ceder antes ellos, ¡nunca!

-De acuerdo, volveremos. Prometí llevarte conmigo de nuevo a casa y un poco más y me rindo, y te obligo a quedarte conmigo. Volveremos a casa. Pero como vuelvas a fugarte… sin mí, te mato-amenazó la chica.

Al día siguiente los dos chicos se pusieron en camino de vuelta a casa. Mientras se alejaban dos seres lo miraban.

-Es increíble, son los primeros que deciden irse por su propia voluntad del Valle. Y es más son los primeros que…

-Te lo dije son algo más que especiales. Volverán y en eso también serán los primeros. Y creo que conseguirán sus objetivos antes de regresar.

- ¡Ranma y Akane! El viento nos ha traído durante mucho tiempo sus historias. No me las creí, ¡sólo son humanos! pero veo que todo era verdad.

-No los desprecies. Me caen bien, y pocos son los humanos que consiguen caerme bien.

Los dos seres se desvanecieron, desaparecieron de la historia de Ranma y su prometida…

Los dos chicos estaban sentados en sus respectivos asientos en el tren, uno al lado del otro. Y mirando el paisaje y hablando.

-Nos van a castigar por fugarnos -dijo Akane.

- ¿Te da miedo? -preguntó él, ella negó con la cabeza. - El castigo no será grave. No es la primera vez que lo hacen ni será la última.

La chica sonrió y lo miró.

-Hemos pasado unas buenas semanas sin preocupaciones y ahora de vuelta a la rutina…-dijo ella- Esta es nuestra parada bajemos y…

Él la paró.

-No, bajaremos en la siguiente. -dijo él serio. Señaló el andén y allí estaban sus rivales y Cologne.

-No Ranma, hay que hacerles frente, es lo que tú dijiste en el valle. No huyamos.

Un rato después se encaraba a sus perseguidores.

- ¿Dónde escondites a la bella Akane? ¡Secuestrador! -dijo Kuno.

-Ranma no me secuestró, fui yo quien lo siguió y lo obligué a llevarme.

Cologne los miraba extrañada. Estaban extraños como si hubiesen tenido contacto con... No podía ser, aquellos dos seres habían contactado con Ranma y Akane. Tenía que hablar con Happosai. Y encima parecía que…

-Hola a todos, salimos de vacaciones. No creo que merezcamos que nos vengáis a recibirnos- dijo el chico con mucha ironía.

- ¡Ranma! Tú no mereces…-Empezó Ryoga, pero se calló. Veía a los dos chicos muy tranquilos y relajados, tanto que le asustaban.

- ¡Shampoo! ¡Mousse! Volvemos al Café del Gato, no me hagáis perder el tiempo. -Si lo que pensaba era cierto, no podía separar a Ranma y Akane. Al llegar a Nerima le pareció poco probable hacerlo, ahora era una tarea casi imposible. Y los dos chicos habían dado el primer paso para…

Los dos chicos chinos tuvieron que seguir a la anciana.

- ¿Qué le pasara a la anciana? -le preguntó Akane a Ranma-Nos ha mirado de forma extraña.

-No lo sé Akane, pero no me gusta, nos ha mirado como si ocultásemos algo. -contestó el chico en voz baja-No tengo ganas de pelearme con esos. Vamos para casa.

-Si. Sí montamos algo aquí habrá heridos-dijo la chica y dirigiéndose a sus rivales – Ranma y yo estamos cansados, dejarnos pasar o llamaremos a la seguridad de la estación y diremos que nos acosáis. Si nos seguéis os denunciaremos a la policía. Aún tengo el documento que me quisisteis hacer firmar y lo enseñaré y os acusaré de chantaje.

- "No resultará, es una trampa demasiado fácil de esquivar. Solos los idiotas caerían"- pensó el chico.

-De acuerdo, os dejaremos en paz, pero solo diez minutos.

Los dos prometidos se quedaron miraron sorprendidos y aprovecharon la ocasión para escapar. Cuando acabaron los diez minutos, ya estaban en el dojo Tendo.

-Venga entremos, y soportemos la que nos viene encima-dijo él asustado.

- ¡Ranma!... y si nos volvemos a fugar aún no se han dado cuenta que estamos aquí-dijo la chica espantada. Quería escapar de la reprimenda que le esperaba.

-Venga una chica tan poco femenina como tú…-ella se empezó a enfadar- y un chico tan bocazas, prepotente y machista como yo, podemos… podemos…-miró a la chica asustado- ¡ESCAPANOS! ¡Y volver cuando seamos mayores de edad! ¡Corre antes de que se den cuenta que estamos aquí!

Y cuando iban a huir de nuevo, se abrió la puerta y apareció Kasumi.

- ¡Akane, Ranma! Habéis vuelto, que alegría. Ya veréis cuando os vean mi padre y los tuyos Ranma. -dijo la chica abrazándolos.

-Eso es lo que queremos evitar-dijeron los dos chicos con voz baja.

- ¿Qué habéis dicho? -preguntó la chica extrañada.

-Nada, nada, ¿verdad Akane? -dijo él con una risa falsa

-Sí, nada. -contestó ella. Riendo igual que él.

Cinco minutos estaban sentados enfrente de sus padres.

- ¡Sois unos hijos ingratos! ¡Habéis traído el deshonor a la familia! Escaparos de casa, siendo un chico y una chica-y los miró enfadado. Los dos jóvenes aguantaron la mirada- No sé qué le habrá hecho a mi pobre e inocente hija…

Ranma se enfadó y estalló furioso.

-No le he hecho nada a Akane. No soy como tú o mi padre, he respetado a tu hija y ella a mí.

- ¿Qué insinúas que yo y Genma nos hubiésemos comportado como unos animales?

-Y tanto que si-fue toda la familia que contestó.

- ¡Kasumi! Mañana llevaras a Akane al ginecólogo, si Ranma le ha hecho algo a mi hija… mañana por la tarde estará casado con ella… Si sobrevive

-Otra cosa, tenemos lagunas en la memoria… es decir, algo de amnesia… tenemos que sométenos a una revisión más exhaustiva que esa-dijo Akane.

Todos se asustaron. No esperaban eso. Les preguntaron por el viaje y ellos contaron todo lo que recordaban. Que habían hecho, sus viajes y describieron el extraño valle donde creyeron pasar una semana. Fue entonces cuando se dieron cuenta que para la gente de Nerima había pasado casi cuatro semanas desde que desaparecieron, para ellos solo había pasado dos semanas.

Al día siguiente fueron con Kasumi y Nodoka al médico y fueron sometidos a un intenso examen que no encontró nada extraño. Solo que parecían desconcentrados con la fecha, para ellos no habían pasado tanto tiempo como decían los demás.

Una vez en casa.

-No tienen nada, solo debió ser que se lo pasaron tan bien lejos de los problemas que siempre tienen, que no se dieron cuenta que el tiempo pasaba más deprisa que se imaginaban-dijo Kasumi-Y otra cosa. Ranma respetó a su prometida. El ginecólogo no encontró que hicieran algo indebido para su edad. -y miró a su padre enfadado, ella creía en Ranma, el chico podía ser maleducado con Akane. Pero nunca le haría algo que ella no quisiera, y si lo hubiese intentado, ahora el chico estaría muerto.

-De acuerdo-dijo Soun y miró a los dos jóvenes que estaban enfadados, Soun y Genma habían dudado de ellos, y los dos chicos tenían ganas de revancha.

-Sé que estáis enfadados y os pido disculpas. Pero estáis castigados por escapaos, durante una semana… no mejor dos, estaréis castigados sin salir. Después de acabar las clases volveréis a casa de forma inmediata. Haréis vuestras tareas escolares y después entrenareis y ayudareis en las tareas de la casa.

Fue ese su castigo, pero ellos lo aprovecharon para disfrutar, lejos de sus rivales y entrenarse para ser más fuertes y vengarse de sus rivales y de sus padres por desconfiar de ellos.

La venganza de Shampoo

La chica estaba furiosa, más que nunca. La pequeña y poca cosa chica japonesa, que vivía en la misma casa de su Airen, había logrado que éste la invitase al cine. No era la primera vez que los dos iban juntos algún sitio, no era ni siquiera la tercera vez. Pero estas salidas ya se estaban volviendo una mala costumbre que había que cortar de lleno.

Vio llegar a los otras dos. Habían quedado en un parque muy poco concurrido.

-Supongo que sabéis para que os he llamado. Akane a vuestro a quedar con Airen, debemos acabar de una vez con ella.

-Estoy de acuerdo contigo. Y así también fastidiamos a Tatewaki. Que va detrás de Akane y de la estúpida chica de la trenza, también nos debemos deshacer de ella. Creo que está muy unida a Ranma y no la soporto.

Las otras dos se quedaron mirándola alucinadas.

-Y tan unida, como que son las dos caras de una moneda, Kodachi. Ranma…. Y la chica de la trenza son… algo así como hermanos, haz daño a uno y el otro sufrirá. -dijo Ukyo.

-Pues mi hermano y yo nos saboteamos los planes uno al otro. Es típico de hermanos pelearse.

-No es de las relaciones entre hermanos de lo que hemos venido hablar, si no de que debemos acabar con la relación entre Ranma y Akane-dijo Shampoo.

-Ya lo intentamos hace un mes, y no salió nada bien. Y ellos dos, aunque al principio se pelearon, se reconciliaron y se fugaron, y han vuelto hacen unos días más unidos que nunca y están un poco extraños-comentó Ukyo.

-Lo volveremos a intentar y está bien saldrá bien, contaremos con los tres chicos. Les interesa ayudarnos. - y le contó el plan. Después se separaron. Pondría su plan en marcha esa misma noche, cuando los prometidos volviesen al dojo y todos en el dojo Tendo estuviesen acostados.

Akane y Ranma, volvían del cine… aunque en realidad engañaron a todos, habían ido al teatro, les daba vergüenza confesar que fueron a ver una obra de teatro. Y les daba más vergüenza confesar que se lo habían pasado bien.

-Estoy cansado, por la mañana a la escuela y por la tarde entrenamiento-dijo el chico.

-Sí, ha sido un día agotador. Pero ir a ver esa representación ha sido genial. Creía que te dormirías. Tienes tan poco aguante viendo estas cosas.

-Yo pensaba lo mismo de ti. No es una obra muy conocida en Japón, en su país de origen sí.

-Veo que estás muy versado en teatro-dijo ella riendo.

-Después de aquella versión tan… tan… rara que hicimos de Romeo y Julieta. Me picó la curiosidad y empecé a leer a escondidas novelas escritas para el teatro… pero no se lo digas a mi padre, considera el teatro cursi y para ricachones.

-Pues si quieres ir de nuevo. Me puedes invitar-dijo ella.

-No sé, no sé. Prefería invitar a una actriz guapa e inteligente. Pero como no existen con esas cualidades, te invitaré a ti que al menos eres inteligente y un poco guapa.

-Serás… - y lo empezó a perseguir. Sabía que bromeaba, no se acodaba de la última vez que se pelearon. Y no quería volverse a pelear en serio. Recordaba con nostalgia el tiempo que pasaron los dos en aquel extraño valle, quería volver a estar a solas con él.

Llegaban muy tarde, se le escapó el tren y tuvieron que esperar mucho al siguiente. Al volver a casa cenaron. Todos estaban acostados, Kasumi les había dejado algo para cenar. Las pocas veces que salían siempre encontraban algo para cenar cuando volvían a casa.

-Mañana nos tocará bronca de los padres, por llegar tan tarde. -dijo ella.

-Pero aún con ese castigo, no nos quitaran lo que hemos disfrutado hoy. Ni nuestros padres ni nuestros rivales, no pueden quitarnos eso.

-Tal vez hubieses disfrutado más con otras prometidas-dijo ella un poco seria. Lo quería enfadar, para divertirse.

-Ni lo menciones, ninguna de las tres me hubiese dejado ver la representación en paz-dijo él muy serio, la chica le vio tener un escalofrió-Solo con pensar en lo que me podrían hacer… me da miedo.

Ella lo miró. Parecía hablar en serio.

- ¿Hablas en serio? Parece que últimamente no…

- ¿Las soporto? -preguntó él. La chica asintió- no sé lo que me pasa, pero no aguanto que me sigan todo el día, que se me tiren a los brazos sin preguntarme si quiero que me abracen. Vosotras si un chico se propasa con vosotras, le atizáis. Pero nosotros… no podemos cuando nos pasa lo mismo con una chica. -entonces se enfureció- Y sobre todo no aguanto que ellos te sigan….

Al momento se dio cuenta que se había ido de la lengua.

- ¿Qué has dicho? -preguntó ella con la cara roja.

-Yo… mira…no piense lo que no es y.…-No sabía cómo seguir. Y maldijo su propia timidez e inseguridad.

-Vale, ya veo que no eres capaz de decir un cumplido ni lo que piensas. Te falta madurez. -sabía que no era eso lo que le faltaba. La educación que recibió de su padre lo hizo inseguro y muy tímido con las chicas.

-Mira quien fue a hablar. La que siempre se enfada cuando mi otra prometida, si quieres llamarlas así, me acosan. No diciendo lo mismo cuando sus pretendientes…

-Tienes celos…, si, tienes celos, de aquel que se me acerca.

-Y tú también tienes celos.

-Los tuyos son mayores que los míos…-se quedó callada, al darse cuenta lo que acaban de decir los dos.

Los dos chicos se miraron sonrojados, habían revelado sus respectivos celos, al acusar al otro de lo mismo. La chica sabía que él negaría tal revelación, como ella misma haría… pero si ella actuaba antes.

Y señalándolo acusadora con un dedo… para descubrir que el chico hacía lo mismo.

-Lo has dicho. Has admitido que tienes celos-dijeron los dos. Se quedaron mirando- No puedes negarlo. Y no es cierto que yo tenga celos de…- decían lo mismo a la vez.

- ¿Por qué yo debo tener celos de una…? - empezó él, pero se calló-No puedo negar lo que he dicho, ¿Verdad? Es una tontería hacerlo.

Los dos se quedaron mirando y a él se le escapó una carcajada.

- ¿Qué te parece tan gracioso? -dijo ella enfadada. Aunque estaba furiosa hablaba bajo. No querían despertar a la familia - ¿Que los dos nos hayamos…? -le dio mucha vergüenza seguir.

- ¿Qué hayamos revelado que somos celosos? No. Ya que varias veces nos hemos puesto celosos, tanto tú como yo. No me produce gracia eso. Que tengamos celos es malo, muy malo, tanto para ti como para mí, es muy… muy peligroso. Lo que me hecho gracia es que hayamos hecho los mismos gestos y dicho lo mismo a la vez.

Ella sonrió al recordar eso, pero enseguida se puso seria.

-Los celos son malos, pero ¿por qué dices que estos son muy malos, peligrosos?

-Si se enterasen nuestros rivales nos harían la vida más imposible de lo que ya nos la hacen ahora, que ya es demasiado. De esto no se debe enterar nadie y nuestra familia menos. Debemos olvidar que hemos dicho que nos sentimos celosos. Como si no hubiese ocurrido nunca.

Ella lo miró asustada. Se imaginó que pasaría si Shampoo o Kodachi descubriesen que los dos jóvenes sentían algo, sentir celos significa que el otro te gustaba, poco o mucho. Se estremeció. Él chico la miró y le dieron ganas de abrazarla. Se veía tan indefensa.

-Sí, estoy de acuerdo. Esto no lo podemos mencionar nunca. Nos pondríamos los dos en peligro-dijo ella.

-No te preocupes yo te defenderé. Nadie podrá con Ranma Saotome, si te atacan- dijo el chico aparentando mucho orgullo. Pero se sentía inseguro, no sentía para nada la seguridad que intentaba aparentar. Desde que volvieron de China su temor por la seguridad de la chica había aumentado, tenía miedo que algún rival la utilizarse para atracarlo, como hicieron los de la tribu del Fénix.

Ella lo miró, se sabía protegida por el joven. Pero no podía tenerlo siempre a su lado protegiéndola.

-Vámonos a dormir Akane, que mañana nos espera una regañina. -dijo él quitándole importancia a sus temores.

-Si-dijo ella y le sonrió de la forma que dejaba al chico alelado. Si ella supiera lo fácil que era vencer al chico con esa sonrisa, todo iría mejor entre ellos.

Subieron a las habitaciones. Se pararon en la puerta de la habitación de ella.

-Bueno Akane me voy a dormir-dijo él. Pero no se separaba de ella. No podía, ni tenía ganas de hacerlo. - "¿Qué me pasa? Tengo ganas de abrazarla. Ojalá me bese. Quiero que lo haga. ¿Por qué no lo hace? ¿Por qué mierda soy tan tímido? ¿Por qué tengo miedo de besarla yo? -pensaba el chico, la miraba como si quisiera decirle algo.

- ¿Te pasa algo, Ranma? - ella tampoco se podía alejar de él. - "¿Qué le pasa? Está muy nervioso. Creo que quiere besarme, pero es tan tímido. Ojalá pudiera abrazarle, o él a mí. Si seguimos así no nos iremos a dormir."-pensaba ella.

Estuvieron mirándose mucho rato y al final al separase.

-Ahora sí que entro. Pasa una buena noche-dijo ella. Estaba un poco desanimada. No quería separarse de él así. Quería besarlo, aunque fuese en la mejilla.

- ¡Adiós Akane! Mañana nos vemos-dijo él con pena. Se sentía un cobarde. ¿Cómo podía luchar con guerreros muy fuertes y no poder besar a su prometida ni decirle la verdad?

Akane abrió la puerta de su habitación y se quedó mirando como el chico se alejaba en dirección a su habitación. Pudo notar la tristeza del chico. Y de golpe.

- ¡Ranma! Un momento- se acercó a él y lo miró de forma extraña.

- ¿Akane pasa algo? - y la miró sorprendido. Pero se sorprendió más todavía cuando ella lo besó en la mejilla.

-Sé que no es lo que quieres-dijo ella sonriéndole-Alegra esa cara, algún día podrás cumplir tú deseo. -Y se metió en la habitación muy colorada.

Él la miró entrar en su habitación y se acarició el lugar donde lo besó la chica. Una sonrisa apareció en su cara. Pero no estaba contento.

-Soy idiota, soy el mayor de los idiotas-dijo con la voz muy baja-la podía haber besado, así nunca lo haré. Me ha gustado que ella me bese. Quiero que lo vuelva hacer.

-No sé cómo me he atrevido a besarlo, aunque sea en la mejilla. Solo falta que él me lo devuelva. Ahora sé que llegara el día que lo haga. He notado que tiene muchas ganas de hacerlo.

Los dos se acostaron y no tardaron en dormirse. Esa noche dormirían poco, muy poco… como todos en el dojo Tendo.

Había pasado poco más de una hora del momento que los dos chicos se fueron a dormir y cinco figuras totalmente vestidas de negro y con un pasamontaña, del mismo color, ocultándoles la cara se infiltraron en el dojo. Su objetivo acabar con la vida de uno de sus residentes.

Ranma tenía un sueño intranquilo, y se despertó, había notado algo. Un peligro se cenia sobre el dojo y los que vivían en él. Vio una sombra en la ventana. Alguien miraba dentro. No lo reconocía, no era uno de sus rivales habituales ni de los de su pasado. Estaba intentando forzar la ventana. Y de pronto se asustó, El visitante nocturno no iba solo, había cuatro… no cinco. Iban a entrar a saco, despertando a todos.

No iban a robar, lo habrían hecho en silencio. Buscaban algo… o a alguien, en un momento supo lo que querían. Alguien estaba en peligro y se preparó para actuar.

Notó como el hombre entraba en su habitación. Y al momento el chico se sintió deslumbrado por la luz de una linterna.

-Tú levántate, ¡deprisa! -exigió el desconocido.

Ranma se intentó tapar los ojos con los brazos, como si le molestase la luz. Pero estudiaba a su posible rival.

- ¿Quién... eres? ¿Qué quieres? No tenemos… mucho dinero. De aquí no…

- ¡Cállate si valoras tu vida! Yo preguntó... tú contestas ¿Vale?

-Si, sí. De… de acuerdo- dijo el joven aparentemente asustado.

- ¿Dónde está esa chica la llamada Akane? Llévame ante ella.

El chico se asustó. Iban por su prometida, el olor que despendía el traje del asaltante le dijo de dónde venía. Se vengaría, pero antes acabaría con los asaltantes.

-No le hagas daño-suplicó el chico aparentemente asustado.

- ¿Y si le hago? Nos han pagado para hacérselo pasar mal.

-Si les toca, aunque sea un pelo…-Su tono había cambiado, era una amenaza y acabó con una advertencia en un tono de lo más sádico y cruel-... te mataré.

- ¡Pero quien se cree el niñato! Te voy a…- no pudo continuar. El chico estaba sentado en el futón y al segundo siguiente lo tenía encima. No pudo reaccionar, nadie podía ser tan rápido. No vio como lo atacaba. Pero sintió que caía al suelo y se desmayaba.

Ranma miró a su atacante tumbado en el suelo, si Akane recibía algún daño volvería por él y no sobreviviría a la furia del chico. El hombre no se despertaría en horas. El chico salió con cuidado de la habitación, no sabía dónde estaban los otros asaltantes, pero se imaginaba donde habría dos de ellos, pero no iría por ellos. Él iría a defender a su prometida.

Estaba saliendo de su habitación cuando oyó un grito de sorpresa seguido por uno de terror. Alguien había entrado a la habitación de sus padres. Y había encontrado una mujer con una katana… y un panda gigante, oyó un ruido y supo que el segundo atacante había caído. El tercero fue derrotado por Soun. Solo quedaban dos.

Se acercó a la puerta de la habitación de Akane. Y sin picar intentó entrar, pero antes de hacerlo, la chica salió.

- ¿Estás bien? -preguntó el chico alarmado.

-Si- Contestó ella y vio al joven lanzar un suspiro de alivio-Si Ranma estoy bien ¿Qué pasa?

-Tenemos visita no invitada y desagradable. No te separes de mí. Quedan dos- no quiso decirle que iban a por ella.

Toda la familia salió al pasillo. Toda menos Kasumi. De golpe se abrió la puerta de su habitación y salió ella muy asustada y cogiéndola y amenazándola con un cuchillo, uno de los atacantes.

-Veo que tres de nosotros han caído, me parece extraño. Pero siendo esto un dojo debéis ser expertos en artes marciales. Debíamos habernos informado.

- ¿Qué queréis? Suelta a mi hija y os lo entregaremos, pero no le hagas daño.

Ranma se asustó y se puso delante de Akane, no permitiría que nadie la tocase.

-Venimos por alguien. Nos han pagado para acabar con alguien.

- ¿Qué os han pagado para matar a alguien? -preguntó Nabiki. Y mirando a Ranma- ¿Con quién estás prometido sin saber…? -vio como el chico protegía a su prometida y supo la verdad.

-Veo que ya sabes por quien vengo. Tú la bajita de pelo corto, si no quieres que mate a tu hermana cámbiate por ella.

-De estas no saldrás vivo, tócale un pelo y te mataré. De toda forma lo haré por amenazar a Kasumi-dijo Ranma. Akane se fijó en él estaba muy enfadado y mataría al secuestrador con toda seguridad.

-Ranma no pasará nada y debemos salvar a Kasumi. Tú me salvaras, siempre lo has hecho.

-No quiero pasar por mismo que aquella vez. No quiero volver…- no pudo seguir. Ella sabía a qué se refería. A cuando la creyó muerta en Jusenkyo.

-No pasará eso, no volverá a pasar eso. -y mirando al secuestrador- de acuerdo me entrego.

- ¡No! -dijo Ranma cógeme a mí. ¿Quién te ha pagado?, seguro que te gratificaran si me llevas a mí.

- ¿Qué sabes tú de quien me paga?

-Hacéis un olor extraño. Solo hay un sitio en Nerima donde podéis coger ese olor. -dijo Ranma.

Akane también había identificado el olor. Ya sabía quién había puesto precio a su cabeza.

- ¿Olor? Yo no huelo nada-dijo Nabiki.

- ¿Vas a venir o qué? - exigió el secuestrador.

-Ya voy-contestó Akane y se entregó a cambio de Kasumi.

-Has hecho algo inteligente. Así sólo sufrirás tú. -el secuestrador notó algo extraño, la chica no temblaba de miedo. Mantenía una serenidad increíble. Miraba al chico de frente como si se comunicasen entre ellos. - ¿Es tu novia? Ves despidiéndote de ella por qué es la última vez que la vez con vida. -El chico lo miró, y el hombre tuvo un escalofrío, esa mirada le estaba diciendo que lo mataría y que lo haría con mucha crueldad.

El asaltante, con el cuchillo cortó la chaqueta del pijama de la chica de abajo a arriba. La chica se tapó para que no se le viesen los pechos.

- ¡Ranma! ¡No mires! ¡Pervertido…! -se calló, el chico no la miraba a ella. Miraba a su captor y ella supo que antes de matarlo, el joven lo haría sufrir mucho.

-No sé por qué te he de matar, ante de eso jugaré contigo-dijo riendo el malvado- nos lo vamos a pasar muy bien tú y yo.

La ira de Ranma iba en aumento. Kasumi se alejó de él, el chico desprendía incluso calor. No quería saber lo que le haría al secuestrador de su hermana. No iba a ser muy agradable.

- ¡No! -dijo Ranma con ira- yo jugaré contigo antes de matarte. Yo y Akane nos lo pasaremos en grande. Tú suplicaras que te mate. Pero no lo hare deprisa. Te mataré poco a poco. -hablaba muy despacio, su tono era él de un sádico. Su familia lo miró, ese no era el Ranma de siempre.

-Ahora nos iremos y no nos seguiréis. En unas horas recibiréis un mensaje de donde recoger lo que quede de esta… "persona" …. Si queda gran cosa. -y se rió. El delincuente huyó con Akane, esta miró a su prometido asustada, sabía que el chico iría por ella.

-Kasumi tráeme ropa de tu hermana, lo primero que encuentres, no hace falta que sea un conjunto majo…-dijo el chico.

-Nadie ira a ninguna parte- el ultimo secuestrador apareció con una pistola. Y miró a la familia. Un chico joven, dos chicas jóvenes, un hombre con bigote y pelo largo, debía ser el padre de las jóvenes. Una mujer con… ¿una katana? ¿Pero en qué lugar los había metido el jefe? Lo siguiente que vio lo dejó anonadado.

- ¿U… un... un panda?, que panda más feo-dijo.

El panda sacó un cartel donde ponía "Soy un panda bonito"

- ¿Pero no te has visto al espejo? -y entonces se dio cuenta que estaba discutiendo con un panda- ¿Pero ¿qué hago? estoy descurtiendo con un panda. Eso es imposible. Te venderé al zoo.

- "Vamos al cincuenta por ciento". -decía el cartel del panda.

-Como máximo yo me quedo el setenta y cinco y tú el veinticinco. -dijo el mercenario.

- "Yo el setenta y tú el treinta"- decía el cartel del panda.

-Pero ¿Quién te crees? Sólo eres un panda... y yo estoy discutiendo con el panda otra vez. - no vio llegar el ataque de chico. Y cayó al suelo desmayado.

- ¡Ranma! Toma lo que me pediste-dijo Kasumi. El chico cogió la ropa que le daba Kasumi. Esta miró al sicario-pobre hombre, cuando se despierte le dolerá la cabeza. Y pensará que se metió en un manicomio. Mira que discutir con el panda.

Ranma no escuchó lo último, había salido en busca de Akane sabía dónde estaba. Lograba notar su aura en un parque cercano.

-Las personas que me han contactado, están locas. Eres demasiado preciosa para matarte… antes te violaré… también te podría vender como esclava. Me pagarían muy bien por ti.

-Estás loco. Ranma te encontrará y a mí también. Y cuando lo haga te arrepentirás, nunca has luchado con alguien así. Y no volverás a pelear con nadie cuando acabe contigo. -la chica se tapaba los pechos con los brazos. No estaba asustada, lo miraba con frialdad, y con una rabia infinita. No era el típico rehén.

-Confías mucho en ese chico, no sabe dónde estamos.

-Si lo sabe ¿sabes lo que es el aura de combate? - el mercenario se la quedó mirando extrañado.

-El miedo te hace delirar ¿Aura de combate? -dijo él. Pero entonces vio una tenue luz roja alrededor de la chica- ¿Qué… es esa luz que... te rodea?

-Es mi aura de combate, tú la ves muy floja. Pero Ranma la percibe muy bien, es un reclamo para él. Ya sabe dónde estamos. Huye no queda ni un minuto. Yo percibo su aura a pocos metros. Y no viene de buen humor. Si intentas algo en mi contra, no te dará tiempo de escapar. De toda forma no podas huir de él

-No me engañaras con tus fantasías. Siempre nos drogamos antes de un ataque y ahora tengo una alucinación con tu "aura", en el dojo he tenido una de la más extraña, he creído ver un panda y una mujer con una katana. Pero ahora te voy a comer, seguro que no te ha probado ese patético que tienes por prometido. Que mirada os lanzabais, se nota que estáis enamorados. Si sobrevives no quera una novia que otro haya estrenado.

Se lanzó sobre la joven. Quiso quitarle las manos con que tapaba sus senos. Pero ella se resistía salvajemente y lo miraba con rabia. Entonces ella vio algo.

-Tienes miedo te has puesto en tensión-dijo él hombre- te voy a demostrar lo que es un hombre, no la mierda de prometido que tienes. No sé por qué esas te quieren quitar del medio por qué…

El hombre se sintió arrancado de la chica. Al girarse vio al chico, se fijó en sus ojos. No había visto tanto odio en alguien tan joven. Pero le faltaba experiencia, a ese chico le ganaría en segundos, después violaría a la chica delante de él. Le habían pagado por no matarlo, pero podía humillarlo.

-He vencido a mucha gente con más experiencia y más fuerte que tú. -dijo él hombre.

- ¿Estás bien? Akane, ¿te ha hecho algo raro ese animal?

-Estoy bien. Llegaste a tiempo. -y cogió la ropa que le daba el chico- gracias Ranma. -le dijo sonriéndole.

La chica fue a un lavabo público y allí se cambió. Ranma se giró al secuestrador.

-Habéis entrado en nuestra casa, habéis amenazado a Akane y a su hermana mayor. No os lo perdonó. Me has dicho que has vencido gente más fuerte que yo. Lo dudo, no te has enfrentado a nadie muy fuerte. Eres muy débil, he tenido muchos rivales mucho más fuertes que tú. Pero nadie tan débil como tú.

El hombre estaba furioso. Que un chico que le llegaba al pecho y sin musculatura lo llamase débil lo desquiciaba. Si no tenía ni técnica.

-Ven que te enseñaré un poco de lucha. Cuando estés en el suelo, me agradecerás la lección.

- ¡Ranma! Vence a este bocazas. -dijo Akane saliendo del lavabo ya cambiada. Se la veía segura y nada indefensa.

-No te alejes mucho, que cuando acabe con tu prometido. Iré a por ti.

Ranma se rió.

- ¿Ganarme?… ¿a mí? No podrás. ¿Y después iras por ella? ¿Pero nos has visto bien? -dijo el chico con soberbia-Nosotros dos somos Ranma y Akane, los más fuertes de Nerima. No podrás con ninguno de los dos. - y los dos chicos se pusieron en posición de ataque.

-Un poco prepotente Ranma, no te eches tantas flores. -dijo Akane.

-Pero Akane, si tengo razón. Ese tipejo no es rival ni para mí ni para ti. Nos hemos deshecho de rivales mucho peores que él.

-Pero que se ha creído el niñato-dijo el hombre- se piensa que es gran cosa y no es nada.

Y atacó al joven. El hombre vio como el chico paraba sus ataques, solo se defendía y no contratacaba, y de repente el joven le dio solo tres golpes y cayó al suelo.

- ¿Cómo lo has hecho? ¿Quién eres? No es posible. Nadie me ha ganado hasta ahora, y nadie lo hará.

-Tu turno Akane. -dijo el chico.

- ¿Eres tan cobarde que dejas luchar a una chica?

-No, confío en ella. Te vencerá, desearás haber seguido luchando conmigo, ella está más enfadada que yo y en ese estado es más temible. No estaría satisfecha si no la dejase darte lo que mereces

Y la chica venció al matón en breves momentos.

- ¿Quiénes sois? ¿Qué clase de monstruos sois? -dijo el hombre y cayó desmayado.

- ¿Estás bien, Akane? -preguntó el chico.

-Si gracias. -dijo ella sonriendo… y lo abrazó.

-Akane, que no has pasado tanto miedo. -dijo el chico con nerviosismo.

Ella se separó con la cara muy roja.

-Lo siento ha sido sin querer, de golpe he sentido la necesidad de abrazarte.

-No… no te disculpes, has pasado un mal rato. -dijo él. Ella lo vio muy nervioso, a pesar de ser en apariencia prepotente y creído, en realidad era muy tímido, y la chica sabía esto. Esperaba que él algún se abriese a ella, y no se dejase dominar por su timidez.

Él la miró. - "Que guapa esta cuando se siente indefensa. Me dan ganas de protegerla. No quiero que me deje nunca, pero es algo que no pode decirle nunca"-pensó el chico.

-Ranma, sabes tan bien como yo, quienes fueron los que planearon el ataque-dijo la chica.

-Sí, y es hora que les devolvamos la basura que nos enviaron-le contestó él...

Cologne se despertó. Tenía un mal presentimiento. Había notado dos auras de combate enormes y una baja. Los dos grandes pertenecían a los dos chicos que vivían en el dojo Tendo. Los dos habían combatido contra alguien, el poseedor del aura pequeña. Y esa persona había perdido.

La anciana sabía lo que habían planeado los seis que estaban ahora en el restaurante. Por el ruido que hacían, estaban celebrando su supuesta victoria, no sabían que su plan no había salido bien. Ella sabía de principio que el plan de su bisnieta estaba condenado al fracaso. Shampoo debía aprender de sus derrotas, para vencer al final. Pero la chica siempre perdía, desde el principio había subestimado a Akane y ese error no lo podría tener en una amazona del nivel de Shampoo.

Notó que los dos prometidos se alejaban, iban al dojo. Entonces se asustó, los dos después de estar un rato muy corto en ese sitio, se movían e iban hacía allí, en dirección al Café Gato.

-Por nuestra victoria sobre Akane- brindó una eufórica Shampoo. -Ahora Ranma será nuestro.

-Después de esto mi Ranma caerá rendido a mis… nuestros pies-dijo Kodachi.

-Espero que Akane aprenda la lección y…- dijo Ukyo, las otras la miraron de forma extraña, ella las miró, y se asustó-no contratasteis a esos mercenarios para asustar a Akane, lo hicisteis para matarla.

- ¿Cómo habéis podido hacer eso? -dijo Ryoga-Solo tenían que asustar a Ranma.

-No. Lo contratamos para matar a la chica violenta, y sin querían abusar de ella antes de matarla, que lo hicieran. Y si en el asalto se interponía alguien, podían liquidarlo. Al único que no podían dañar era a Ranma. -dijo Shampoo.

- ¿Sois idiotas? En el dojo viven los padres de Ranma y las hermanas de Akane. ¿Os podéis imaginar si sale herida la madre de Ranma? Si adivina que hemos sido nosotros, no quiero pensar que nos hará-dijo Ukyo enfadada. No mencionó lo que pensaba si la herida era Akane. Un terror frío empezó a invadirla.

- ¿Cómo habéis osado a atacar a la bella Akane Tendo? -dijo Kuno.

-No os asustéis, nunca averiguaran de donde vino el ataque-dijo Shampoo con una sonrisa.

- ¿Estas seguras? -dijo una voz.

¿Abuela? ¿Cómo preguntas eso? Claro que no averiguaran nada…-dijo Shampoo.

-Ya han atacado al dojo Tendo. Y los cinco asaltantes han caído. El último en un parque, parece que se llevó a Akane y el futuro yerno los siguió. Entre los dos jóvenes se cargaron al secuestrador.

-Me alivia mucho que Akane esté bien… - empezó Ryoga.

-No te alegres tanto. Ya saben que fuisteis vosotros quienes planearon el ataque. En estos momentos se acercan para aquí. Salir los seis de aquí, no quiero que me destrocen el local.

No pudieron salir, en ese momento la puerta se rompió por un bulto lanzado desde el exterior, en el mismo instante otro bulto entró por una de las ventanas. Al acercarse a los dos bultos vieron que eran dos hombres vestidos de negro. Estaban desmayados, y tenían muchas heridas.

-Conozco estas insignias- dijo Cologne- son de unos de los grupos de mercenarios nómadas que viven cerca de Jusenkyo. Ofrecen sus servicios principalmente a las tres tribus que dominan las lagunas. -las tres tribus eran el pueblo de las amazonas, Herb y su tribu y la tribu del Fénix. - ¿Habéis contratado un grupo de la tribu de los mercenarios para que se deshaga de Akane? -preguntó incrédula Cologne.

Ranma ya había vencido a los cuatro principales grupos de los alrededores de las lagunas. Y principalmente por salvar a su prometida. Pronto se la llamaría al consejo de Matriarcas, estas debían haberse enterado que el joven Ranma poseía un poder increíble. Le ofrecerían una alianza al chico. Y conociendo a Ranma… la rechazaría. Él ya tenía una alianza con alguien y no la rompería, había demostrado que le importaba más que nada, aunque él lo negase.

-Abuela yo…- empezó la chica y en ese instante otro cuerpo inconsciente entró por la ventana rota.

-Se preparan para atracar-dijo Ryoga. En ese instante oyeron un ruido y un pato huyó por la ventana. El pobre no había estado de acuerdo con el plan de Shampoo y no quería salir dañado. También Cologne los dejó, era algo que tenían que resolver los jóvenes, ellos se metieron en el problema, ellos lo tenían que resolver.

Los jóvenes tuvieron que esperar medía hora para que los otros dos cuerpos entrasen volando. Como los otros tres estaban dañados, sobre todo él que parecía el jefe.

Ryoga lo miró.

-A este lo ha atacado tanto Ranma como Akane, reconozco sus golpes.

En ese momento fue lanzado un bulto pequeño.

- ¡Mousse! -exclamó asustada Shampoo. Al pobre pato lo habían cogido y atacado. Era un aviso, nadie se escaparía de la venganza de los dos chicos.

El ataque final llegó dos horas después, los jóvenes de dentro del local estaban con los nervios rotos y muy asustados.

Los dos chicos entraron en el restaurante, iban vestidos de negro, como sus atacantes. Y estaban muy serios.

-Creíamos que con lo último que hicisteis, os habíais pasado de la raya y habíais aprendido la lección. Pero os habéis superado. -dijo Ranma enfadado.

-Habéis amenazado a nuestra familia. Y solo para satisfacer vuestros deseos infantiles.

-Queríais matar a Akane, para tenerme a mí. Lo siento, pero con eso solo conseguís que os odie.

-Ranma es mi prometido. Me ganó en un combate…-empezó una Shampoo asustada.

-Por defender a Akane, la atacabas sin culpa. Vuelve a atacarla tú u o tus cómplices y la volveré a defender. Habéis sido mis aliados y amigos, pero os habéis vuelto locos. ¡Poner precio a la cabeza de Akane! Os tenía que denunciar o matar, me quitaría un problema de encima.

Los seis rivales estaban asustados. Estos dos jóvenes furiosos no parecían a lo que conocían e hicieron lo que no debían, atacaron.

Cinco minutos después dos chicos salían de un destrozado local. Sus seis contrarios estaban en el suelo heridos y sin poderse mover.

Y allí se encontraron a la policía.

- ¡Quietos! No se muevan… ¡pero… pero si son dos chiquillos!

-Hemos venido a traer a los cinco sicarios que han atacado el dojo Tendo. -dijo Ranma.

- ¿Y Que pruebas tienen que lo mandasen los de ahí dentro?

-Hacen olor… Olor de unas especies chinas, que solo hay un sitio en todo Tokyo donde se pueden encontrar-dijo Akane.

-El sitio es el Café gato-continuó Ranma- hemos venido por explicaciones y nos han atacado.

-Sabéis que es mentira-dijo Ryoga saliendo- vosotros…

Se calló si seguía Ranma y Akane contarían para que fueron contratados los cinco hombres y por quienes.

- ¿Es cierto que estos dos jóvenes fueron atacados al llegar aquí? -dijo el policía. Y entonces empezó el interrogatorio.

Shampoo sabía que no podía delatar a Ranma ni a Akane. Estaba implicada en un caso de intento de asesinato fustado, tampoco podía acusar a sus cómplices ni a los sicarios.

Si traicionaba a los guerreros, estos podían posicionarse con una de las otras tribus y atacar a las amazonas como represalia. Había cometido un error grave, y su bisabuela no le ayudaría.

-Si… quisimos gástales una broma, y se nos fue de las manos. Ellos se sintieron atacados, y se defendieron. Cuando vinieron aquí por explicaciones les atacamos sin dejar que se explicasen… y ellos se defendieron.

-Shampoo. No digas mentí…-empezó Ranma, pero su prometida le puso la mano en el hombro y lo miró a los ojos, él entendió lo que quería decirle, que dejase pasar todo, que no acusase a nadie- La próxima vez que os ocurra gastarnos una broma, no lo haigas, ni lo intentéis- los seis chicos vieron en eso una amenaza.

-Si no hay un impedimento nosotros nos vamos-dijo Akane al policía. No había acusaciones por ninguna parte, entonces no había caso. -Nos hemos pasado del horario de regreso y nos espera un castigo.

-Pueden irse. Pero estén localizables, por lo que pueda pasar.

Los dos jóvenes se fueron y poco después la policía.

- ¡Será maldita Akane!, le debemos nuestra libertad a ella. Debo acabar con ella- dijo Shampoo enfurecida. No se aguantaba de pie por la paliza recibida. Akane la había humillado al conseguir que Ranma no acusase a nadie.

Horas después del fin del ataque, Cologne bajó al restaurante y vio los daños. No podía denunciar a los dos jóvenes. Si lo hacía, la familia Tendo alegaría que su bisnieta había contratado a unos sicarios para matar a su miembro más joven. Había oído la conversación de los chicos con la policía, y ella también captó la amenaza de Ranma.

Shampoo parecía que había perdido inteligencia. Sus dos últimos planes habían sido chapuceros. No podía dejar que la chica actuase de una forma tan loca.

-Si Ranma no es mío. No será de la chica loca violenta... ni de nadie. -oyó decir a su bisnieta.

La chica se había recuperado del ataque y cogió agua y se mojó, se transformó en gata y salió corriendo. La anciana no pudo detenerla, Shampoo iba hacer algo terrible y nadie podía detenerla.

Ranma y Akane estaban tumbados en el tejado del dojo, había sido una noche agotadora y veían como amanecía. No hablaban del ataque, estaban cansados de tantos ataques, en poco tiempo se habían multiplicado.

-Hemos dormido poco, pero no tengo sueño. ¡Tengo mucha hambre! -dijo la chica.

-Yo tampoco tengo sueño, y también tengo hambre. Voy a comer más que tú.

-Eso está por ver-le contestó la chica riendo.

-No me ganarás. Nunca me has ganado comiendo.

-Hoy si te ganaré. -respondió ella retadora.

-Eso está por ver. -le respondió el chico, repitiendo lo que había dicho ella.

- ¿Qué te apuestas? - Le desafió su prometida.

-Quien pierda invita al cine. ¿Te vale?

-Y aún helado… y aún café. -contraatacó ella.

-Estoy de acuerdo.

Habían conseguido lo que querían, ir al cine con el otro. Los dos se consideraban ganadores de esa pulla, aunque a uno le tocase pagar, lo haría con gusto.

Al cabo de un rato bajaron a desayunar y allí estallaría la próxima crisis.

Ranma volvía a estar sentado en el tejado. Se cogía las rodillas con las manos, sentía una gran tristeza.

El dojo estaba inusualmente en silencio, una gran tristeza se había adueñado de sus habitantes, de la que no se recuperarían nunca.

El chico maldecía a Shampoo… y a su padre. Entre los dos lo habían metido en un jaleo del que no iba a salir. Oyó ruido y levantó la vista, delante suyo estaba su prometida. La chica tenía los ojos rojos, debía haber llorado durante horas.

Él se levantó y fue a decirle algo, pero no pudo. No podía hablar, aunque lo intentó.

Ella lo miró con tristeza y se le echó encima, lo abrazó y hundió su cabeza en el pecho del chico llorando con rabia y amargura.

Ranma la abrazó, nunca lo había hecho. No quería dejarla… no quería separarse de ella. La abrazó con fuerza, para que nadie, ni nada pudiese llevársela lejos suyo.

Akane tampoco quería soltarlo, por qué pensaba que, en el momento de hacerlo, se lo llevarían lejos, a un sitio donde no lo volvería a ver.

-Ranma, es la hora-lo llamó su padre.

- ¡NO! -grito la chica con desespero- no quiero que bajes, me niego que bajes y te sometas.

-No puedo hacer nada. Me hicieron prometerlo.

- ¡Tenias cinco años! No eras cociente de lo que te jugabas.

-Pero eso no me exime de cumplirlo.

Ella lloraba con amargura. A el chico se le rompía el alma verla llorar. No le gustaba ver llorar a nadie y sobre todo a su prometida.

-Alegarte, por fin te libraras de estar prometida.

Ella lo abofeteo.

-Yo quería dejar de ser tu prometida. No quería ni quiero dejar de ser tu amiga ni que me dejes sola. -Chilló ella. - ¡no me dejes! No permitas que te alejen de mí. Yo quería dejar de ser tu prometida… quería… pero hace tiempo que ya no quiero dejar…de serlo.

Bajó la cara para que él no la viese llorar. Ranma puso un dedo en la barbilla de la chica y le levantó la cabeza y la miró a los ojos. Vio mucha tristeza en ellos. Con el mismo dedo le limpió una lágrima y se la llevó a los labios.

-Ahora una parte de ti me acompañará en este viaje. Quiero que seas fuerte. Y que no me olvides… -a él también se le escaparon las lágrimas y junto su cara a la de ella. Y las lágrimas de los dos se mezclaron.

Horas después el chico se despertó. Se había quedado dormido sentado, le dolía el cuerpo. No importaba, pronto eso dejaría de ser importante. Notó algo en su hombro y al girarse se asustó. Akane estaba sentada a su lado, estaba dormida y apoyaba su cabeza en el hombro del chico.

La miró y la encontró guapísima a pesar de todo lo que había llorado. Se intentó levantar, no quería despertarla y que tuviese que soportar el trauma de su… separación. Pero… vio que ella tenía con una mano cogida su camisa con fuerza.

-No Akane, no me escaparé. Tú no me dejarás que me escape.

- ¡Ranma!, ¡Ranma no me dejes! -la oyó como lo llamaba dormida y de los ojos de la chica volvieron a salir lágrimas.

-No quiero dejarte. Eres mi mejor y única amiga. La única persona en quien confió totalmente. Quiero ir contigo al cine y volvemos a fugar. -dijo en voz muy baja, para que ella no lo oyese- te debo muchas cosas….

- ¡RANMA! ¡Baja ya! - gritó Genma. Había subido al tejado y estaba enfadado.

- ¡Déjame un rato más!, quiero despedirme de Akane. -dijo el chico con voz cortante y mirándolo con rabia-sal de mi vista o te mandó yo abajo.

-He dicho que bajes ahorra mis…mo- dijo Genma, pero calló, unos ojos marrones los miraban con un odio que le helaba el alma.

- ¡Te odio! ¡Te odio con toda el alma! ¿Cómo pudisteis hacerle eso a vuestro hijo? No permitiré que lo asesinéis-Akane se había despertado y miraba a Genma con mucho odio. Se había abrazado al cuello de chico con fuerza.

-Akane, es algo que debes comprender, que Ranma debe cumplir con lo que firmó. -dijo Soun que también había subido al tejado.

Akane se levantó y miró a su padre con rabia.

-A ti también te odió-dijo Akane.

-Lo siento hija, pero no podemos hacer nada. -dijo el hombre llorando.

Ella se abrazó a su padre llorando. No soportaba el dolor que rompía su corazón.

Horas después todo estaba preparado para el ritual del sepukku. Nodoka había descubierto la fobia de su hijo a los gatos y lo obligaba a hacerse el sepukku. Lo harían en el tatami del dojo.

El chico se encontró con su padre, también se lo haría como firmó en el documento. Estaba Soun como testigo. Y su madre para completar el ritual.

Las hermanas Tendo no asistirían, estaban en la habitación de Akane.

Ranma no podía quitarse de la cabeza la despedida con las chicas. Kasumi había llorado. Nabiki se mostró afectada. Y Akane… Akane se abrazó a él llorando, sus hermanas se la tuvieron que llevar a rastras. Ahora estaban encerradas en la habitación de las más joven de las tres. Sus hermanas mayores la detenían para que no saliese. Se lo había pedido Ranma.

Ranma miró a la habitación de Akane.

-Adiós Aka...- y oyó gritar a las hermanas mayores asustadas. Y se preocupó ¿Qué pasaría en la habitación de Akane?

-Adelante Ranma, no te detengas-dijo su padre empujándole. Y siguieron adelante.

Akane se movía por su habitación como un animal en una jaula. Estaba histérica y tenía los ojos rojos.

-Dejadme salir. Debo impedir esta locura.

-Akane. No te puedes meter, no debes intervenir-dijo Nabiki.

-Tú como eres fría. Y no sientes nada-le contestó Akane.

-No podemos hacer nada… aunque queramos no podemos...-dijo Kasumi, también había llorado. Apreciaba al chico como si fuese un hermano más. Para ella era de la familia.

-Vosotras no podéis. Yo sí, y debo hacerlo. No os metáis por el medio.-advirtió Akane. Fue hasta su cama y se acachó y sacó una caja de debajo de ella. Y la abrió. Dentro había una katana parecida a la de Nodoka.

-Akane. ¿Qué pretendes hacer? -preguntó asustada su hermana mayor. Las dos hermanas las miraban con miedo.

-Salvar a mi prometido-dijo ella.

-Y si no puedes ¿Qué harás?-dijo Nabiki.

-No me dejará sola, lo seguiré allí donde él vaya. Sea donde sea.

Y se encaminó hacía la puerta con su Katana en la mano.

-No te dejaremos pasar. Debes quedarte con nosotras…-empezó Nabiki.

-Emplearé cualquier medio para ir donde él estar. Apartaos… ¡YA!-amenazó la chica, en su ojos se veía que si alguien se ponía en su camino lo apartaría de cualquier forma.

Las dos hermanas salieron corriendo y gritando de la habitación. Kasumi se pegó a la puerta de su habitación y vio pasar a su hermana pequeña. Y la miró, apoyaba a la joven. Y quería que salvase al chico.

-Venga Akane, salva a Ranma y traerlo de nuevo.-la animó.

Ranma estaba arrodillado y tenía el cuchillo ritual en la mano y se preparaba para matarse. No sabía ni nunca lo sabía, lo que habían sido esos gritos que oyó en la habitación de Akane, tenía ganas de ir a ver qué había sucedido. Y cuando se iba a rajar el estómago…

-¡Nodoka! No consentiré que mates a Ranma. Es mi prometido y no dejaré que lo alejes de mí y de mi familia. Su deber es casarse con una de nosotras. Vengo a exigir que se cumpla la promesa que Genma y mi padre pactaron antes de nacer nosotros. Es una promesa más antigua que la te hizo a ti. Prevalece sobre la tuya... Si intentas que no se cumpla, como lo estás haciendo ahora, será un deshonor para la familia Saotome, por qué faltará a su palabra. Quiero defender la promesa que se hizo a mi familia. Y debes aceptarla, si tienes honor y no quieres deshonrar a la familia Tendo. -Akane estaba furiosa, no dejaría que Nodoka matase al chico.

-Akane -dijo Ranma.

-Akane, mi hijo ha incumplido su promesa de hacerse todo un hombre. Tiene un punto débil y es algo que no puede permitirse-dijo Nodoka de muy seria- El ritual seguirá.

-Si no cambias de idea, entonces ¡YO AKANE TENDO TE DESAFIO!- Akane estaba desafiando a Nodoka. La apuntaba con su Katana.

La madre del chico miró a la joven y sonrió.

-Acepto tu desafío. Si ganas romperé el documento donde Ranma prometía hacerse el sepukku. Pero si pierdes… lo cumpliré.

-Acep… acepto. Pero si pierdo y lo matas. Yo acabaré contigo, por llevar a mi familia al deshonor. - dijo Akane.

-Yo no acepto-dijo Ranma- ¿Qué haces aquí Akane? Vete… no quiero que… me veas… morir. No tienes que ver esto. No debes luchar con mi madre. No ves que odiaré a quien gane.

Hasta tiempo después, Akane, no supo qué quiso decir el chico con odiar a la vencedora.

-Otra cosa si pierdo… he dicho que si cumples tu promesa es un deshonor para mi familia. -dijo Akane- Si Ranma se hace el sepukku, es como si fuese una forma de decirme que no soy la candidata perfecta para él, y por eso me lo niegas. Eso sería un deshonor para mí. Y me haré el sepukku también.

Ranma se acercó a ella.

-No. Debes vivir, por ti… por mí. No quiero que me sigas. - Buscó a Kasumi- llévatela, os perdí que no la dejarais venir. Akane, no quiero que mueras...

Ella lo miró cerró los ojos y giró la cabeza.

-Si tú mueres, nadie evitará que te siga. Ahora o más para adelante, pero lo haré.

-No quiero…- empezó el chico, y la miró. Ella iría detrás de él. Nada que dijese la haría cambiar de opinión. -eres una cabezota, deberás vencer, por qué no acepto que tú mueras. No luché en Jusenkyo por nada, solo luché por qué tú vivieses. Todo lo demás me importaba poco. Y ahora quieres que todo lo que hice sea para nada.

-Ranma… yo…-dijo ella, y no pudo seguir.

El combate empezó. Nodoka era experta en la lucha con katana. Pero Akane no era muy inferior a ella. Los golpes se sucedían a una velocidad enorme.

La madre de Ranma conservaba la calma. Y su oponente luchaba con rabia, pero sin precipitarse. Las dos luchaban defendiendo sus respectivas promesas a las que se veían atadas.

Ranma se sentía partido. Por una parte, no quería que su madre perdiese y fuese humillada. Pero por otra, no quería que su prometida perdiese. Y no solo por qué a ambos le fuese la vida.

En un momento, Nodoka logró que su rival perdiese el arma. Akane cayó sentada al suelo y miró con terror. Nodoka avanzó apuntándola con el arma. Y la chica retrocedió. La madre de Ranma siguió avanzando y la chica retrocediendo… hasta que su espalda tocó la pared y supo que estaba vencida y acorralada.

-Estas vencidas. Pero te propongo algo. En lugar de Ranma… muere tú en su lugar. Mi hijo se puede casar con una de tus hermanas.

- ¡No estoy de acuerdo! ¡Debo morir yo! No aceptaré el sacrifico de Akane. Como la obligues a eso te odiaré para siempre.

Akane lo miró y después miró a Nodoka.

-Vale. Doy mi vida por la de Ranma-dijo Akane.

-No. No te dejaré morir por mí. Yo… yo daría mi vida para que tú vivieses. -dijo Ranma.

Nodoka no hizo caso a su hijo. Y atacó a la chica. Akane cerró los ojos y esperó el terrorífico golpe que la matase y… sintió que alguien la abrazaba.

-No te dejaré morir. Al menos no morirás sola. -sabía quién era, Ranma estaba allí abrazándola. Y… los dos se miraron y se sonrieron. Morirían juntos, nadie los separaría. Cerraron los ojos esperando el golpe que acabase con ellos.

El golpe tardaba en llegar. Y los dos chicos se giraron y miraron a Nodoka.

-Quería saber si erais capaces de dar vuestra vida por él otro, y lo sois. Akane no te preocupes no mataré a mi hijo por su fobia a los gatos, es algo que se puede curar. Y es culpa de otro-y miró a Genma con mala cara, el hombre se asustó, no le esperaban unos buenos momentos. - y tampoco te mataré a ti Akane.

Cogió el viejo documento firmado por su hijo, y lo rompió.

-Este documento ya no sirve para nada. -dijo Nodoka

Unas horas después. Ranma y Akane estaban discutiendo en el dojo, sus gritos se oían en toda la casa. Ellos dos realmente estaban disfrutando, para los dos jóvenes discutir, era como para sus padres jugar al shogi. Y por sus gritos realmente se lo estaban pasando bien. Los dos estaban descargando la tensión de los últimos días. No sería extraño que cuando se cansasen de chillar saliesen del dojo hablando amigablemente, como si la pelea no hubiese existido, no era la primera vez que pasaba. Nodoka y las hermanas de Akane estaban sentadas en el porche mirando el jardín y oyendo como discutían los chicos.

-Nodoka dime la verdad ¿No pensabas matar a Ranma? Tú ya sabias que Ranma tenía fobia a los gatos.

-Tienes razón Kasumi, esa información se la oí contar Genma a vuestro padre. Y no pensaba ni matar ni a mi hijo ni a vuestra hermana. Quería saber lo que realmente sienten el uno por el otro, y no han podido esconderlo. Se han declarado, aunque ellos no se han dado cuenta… y tardaran en darse- y suspiró-. Ni Genma ni vuestro padre, tampoco se han dado cuenta lo que realmente han dicho los chicos.

-No me mientas tía Nodoka. Cuando apareció esa… "gata", si se hubiese acercado un poco más a ti, hubieras gritado, te vi mirarla con terror. Tú también les tienes fobia a los gatos.

- ¡Nabiki! -dijo Nodoka asombrada. La miró y sonrió dejando pasar unos segundo- tienes razón, desde muy pequeña le tengo miedo a los gatos, tanto como él que tiene mi hijo, no puedo obligar a nadie a hacerse el sepukku, por algo que me da miedo a mí también. Pero no me engañéis esa gata… es esa chica china que va detrás de mi hijo y que odia a Akane.

-Si es ella. Y se aprovecha del miedo que Ranma le tiene a los gatos para intentar conseguir lo que quiere-dijo Kasumi.

-Y en ese estado que entra Ranma, en que actúa como un gato. -dijo Nabiki- puede hacer el golpe del gato. Pero actúa por instinto y es invencible e impredecible. Solo Akane lo puede controlar y tranquilizar.

-Cuando esa gata atacó a tu hermana, Ranma la defendió con furia. Llegué a pensar que mataría a la chica, se fue muy dañada. Suerte que Akane lo llamó. En ese momento Ranma dejó en paz la gata y saltó sobre las rodillas de su prometida y ella lo tranquilizó. Ni a mí me hacía caso.

-Los gatos no te consideran su amo. Si no que estás bajo su protección. Ranma en ese estado consideró que debía proteger a su prometida de una peligrosa rival. No vio a Shampoo como una amiga, si no como una enemiga peligrosa a la que debía eliminar para salvar a su protegida.

-Puedes considerar, que para Ranma, su prometida es la única persona en quien puede confiar al cien por ciento. Así ha sido desde que se conocieron-dijo Kasumi. - en el estado de gato, para tu hijo solo hay existe alguien con quien se siente protegido, Akane.

-Ya me lo imagino. Hoy se ha demostrado. Yo quería ver si tanto Ranma como Akane eran capaces de dar su vida por el otro. Y los dos han ofrecido su vida para que el otro viviese. También los dos se negaban a vivir sin el otro. Pero como ya he dicho, ninguno de los dos será capaz de reconocer que están enamorados. Tardaran algún tiempo en reconocerlo. Pero al final lo harán. - Oyeron a los dos jóvenes discutir y los vieron salir del dojo corriendo uno de tras del otro.

-No me cogerás feúcha-dijo Ranma, había salido del dojo y se reía. Lo seguía una Akane furiosa en apariencia. Realmente no estaba enfadada con el chico y se divertía tanto como el chico. - Akane eres muy lenta.

-Cuando te coja veras. No te tenía que haber salvado. Debería haber dejado que te hicieras el sepukku.

-Eres tan fría como Nabiki. Se nota que sois hermanas. ¿No se te podía haber pegado algo de Kasumi, su simpatía o habilidad para ser una buena ama de casa? -Nabiki al oír el comentario se quedó rígida, lo que había dicho Ranma era un insulto. Pero su hermana mayor sonrió, fue una extraña sonrisa que nadie vio y que guardaba un secreto.

Corrieron por el jardín parecía que estaban jugando a pillar.

-Realmente mi hijo tiene un punto débil. Uno por el cual no lo voy a criticar. Ojalá su padre también tuviera uno parecido-dijo Nodoka. - y espero que nunca nadie se dé cuenta cuan indefensa está si se ataca ese punto.

-Pero ese punto débil también es su punto fuerte. Si lo atacan, se vuelve más fuerte. Y ha habido rivales que lo han atacado. Y han provocado la furia de Ranma. Únicamente se ha hecho más fuerte para proteger ese punto débil-contestó Kasumi.

- ¿Punto débil que es a la vez su punto fuerte? No os entiendo. -se extrañó Nabiki. Pero miró a los jóvenes que corrían y lo descubrió. -El punto débil de Ranma es Akane y también es su punto fuerte… Si Akane supiera eso… lo podía tener a sus pies cuando quisiera.

-Akane no es así, no se aprovecharía de Ranma, y al revés tampoco ocurrirá. -dijo Kasumi.

Mientras Ranma escapaba de Akane y en un momento se giró y pilló a su prometida. Y se quedaron mirando serios. Todo a su alrededor desapareció y parecía que se iban a besar.

Las tres mujeres se quedaron mirando y después a ellos. Nabiki buscó en los bolsillos su cámara, siempre llevaba una, pero al sacarla se la quitó Kasumi.

-Déjalos. No saques fotos, que los meterás en problemas y ya han tenido demasiados últimamente. -la aseveró Kasumi.

Ranma la cogió por los brazos, muy cerca de los hombros, y cuando parecía que la iba a besar, la soltó y dio un paso atrás.

- ¡Me ibas a besar! - exclamó la chica. Pero él no contestó. Se apoyó con una mano a un árbol y movió la cabeza como si quisiera sacar algo de ella. Akane lo miró y se asustó. - ¿Qué pasa Ranma? ¿Qué te pasa? -el chico estaba pálido.

-He tenido una extraña sensación. Muy, muy extraña. - contestó él, se encontraba extraño.

- ¿Qué sensación? -preguntó ella asustada.

-Cuando te he cogido. He tenido la sensación que ya lo había hecho con anterioridad, era como vivir dos veces la misma experiencia, sin saber si la primera es real o no. No sé si forma parte de un sueño o estoy mezclando sueño y realidad. Pero en si es una sensación que me produce desasosiego.

Akane se calló y lo miró seria, ella también había tenido la misma experiencia y sensación. Pero lo disimuló mejor que él. Se preguntó qué había pasado durante esos periodos de tiempo que no recordaban y si eso que Ranma pensaba que era un sueño, fuese en realidad un recuerdo olvidado, de ese periodo del que no recordaban nada. Ranma tuvo la misma idea, pero ninguno de los dos pensó durante mucho tiempo en eso. Se le olvido casi al instante de tener la idea.

-Ranma ¿Qué te ha pasado?,-dijo Nodoka, las tres mujeres se acercaron al ver ponerse blanco a Ranma. - ¿te encuentras bien?

-Si… no… no lo sé. Me encuentro extraño. No es la primera vez que me pasa. Y siempre me deja una sensación extraña que no se explicar. Recuerdo que me perseguía Akane y la intenté coger, y ya no recuerdo nada. -mentía, recordaba casi todo lo ocurrido.

-Akane ¿y tú que recuerdas? ¿Te pasa a ti igual? -preguntó Kasumi.

-Yo iba detrás de Ranma y… ya no recuerdo nada. - también mentía, como Ranma recordaba casi todo, algo les decía que no debían decir nada sobre la sensación que tenían cuando se cogían y pensaban en besarse.

Nodoka los miró y se calló. Ella también se preguntaba que les pasaba a los dos chicos, desde que regresaron de su fuga, habían tenido varios acercamientos, para acto seguido olvidar que los habían tenidos. Le gustaría saber que paso durante el tiempo que los dos chicos estuvieron fugados. Allí estaba el misterio de sus pérdidas de memorias.

Ranma no contó todo… a su prometida. Lo último que dijo supuestamente recordar era coger Akane. Pero lo que no le dijo a su prometida es que, al hacerlo, se vio a él mismo cogiéndola por la cintura y besándola. No sabía que Akane también tuvo esa visión. Hasta mucho tiempo después no descubrió que secreto habían olvidado tanto él como Akane.

Continuará...